LA HISTORIA POLÍTICA Y ECONÓMICA DE
LATINOAMÉRICA PARECE REPETIRSE SIN CESAR, SIGUIENDO CICLOS IRREGULARES Y
DRAMÁTICOS
LA REALIDAD TIENE MUCHO QUE VER CON “SANGRE,
SUDOR Y LÁGRIMAS” QUE CON DECRETOS MÁGICOS Y LEYES MILAGROSAS
El 24 de octubre de 1929, como consecuencia de una euforia
excesiva de la economía norteamericana y a la especulación a crédito que
implicó la formación de grandes carteras bursátiles (burbujas bursátiles) sin
capital de respaldo, se desplomó el mercado financiero de Nueva York, en lo que
ha dado por llamarse la Gran Depresión, un “crash” financiero sin precedentes
históricos. Este “crash” financiero, se inició como mencioné antes, en el año
1929 y, no fue sino hasta el año 1936, cuando comienza en forma estable, el
proceso de recuperación. Indudablemente, este desplome financiero arrastró
consigo a sinnúmero de economías de países de la región y del mundo entero, y
consecuencialmente, se produjeron quiebras y cierres de bancos, aumento
desmedido del desempleo, ciudadanos que perdieron sus ahorros, las industrias
cerraron sus puertas y se paralizaron, los trabajadores quedaron sin empleo, la
demanda y los precios de las materias primas cayeron abruptamente, el consumo y
la producción se redujeron drásticamente, el PIB por habitante se redujo
violentamente y otros sinnúmeros de eventos. Ante este pésimo escenario en el
sector económico, no tardaron en desbordarse
los problemas en el sector político.
Luego, hacia el año 1930, se sucedieron golpes de estado y
cambios militares en Argentina, Brasil y Perú, y México atravesaba por una
crisis política muy profunda. Más tarde en el año 1931, ocurre lo mismo en
Ecuador, El Salvador y Panamá; en Chile y Guatemala hay cambios de gobernantes
y, en Venezuela continúa la cruenta dictadura del caudillo General Juan Vicente
Gómez. En 1932, estallan las guerras del Chaco que enfrenta a Bolivia y
Paraguay y la otra que enfrenta a Perú y a Colombia por el puerto de Leticia,
además, se sucede la rebelión de Sao Paulo en Brasil. En el año 1933, concluye
la guerra civil en Nicaragua pero se producen golpes de estado en Cuba y en
Uruguay. Colombia, a todas estas, es la nación que escapa a toda esta
turbulencia económica y política. Todos estos conflictos tuvieron como
trasfondo los problemas económicos generados por este “crash” financiero y los
intereses “politiqueros” de desviar la atención de los ciudadanos sobre las
verdaderas dificultades regionales. Este “crash” financiero o Gran Depresión,
tuvo como gran consecuencia la definitiva terminación de muchas de las todavía
inestables democracias del
continente latinoamericano visto
que, el estamento militar de aquellos
países, creyó tener o ser portador de la “fórmula mágica” para dar la solución
a los virulentos problemas generados por esta grave crisis. Adviene entonces
una etapa de oscurantismo en Latinoamérica caracterizada por gobiernos
militares y/o militaristas y por el
arraigo en la región del populismo, del
caudillismo, de las dictaduras y de las guerrillas. En este sentido, es
necesario acotar en este linde, que populismo es una palabra por la que
Latinoamérica se ha hecho mundialmente famosa. Junto con el populismo,
guerrilla es otra palabra que Latinoamérica ha aportado al mundo. Igualmente,
esta región ha conocido muy de cerca variados movimientos guerrilleros que, con
su perverso accionar, han ensangrentado a pueblos, ciudades y países. Muchos de
estos movimientos aparecen como respuesta al despotismo de dictadores y
caudillos muy propios de la región. Junto con estos movimientos guerrilleros aparecen
otros grupos violentos, incluyendo bandas criminales, terroristas y
narcotraficantes, con sus estelas de criminalidad sistemática. En cuanto a dictadores y caudillos tenemos
una larga lista en Latinoamérica, por cierto con muy funestos y trágicos resultados. La particularidad de estos gobiernos militares y/o militaristas, de
dictadores y caudillos, es que siempre intentaron consolidar la primacía de la
institución armada por sobre la sociedad civil y la política. Los problemas se
trataban de resolver por la fuerza.
