

El 15/08/08, el Dr. Agustín Blanco Muñoz (ABM) publicó en el diario El Universal un artículo titulado “Borrachera Electoral”, reproducido por el blog de la Red Internacional del Colectivo (RIC), a través del cual sintetiza con rigor todo el devenir de la crisis institucional que sacude los cimientos del sistema democrático venezolano, en particular el periodo post-constituyente que se inició el 15D-99 con la aprobación de una nueva Carta Magna (CM) mediante referéndum constituyente.
ABM recuerda la secuencia de eventos que se han manifestado en dicho periodo, estableciendo una relación Causa-Efecto en algunos de ellos (el paro del 10D-01; las movilizaciones que desencadenaron los sucesos del 11A-02; el paro petrolero de 2D-02 y el referéndum revocatorio del 15Ag-04). Las consecuencias de todo esto, según ABM, se expresa en una especie de “borrachera electoral” por parte del “oficialismo” y de las “oposiciones” quienes con desenfreno van tras las mayorías, representadas por más del 60% del electorado venezolano que no comparte ni el abuso y ventajismo del gobierno y menos el oportunismo de la oposición.
Sin embargo, no comparto en absoluto la tesis expuesta por ABM en el sentido que: “Los borrachitos de nuestra politiquería le quieren hacer creer a la gente que la situación creada con las 26 leyes del y para el socialismo del siglo XXI es algo que se va a resolver con los votos del 23 de noviembre. Esto es una enorme falacia que se mueve entre la ingenuidad, la ignorancia, las ambiciones y las conocidas negociaciones. Por esta vía no es la cosa.” Por supuesto que esta no es la vía para manejar y resolver esta crisis. No obstante, me permito presentar tres aspectos que bien pudieran coadyuvar en la concreción de formas de organización y de accionar por parte del colectivo que conlleven de alguna manera a la ruta más adecuada y conveniente más allá del simple acto electoral, es decir:
1º) El 23N-08 es una coyuntura político-electoral inevitable para un 40% del electorado que aglutinan los sectores que apoyan al gobierno y a la oposición. El éxito de uno u otro va a depender de la actitud que asuma el 60% restante de los electores, independientemente de las ambiciones, negociaciones por parte de la oposición y de las trampas, emboscadas o fraudes que, obviamente, puede idear y ejecutar el gobierno. Ese colectivo debe ser capaz de auto-organizarse, creando sus propios liderazgos al margen del mismo proceso electoral, el cual, como es obvio, será copado por los liderazgos de la vieja política, nucleados en los partidos de la cuarta y de la quinta.
2º) Antes del 23N-08 gran parte del 60% del colectivo deberá expresarse con acciones de calle en contra de las inhabilitaciones políticas, del paquetazo de las 26 leyes de la habilitante promulgadas el 31-J y en contra de las intenciones de Chávez querer convertir este país en una “República Bananera”, erigiéndose como dueño y señor de la voluntad, querencias y destino de más de 26 millones de venezolanos. En consecuencia, cada concentración política, convocada o no por la oposición, deberá convertirse en un escenario para comprometer al sector oposicionista en acciones de resistencia de pueblo en contra del abuso cometido por el gobierno que va más allá del 23-N.
3º) Posterior al 23N-08, independientemente de los resultados electorales, la mayoría del pueblo venezolano, es decir el 60% que se opone al 40% que reúne al gobierno y a las “oposiciones”, producto de las movilizaciones y acciones de calle desarrolladas previo al 23N-08, deberá utilizar todas las formas posibles de auto-organización, concentrando todas sus acciones hacia el objetivo de desconocer al gobierno de Hugo Chávez, su legislación o autoridad sino deroga o deja sin efecto las 26 leyes de la habilitante, las inhabilitaciones políticas y aquellas disposiciones, decretos, leyes y todos los actos de gobierno que se hayan ejecutado o que estén en plena ejecución que sean contrarios a los valores, principios y garantías democráticas o menoscaben los derechos humanos, en un todo de acuerdo con lo pautado en el Artículo 350 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Espero que los tres aspectos antes analizados contribuyan en las respuestas a las preguntas planteadas en la RIC, a propósito del artículo “Borrachera Electoral” escrito por ABM. Para los lectores que siguen semanalmente estas reflexiones les transcribo a continuación estas interrogantes: 1º) ¿Cuál es su posición respecto a la cuestión electoral?; 2º) ¿Asistimos simplemente a la convalidación del 23N-08? Y 3º) ¿Piensa usted que esa es la salida para la profunda crisis que padecemos?
