miércoles, 29 de agosto de 2012

OMAR OSORIO AMORETTI HABLA DE ELÍAS MANUITT CAMERO



 Omar Osorio Amoretti




 
La siguiente noticia ha de ser grata para aquellos interesados en conocer a fondo el proceso histórico de la Venezuela de mediados del siglo XX. Y no es para menos, pues se trata de la publicación de Venezuela, un país podrido, libro número veintitrés de la serie Testimonios Violentos dirigida por el doctor Agustín Blanco Muñoz.

En esta ocasión le tocó hablar a Elías Manuitt Camero, militar que desde joven participó en la conspiración de Hugo Trejo contra la dictadura perezjimenista y luego cambió el cuartel por la montaña para, así, llevar a cabo la prédica de la lucha armada contra el sistema democrático recién instaurado. Estamos, pues, ante la voz de un dirigente que formó parte de la lucha política en la llamada “década violenta”, uno de los períodos históricos más polémicos en la actualidad.

A diferencia de otras personalidades entrevistadas que demandan mayor cultura histórica o agudeza analítica, la discusión entre Blanco Muñoz y Manuitt Camero carece de rodeos, de circunloquios. Da la impresión de estar oyendo hablar a dos compañeros sobre acontecimientos trascendentales, aunque presenciados por ambos. Una conversación que oscila desde la reflexión sobre los sucesos capitales de su época hasta los detalles de la vida guerrillera.

Sin duda, el testimonio de Manuitt Camero es la visión de un sector derrotado militarmente que halló en la violencia la única vía posible para la solución de los problemas del país. Pero, además, constituye una autocrítica severa a las fallas y vicios que presentó esa izquierda alzada en armas, problemas que, desde su punto de vista, incidieron notablemente en la victoria de la democracia. De esta manera, a través de 264 páginas (uno de los textos menos voluminosos si tomamos en cuenta sus entrevistas anteriores), nos adentramos en el conocimiento directo de un proceso histórico-social que, a decir de Blanco Muñoz “(…) se extendió mucho más allá y cuyas huellas aún se sienten en nuestro hacer político”.

Diario 2001,  26 de agosto del 2012, p. 26
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miércoles, 22 de agosto de 2012

ANDRÉS SIMON MORENO ARRECHE - LOS MERCENARIOS DEL PRESIDENTE SALIENTE





Nunca se sabrá a ciencia cierta cuántos magnicidios, reales o imaginarios, habrán acaecido en la atormentada psique de un teniente coronel avenido en presidente saliente de una ex-república, la misma que antes fue respetada y reconocida en el concierto de las naciones libres como República de Venezuela, sin necesidad de fallidos apodos, ni de innecesarias estrellas adicionales en su bandera, tampoco de caballos devueltos sobre sus huellas en el escudo nacional.

De lo que no cabe duda es que magnicidio y mercenario son elementos relacionados para la ejecución del asesinato de una figura pública y eso lo han descubierto, aunque tardíamente, los asesores cubanos del teniente coronel.  Por eso aparece recientemente Eduardo Acosta, ciudadano dominicano y tránsfuga de la justicia colombiana, un fugado de la cárcel de La Ceja en Colombia, a donde fue recluido tras ser capturado transportando dediles de droga en su estómago con destino a Nueva York, pero que misteriosamente es capturado en suelo venezolano, y es “reposicionado” bajo la figura de El hombre más buscado, en el primero y por ahora el único mercenario del que tenemos noticias, con nombre y apellido y hasta fotografía.

Aparece precedido por una descripción cinematográfica del presidente saliente y ahora, luego de varias decenas de magnicidios fallidos anteriores, con una épica tragicómica de asuntos peliagudos e inextricables (escritos en clave en una libretita que pretendió tragarse al ser descubierto) se le exhibe como el tal mercenario, y con un récord de entradas y salidas a países donde las fuerzas estadounidenses han operado militarmente, con la extraña ¿casualidad? de ser, entre muchos otros, los de sus Amigos absolutos Saddam Husein y Muamar el Gadafi. 

EL CHICO DEL TAMBOR

Hace años que los asesores cubanos intuían que algo faltaba en la ecuación persuasiva de los anteriores magnicidios, y por fin dieron con ese algo, el mercenario, y lo han presentado públicamente, aunque el sujeto ha resultado ser un narcotraficante caribeño de tercera línea. El templete propagandístico que se ha montado con El peregrino secreto tiene los mismos acordes de aquel otro, el que se orquestó con Geovanny Vázquez, El espía que surgió del frío colombiano, el tristemente célebre testigo-estrella con el que El honorable colegial Isaías Rodríguez , entonces Fiscal General de la República, adelantó encauzamiento judicial a una veintena de figuras públicas venezolanas, todas vinculadas al ejercicio crítico de la gestión pública del teniente coronel, acusados fallidamente de ser instigadores y autores intelectuales del asesinato del Fiscal Danilo Anderson, el mismo que adelantaba investigaciones sobre corruptelas y tráfico de influencias que vinculaban hasta los tuétanos a relevantes jerarcas del chavecismo robo-lucionario. 

La verdad salió a flote como los... (ya sabe a qué me refiero) y meses después, El espía que surgió del frío colombiano se estrelló contra la pared de sus contradicciones y confesó lo inimaginable a tambor batiente: que todo lo dicho bajo juramento fue una gran mentira acordada con la Fiscalía, y que esas mentiras fueron convenientemente canceladas. Aquella revelación lo convirtió, por antigüedad y por concepto, en el primer mercenario del presidente saliente, o al menos en el más notorio.

EL ESPEJO DE LOS MERCENARIOS

¡Un mercenario! ¿Y eso se come con qué? sería la pregunta del inefable Luis Miquilena, el primer asesor político del teniente coronel en 1998, hoy defenestrado de sus afectos pero volcado hacia las oposiciones que respaldan la candidatura presidencial del venezolano Henrique Capriles Radonski.  Y para saber dónde estamos parados cabe la necesaria definición: Se asume como mercenario, un vocablo que proviene del latín merces, - edis, que significa  salario, paga, recompensa, al que ejecuta una acción, usualmente militar aunque no exclusivamente, sin ser parte del conflicto y por el solo hecho de que se le cancela por sus habilidades y experticias.

Tal concepto se refiere a los milite mercede arcessere, soldados reclutados mercenarios por el ejército Romano, pero también a los mercennárium que son los combatientes asalariados, comprados o sobornados de otras naciones en conflicto con el Imperio Romano, cuya participación interesada en las luchas internas o en los conflictos externos tienen, ayer como hoy, un beneficio económico y personal, con abstracción de la ideología, la nacionalidad o las preferencias políticas del bando de quien le contrata.  

El término latino también involucra a los testis tribuit se mercennarium comitem regi (testigos puestos a sueldo por un Rey) y por extensión a todo aquel que realiza cualquier testificación, cierta o falsa, a favor de otro por una recompensa, o merced, sustituyendo la testificación verdadera de otra persona por el salario que se le da.

En el mundo militar se les identifica como asesinos a sueldo y apátridas, y en las organizaciones criminales (también en las que no lo son, pero que les contratan) los llaman por su otro nombre: sicarios, que se refiere a una persona que mata por encargo a cambio de un precio, nada nuevo ni de origen colombiano,  porque sicario es una figura conocidísima en el Derecho Romano originario que reguló su condena penal por la particular crueldad con que se conducían estos asesinos. Tal definición y regulación de las penas imputables generaron jurisprudencia con la lex Cornelia de sicariis et veneficis (ley Cornelia sobre apuñaladores y envenenadores) del año 81 antes de la Era cristiana.

UN MERCENARIO PERFECTO

Los primeros datos sobre la existencia de agrupaciones militarizadas con el rango de mercenarios provienen del antiguo Egipto y se remontan a los conflictos armados emprendidos por el faraón Ramsés II, unos mil quinientos años antes de la Era cristiana. En esos entonces, eln faraón reclutó a 18.000 de soldados mercenarios, a quienes pagó con un décimo de lo que saqueaban, más la comida, sal y agua. Tres mil quinientos años después, el 8 de junio de 1977, las naciones occidentales suscriben un protocolo adicional a la Convención de Ginebra del 12 de agosto de 1949 (protocolo I, de APGC77), relativa a la protección de las víctimas de conflictos armados internacionales.

Allí se establece que un mercenario perfecto es cualquier persona que ha sido reclutada o embarcada específicamente con el fin de luchar en un conflicto, (sea militar o de cualquier otra índole), que toma parte activa en esas hostilidades y que su motivación para tomar parte es el beneficio personal, pues de hecho se le promete una recompensa material que excede de forma sustancial al pago que los partidarios originarios reciben con similares responsabilidades o funciones dentro del mismo teatro de operaciones conflictivas.