Envueltos y enredados en los avatares, altibajos e
improvisaciones propios de estos países tercermundistas o como son llamados por
otros, países en vías de desarrollo, pero que no sabemos hacia cuál
desarrollo, sobrevino sobre estos países
latinoamericanos a partir de 1982, una nueva gran crisis, la crisis de la
deuda, la implosión de la burbuja de la deuda externa, la época de la década perdida para
Latinoamérica, la llamada la Mega Depresión. Igual como sucedió en la Gran
Depresión, esta nueva gran crisis, la Mega Depresión, prontamente se extendió
inmisericordemente por todos los países de Latinoamérica a pasos agigantados y,
en cada uno de ellos se sucedieron eventos muy variados y particulares, desde
la devaluación de su signo monetario, a
la implantación de controles cambiarios, la fuga masiva de capitales, la caída
vertiginosa del PIB por habitante, y en general, los países de la región
sufrieron severos retrocesos en sus procesos de desarrollo y crecimiento,
involucionando estrepitosamente a indicadores económicos de veinte o más años,
atrás. Ha sido imposible establecer un patrón de comparación, en cuanto a las
magnitudes de las consecuencias que acompañaron la Gran Depresión y las
sucedidas en la Mega Depresión. La crisis de la deuda o Mega Depresión que se
inició en México en el año 1982, no se ha acabado, está vigente hoy, pero
excesivamente agravada. Existe información estadística muy bien fundamentada
que demuestra esta última afirmación. La deuda es un problema que no se va y
que no se irá, al menos que se haga un esfuerzo de negociación conjunto de
todos los gobernantes, dirigentes, partidos políticos, la misma sociedad y
gobiernos de los países latinoamericanos. Mientras no haya acuerdo, los
habitantes, los ciudadanos de estos países, bajo la apática e indiferente
vista de sus gobernantes, gobiernos,
partidos políticos y dirigentes, seguirán empobreciéndose a vertiginosas
velocidades. Igualmente, es menester que
todos los ciudadanos de estos países latinoamericanos estén conscientes de lo
siguiente: matemáticamente la deuda adquirida por aquellos y estos, los
actuales, malos e irresponsables gobernantes y gobiernos, es prácticamente
impagable, razones hay de sobra para sostener este planteamiento. Lo más grave de este asunto es que en este
minestrón de cosas existe una orquestada complicidad, perversa, a nivel
nacional e internacional, entre gobernantes-dirigentes-gobiernos y banqueros;
sin embargo, parte de la culpa también recae sobre nosotros los ciudadanos, por
nuestra conducta laxa, lasciva, sórdida y hasta alcahuete hacia esa dirigencia
y hacia esos gobernantes, quienes además son los autores intelectuales y
materiales del desangre y saqueo de las finanzas públicas y los responsables
directos, de este, el mayor y más prolongado fiasco y estafa internacional
hacia los pueblos latinoamericanos. Lamentablemente, como siempre ha sucedido
en nuestros países latinoamericanos, la crisis de la deuda, la Mega Depresión,
la década perdida, no tiene culpables, no hay personas condenadas, mientras
tanto, los pueblos, los países siguen estancados en su desarrollo y
crecimiento, y la pobreza, bueno la pobreza cada día se incrementa a niveles
inmanejables.
Contrariamente, a lo sucedido como gran consecuencia en la
Gran Depresión, la Mega Depresión trajo de vuelta muchas democracias. Aquel
estamento militar y/o militarista que creyó tener la “fórmula mágica” para
solucionar los graves problemas, se percató de su incompetencia por lo cual,
decidieron desentenderse y abandonar el poder y devolver la conducción de los
gobiernos a la sociedad civil. Este proceso aunque lento, pues incluyó
retrocesos, se fue cumpliendo paulatinamente hasta finales de los años 1990, cuando surgió una
nueva fenomenología política en nuestra Latinoamérica. La madre de los males,
como diríamos. Ya en las postrimerías de los años 90 y, en los inicios del
siglo XXI, conviviendo con la mayor amenaza a nuestro desarrollo y crecimiento,
la crisis irresoluta de la deuda o Mega Depresión, nos encontramos con algunos
gobernantes, dirigentes, gobiernos y partidos políticos de la región, que
olvidando “voluntaria y conscientemente” las barbaries del pasado político, económico, social y militar, las
desean revivir y desde ya nos están
condenando a repetir situaciones trágicas ya vividas por estos sufridos pueblos
latinoamericanos. Desean, esta pléyade de gobernantes y dirigentes mediocres,
pendencieros, absurdos, con ideologías
obsoletas y trasnochadas, revivir etapas de oscurantismo político, social,
económico y militar, que habían quedado en el pasado; tienen la convicción de
manipular a los pueblos para lograr su sumisión y la obediencia ciega a sus
