miércoles, 16 de marzo de 2011

EDGAR JAIMES - ¡QUE VIVAN LOS ESTUDIANTES...!


“…porque son la levadura / del pan que se come el pobre / con toda su sabrosura /…que no le asustan los palos / ni el ladrar de la jauría / caramba esa mala cosa / que viva la astronomía…”. (Fragmentos de la canción interpretada por Mercedes Sosa, 1970)


Con esta estrofa de rebeldía, fresca y permanente, felicito a los estudiantes que, junto a algunos trabajadores y profesores universitarios, en situación de huelga de hambre por más de veintidós días reclaman el cumplimiento efectivo de reivindicaciones estudiantiles, laborales, incluyendo el pago de deudas vencidas, y un mejor presupuesto a las universidades venezolanas, el cual ha sido reconducido o disminuido desde el año 2007.

No solo los felicito sino que los estimulo a seguir adelante con sus justos y oportunos reclamos toda vez que la gallardía, contundencia y precisión contenida en sus mensajes, constituyen la mejor respuesta frente al desplante, irresponsabilidad, burla, cinismo, caradurismo y abuso de poder puestos en práctica por la jauría de funcionarios gubernamentales, encabezados por el mismo Presidente de la República, Hugo Chávez.

La prepotencia y desfachatez mostradas durante esta huelga de hambre estudiantil-laboral por parte de la Defensoría del Pueblo, Fiscalía General de la República, Ministerio de Educación Universitaria y Presidencia de la República, pone de nuevo en evidencia el desprecio que tiene el gobierno hacia las universidades nacionales por ser los bastiones donde sus comunidades no solo resisten con dignidad y valentía el asedio económico y político, sino que no están dispuestas a plegarse a los caprichos y abusos del poder ejecutivo.

En este contexto, aprovecho la ocasión para hacer una réplica a la opinión expresada por el Dr. Rigoberto Lanz en su sección “A Tres Manos” del diario El Nacional,  en su edición del 13-03-2011, titulada:“Universidades: ¡transfórmense!” según la cual, en razón de las actuales condiciones organizacionales y estructurales que tienen las universidades venezolanas, “… con ley o sin ley…Usted puede democratizar el acceso…y todo seguirá igual. Usted puede profundizar la autonomía…y todo seguirá igual. Usted puede entregar todo el dinero que haga falta…y todo seguirá igual. Usted puede democratizar el gobierno universitario…y todo seguirá igual. Usted puede cambiar el pensum…y todo seguirá igual”.


Al respecto, no estoy plenamente de acuerdo con esta acotación por ser reaccionaria y reduccionista, ya que Universidad y Gobierno son entes públicos fundamentales para impulsar el desarrollo humano sustentable de toda la sociedad, en cualquier parte del mundo.

En consecuencia, no son solo las universidades las que están en la obligación de transformarse sino también el gobierno, más ahora cuando este último se autodenomina “Socialista-Bolivariano-Revolucionario”.

Gobierno: ¡transfórmense! es mi réplica a lo expresado por el Dr. Lanz, las razones están de sobra y son del conocimiento de toda la sociedad venezolana. En efecto, si el gobierno dejara de lado las ofensas y descalificaciones hacia quienes no comparten su visión, tildándoles de apátridas, contrarrevolucionarios, enemigos del gobierno, agentes del imperio, entre otros; la relación Gobierno-Universidad sería mejor y más fluida; si el gobierno elimina el dispendio de recursos financieros hacia gobiernos extranjeros (Cuba, Nicaragua, Bolivia, entre otros), así como la adquisición masiva de armas de guerra, y los asigna para que las universidades cumplan con sus programas académicos y resuelva los reclamos estudiantiles-laborales, esa relación sería más efectiva y eficaz.

En fin, si el Gobierne atiende y establece acuerdos con las Universidades sobre la base del respeto, la visión compartida y la interrelación sistémica, más allá de los enfoques y tendencias políticas e ideológicas que puedan prevalecer circunstancialmente en ambos, obviamente que el beneficio derivado de esa relación impactaría positivamente en el entorno eco-social, al cual se deben ambos.

En síntesis, en una relación donde participan tres, donde el beneficiario absoluto es la sociedad, lo correcto y pertinente es que Universidades y Gobierno deben transformarse mutuamente y al mismo tiempo,  para que el beneficio que de allí surja sea factible y eficaz a corto, mediano y largo plazo. Esa sería la esencia de una verdadera Transformación Revolucionaria permanente.

Profesor Titular Jubilado del NURR-ULA, Trujillo.

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