Por último, para ser consecuentes con el título de este artículo y lograr las respuestas contundentes y definitivas a las preguntas planteadas en este debate, se requiere de una gran dosis de sobriedad democrática y firmeza constitucional para profundizar y consolidar nuestra muy joven democracia participativa y protagónica. E-mail: Jaimes@ula.ve
Dr. Edgar Jaimes, Prof. Titular Jubilado del NURR-ULA
Estimado Dr. Rivera: Ante todo agradezco su dedicación a la lectura y análisis de los artículos que se colocan en el blog de la RIC, en particular los suscritos por mí, así como por la sinceridad y el aserto de sus comentarios. En primer lugar, nunca me he caracterizado por sacarle el cuerpo a ninguna respuesta o comentario crítico que realicen los lectores con respecto a mis opiniones. En efecto, en el artículo sobre ¿Cómo salir de esta crisis institucional?, señalé que para resolver dicha crisis era imprescindible transitar la vía democrático-electoral-constitucional ya que es la ruta más adecuada y conveniente.
También argumenté en dicho artículo que las respuestas a las otras preguntas planteadas por la RIC no tienen cabida por anticonstitucionales, lo cual no las descarta de manifestarse, pero que en el contexto de la actual crisis las vuelve prácticamente inviables y no sostenibles. Quizás en esta apreciación haya cometido un error de reducción porque salta a la vista que entre la opción democrático-electoral-constitucional y la vía violenta-insurreccional, una tercera posibilidad es factible de concretarse y no necesariamente ser inviable e insostenible. Esa tercera opción es la más probable que ocurra toda vez que la primera ya fue practicada sin obtenerse resultados positivos, por el contrario lo que ha provocado es el agravamiento de la crisis institucional, tal como lo refiere el Dr. Agustín Blanco Muñoz (ABM) en su último artículo sobre la “Borrachera Electoral”.
En consecuencia, no basta con simplemente ir a votar sino utilizar el contexto democrático-electoral-constitucional para estimular y desarrollar procesos de auto-organización y de movilización-acción de los “hombres-pueblo” y los “hombres-masa” que permitan, por una parte, vehiculizar protestas y reclamos, de forma permanente, dirigidos a neutralizar los abusos y arbitrariedades que sistemáticamente ha venido cometiendo el Presidente Chávez durante sus nueve años de gobierno y, por la otra, educar a la ciudadanía en torno a la aplicación del precepto establecido en el artículo 350 de la Carta Magna, según el cual: “El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos” . En este contexto constitucional es donde el pueblo venezolano debe encerrar la arrogancia, arbitrariedad y descaro del gobierno de Chávez una vez agotadas, en plazo perentorio, todas las formas de reclamos y protestas cívicas orientadas a la obligatoria rectificación de una gestión gubernamental que cada día se vuelve autocrática, corrupta, ineficiente e ineficaz para la democracia participativa y protagónica definida por dicha Carta Magna.
Con respecto al segundo artículo, tiene usted toda la razón en reclamar mi falta de concreción sobre las formas de organizar al colectivo para resolver esta crisis institucional. Ciertamente, hablé sobre algunos aspectos del qué hacer, más no del cómo prepararse u organizarse para hacer y cuándo hacerlo. Reconozco mi error y me comprometo a abordar en mi próximo artículo algunas ideas en ese sentido. No obstante, en el artículo titulado “Sobriedad Democrática”, puesto hoy mismo en este blog, en respuesta al publicado por ABM, antes mencionado, dejo entrever una de las formas más efectivas de organización de todo colectivo humano como es la AUTO-ORGANIZACIÓN cuya esencia está contenida en la segunda parte del párrafo anterior.