Este concepto de mercenario perfecto también incluye por extensión a todo aquel que no es parte en conflicto, así sea residente del territorio controlado por el contratante, miembro o no-miembro de las fuerzas organizacionales (políticas, militares, etc.) en conflicto y que no ha sido enviado por ningún tercero, ajeno a las partes en conflicto, en cumplimiento de un deber institucional como miembro de un equipo de paz o de intermediación en el conflicto. Como podemos evidenciar, el concepto de mercenario perfecto se le aplica in extensis  a Geovanny Vásquez,  el chico del tambor, mas no al dominicano con ciudadanía estadounidense Eduardo Acosta, El peregrino secreto, a quien –de ser ciertas las acusaciones de evasión y tráfico de estupefacientes-  debe tratársele como lo que es: un delincuente común evadido.

UN TRAIDOR COMO LOS NUESTROS

Ni Vásquez ni Acosta se comparan, en peligrosidad y astucia, con los verdaderos mercenarios del presidente saliente. Me refiero a los traidores a la Ética del Periodista, los comunicadores sociales  que amparados en carnet que les ha expedido el Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela y en las canonjías y prebendas que les permite el desgobierno chavista, laboran en la extensa red de medios de comunicación del Estado venezolano, que en teoría son medios públicos, pero que en la práctica se han transformado en empresas de mercenarios persuasivos, organizaciones delincuenciales que utilizan sus sólidas experticias en los medios públicos o comunales para la manipulación de los hechos y para la mentira sistemática, las únicas herramientas persuasivas que pueden esgrimir  para captarle adeptos al presidente saliente en las batallas de una guerra comunicacional que desarrollan en apoyo a la reelección infinita del teniente coronel.

Esa acción persuasiva es un Asesinato de calidad no solo a la fe y la confianza de las audiencias en los medios de comunicación públicos, sino también al más importante bien intangible de cualquier República: La honestidad del funcionario público y la transparencia de sus acciones.  Esos periodistas son los verdaderos mercenarios del presidente saliente. Cada uno de ellos es El infiltrado que miente y manipula los hechos para la desinformación de los electores, en cuyos hogares no existe otra opción que sintonizar los medios oficiales y las señales abiertas que constantemente “encadena” el teniente coronel. 

ANDRÉS SIMÓN MORENO ARRECHE andresmorenoarreche@gmail.com




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SERGIO SÁEZ - TRECE AÑOS DE SOLEDAD



 César Rengifo
 
TRECE AÑOS DE SOLEDAD.
EL REALISMO MÁGICO DE MELQUIADES
EL VENDEDOR DE ILUSIONES
   
Yo solo sé, que sé mucho
Melquiades-El-Saliente
 
Encaramado en su pintoresca carroza, rodeado de incondicionales odaliscas, su tribu y su guardia pretoriana, al final de una tarde tormentosa, apareció Melquiades en San Félix. Justo a la hora que suele lidiar el matador estrella al toro más bravío, y en cadena nacional para aprovechar la máxima audiencia.

Venía cargado de promesas insostenibles, paridas en plena madrugada. Para dibujar con ellas el futuro promisorio del próximo septenio para la región de Guayana y del norte del portentosos río Orinoco, de producirse la magia de la reelección.

Allí le esperaban sus súbditos, venidos desde tempranas horas del día de todos los rincones del centro y sur de sus dominios, asoleados y emparamados por la inclemencia del tiempo, portando los estandartes rojos y entonando cánticos y consignas, en señal de sumisión al “Gran Mago”. Los improvisados paraguas y pendones hacían las veces de palmas agitadas en señal de alegría por la señorial entrada sobre su adornada carroza. Solo Jesús, el de Nazareth, humilde y sencillo, montado en un borrico, había sido objeto de semejante recibimiento en su entrada final a Jerusalén.

Descendió ágilmente de su carroza y trepó al estrado. Para ser recibido con los cantos de los juglares populares, brindándose como primera voz a “Los Cadilacs”, que deslumbraron su grandiosa carroza haciéndola  parecer una humilde “calesita”.

Regresaba, una vez más, a Guayana a pasar revista del logro de su revolución socialista y regocijarse del engrandecimiento de su amada San Félix y de sus ciudadanos.

A lo lejos se divisaba el pujante progreso de las empresas básicas. Las chimeneas lanzando humo a los cuatro vientos en señal de la ferviente producción. Miles de toneladas de acero para fabricar los millones de kilómetros de tubos para extraer y transportar la riqueza petrolera de la Faja y láminas de diferentes calibres para fabricar perfiles para las inmensas estructuras que deberán montar las empresas petroleras venidas de todo el mundo. Millones de toneladas de alúmina para alimentar las fábricas de aluminio.
Orgullo todo, gracias a la acción desplegada por sus tribunos, políticos y guerreros, escogidos dentro de los más graneado de sus incondicionales, para gobernar y manejar el emporio industrial del Estado en Guayana y sus vecindades.

Hizo gala de su profundo conocimiento, comparable a los pensadores más inteligentes de la historia mundial, míticos y vivientes, incluyendo al propio Jesús, a quien figurativamente vislumbró como militante de su partido.

Habló de lo humano y lo divino. De sus correrías de toda la vida, por millones de pueblos ciudades y rancherías, sudándolos, llorándolos y amándolos, llevándoles su verbo esperanzador, como aventajado pastor, baquiano y veguero de la inmensa topografía nacional. Si hubiera nacido dos siglos antes, sin duda que hubiese acompañado al barón Humboldt y Bomplant, y le hubiese aportado su conocimiento natural de la naturaleza y topografía del país.

Conversó sobre uno de los “descomunales proyectos” que su imaginación fantasiosa le prodiga y que asumiría a partir del 2013 y hasta 2019:
 “Construir al sur del Orinoco un gran eje minero, agrícola e industrial”….. “Vamos a unir el gran proyecto de la Faja Petrolífera del Orinoco con el Gran Proyecto de la Faja Minero Industrial de Guayana, en un solamente gran proyecto de progreso” … “Vamos a unir la cuenca del Orinoco con la cuenca del Amazonas, y más allá, con la cuenca del río de la Plata”.

Un andino, de los tantos que pululan por todos los rincones del país, exclamó: ¡Carájo. Que agual. Que aguachental!.

Prometió trasladar al propio San Félix la empresa mixta “Petropiar”, rebautizándola como “Petro San Félix” (Bush mediante), y quizás dentro de su fantasía, la ve manando crudo pesado de la Faja Petrolífera del Orinoco, gracias a la perforación horizontal desde San Felix. No es difícil para Melquiades convencer a los Buendía de Guayana de sus descabelladas fantasías, como buenos cuentos chinos a los que nos tiene acostumbrados.

Recoge un medio de comunicación oficialista un hermoso pasaje del momento para la historia patria y para la biografía del monarca:
“En humano gesto hacia un bolivarense discapacitado que lo aupaba bajo la pertinaz lluvia, exclamó: ¡Por favor, atiéndanlo de un lado de la carpa, y me pasan un informe. No se puede estar mojando. Hay que atenderlo!. El público en reconocimiento a su sensibilidad, respondió con esplendorosos aplausos”.

¡Vivir, viviendo, y haciendo historia viva!,  plasmarían los escribanos de la columna “Un grano de maíz”.

Hizo gala de su lenguaje florido y de altura y con frases elogiosas sobre su único fuerte contendor y sus seguidores: “la burguesía venezolana y su candidato ‘majúnche’ representan la extrema derecha y son unos fascistas”… “El es un burgués, que su familia es burguesa, es burguesa”… “Son unos fascistas”… ¡Agárrete majúnche que lo que viene es burundanga (con rinquincalla)”… “Es una mente como delirante”. Los súbditos aplaudían a rabiar y vociferaban a coro ¡Uh. Ah, Chávez no se vá!.

Con gozo afirmaba Melquiades: ¡Vean como sigue bajando la inflación y ahora crece de nuevo el PIB!. Confundiendo éste último, con el PBI (Producto de lo Bruto a lo Interno del régimen), que tampoco se podría confundir con el PIC(Producto Interno de la Conciencia, como lo señala “Un grano de maíz”. De la cual carece este régimen).

Al recibir aviso de que no debe forzarse y debe descansar, exclamó: “Yo ya cante y me voy…. Está lloviendo mucho agua…. Me voy con la tarde linda. Y un jodedor , de los que no faltan, exclamaba a viva voz exclamaba: ¡y una tronco e’ garrapata de  las …… se me guinda!.

Salió entre vítores. Atrás quedó San Félix, con sus penurias. Cuando los súbditos de todo lo ancho y largo del país tomaron los autobuses, pagados con el erario público, para retornar a sus hogares y llegar bien entrada la noche, en la madrugada o en la aurora, dependiendo de la lejanía de la que fueron movilizados, pero gozosos de disfrutar, al menos, de un día libre en compensación.