designios perversos, con el objetivo primario de imponer a la fuerza, el
populismo, el comunismo, el socialismo a su propio y particular estilo, el
mercantilismo feudal, el caudillismo y las dictaduras para en última instancia
implantar un sistema totalitarista radical. Estos inescrupulosos gobernantes y
dirigentes populistas quienes han llegado al poder a través de elecciones,
ahora se empoderan de él y no se comportan como representantes políticos, sino
como “dueños personales de estas repúblicas” por encima de cualquier sistema de
control y fiscalización a su gestión y
de la misma sociedad que los eligió. En esta compleja, sensible y trágica
situación, se encuentran, actualmente,
los gobiernos de Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Venezuela, y
Brasil, que se debate entre el “ser o no ser”, así lo confirma su historial y
la creencia generalizada a nivel internacional que este último país, no ha
sabido superar el populismo, en algunas de sus manifestaciones. El populismo
per sé y al propio estilo latinoamericano, es una fenomenología excluyente; la
gran ironía de este populismo es que el pueblo, a quien supuestamente trata de
defender, es la real víctima de su imposición. Los populistas favorecen e
incentivan el intervencionismo estatal para acelerar la economía pero no se dan
cuenta de las verdaderas restricciones fiscales y monetarias existentes o sin
prestarles atención, el resultado, a fin de cuentas, es el aumento del déficits gubernamental, el
deterioro de la balanza comercial, la reducción de las reservas
internacionales, la sobrevaluación de la moneda y las crecientes presiones
inflacionarias para financiar el crecimiento exponencial del gasto público. El
populismo siendo el peor de todos los
males, tiene un carácter autodestructivo que se evidencia en la gran
declinación del ingreso per cápita y los salarios reales.
Hablemos del mercantilismo feudal. El mercantilismo
feudal, fue transpolado hacia Latinoamérica por los españoles y portugueses. El
mercantilismo feudal se caracteriza por la explotación del hombre pobre por el
hombre rico y es una consecuencia de la concentración de la riqueza y el poder
bajo las élites mercantilistas y latifundistas. A semejanza del comunismo, en
el mercantilismo feudal la libertad real, tanto política como económica, está
restringida a los grupos pudientes favorecidos por estos regímenes, mediante
diferentes mecanismos. A diferencia del comunismo, si existe la propiedad
privada pero sólo para los afortunados de las élites. El mercantilismo feudal
tiene muchas cosas en común con el comunismo; es así como, ante la exacerbada
intervención estatal por el control de toda la actividad económica, aparecen
compañías y empresas estatales por doquier que se encargan de producir de todo,
desde bebidas alcohólicas hasta medicinas, desde tabaco hasta fósforos, desde juguetes hasta la
administración de casinos, desde autobuses hasta administrar líneas aéreas,
desde alimentos hasta cabillas, acero, aluminio, etc. Tantos años y décadas de
intervencionismo estatal, populista, dictatorial y caudillista, de controles y
manipulaciones de precios y mercados, de restricciones de libertades políticas
y económicas, de planificación y regulación central férrea, de énfasis
autárquico y de muchas otras tantas exageraciones y arbitrariedades, terminaron
reduciendo el nivel de riqueza de los países bajo estos sistemas castro-comunistas
y de mercantilismo feudal y, esto está regresando ahora en Argentina, Bolivia,
Ecuador, Nicaragua, Venezuela, y en Brasil “con su ser o no ser”. La evolución
latinoamericana del sistema mercantilista feudal con sus extensos controles,
planificación férreamente centralizada, accesos regulados, intervencionismos
estatales, mentalidad rentista, subordinación económica y burocratización
política se asemeja en mucho al socialismo y al comunismo.
El castro-comunismo, el socialismo, el fascismo, el mercantilismo
feudal y todas las ideologías similares o simbióticas a estas, han fracasado, estrepitosamente, en todos los
países del mundo donde fueron aplicadas,
impuestas o instauradas: millones de seres humanos aún, en la actualidad, viven
la pobreza generada por ellas. Décadas de aplicación de mercantilismo feudal en
Latinoamérica, hicieron crecer bastante pobres a países de la región y, esto
sucederá de nuevo de tener éxito estos inescrupulosos e irresponsables
gobernantes, dirigentes y gobiernos. El problema fundamental es que mientras el
capitalismo enfatiza la creación de riqueza, el comunismo, el socialismo y el
mercantilismo feudal, enfatizan su distribución, aún su destrucción; sin
embargo, ni ellos ni ningún otro sistema puede distribuir riqueza sin antes
crearla.
