jueves, 26 de enero de 2012

JESÚS URDANETA HERNÁNDEZ - LA PATRIA LE QUEDA GRANDE


El mismo día en que Leopoldo López le anunciaba al País, que declinaba sus aspiraciones como candidato de la Unidad a la presidencia de la República, a favor de Henrique Capriles Radonski, el “comandantepresidente” en un gesto que denota la adicción que padece de alimentar cada vez más a su propio ego, nos sometía a otras de sus innumerables cadenas, con las que nos tortura a los venezolanos. Era de esperarse. Permitir que otros sean los protagonistas de una jornada, no es algo que esté en sus planes.

    Como siempre, sus mentiras, manipulaciones y sus interminables “paréntesis” (como en una oportunidad recuerdo los denominó Laureano Márquez), fueron el discurso qua acompañó al acto. Sin embargo, hubo una declaratoria que llamó poderosamente nuestra atención, no por nueva, sino por infame. Palabras más palabras menos, dijo algo así como “por ahí hay alguien que quiere sacar la misión Amor a Chávez, bueno, muchas gracias, porque amar a Chávez es amar a la patria”.

    No es la primera vez, que al mejor estilo de Luis XIV, el Rey Sol, nuestro aspirante a monarca se endosa “el estado soy yo”. Pero si aquello es ya una demostración de su talante autocrático, ahora fue demasiado lejos, porque la Patria es mucho más que el Estado. Mientras el Estado es el conjunto de los órganos de gobierno de un país, o un territorio cuyos habitantes se rigen por leyes propias, la patria va mucho más allá. La Patria es “la tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligada el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos”(DRAE). Así, la Patria somos todos los que estamos y estuvimos aquí haciendo causa común. La Patria  son nuestros ríos, nuestros llanos, nuestras montañas, valles, pueblos, caseríos, ciudades. Incluso nuestro cielo. La Patria somos los hombres y mujeres de este país, nuestros jóvenes y nuestros niños, nuestros viejos e incluso nuestro porvenir. La patria son nuestras casas, nuestras grandes edificaciones y también nuestros ranchitos.

    Esa es la Patria, porque la Patria somos todos y todo en su conjunto y nunca una individualidad y menos un hombre que se endosa méritos inexistentes, que se coloca en una posición histórica que no le corresponde, que ha vendido su alma al poder y en su transacción viola nuestras tradiciones, nuestra idiosincrasia, nuestros valores nacionales y nos entrega por partes, por cuotas, a otras naciones.

    Jamás nuestra Patria se había visto tan amenazada por tan equivocadas y grotescas políticas y acciones nacionales e internacionales. Por un lado nos colocan junto a los parias del mundo, de los señalados, de los entredichos, con evidente perjuicio a nuestra posición geopolítica mundial; y por otro, nos venden al mejor postor llámense chinos, rusos, bielorrusos, iraníes o cubanos, que nos acosan y desangran como parte del pacto personal de quien se hace llamar patria.

    Quien trata de implementar el comunismo en Venezuela, no porque cree que es el sistema idóneo de justicia social (por lo demás la Historia ya demostró su más rotundo fracaso)  sino porque le permite oprimir y dominar para permanecer en el poder; quien tolera que las autoridades secuestren a niños, como forma de intimidación y extorsión, para que sus padres cesen en sus legítimas protestas ante la crisis habitacional que padecen, tal como ocurrió hace pocos días frente al Palacio de Miraflores, donde efectivos de la Guardia Nacional, se llevaron a más de 20 niños, que fueron a parar a una sede de la Misión Negra Hipólita, como lo reportó El Nacional en su edición del 25 de enero de los corrientes; quien ha sido el protagonista de los mayores desmanes y abusos cometidos en los últimos 50 años en este país (sólo recuerden  algunos pocos ejemplos como Los Semerucos,  los 20.000 trabajadores de PDVSA, Puente Llaguno y pare de contar); quien haciendo gala del refrán “dime de qué te jactas y te diré de qué adoleces” nombre Ministro de la Defensa y condecora como ejemplo de lucha contra el narcotráfico a un individuo que está señalado como pieza clave del narcotráfico internacional y colaborador de grupos terroristas, no puede considerarse patria.

    Luego de trece años sólo podemos decir que el Estado le quedó grande, y con mucha más razón le queda grande la Patria.

Jesús Urdaneta Hernández
C.I.  4.391.814
Email jesusurdanetah@gmail.com
Twitter @jesusurdanetah



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