Solo César Rengifo es capaz de plasmar en un cuadro la pobreza y tristeza que embarga al pueblo al que no le ha llegado nada de la inmensa riqueza petrolera, de millones de millones de dólares, dilapidada por este Rey Mago, Vaagastar.

Allí está el gran Gabriel García Márquez “Gabo”, meditando si este Melquiades es también producto de su creación. Lo sabremos cuando el próximo 7 de Octubre, el pueblo ya desilusionado de tantas falsas promesas de este vulgar vendedor de ilusiones, de por descifrados los pergaminos dejados por Melquiades, como en “Cien Años de Soledad” y decida  terminar la Gran Farsa.

Por lo pronto, las cabras mostraron que se pueden salir del corral, como quedo plasmado en Caruachi y en cadena nacional, sobre el telón de fondo del inmenso salto de la masa de agua desperdiciada por las inservibles turbinas.


Sergio Sáez
Agosto 21, 2012

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HUMBERTO GARCÍA LARRALDE - FASCISTA





  
La utilidad y pertinencia del calificativo “fascista” para el análisis político enfrenta hoy dos formidables obstáculos. El primero tiene que ver con la banalización del término por parte de cierta izquierda, luego de la Segunda Guerra Mundial. El hecho un tanto azaroso de que la Unión Soviética emergiera de esta horrible conflagración en el bando defensor de los derechos humanos –no olvidemos que había pactado con Hitler en 1939- le permitió proyectarse como el campeón del anti fascismo, obviando las grandes similitudes entre ambas manifestaciones de totalitarismo.

La propaganda estalinista logró que esta apreciación tuviese como corolario que todo crítico del comunismo fuese “fascista”. Ello cobró sentido durante la Guerra Fría, cuando los EE.UU. aupaban dictaduras anticomunistas altamente represivas. No obstante, estos regímenes militares oprobiosos, conservadores, tenían poca afinidad con el vigor revolucionario del fascismo clásico. De ahí se extendió progresivamente la aplicación del término a todo aquel ubicado a la “derecha” del espectro político, hasta hacer de ambos vocablos prácticamente sinónimos, muy conveniente para descalificar al adversario desde la izquierda.

No obstante, el fascismo existió como fenómeno y a pesar de la banalización en el uso del término, es menester un esfuerzo por precisar su correcto significado si ha de tener provecho para el debate político. Y aquí se asoma la segunda gran dificultad: ¿Se puede usar el término para señalar experiencias diversas, pero con importantes rasgos comunes, o sólo la Italia de Mussolini fue fascista?

Para Umberto Eco, por ejemplo, la experiencia italiana no debe entenderse como padre” doctrinario de otros movimientos similares, fundamentalmente porque la gesta fascista de Mussolini nunca se sujetó a una doctrina. A pesar de su retórica grandilocuente, fue un líder oportunista, pragmático, que adaptaba su ejercicio de poder a las exigencias del momento.

Por su parte, las otras experiencias europeas que suelen calificarse de fascistas –nacionalsocialismo alemán, falangismo español, Ustazi Croata, Guardia de Hierro rumana, el movimiento húngaro de Szalasi- se inspiraban en raíces nacionalistas particulares, refractarias a su uniformación bajo una sola ideología, como sí ocurrió con el comunismo. Eco prefiere denominar esto Ur-fascismo. Otros, como Stanley Payne, argumentan a favor de un “fascismo genérico”, es decir, de la existencia de características comunes en movimientos distintos que justifican su agrupación bajo el término fascista. Es la línea que se sigue a continuación.

Entre los elementos que caracterizarían al fascismo genérico está su inspiración épica, sustentada en una mitificación de un pasado heroico en el que se forjó la nación o la etnia. La invocación de ese pasado como síntesis de la grandeza a la cual debe aspirar el pueblo, alimenta un nacionalismo visceral que sirve de aliciente a gestas revolucionarias.

Debe pulverizarse todo aquello que se interponga al rescate de esa “esencia heroica”, en particular la influencia corruptora del capitalismo internacional –la plutocracia financiera mundial judía, a que se refería Hitler- y las “blandenguerías liberales” del Estado burgués, que impiden el alcance de la verdadera justicia. Esta amenaza es encarnada por un peligroso enemigo externo y sus agentes internos, que deben ser desenmascarados y aniquilados.

Lejos de ser conservadores, los regímenes fascistas buscaban radicalizar continuamente el proceso, proponiendo siempre nuevos objetivos en aras de mantener en tensión a sus seguidores y evitar que cayera su entusiasmo para con el glorioso destino prometido. La argamasa entre el líder y sus seguidores era de naturaleza emotiva, visceral, no el producto de una reflexión racional. La invocación guerrera de batallas y enemigos desplazó a la política como forma de dirimir diferencias.

Para garantizar el triunfo, era menester cerrar filas en torno al Gran Líder carismático, quien comandaba la “revolución”: el individuo debió someterse al Estado, expresión del Bien Común que él encarnaba. Se instaló un régimen de obediencia, basada en el culto a la personalidad, en el que las aspiraciones individuales debían dar paso al interés colectivo -la nación- como bien superior, de cuyos secretos, especificidades y prioridades, sólo el Gran Líder sabía descifrar.

En este orden, fueron eliminadas organizaciones sociales autónomas –sindicatos, ligas campesinas, asociaciones profesionales, culturales- para remplazarlas por “frentes nacionales” que agrupaban a estos sectores sociales bajo la égida del partido de la revolución. Estas organizaciones sociales fascistas eran “cooptadas” conformando un Estado Corporativo en el que los intereses sectoriales debían confluir con el interés superior de la nación. En vez de representar a sus asociados frente al Estado, representaban los designios de éste –el “Bien Común”- ante sus asociados.

Todo lo anterior se nutrió con una representación maniquea, ficticia, de la realidad a través de una maquinaria propagandística que martillaba constantemente falsedades, para forjar un deslinde insalvable entre un nosotros, los buenos que siguen al caudillo, y los otros quienes, al no comulgar con su gesta redentora, simbolizan el mal. Éstos, por tanto, son enemigos, apátridas, que abdicaron a su condición nacional y no merecen tener los derechos de los verdaderos patriotas.

Como la institucionalidad del Estado de Derecho ampara a estos seres, debe ser barrida para que reinen los intereses supremos de la nación, como son definidos por el excelso e indisputado líder. Asoma su feo rostro las pretensiones de reingeniería social a gran escala para eliminar a los indeseados y forjar el Hombre Nuevo, sostén del glorioso orden a instaurar. Para ello se legitima el uso de la fuerza para reducir a los sectores disidentes y se regimienta a la sociedad con base en cánones militares.

Consustancial a lo anterior era el ejercicio extendido de la violencia callejera por parte de organizaciones partidistas uniformadas de naturaleza para-militar. Los movimientos de “camisas” –camisas pardas de la S.A. Nacionalsocialista;  negras de los squadristi italianos; azules de la falange española; naranjas en Bulgaria; verdes en Rumanía- que arremetían contra los “enemigos”, fueron elementos distintivos del accionar fascista.

Se invocaba un “culto a la muerte” con dos vertientes: en primer lugar, como instrumento de “limpieza” que barrería con la podredumbre y con los seres detestables de la vieja sociedad para dar paso al Nuevo Orden; en segundo lugar, la muerte representaba el máximo sacrificio exigible a un ser humano en defensa de los supremos intereses colectivos, la expresión más pura del “Hombre Nuevo” que debía emerger de la lucha.

De manera insólita, ello alimentaba posturas de supremacía moral, en tanto exaltaba la disposición a incurrir en las privaciones necesarias para el triunfo del orden colectivo por encima de los intereses particulares.

No es necesario ser Sherlock Holmes para saber a quién se retrata como fascista en la Venezuela de hoy. Pero no hay –y no habrá, mientras las fuerzas democráticas logren impedirlo- campos de concentración, un fascismo “light” si se quiere. Además, se trata de un fascismo de nuevo cuño, de un neofascismo, acotado por la cultura democrática del país que busca cobijarse en una retórica comunistoide para transmitir la idea de compromiso con los oprimidos.

Ello no desdice esta calificación pues -como fue señalado-, el fascismo no obedeció a una doctrina predeterminada y, además, tanto en Alemania como en Italia, se erigió como campeón del pueblo. Tampoco lo salva el estar acusando a los demás de “fascistas”. Los sicólogos llaman a esto proyección: imputarle a otros los defectos propios con miras a hacerlos desaparecer a los ojos de los demás y lavar las culpas. A confesión de parte….


Humberto García Larralde
economista, profesor de la UCV
humgarl@gmail.com


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domingo, 19 de agosto de 2012

LUIS MARÍN - LA JUEZ AFIUNI, PARA LA HISTORIA




Agustín Blanco Muñoz
Chávez me puso presa. Habla la juez María Lourdes Afiuni.
Caracas, CPT-CEHA-CDCH-UCV, 2012, 432 p.