En fin, con el esfuerzo de todos los ciudadanos
latinoamericanos estos perversos sistemas, deben ser derrotados hasta
desaparecerlos de la faz de la tierra, pues son los bloqueadores y los
obstáculos más intensos y perversos de la sana actividad económica y la libre
competencia. No debemos olvidar que en ciertos países de Latinoamérica perduran prácticas de estos sistemas. Muchos
intereses creados han hecho el salto del mercantilismo feudal hacia el
capitalismo o régimen de libre competencia o sistema social de mercado,
bastante difícil, por no decir imposible. No obstante, el capitalismo, régimen
de libre competencia o el sistema social de mercado, representa el único
sistema que ha demostrado, a nivel mundial, tener la capacidad para generar
continuamente riqueza que luego puede ser invertida y distribuida en la
sociedad.
CREACIÓN VERSUS DESTRUCCIÓN
SISTEMA DE MERCADO
|
SISTEMA SOCIALISTA
|
·
Propiedad privada de los medios de
producción.
·
Acceso basado en el libre mercado y la libre
competencia.
·
Planificación individual.
·
Predomina el interés individual y
empresarial.
·
Precios determinados por la ley de oferta y
la demanda.
·
La generación de riqueza es el principal
incentivo de la producción.
·
Gobierno racionalista, legalista, pluralista
y abierto.
·
Ciudadanos actúan bajo determinación propia.
·
Énfasis en la creación, innovación y
mejoramiento continuo.
·
Administración descentralizada.
·
Soberanía del consumidor.
·
Libertad económica excepto en algunos bienes
públicos.
·
Libre movilidad de los factores de
producción.
·
Independencia de la economía frente a la
política.
·
Integración con el mundo.
·
Mentalidad productiva.
·
Generación de inversión para el futuro.
·
Crecimiento de la economía.
·
Existencia de un sistema monetario y
cambiario.
|
·
Propiedad estatal de los medios de
producción.
·
Acceso y distribución basados en
autorización gubernamental.
·
Planificación central.
·
Predomina el interés estatal y burocrático.
·
Precios determinados y controlados por el
Estado.
·
El control y poder del Estado son el
incentivo de la producción.
·
Gobierno doctrinario, arbitrario,
autoritario y cerrado.
·
Ciudadanos sumisos y manejados por el
Estado.
·
Énfasis en la preservación y mantenimiento
de privilegios.
·
Administración centralizada.
·
Soberanía del Estado.
·
Controles y regulaciones en todos los
sectores de la economía.
·
Proteccionismo general y búsqueda de
autarquía.
·
Subordinación de la economía a la política.
·
Independencia del mundo.
·
Mentalidad rentista.
·
Producción de consumo en el presente.
·
Igualación de las variables económicas.
·
Búsqueda (teórica) de la abolición del
dinero.
|
Fuentes: Pazos, L. (1991)
Cordeiro, J.L. (1997)
Las características del sistema socialista expuestas en el
cuadro anterior, son aplicables en mayor o menor grado, al sistema
mercantilista feudal que prevaleció, ha prevalecido y se está intentando
imponer en algunos países de Latinoamérica.
Finalmente, estos sistemas perversos colapsaron,
definitivamente, con el advenimiento de la Mega Depresión, sin embargo los
rezagos en Latinoamérica no dejan de sentirse, la región, aparte de dejar de
crecer, se empobreció en términos relativos, su desarrollo y crecimiento están
estancados, las desigualdades y por ende la violencia, han venido aumentando
vertiginosamente. Es importante y de prioridad para la región que en función de
hacer realidad todo su potencial debe a
ultranza, evitar caer en trampas ideológicas de gobernantes, dirigentes,
gobiernos y partidos inescrupulosos e irresponsables. Estos sistemas antes de
solucionar problemas, han demostrado fehacientemente, ser generadores de
gravísimos problemas.