Por último, Dr. Rivera, quiero expresar mi desacuerdo con su opinión respecto a mi concepción del socialismo la cual ha sido fruto de la experiencia político-ideológico y de la militancia en el campo de la revolución, dentro del cual estoy inmerso desde mi época estudiantil en la Facultad de Agronomía de LUZ (1970-1975), pero en particular entre 1977 y 1981. Para ello me apoyaré en un análisis que realicé en torno a la propuesta del “Socialismo Cuántico” que recientemente realizara el Dr. Rolando Araya Monge (2006).
El Socialismo Cuántico se construye a partir del cambio de la mentalidad y la cosmovisión dominante, aplicando los principios de la Educación Holística reconocida por la UNESCO como el paradigma emergente del siglo XXI. Los tres (03) aspectos que caracterizan a este nuevo paradigma los puntualicé en un artículo previo (Ideas-Fuerza para un currículo nacional del siglo XXI), publicado por el Diario de Los Andes el 28/04/2008. No obstante, en esta oportunidad haré énfasis en dos aspectos fundamentales para la construcción de un verdadero SOCIALISMO.
En primer lugar están las premisas básicas, dentro de las cuales se incluyen las siguientes: 1º) Distribución adecuada del ingreso; 2º) Eliminación progresiva de la pobreza; 3º) Disfrute total de la libertad personal; 4º) Profundización de la democracia a través del libre pensamiento; 5º) Progresivo crecimiento y sostenido desarrollo de empresas generadoras de riqueza social; 6º) Armonización total entre la creciente actividad productiva de la sociedad como un todo, con la sostenibilidad del entorno eco-social.
En segundo lugar resaltaré lo que el Dr. Araya Monge señala como un conjunto de condiciones que generarían los procesos transformadores de la mentalidad y la cosmovisión dominantes, tales como:
A.) Orientación de la investigación científica a fines humanistas y no a objetivos militares y mega-industriales;
B.) Creación y fomento de nuevos sistemas de difusión e información;
C.) Desconcentración del ejercicio del poder político en todos los niveles gubernamentales, distribuyendo en forma sistémica el empoderamiento hacia las comunidades organizadas a nivel municipal, parroquial o local;
D.) Descentralización al máximo en la administración de los recursos económicos y financieros, así como de competencias y funciones orientadas al desarrollo endógeno auto-sostenible de las comunidades a nivel municipal, parroquial o local;
E.) Creación de nuevos estímulos en la actividad laboral tal que el trabajo sea asumido como un goce o placer por el trabajador, para que no sean sólo las ganancias materiales o crematísticas el único objetivo para realizar una labor física o intelectual;
F.) Producción de alimentos y otros bienes de consumo humano en función a la satisfacción de sus necesidades materiales y espirituales, erradicando el consumo de lujo y, por último,
G.) Es necesario que la gente internalice que la degradación de las condiciones requeridas para lograr una vida humana digna y placentera es producto del anidamiento, en la conciencia de las personas, de los anti-valores que sustentan la racionalidad dominante, es decir el egoísmo, el oportunismo, la corrupción, el fetichismo; pero de forma particular, la permanente intención de reducir la totalidad, integrada y vibrante, en sus partes constituyentes Esta visión de la realidad ha sido la causa del individualismo excluyente y de las luchas por el poder político, militar y económico, responsables directos de los conflictos bélicos, que terminan convirtiéndose en guerras eco-genocidas.
Como usted podrá apreciar, Dr. Rivera, esta concepción dista años-luz de los preceptos teóricos, políticos e ideológicos que dieron sustento al Socialismo Real impuesto en la URSS, Corea del Norte, China, Albania, Rumanía, Vietnam, entre otros. De por qué llamarlo Socialismo Cuántico, es una discusión que podemos realizar en otra oportunidad.
Finalmente, Dr. Rivera, espero que mi respuesta a sus planteamientos hayan sido más claros y precisos que el contenido de mis artículos los cuales han sido potenciados por sus precisas, contundentes y oportunas observaciones, motivo por el cual me han permitido corregir apreciaciones y enfoques de análisis en relación con la crisis institucional que vive nuestra patria. Por lo tanto, usted no sólo es un interlocutor válido sino necesario para amalgamar ideas y concepciones trascendentes. Muy agradecido.
Reciba un cordial saludo de un amigo y compatriota. Atentamente
Dr. Edgar Jaimes