Luis Marín


El volumen 25 de los Testimonios Violentos, editados por la Cátedra Pio Tamayo del Centro de Estudios de Historia Actual, FACES-UCV, bajo el título “Chávez me puso presa. Habla la juez María Lourdes Afiuni”, es una semblanza descarnada del momento trágico que está atravesando Venezuela.

Lo primero que salta a la vista en el caso de la juez Afiuni es lo que no se ve, lo oculto. Hay un grueso velo de misterio alrededor que no han podido descorrer ni siquiera los implicados directos. La única hipótesis que logra lucubrar la juez para explicarse porqué ella está presa es que ocupa el lugar de otro, Eligio Cedeño; pero ¿por qué tanta saña contra él? Nadie, ni siquiera el mismo EC lo dice, quizás tampoco lo sabe.

Entonces comienzan a correr las leyendas urbanas. Que si está relacionado con Gustavo Arraiz, del caso Microstar, secuestrado en Panamá en marzo de 2007 y condenado por un delito, distracción de fondos públicos, que no podía haber cometido, por el simple hecho de que no es funcionario, ni administrador de fondos públicos, sino un simple cliente bancario, usuario de divisas por las que habría pagado el precio oficial.

Lo que lo hace explosivo es su supuesta relación con una hija del comandante en jefe, lo cual no tiene nada de malo, excepto por un misterioso video que tiene la extraña característica de que nadie lo ha visto, en particular quienes lo citan, esto a pesar de que aseguran que  estuvo colgado en YouTube, al parecer por brevísimo tiempo.

Por fuera se dice que no es solo el video, sino los mensajes que mandaba por su dispositivo celular, que tampoco nadie sabe a quién se los mandaba, para qué, ni qué decían o mostraban.

La verdad es, dice la juez Afiuni, que en el expediente no consta el menor vínculo entre estos dos ciudadanos; pero si se trataba de unos dólares de CADIVI, entonces lo lógico es que las investigaciones se orientaran hacia allá, no hacia el banco tramitador, que no es responsable de la veracidad de los expedientes o declaraciones que los sustentan, según el convenio que los hace parte del proceso de asignación de divisas.

Pero supongamos que en CADIVI se levanta una barrera militar, porque es un instituto dirigido por militares; al volverse al tramitador civil, el banco Canarias, van contra el presidente, Alvaro Gorrín, pero a éste le cierran la investigación porque resulta ser de la tribu del magistrado Eladio Aponte Aponte.

Entonces es que se llega a Eligio Cedeño; pero ¿por qué? Si él es un directivo como cualquier otro y seguro que no maneja, ni aprueba los expedientes de CADIVI, por grandes o importantes que sean los clientes.

Otra leyenda urbana imagina a EC financiando la fuga de Carlos Ortega; pero esto tampoco ha sido alegado ni probado en autos y abiertamente nadie lo dice. Entonces, ¿por qué la saña contra Eligio Cedeño?

Lo incontrovertible es que tanto EC como GA, han guardado la suprema ley de la mafia, la “omertá”, la ley del silencio, puesto que no han dicho nunca y por lo que se ve, no dirán jamás: ¿Por qué los persigue con tanta ferocidad el régimen del que eran hijos mimados? De siempre se ha dicho que a la mafia se puede entrar; pero no se puede salir (indemne).

En ese gremio es usual disputar por el reparto del botín: ¿Quién no quedaría satisfecho con su parte? ¿Quién se sentiría tan ultrajado como para justificar todo esto? ¿O quizás salvando sus charreteras con estos chivos expiatorios?

REHÉN POR ACCIDENTE

Siempre se repite que la verdad es la primera víctima de la guerra; pero cuando la guerra se judicializa la primera víctima es la justicia. Esto es palmario en el caso de la juez Afiuni, un sorprendente compendio de arbitrariedades que podría tratar de resumirse así.

Si ciertamente hubiera hecho algo irregular al dictar una medida cautelar que estaba perfectamente dentro de las atribuciones de su cargo, lo que hubiera correspondido era abrirle una averiguación administrativa, instruir un expediente disciplinario cuya culminación, en el caso más grave, daría para una destitución, pero nada más.

En la eventualidad de encontrar elementos que revistieran carácter penal, entonces lo procedente es enviarlos a la Fiscalía para que proceda a la apertura de una averiguación penal y si hubiera elementos suficientes, pasar a un juez de control, etcétera, etcétera.

Pero lo que nunca, nunca puede ocurrir, ni puede pasar por la mente más alucinada es que un fiscal grite: ¡Vas presa! Y, acto seguido, la policía saque a la juez esposada de su tribunal, junto con todo su personal, incluyendo a los alguaciles, todos presos. A la pregunta ¿cuál es el cargo? La respuesta: “Ya inventaremos algo”.

El comandante en jefe le dedica dos cadenas de radio y televisión, el 11 y el 21 de diciembre de 2009, en la primera la llama bandida y la condena a 30 años de prisión, en la otra confirma: “Estás bien presa, comadre”. Para la historia universal de la infamia.

En Venezuela la pena de 30 años es la pena máxima posible, solo aplicable a quien mate a su mamá o precisamente al presidente de la república; no obstante se pide, en cadena nacional, para quien por definición no ha incurrido en delito alguno, puesto que solo realizó, bien o mal, según sea la opinión, funciones legales atinentes a su cargo.

Sería demasiado arduo y engorroso pasearse aquí por todas las vicisitudes personales y vericuetos procesales que ha tenido que transitar la juez Afiuni en los años siguientes a aquel ahora fatídico 10 de diciembre de 2009, sin dejar de lado el confinamiento en el INOF, la casa por cárcel y los innumerables trastornos de salud derivados.

Baste recordar que ha sido torturada públicamente, crucificada moralmente, sometida a penas crueles e infamantes, las mismas que prohíbe la constitución y los pactos sobre derechos humanos suscritos y ratificados por la república, privada de sus derechos elementales, incluso a la defensa, al debido proceso, al juez natural, a la salud, a expresarse libremente, al sufragio y representación política, a la violencia contra la mujer, y pare de contar para no agotar.

La pregunta de las 64.000 lochas es, todo esto ¿para qué? ¿Para saciar una frustración asesina en un cuerpo simbólico? ¿Para escarmentar e intimidar a los demás jueces? ¿Para que nadie nunca más se salga del redil de lo que manda el comandante en jefe?

Todo esto, ¿por qué? ¿Por haber facilitado la fuga de Eligio Cedeño? O sea, que ¿huida la cabeza, pisaron la cola como para agarrar al camaleón aunque sea por un extremo?

Esto es un craso error del conspirativismo y de la estructura mental de quienes caen en sus trampas. Como ellos actúan de esa manera, entonces los demás también y todo es un montaje. Eso fue un parapeto montado por EC, la juez y compañía  para fugarse. Incluso llegan a decir que “sería ingenuo pensar que no cobró”, lo que revela la mentalidad propia del corrupto.

La oferta del EC de canjearse por la juez pone de relieve el hecho de que se trata de una secuestrada política, alguien atrapada en defecto de otro, del verdadero objetivo, y sobre la que se ejerce la venganza que quisieran hacer recaer sobre aquél, con el inconveniente de no ser familiar, amiga o asociada, salvo en la mente trastornada de los conspiradores de oficio.

La vida a veces coloca a las personas equivocadas en lugares inadecuados en momentos inoportunos. Sin quererlo, sin proponérselo, la juez Afiuni ocupa el lugar de otro en una comedia que va inventándose mientras ocurre, pero de la que ya es parte imprescindible.

Su caso devino en símbolo del colapso del poder judicial en Venezuela.

DIA DE SUERTE

Todos los pensadores políticos han dedicado espacio considerable a los imponderables: la fortuna diría Maquiavelo, la providencia los religiosos, el azar o la necesidad los científicos, el destino los existencialistas y nosotros, pues, todos los anteriores.

El día que le asignaron el caso de EC la juez Afiuni no estaba de guardia. Se alegó que el sistema se había caído para sortear los expedientes por el viejo método de los papelitos. En ese momento la oficina de distribución estaba en manos de una sobrina del magistrado Aponte Aponte. ¿Por qué el dedo inocente la apuntó a ella, que no estaba en la movida?

¿Será que querían que ella hiciera lo correcto y aplicara la medida que le correspondía a EC, una vez que GA había sido condenado, caído en el silencio y el olvido? ¿O todo esto fue un descabellado error de cálculo?

Sea como sea, los fiscales no hicieron acto de presencia en la sala de audiencia, aunque se dejaron ver en el pasillo, por lo que se sabía que estaban por allí boicoteando el acto, y no hubo sobreseimiento, que era posible, pero sí la cautelar.