En lo concerniente a Venezuela y tomando en cuenta los
temas del populismo, caudillismo, dictadura, comunismo y mercantilismo feudal,
es imperativo y obligatorio la mención de que Hugo Chávez pasará a la historia
como el peor de los presidentes que ha tenido que padecer este país. Su
empecinamiento obsesivo aunado a sus maquiavélicas ideas para destruir la
riqueza de nuestro país, son palpables cada día. Sus voraces apetencias por “reservarse el poder absoluto”, de
abrogarse ser el dueño personal de la República con el derecho exclusivo para
saquearla, ultrajarla, pisotearla, estafarla, robarla y con ello, asesinar
nuestro futuro como país, nuestras esperanzas, nuestro crecimiento, en fin
nuestro despegue hacia un desarrollo sostenible como nación libre y
democrática. Su testaruda, obscena y obcecada ambición y obsesión por
imponernos a la fuerza un modelo fundamentado en ideologías que, en el devenir
del tiempo, han demostrado ser un rotundo y trágico fracaso para los pueblos
del mundo, en donde fueron instauradas, en muchos de estos casos, por la
fuerza, no tiene otro objetivo que la destrucción de Venezuela desde sus
cimientos, sin importarle las consecuencias de su traición.
Es sabido por todos los venezolanos que las directrices y
lineamientos ejecutivos de toda esta trágica maquinaria destructora, provienen
y emanan desde Cuba, sus autores intelectuales son los dos últimos vástagos del
castro-comunismo en el mundo. Los preceptos medulares de estas directrices y
lineamientos ejecutivos, están cimentados en
un sistemático terrorismo de Estado, para coaccionar, amedrentar,
disuadir, y manipular a la población,
con el fin último de lograr su sumisión y su obediencia ciega. En el campo
económico, es explícita la aplicación del sistema mercantilista feudal con
todas sus particularidades y características, a pesar que como sistema
económico colapsó estrepitosamente desde la década de la Mega Depresión. Esta
propuesta castro-comunista-socialista y de mercantilismo feudal que está siendo
llevada adelante por el cabecilla de la seudorevolución bolivariana en
Venezuela, busca la definitiva liquidación de los mercados, la destrucción del
aparato productivo y de la riqueza nacional, la eliminación de las libertades
económicas y políticas, el empobrecimiento sistemático y generalizado de toda
la población, como fórmula definitiva para la imposición e instauración de un
gobierno totalitario, mejor quizá, una cleptocracia y mitomanocracia.
Todos los grandes desastres ocasionados por el cabecilla
de la seudorevolución bolivariana, sobre los cuales no existe precedente
comparable en la historia de Venezuela los podemos resumir muy a grosso modo,
en los siguientes:
·
Violar deliberada y a ex profeso la
Constitución, Leyes vigentes y acuerdos internacionales, lo cual ha generado
una matriz de opinión generalizada adversa y negativa sobre nuestro país.
·
Desmembrar y fracturar el sistema de salud, el
sistema educativo, el sistema judicial y el subsistema de seguridad interna de
la nación.
·
Apoyar financieramente, consentir, expresar complacencia y aprobar las actuaciones de
bandas armadas calificadas como terroristas, guerrilleros y narcotraficantes, las cuales asesinan, asaltan y secuestran a
ciudadanos inocentes y, destruyen inmisericordemente bienes de propiedad
privada y pública.
·
Apoyar,
consentir, demostrar complacencia y aprobar las actuaciones de
gobernantes y gobiernos de países calificados como estados forajidos por su
apoyo y protección a grupos y organizaciones terroristas. Estos mismos
gobernantes y gobiernos calificados como estados forajidos están siendo
acusados por organismos internacionales de reconocida reputación, como
pregoneros y practicantes de la proliferación de armas de destrucción masiva y de
precursores para la fabricación de armas químicas, biológicas, atómicas y
nucleares, agravada esta situación por el hecho que no desean apegarse a
ninguno de los controles y de las normas que ejercen Organismos Mundiales por
delegación de la Comunidad Internacional.
·
Entrometerse desproporcionada, grosera y
agrestemente, en la política interna de
otros países, exponiendo con ello, a nuestro país, al desprestigio y al aislamiento de la Comunidad Internacional.
·
Utilizar escenarios de Organismos
Internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la
Comunidad Andina de Naciones (CAN), el Mercado Común del Cono Sur (MERCOSUR) y otros, para desprestigiar,
burlarse, ofender y vengarse de gobiernos y personeros de gobiernos
extranjeros, exponiendo a nuestro país a la descalificación, al aislamiento
internacional y al irrespeto.
·
Asaltar y secuestrar todos los organismos
públicos para someter al terror sicológico y criminal a los funcionarios
públicos.
·
Perseguir políticamente a los detractores del
régimen.
