Wassily Kandisky
El círculo es una forma angustiante. Da vueltas sobre sí mismo. No tiene entradas ni salidas. Es una cárcel, es un circo, es la boca de los huecos profundos. Uno se pregunta si tendrá fondo.
El “círculo”, el “retorno permanente”, y “el galopar indómito”, fueron los estribillos del discurso Presidencial cuando volvió de Cuba, si no es que de Cuba nunca regresa del todo. Cuba y Venezuela (una Patria con dos Gobiernos, dijo una vez, con la verborrea que no puede contener), aunque esta vez vino dispuesto a derrochar (sólo en palabras, por supuesto) amor por Venezuela.
El ve en su amarre perpetuo al Poder una forma circular, un para siempre. Su regreso constante. La serpiente que se muerde la cola. El “galopar indómito” es la base legitimadora: él, el héroe, el centauro, el bolívar redivivo. El suyo es un galopar sin poderes que lo contengan.
El Presidente regresó esta vez con su disfraz de Caperucita. Hasta un besito le tiró a Venezuela al final, la tan amada patria de la inseguridad, la corrupción, la violencia, los poderes secuestrados, la escasez, instituciones “bien pagás”, las amenazas permanentes, los llamados a “los cuerpos de inteligencia” para aterrorizar. Sólo le faltó la cestita con panes o galletas, que más nos valdría que trajera leche fresca, aceite decente, café, harina para arepas, medicinas fundamentales que no hay, no hay, no hay.
El de Lobo Feroz se lo pusieron los militares que lo recibieron con cánticos chavistas, en los que la Constitución volvió a ser vulnerada. Mala costumbre esta! Mala costumbre de meterse la Constitución, bien diminuta, en el bolsillo.
No hay problemas que mencionar, ellos son eficientes: Apagones? pagaremos una multa. Contaminación? Saboteo! Escasez? Especulación. Chavistas críticos? Traidores!.
Como telón de fondo, toda la parafernalia de ministros aplaudientes, de ministras sollozantes de amor, y un equipo de comunicaciones que se equivoca al iniciar el discurso preparado : “Enérgico camina” dijo el locutor, antes de que comenzara a caminar el Presidente, lo que tuvo que repetir después, cuando la formación que pasaría revista comenzara de verdad a caminar…
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