Entonces irrumpen súbitamente poniendo preso a todo el tribunal, como en Jalisco. Pero aquí hay un punto fuerte: Los fiscales del Ministerio Público no tienen ese poder. ¿De dónde les vino a éstos esa omnipotencia? Del otro extremo del hilo telefónico.

Y aquí llegamos al punto que interesa: el lado oscuro del poder.

En Venezuela en los últimos años, como en Cuba desde hace cincuenta, el poder ha bajado a una catacumba, discurre por pasillos sórdidos y oscuros, actúa de forma caprichosa e inescrutable.

Lo que vemos en el exterior es como un baile de máscaras, mujeres sibilinas oficiando como jefes de poderes públicos que no lo son, aparentando un protagonismo del que carecen. Si no hacen lo indicado, salen como corcho e’ limonada.

Ocurre con militares, gobernadores, alcaldes, diputados, magistrados, ministros, jueces, en resumen, con cualquiera: nadie parece ostentar sino un poder en consignación. Si no hacen el mandado, están fuera, sin compensación e incluso a la cárcel o al exilio.

Entonces ¿dónde está el poder? ¿Quién puede saltarse no sólo la constitución y las leyes sino la lógica y el sentido común y hacer, materialmente, lo que le da la gana, sin límite alguno? Es decir, la definición más perfecta y clara de la tiranía: un poder absoluto, ilimitado e indefinido.

Sea quien sea debe contar con el respaldo de las FFAA. Ellas están dirigidas por una logia o cofradía que es capaz de torcerle el brazo incluso al comandante en jefe, como hicieron en el referéndum de 2007 y pueden pergeñar cosas tan poéticas como “el pescuezo no retoña”, coja su avión con su maleta de dólares y váyase.

La juez Afiuni lo dice: “Y, definitivamente, pienso que yo estoy bajo custodia de los militares. Y lo que decidan los tribunales es otra cosa.” (p. 109). Más adelante relata lo que dicen sus custodios: “Mire doctora, yo le voy a decir una cosa: si la juez le da la libertad, yo no la voy a soltar. Yo tengo órdenes del ciudadano ministro de la defensa de llevármela. Así que no esté contando con la decisión de la juez. No se haga ilusiones, si ella decide soltarla yo no la voy a soltar. Yo me la tengo que llevar.” “A mi usted, doctora Afiuni, no me va a joder mi ascenso.” (pp. 153-154).

Abandonada de la ONU, cuya resolución contra detenciones arbitrarias aplicó, no siendo bandera de la oposición oficial, ni ficha canjeable para el régimen, a la juez Afiuni sólo le queda encomendarse a Dios y esperar a ver qué deciden hacer los militares con ella.

O mejor, con todos nosotros, que también somos sus rehenes involuntarios.


Luis Marín
19-08-12


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RAMÓN SANTAELLA - RAMÓN SANTAELLA - MARIA LOURDES AFIUNI UNA JUEZ VALIENTE Y A PRUEBA DE PERSECUCIONES


ABM
CHÁVEZ ME PUSO PRESA
HABLA LA JUEZ MARÍA LOURDES AFIUNI.
Caracas, Ediciones de la Cátedra ‘Pío Tamayo’
y el Centro de Estudios de Historia Actual de la
Faces/ UCV, 2012, Testimonios Violentos Nº 25.




LA HISTORIA COMO LA MEJOR
DE LAS NOVELAS

          Este último libro de ABM nos resulta, si se acepta, algo novedoso. El escritor inicia su 25ª producción de “Testimonios Violentos” como queriendo adentrarse en el camino de quienes tienen por oficio construir novelas. Nada más acertado, un libro extenso de 471 páginas y el incentivo a su lectura en la primera hilada de palabras. El desarrollo de la obra nos transporta por un contenido de hechos y denuncias que no tiene nada que envidiar, más allá del apasionante mundo de la “historia como actualidad”, a la que se ha dedicado el autor con verdadera pasión e inagotable actividad, a la mejor de las novelas transitadas.

Realmente, el contenido parece extraído de las entrañas del mundo de las angustias, donde aún palpita la fascinadora creencia en el “ángel de la equidad”, con el cual se deja ver la presencia de María Lourdes Afiuni, mujer y juez  que por atreverse a actuar con equidad, sin permiso del “amo” de todos los tiempos habidos en el más allá de nunca volver, fue acreedora del ostracismo.

          En este sentido, contemplamos una obra histórica que se debate entre dos vertientes perceptivas por su contenido; la actualidad hecha de asombros reales y  la realidad de una historia de vida que nos traslada en el tiempo a la Alemania hitleriana en la versión del film “El pianista” que tanto repiten por los canales televisivos, muestra de los desmanes generados por la codicia del poder.

TRES ACTORES PARA UN MISMO DRAMA

          Los personajes de la trama como en las buenas películas son pocos y bastantes al mismo tiempo; entonces, pensamos en tres protagonistas que a la vez, son más de tres, tal como lo exige la comprensión del drama, algo así como cuando leemos “Otelo”, de William Shaquespeare. Según el reparto, esos primeros tres, son:  el “actor” Eligio Cedeño en el papel de banquero en fuga, de corta actuación pero, clave en el desarrollo de un drama espectacular de constantes  expectativas, alrededor de la duda e interrogantes derivadas que conservan la atención de los espectadores (lectores)

María Lourdes Afiuni en su mejor y más brillante “actuación” como la  juez a ser exterminada por pretender establecer cierto orden judicial, valiéndose  del principio “equidad”.

Hugo Rafael Chávez Fría, veterano actor de todos los tiempos, en otro grandioso papel como “El absoluto”, “amo y señor de todos los tiempos” quien se enfrenta a los dos coprotagonistas anteriores en su condición de rescatador de la “dignidad patria”.

PRIMERO YO Y DESPUÉS DIOS

          El montaje de la obra se desarrolla a partir de una medida cautelar  emitida  en el recinto del tribunal presidido por la honorable juez MLA, donde El Absoluto cree descubrir una componenda de ésta para dejar libre al banquero EC, preso por diversos cargos, a cambio de una buena cantidad de dinero.

En consecuencia, liberado EC condicionalmente, la juez se hace responsable ante El absoluto a quien no consultó la medida, haciéndose acreedora de 30 o “35” años de encarcelamiento. Él dice representar el “futuro” y lo “nuevo”, y no puede admitir contratiempos y abusos de tal naturaleza. Es un hombre que lucha por ser “primero él y después Dios” y merece un pueblo que lo ame y no contradiga sus designios.

          Los actores del reparto son muchos, pegaditos a los protagonistas por su actuación magistral, pero no hemos querido señalar unos y “olvidarnos” de otros  porque son tantos que da vergüenza mencionarlos.
         
UNA TRAMA QUE GIRA ALREDEDOR
DE UN DELITO DE CORRUPCIÓN ESPIRITUAL

La trama toma calor e identidad insólita, cuando la Fiscalía General de La República inventa y pretende ponderar el concepto “delito de Corrupción Espiritual”, además de bonito, creativo, algo nunca pensado por el Tribunal Inquisidor que durante la Edad Media tuvo necesidad de exterminar a los enemigos de Dios y la Iglesia; ahora, gracias a este mismo Dios, se inventa el término para castigar la osadía de una juez que no pidió permiso a El Absoluto para cumplir con su deber; tal vez, un sacerdote podría respondernos algo relacionado con la semántica y ponderación del término en cuestión.

UNA RECLUSIÓN BAJO MUCHAS
REJAS Y CADENAS

Detenida de inmediato por orden del “amo y señor”, con propuesta del mismo para ser condenada a la pena máxima que otorga nuestra Constitución, por  su alta “peligrosidad”, es llevada al Centro Nacional de Orientación Femenina de Los Teques (INOF), donde la sobrevivencia la obliga a permanecer entre rejas y cadenas con candados, ocupando sitio “seguro”. Un recinto carcelario descrito como régimen de perversión por quien habría de cambiar el “trono” de un tribunal, por el calabozo y el miedo a ser ajusticiada con cuchillo o veneno, donde peor enemiga resultó la Directora del mencionado albergue que las condenadas por ella, tal como ocurre en las buenas películas.


EL EXTRAVÍO DE LA INSTITUCIONALIDAD

Sin embargo, nos ocurre decir que las páginas introductorias del libro manifiestan como ningún otro de los escritos por Agustín, al menos los que hemos leído, un deseo truncado del autor por trascender la generalidad hacia los albores de lo particular e incluso lo singular de un caso que ha conmovido la opinión pública y fundamentalmente, el sentimiento humano en los que aún pueden sentirse orgullosos de serlo, dejando el total protagonismo a MLA a quien sólo orienta en las respuestas.

La obra ofrecida constituye otro documento demostrativo del extravío de la institucionalidad que debe ser recuperada algún día.

