Ninguno de los asistentes a la “gran pantomima” escenificada el 13ENERO2011 en los escenarios de lo que fuera alguna vez la sede del Poder Legislativo Nacional, podrá sostener el respeto propio, ni mucho menos el de la nación, porque lo haya perdido al participar en el acto trágico de otro “viernes negro” en nuestra historia, para cohonestar, legitimar y legalizar ante el ex país y el mundo el régimen que usurpa todos los poderes públicos, sin lugar a duda alguna por su origen fraudulento político-administrativo-electoral a partir del 15AGOSTO2004.
La calamidad del patético “reality-show” se fundamenta en que cada segundo se acumulaba para afianzar la contradicción y el absurdo: la promoción de la usurpación de la representación y la jefatura del ex Estado y de sus Fuerzas Armadas Nacionales por un capo de la delincuencia organizada transnacional, quien adicionalmente es responsable de la violación sistemática, permanente y continuada de los derechos humanos, civiles y políticos de los habitantes del territorio de Venezuela desde 1999.
Los presentes han sido los cómplices, aliados, socios y colaboracionistas que sostienen la máscara del ejercicio arbitrario del poder público nacional, superando el estilo de los bárbaros de los siglos XIX y XX, trasladado hoy al ámbito de los crímenes de lesa patria y lesa humanidad, sin prescripción y de jurisdicción planetaria.
Todos los participantes, nacionales y extranjeros, persisten en su contribución sistemática para impedir que el colectivo nacional representado por sus ciudadanos civiles y militares, desconozcan, se organicen y actúen para cumplir con el mandato constitucional y ético clarísimo para deponer el régimen no elegido por el pueblo, que adicionalmente actúa en contra de sus verdaderos intereses y sobre todo, con el mayor desprecio por los derechos humanos y por el imperio de la ley.
La vedette, sometida a los excesos, inhibiciones y sacrificios acumulados por las exigencias físicas e intelectuales de su personaje, para el que se ha venido preparando muy bien y con pasión, no podría engañar más al colectivo. El cinismo y el abuso celebrado y complementado por una irrespetuosa y fascista cadena nacional de 10 horas, una vez más deja expuesto con claridad para quienes quieran ver, que no será posible restablecer el Estado de Derecho mediante el sufragio del CNE, pero sí, mediante la alternativa de las múltiples vías legítimas, legales y democráticas disponibles.
En el vértice del mensaje quedarían claras las “preocupaciones” del capo: 1) las armas, militares y milicias están bajo el control del régimen; 2) las elecciones del CNE seguirían siendo el único mecanismo legitimador aceptable; 3) la presencia firme del mayor colaboracionismo posible mediante las máscaras oposicionistas presentes. Como conclusión, de la suma de 1+2+3 advertiría: ¡que nadie se atreva a desconocer a las autoridades proclamadas por el fraude-pantomima CNE!, ¡todas allí presentes! Aderezando con: ¡¿Creen ustedes que Libia es una zona pacificada?, ¡no!, lo que ocurre es que las cámaras de televisión se apagaron!
La construcción de la transición menos costosa y longeva requerirá de la participación del colectivo y de la colaboración de todos: miembros del régimen que aspiren a disminuciones de sus sentencias penales; colaboracionistas, asociados y socios nacionales e internacionales que aspiren adicionalmente a salvar sus activos legítimos al colaborar con la reconstrucción, pero sobre todo, de hombres y mujeres valientes y dispuestos a luchar sin descanso por su libertad.
A pesar de la vergüenza de la censura y la autocensura de los medios, editores y periodistas, de su complicidad con el crimen organizado transnacional, quedó también claro en esta “gran pantomima”, que así como tendría que ser repatriada buena parte del producto del saqueo tradicional del patrimonio de la nación, tendrán los cómplices, socios y colaboracionistas que compartir la carga de la acusación por el asesinato sistemático de decenas de miles de ciudadanos, disimulado en las también fraudulentas estadísticas nacionales como “víctimas de la violencia social”.
El carácter universal y sin prescripción de estos crímenes, se ha convertido en el fantasma que persigue a todos los mercaderes y comerciantes de la tragedia venezolana del siglo XXI. El gran capo-usurpador, el golpista-presidente y su corte, no podrán escapar, a ningún precio, de comparecer ante tribunales internacionales independientes por su asociación clara con el narcotráfico, la subversión continental y mundial, la legitimación de capitales, la inversión clandestina en la industria militar convencional, atómica y química, la injerencia en los asuntos internos de otras naciones, la violación de los derechos humanos en general y en particular, por los más de 150 mil asesinatos documentados a partir de 1999.
-Se trata de un plan que determinaría como primer paso la eliminación de las oficinas de prensa de la policía judicial desde el año 2000, acompañado con el crecimiento sistemático de los asesinatos, desde 2.800 en 1998 a más de 19.500 en 2010.
-Se trata de que el golpista-presidente usurpa la representación del Estado, su jefatura y la de las Fuerzas Armadas nacionales y que por lo tanto debe ser desconocido y sustituido por autoridades civiles y militares legítimas y transitorias.
-Se trata de que todos los cómplices de la “pantomima político-administrativa-electoral” así como los colaboracionistas y socios del crimen organizado transnacional, han quedado al descubierto e inhabilitados para conducir el establecimiento del Estado democrático y Social de Derecho y de Justicia.
-Se trata de que la denominada Independencia iniciada en 1811 aún no ha llegado hasta el colectivo, a pesar del esfuerzo de 200 años para establecer una república y del “experimento democrático” 1960-1999.
-Se trata de que la era de la información y de la globalización del inicio del siglo XXI nos ofrece una real oportunidad para alcanzar el establecimiento de una verdadera República.
Rómulo Lares Sánchez. 14ENERO2011
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