PASIÓN Y MUERTE DE LA JUSTICIA

          Así como la vida de la exjuez MLA se desarrolla entre dos vertientes cuya divisoria es el triunfo presidencial de El Absoluto en 1999; lo mismo ocurre con la justicia, aunque siempre estemos persiguiendo la felicidad total que según expertos, solo existe en algunos rincones del empíreo.

          Aquel triunfo brinda a sus súbditos la oportunidad de servirle con amor y sumisión o quedar fuera de la fiesta política. Por lo visto, la mujer de leyes, decidió por lo segundo, joven aún, no rebelde como solía ser en la escuela, sino irreverente por “irrespetar” intencionalmente al “supremo actor”, aunque ella afirme lo contrario. La oportunidad la hubo perdido porque siendo respaldada por uno de los sumisos, prefirió no participar de la comparsa, tal vez, por negarse a ser ahijada política de alguien, creyendo que basta el saber para merecer los cargos en el reino.

          Después del 11 de abril de 2002, la fiesta se puso buena; hasta logran nombrarla juez bajo la supuesta creencia que  renunciaría a la libertad y la equidad.

LA JUEZ SE ENFRENTA A LA INTENCIÓN DE
HACERLA DÓCIL Y PASIVA

          La narrativa de MLA conduce al lector a comprender que la intencionalidad del Gobierno es provocar la pasividad y entrega incondicional de los sumisos ya pervertidos por un sistema casi irreversible de corrupción; aunque “no” podemos afirmar que El Absoluto se haya enterado de lo que ocurre en el reino; no obstante, se dice que a raíz de ciertos rumores, cambió el nombre de la PTJ por CICPC, evitando la corrupción “científica” de la primera institución.

          Lamentablemente, esta información-denuncia de parte de algún empleado público como MLA, llega al común de los pobladores cuando el mismo cae en desgracia, cuando la noticia ha perdido la envoltura bonita del deber ser. La misma exjuez nos da la razón al señalar en la p.53: “… aunque sea por omisión, yo fui cómplice de esas cosas”.

LAS COMPLACENCIAS DE LA JUSTICIA

          Lo mismo pensamos en el caso del médico forense citado por la protagonista que dice cambiar los resultados de las autopsias de los muertos depositados en la morgue como caso policial, para complacer a quien tiene que complacer, y toda una cadena de complacencias, hasta llegar al “amo y señor”, porque todo debe marchar como se desea, más allá de la realidad del caos. ¡Entonces!, comprendemos por qué El absoluto “no” está informado de lo acontecido en el país. Además, “en la medida en que el colectivo depende de las decisiones de un solo hombre, estará más cerca de Dios”.

EL ESTADO DELINCUENTE REVOLUCIONARIO

          Interesante nos resulta el diálogo entre entrevistada y entrevistador alrededor  de la tesis relacionada con “El Estado Delincuente” y nos asustamos como lector y vecino de estos espacios venezolanos. Ello permite “digerirlo” como prólogo del fin, entender que existe una supuesta institucionalidad “revolucionaria”, organizada para delinquir como imagen del “Estado”.

          Lo expuesto en el primer párrafo de la p.48 en relación al exterminio como política institucional, particularmente después de la puesta en vigencia del Código Orgánico Procesal Penal (COPP), cuyo artículo 244 dispone darle libertad a todo preso que en 2 años no hubiese recibido sentencia, siendo premiados con tal decisión, unos 13.000 prisioneros que solo llegaron a 4.000, porque 9.000 ya habían desaparecido.

EL CICLO APRESAR-SOLTAR-APRESAR

Esto sugiere al mismo tiempo, entender el sistema “impuesto”: apresar-soltar-apresar-soltar, tal vez, por falta de capacidad en las cárceles cuyas vacantes deben estar reservadas para personas como MLA, los comisarios y los policías complicados por los sucesos del 11 de abril de 2002, sin dejar de mencionar presidiarios de “mala” conducta y disidentes. Y tanta gente ignorando lo que ocurre a su rededor como debe “ignorarlo” El Absoluto. ¡Verdad que esto nos hace sentir más miedo aun!

Por supuesto, el historiador de lo actual, aprovecha el discurso de MLA para recordar operativos parecidos, durante el Gobierno del chistoso Presidente Jaime Lusinchi, por allá, finalizando  los 80 (1984-1989), reinventados ahora, por la “verdadera Democracia participativa y protagónica”

UN ‘PEINE’ SOSPECHADO

MLA tenía sospecha que personeros del “Estado Delincuente”, estaban por hacerle algo, lo que ella llama “ponerle un peine”; ese momento llega cuando aparece el caso de Gustavo Arraiz que sugería lo condenaran por un delito no cometido y terminó condenado a 11 años de prisión en otro tribunal; al mismo tiempo está el caso del banquero Eligio Cedeño, pero los casos que le fueron imputados han prescrito. 

Como se refiere en la p.67, contrabando y obtención ilícita de divisas han prescrito desde 2006 y ella recibe el expediente en 2009, quedando “distracción” de fondos”, por lo que es enjuiciado GA que no es funcionario bancario y en el caso, de EC, él no es el banco Canarias a nombre de quien es expedida la orden

Para la entonces juez, surge el dilema ¿Cómo condenar a quien no ha cometido el delito por el cual está imputado?  ¿Cómo condenar a quien presenta caducidad de las causas imputadas? ¿Por qué el banco en el cual labora no es el culpable, si es que hay delito? Más aún: ¿Dónde están los culpables residentes en CADIVI? ¿Será aquí donde están enconchados los culpables de corrupción y los quieren sacar de la calle?

SEGÚN LA JUEZ NI SIQUIERA SE MOLESTARON
EN SEMBRARLE ALGO

Ante la movilidad inmediata de las autoridades de hacerla prisionera por orden del “Supremo”, MLA expresa: “Creo que esa gente estaba tan segura que yo había cobrado que no se molestaron en sembrarme nada (costumbre ancestral de la policía, cuando desea contaminar a alguien). Y cuando se dieron cuenta que no cobré ya era muy tarde para sembrarme, creo que eso fue lo que pasó” (p.64

Hasta ese momento era una juez penal defensora de los derechos del ciudadano con equidad y defensora en un “Estado Delincuente”, esto último, sin saberlo, cuestión que estaba descubriendo y afianzando una vez internada en INOF. 

CUANDO LA JUSTICIA MUERE

          En el transcurso de la primera conversación, el 23 de julio de 2011 en una de las butacas de la casa-cárcel, posiblemente mientras curan las heridas de la intervención quirúrgica a la que fuera sometida la protagonista como parte del drama real discursado, Agustín incorpora un receso casi al final del tiempo planificado para ello, e introduce el tema de la pernocta de la protagonista en el INOF y otros casos de personas disidentes en su condición de presos políticos, los llamados presos de Chávez, en este sentido, son recordados Mazuco y Baduel, con sus características respectivas, tanto en semejanza como diferencias; esto hace que MLA retome planteamientos de los comienzos de la entrevista que llega a su fin, con una pregunta: si mi prisión es contra Eligio Cedeño, ¿Cuál será la deuda contraída por éste con el Presidente?

UNA CUSTODIA DE 40 GN

          La segunda sesión como todas las restantes se realiza en el mismo lugar, el 25 de agosto de 2011, se retoma lo relacionado con la enfermedad padecida por la exjuez y los “40” guardias nacionales que custodian a la rea para “protegerla” y conducirla a cuanta diligencia pudiera realizar. Supuestamente se trata de una mujer ultra peligrosa para el régimen, al punto que ni siquiera Makled pudiera darse el lujo de disfrutar de tan calificada guardia “protectora”.

          Llama poderosamente la atención, cierta disparidad de mando y obediencia entre el poder judicial representado por los tribunales  que dan ciertas órdenes y la guardia custodia que no obedece, sino a ellos mismos. No obstante, la actitud de la guardia pudiera responder a evitar el contacto de la prisionera con el mundo exterior, pero, ¿por qué ellos no se sienten autorizados para impedir y  permiten que Agustín se convierta en interlocutor de alguien tan celosamente “protegida”, no una, sino 7 veces? La situación la percibimos compleja. ¿Acaso los guardias han comprendido cuanto ocurre y difieren de las estrictas e ilegales medidas impuesta?

UNA JUEZ QUE SE ENFRENTA A LAS
CONSECUENCIAS

          La situación resulta confusa para el lector que busca adentrar en las entrañas de una realidad nada fácil de comprender, más aún cuando MLA  cree que si algún día le dieran libertad “plena” le impondrían una mordaza, pero, después de leer la obra organizada por ABM uno se pregunta: ¿Es que la exjuez tiene algo más que decir? ¿Se atreverá alguna instancia a tratar de perjudicarla mpor los sostenidos con ABM en un momento en el cual se levanta y vuelve a levantar la bandera de la libertad de expresión y de la defensa de los DDHH?   Con toda seguridad que la juez MLA pensó en cuáles podrían ser las consecuencias políticas y personales de esta obra. Y consideró un deber y hasta una necesidad producir su testimonio. ¿Cómo procederá El Absoluto, cuando se entere que lo ubican como administrador de un “Estado Delincuente”?.

          De nuevo, el diálogo relacionado con la participación de EC como preso del Presidente y se reitera la interrogante: ¿Por qué?

Hay una pequeña frase expuesta por MLA de interés para el análisis y comprensión de su castigo: “Eligio Cedeño no se fugó, se fue porque a mí me detuvieron”. De ser esto cierto el discurso del Presidente en relación con el caso EC, más los insultos y condena a la protagonista, rompen con la armonía  de la realidad  y la lógica de la veracidad de lo acontecido que tanto reclama para sí mismo el “Supremo actor”.

¿LE COBRARON A ELIGIO CEDEÑO
EL FINANCIAMIENTO A  CARLOS ORTEGA?

Una información que a nuestro juicio ha debido ser expuesta durante la primera  conversación es que EC hubo financiado la fuga de Carlos Ortega, porque El Absoluto siempre ha dicho que de él no se burla nadie. Esto indudablemente, constituye una causa de odio y persecución, más allá de la posible relación que pudo haber existido entre el banquero y la hija del poder.

Un aspecto que puede haber influido en las causas de la persecución de EC es, según ABM, que aquél inicia sus actividades bancarias en 1994, durante el Gobierno de Caldera II, cuando la crisis bancaria pero, sus grandes inversiones se producen durante el tiempo de la “revolución”, cuestión que refuerza la interrogante ¿Qué hizo EC que disgustara al Presidente?

De nuevo se exalta la presencia de los grupos de exterminio, cuando se anuncia la puesta en la calle de 20.000 presos que supuestamente irán muriendo en las calles y barrios de la ciudad;  famoso también en Brasil el exterminio de indigentes, durante el gobierno que precede al de Lula Da Silva.

LAS CUERDAS INTERNAS DE LA JUSTICIA

          La III coversación es el 25 de noviembre de 2011; lo novedoso es la permanencia del juez de la causa en el caso Afiuni. Ella se encarga de  denunciar la situación que es admitida por el Tribunal Disciplinario de la Dirección Ejecutiva de la Magistratura. Pero él no se desprende del expediente y al parecer, nadie lo puede obligar hacerlo.

          Cree Afiuni que en esto está comprometida la encargada del TSJ Luisa Estela Morales, “quien no mueve un dedo sin notificarlo a Chávez” ¡Como tiene que ser!

LAS ATROCIDADES DEL INOF

          En esta entrevista se dedica tiempo a conversar en relación a la estada de la protagonista en el INOF y sus peripecias detrás de las rejas. Podría cualquier leguleyo o desconocedor de realidades, reír y opinar en relación a lo denunciado y decir por ejemplo: eso “no” es nada de otro mundo y “no” supera atrocidades que han sido llevadas al cine. Pero en realidad, nunca se ha podido creer que la barbarie o crueldad forme parte de la existencia humana.

¿Cómo es “posible” que El Absoluto, “no” haya podido enterarse a tiempo de cuanto ocurre cotidianamente en tal recinto, cuando se percibe en el ambiente las órdenes dadas para su protección, que pudiera calificarse de trato preferencial, dadas las condiciones de ese antro de perversión, donde hubo sido recluída MLA para que cancelara física, mental y “moralmente”, algo de la deuda supuestamente contraída por EC?

SER PRESA DE CHÁVEZ LE CONCEDIÓ
GARANTÍA PARA SER CUSTODIADA

          No obstante, la dialéctica sale a relucir en la expresión popular: “no hay mal que por bien no venga”. Haber sido “presa de Chávez” le concedió garantía para ser custodiada y ser beneficiada con el mandato absoluto a ser  “protegida”. De no ser así ¿cómo explicar la impotencia de la Directora del penal que por no estar satisfecha con aquella orden emanada de los superiores, la arremete en contra de la exjuez?  Pudo escapar de las garras del lesbianismo, de las presidiarias que ella misma condenó, de los machitos del “Praga 3” y evitar tener que mamarse unas cuantas  cucas, durante noches de insomnio (p.161);  por tener un poco de tranquilidad moral  y conservar su físico.

 ¿No cree la protagonista y por eso lo es, que para la Directora hubiese sido más fácil incorporarla al sistema del envilecimiento sexual, sin correr el riesgo de ser denunciada? Porque quiera o no, entró y pudo salir inmaculada de ese recinto siniestro.

LA PERVERSIÓN Y ABUSO SEXUAL

¡Por Dios! Como repetía mi madre ante la desdicha: ¿Podrán contar las jóvenes presidiarias que por circunstancias de la vida han estado envueltas en el manto de la miseria social y humano que les ha correspondido en el “sorteo” de nuestra estructura social y caen en desgracia para el resto de su penosa existencia, cuando son sometidas a un sistema de perversión sexual que nos huele a irreversible, donde deben concienciarse para servir a machitos y responder a la prostitución nocturna y foránea administrada por la consentida Directora del penal, donde el deber ser de la sociedad es orientar a la mujer para la existencia futura?

EL INOF: MUESTRA FEHACIENTE
DEL INFIERNO

La imaginación es libre e infinita. Extrapolemos por un instante lo que acontece en nuestro INOF, y moriremos de risa leyendo y viviendo la realidad que inspiró a Víctor Hugo para escribir Los Miserables. Pensemos en ese mismo instante y veremos que el INOF es representación o muestra fehaciente del infierno, nunca visitado e ignorado por el señor Diablo que piensa en cosas de mayor envergadura. Extrapolemos e instalémonos con Dante de Alighieri en su Divina comedia y nos daremos cuenta cómo han avanzado los infiernos.

LA PUTREFACCIÓN DENUNCIADA POR MLA
NO ES NUEVA SINO ENRIQUECIDA

No podemos negar que el sistema jurídico venezolano siempre ha expedido hedor a perro podrido. La putrefacción denunciada por MLA no es nueva, ha sido enriquecida, y no fueron los mismos hechos de cuanto acontece en nuestras cárceles en la actualidad, simplemente porque las personas no son las mismas, un problema de edades y muerte, sin menospreciar lo acontecido a cada preso en particular, según circunstancia en el período histórico vivido.

Después de narrar lo sentido y observado en el INOF (todo en la “revolución tiene nombre bonito y fracturado el corazón), se retoma el caso EC, cuando se expone que la medida tomada por la exjuez tiene correspondencia con una resolución de la ONU que recomienda enjuiciarlo en libertad. Ahora, tampoco se cumplió en su caso como prisionera, a sabiendas que 3 departamentos del Consejo de Derechos Humanos emitieron las mismas resoluciones.

          Cuanto no queda claro es la expresión de MLA al decir que en una próxima vez no cumplirá con las resoluciones de la ONU (p.174). Significa que ella no ha entendido siquiera las condiciones existentes en el recinto-espacio donde habita un régimen político militarista-dictatorial. ¿Se podría afirmar lo mismo con un régimen, al menos medianamente democrático? ¿Cómo exigirle a la ONU y no a la OTAN, mecanismos que echen  abajo estos muros de contención y acabar con un “Reino” como el nuestro?

          Igual tipo de observación cabe cuando ABM hace la pregunta ¿Para qué el Derecho? (Ídem); ahora, la interlocutora tiene la respuesta a su afirmación, cuando expresa: “Lo más difícil del Derecho es ejecutarlo, respetando los valores ciudadanos” (p.175). Buena respuesta para entender que la amargura y la tristeza no son buenas consejeras y tener que afirmar en contraposición a lo dicho anteriormente: “No creo que mi esperanza sea la muerte de Chávez (Ídem). ¡Verdad, da arrechera sólo pensarlo!

LAS CONTRADICCIONES DE LA JUEZ

Los dos últimos párrafos  de la p.226 y los dos primeros de la p.227, constituyen una pieza interesante porque finalizando la parte correspondiente a sus entrevistas, aparecen las contradicciones. En las primeras páginas del libro MLA declara que en lugar de EC, habría hecho lo mismo, fugarse, una vez conocido su apresamiento; aquí dice que él ha debido devolverse porque él estaba en libertad.

¿Quién podía garantizar eso? ¿Ella, la medida cautelar, la boleta de excarcelación o quien da la orden de apresarla? Es algo que ella misma ha debatido a lo largo de las 274 páginas que le han correspondido en la obra y al final parece que estuviésemos regresando al comienzo de la misma. ¿No deseaba que terminaran las conversaciones o ha “perdido” la noción de los hechos?

Otra contradicción se advierte cuando dice no ser una presa de Chávez, sino estar ocupando el puesto de EC. ¿Pensará volver para que le regrese lo que le corresponde? Luego, finalizando su discurso, asegura ser presa de Chávez (p.252). Asume tan en serio su papel de “cuidadora de puesto” que llega a creer que puede pensar y hablar por el dueño del mismo y expresa: “Yo no quiero estar en los zapatos de él. Porque realmente debe ser horrible para él cada día que yo paso detenida” (p.261).

De esta declaración se podrían desprender planteamientos como: dudar de la ingenuidad manifiesta o estar ante un caso de ingenuidad angelical; creer que la protagonista está en contacto con el fugado; pensar que ella conoce la personalidad y sentimientos de él. Otros pudieran pensar en un posible caso de atracción. Por cierto, algo muy normal que cabría perfectamente en la circunstancia del encuentro entre una juez y el inculpado al que se debe condenar.  Y quién sabe cuántas otras cosas.

INGENUIDAD POLÍTICA Y DESCONOCIMIENTO
DE LA REALIDAD

  Entre las dos páginas referenciadas hay expresiones que han debido ser aclaradas, como decir: “Él se devuelve y seguimos los dos presos” y luego refiere: él estaba en libertad pero no podía salir del país; uno pregunta: ¿Se puede hacer eso a espaldas del líder absoluto y esperar sobreseimiento de un juicio? Esto parece una situación de verdadera ingenuidad y se nos ocurre creer que resulta de gravedad en la condición de juez, donde además se percibe ingenuidad política y desconocimiento de la realidad en la cual se practica la profesión, al punto de tener que formar parte del INOF para enterarse de que Venezuela se está pudriendo para no afirmar que lo está.

SUS SENTIMIENTOS ENCONTRADOS

El protagonismo de MLA culmina en contradicciones como hemos referido y en una serie de conjeturas relacionadas con EC, en las que ABM la secunda, consideramos, para no romper con el paquete de sentimientos cruzados que se desbordan en MLA y pudieran ser la causa de tales contradicciones y supuestos idealizados  como si buscara una nueva base de sustentación y evitar precipitarse en el silencio de la duda inconclusa y las interrogantes sin respuestas. Tan es así que casi de manera inadvertida señala: … “a mí que no me dejen un huequito porque me voy para el coño” (p.228), y 5 líneas más abajo repite la misma idea pero de manera diferente, volviendo a ella la dulzura: ...“a mí que no me den una lucecita porque también la aprovecho” (Ídem).

Diría mi madre: “la lengua es castigo del cuerpo. Hay que visitar a la señora Prudencia” que se encarga siempre de apaciguar las emociones y bajar los niveles de la explicable y justificable angustia que tiene tomada la vida de la juez MLA.

En  la página 274 del libro culmina la participación de la protagonista.  Después siguen unas 190 páginas de suma importancia para seguir conociendo del drama tratado, especie de anexo complementario. Es la experiencia vivida por los familiares que están en un espacio convertido el casa-cárcel. De igual modo están los análisis de sus abogados: José Amalio Graterol, Juan Cancio Carabtón, Thelma Ferández y Carlos Ayala Corao. Opinan de igual modo sobre el caso los penalistas: Alberto Arteaga Sánchez, Blanca Rosa Mármol León y José Luís Tamayo.

Finalmente, un mensaje a María Lourdes Afiuni, la mujer, la madre, la profesional.

UNA PRESA ESPECIAL

Usted, apreciada amiga, protagonista en este sistema jurídico que según sus revelaciones, pudiera calificarse como podrido o nauseabundo, pero, de apariencia virtuosa y garante, ha tenido la “suerte” (me disculpa el sarcasmo), de vivir las dos vertientes del sistema.

La aparente, donde todo marcha a pedir de boca, con el concepto de institucionalidad extraviado y sus profesionales correspondientes; dependiendo incluso, no de expedientes extraídos de una “nevera”, sino construidos probablemente, a espaldas de la realidad de hechos y circunstancias causales, procesados por supuestos expertos que ignoran el  submundo donde se cuece aquella realidad, al igual que ignoran de donde procede la voz de mando que los avasalla.

La segunda vertiente, donde se enfrenta lo humano con la perversión y Usted, tuvo la dicha (otra disculpa), de entrar, conservarse y salir pulcra. Y eso debe “agradecérselo” a su carcelero mayor. Sin su orden, el cuento sería otro o simplemente el silencio estaría respondiendo a la importancia de la violencia. Sirva esto como aporte o prueba de que Usted, es presa “especial” y niega lo que  afirma diciendo que no es prisionera del Presidente, sino que está ocupando el lugar de EC.

DE CONSERVAR LO VIVIDO TENDREMOS A FUTURO
LA MEJOR JUEZ Y LUCHADORA SOCIAL

Si su memoria conserva lo vivido en ambas vertientes del mundo de la justicia, tendremos a futuro, la mejor juez y la mejor luchadora social del mundo; el principio de la equidad y el respeto por los derechos humanos serán manojos de crisantemos blancos y amarillos en sus manos y en su mente, y ante un sistema jurídico podrido y nauseabundo, opondremos mil olores  confundidos entre ramos de malabares y azahares perfumando su trono de leyes y ya no hablaremos de la “dignidad patria”, sino de respeto por nosotros mismos y para los demás, hasta comprender el verdadero significado de la palabra dignidad.         

(Paréntesis)

¡Caramba!, ¡Caramba! / Lo que son las cárceles de mi país por dentro / Tienen color de miseria y hambre / Hedor de perro podrido en sus entrañas / Supervivencia entre ríos de mierda y sangre / Someterse a violaciones y prostituirse es lo conveniente si resguardar quieres tu integración que no será física ni moral porque resultan rotas antes de tiempo / Solo queda participar de la perversión y en la cárcel de mujeres, presenciar hijos de putas inventadas con militares / Donde una Directora orienta a las presidiarias no para hacerle honor a la institución extraviada en cada calabozo de sus entrañas / Ella, simplemente administra el dinero que produce su fábrica de putas obligadas / Machitos, mamadoras de cuca, en resumen, lesbianas y el consumo de drogas para olvidar / Hablamos de miseria como si fuese una planta y desconocemos la hierba que nos mata / Y la Iglesia nos habla de infierno, sin conocer al Diablo por el solo hecho de defender a Dios.

NO SE ACHICOPALE QUE AHORA ES CUANDO
HAY FUERZA PARA VENCER

          La esperanza, apreciada amiga, si bien tiene nombre de mujer, trasciende la imaginación de las deidades, sin dejar de ser pensamiento infinito en cada circunstancia necesaria de afrontar. Con ella no hay barreras ni horizonte pequeño, porque siempre este crece en la medida en que nos elevamos y para ello, nada mejor que los sueños y el imaginario para lograrlo. No dependemos de nadie para lograr la libertad cuando ella nos pertenece, la llevamos por dentro y hasta los olvidados confían en Dios porque la esperanza es lo último que nos abandona cuando nos circunda la muerte, para seguir siendo infinita (no se achicopale que ahora es cuando hay fuerza para vencer).

APUESTE A LA VICTORIA
AÚN HAY TIEMPO

          No diga que las ideas se agotan, invente sueños, construya utopías a futuro, aproveche para ello, la dulzura y vocación de Gerardín y envuelva cada circunstancia real o pensada, con ideas positivas, esperanzadoras. Viva cada nuevo día como se lo ofrece la aurora, aun cuando tenga que acompañar al Sol en el ocaso, concientizando  que si él nace con el alba es porque tú naces con él. Reinvéntate, crea tu propia circunstancia de libertad. Escribe que tienes mucho que denunciar y decir, hazte célebre entre los que han creado un mundo distinto al que conocías, por el solo deseo de olvidarte. Forja tu escudo y tu espada de acero limpio, combate y apuesta a la victoria, aún hay tiempo. ¡Adelante!.

TIENES POR ESCUDO TUS PRINCIPIOS

          Los profesionales exitosos como tú, están obligados a sacar cuenta de sus obras. Tú te sorprenderás de cuánto éxito has logrado en la vida. No dejes que el enemigo crea que te ha vencido, demuestra de quién es la victoria. Tienes por escudo tus principios y valores. Está tu madre viva que te respalda y pide a los dioses del Universo por tu vida, tu padre, la hija que sigue tus pasos y un hermano defensor. ¿Qué más quieres? ¿Acaso hay algo que te falte? ¿¡Libertad!? Búscala en tu mente y reirás del mundo que te envuelve, como hacían los esclavos con su canto ante la imperiosa orden del amo. Sé que has sido y que seguirás siendo valiente. A prueba de persecuciones, intimidaciones, amenazas y negociaciones.


RAMÓN SANTAELLA YEGRE
Geógrafo, historiador, doctor en ciencias sociales,
docente-investigador y profesor titular de la UCV
14 de agosto del 2012 
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