·
Uso reiterado de la mentira, el chantaje y la
manipulación “politiquera” de la verdad con la finalidad de engañar, someter,
simular y penetrar las mentes de los más débiles en la prosecución de mezquinos
intereses.
·
Irrespetar la memoria de nuestros Próceres de
la Independencia.
·
La ambigüedad del mensaje “político” del
gobierno, el cual confunde, engaña, atropella y simula su verdadera intención
de involucrar al pueblo venezolano en un proceso cuya principal característica
es la falta de significado de lo que han dado por llamar Socialismo del siglo
XXI. Esta ambigüedad es propia de los regímenes dictatoriales y autocráticos. Dijo
Winston Churchill: “El socialismo es un sistema cuya filosofía es el fracaso,
su credo la ignorancia, su prédica la envidia, y su virtud la distribución
igualitaria de la miseria”
·
La defenestración y la fractura del sistema
financiero público venezolano con la finalidad de colocarlo a su servicio
personal, única y exclusivamente, lo cual ha sido utilizado para el dispendio
de los recursos financieros de todos los venezolanos. Esta grave situación
tiene su origen en la actitud cómplice y complaciente de los entes contralores
y fiscalizadores de la República.
·
Emprendimiento de una frenética carrera
armamentista que nuestro país no necesita, por el contrario, nos es muy perjudicial desde el punto de vista económico
y desde el punto de vista militar, nos genera un clima de desequilibrio, de
desconfianza y de amenaza potencial a nuestros vecinos.
·
Propiciar la imposición de una hegemonía
comunicacional como política de gobierno.
·
El uso del petróleo como arma de intervención
y no como herramienta que propicie el
desarrollo sostenible y el crecimiento del país.
·
La expropiación selectiva y deliberada de
tierras de propiedad privada.
·
Quebró a Venezuela y quebró su economía.
·
Empobreció
y está empobreciendo sistemáticamente a la población.
·
Permitió el deterioro de la infraestructura
nacional.
·
Estatizó importantes empresas y negocios de
propiedad privada.
·
Aisló a Venezuela del mundo.
·
Permitió el avance estrepitoso de la
corrupción.
·
Autorizó el incremento desmedido e irracional
del endeudamiento externo de la nación.
·
Ordenó el uso de recursos financieros del
pueblo venezolano para apoyar campañas electorales en otros países de la
región.
·
Concentró el poder político, desconoció la
separación de poderes y fracturó el control político a su gobierno.
·
Destruyó la administración de justicia y
liquidó el estado de derecho.
·
Propició la crisis ético-moral y de valores.
·
Propició la politización del estamento
militar.
·
Cercenó el desarrollo del país.
·
Destruyó el sistema productivo nacional.
·
Propició y profundizó las desigualdades, el
odio y la violencia.
·
Desvirtuó la majestad de la investidura
presidencial.
·
Entorpeció, vició y minó la integración
regional, no sólo del país, sino de otros países.
·
Impuso un subsistema electoral plagado de
vicios, truculencias y trampas.
·
Expuso al país al escarnio público nacional e
internacional.
·
Propició una política anticlericalista muy
agresiva.
·
Fracturó el concepto de la familia como núcleo
central focal de la sociedad.
·
Defenestró el sistema de seguridad alimentaria del país.
·
Propició la quiebra de PDVSA, para muestra
véanse el siguiente cuadro y léanse los siguientes datos:
EJERCICIO
ECONÓMICO
FINANCIERO
|
GASTOS POR
CONCEPTO DE COMPRA DE PETRÓLEO (IMPORTACIÓN DE CRUDO)
EN US $
|
GANANCIA
EN US $
|
2002
|
17.956.000.000
|
2.000.000.000
|
2003
|
21.016.000.000
|
3.277.000.000
|
2004
|
23.748.000.000
|
4.995.000.000
|
2005
|
32.000.000.000
|
6.483.000.000
|
2006
|
38.788.000.000
|
5.452.000.000
|
2007
|
28.137.000.000
|
6.273.000.000
|
2008
|
44.600.000.000
|
9.413.000.000
|
2009
|
25.932.000.000
|
4.394.000.000
|
2010
|
34.017.000.000
|
3.164.000.000
|
2011
|
39.783.000.000
|
4.496.000.000
|
FUENTES: PDVSA
6T0. PODER
Comentarios:
1. Tomemos como
ejemplo el ejercicio económico financiero 2011.
En este ejercicio
económico financiero PDVSA compró a terceros en el exterior petróleo por un
monto de US $ 39.783.000.000 y su ganancia neta en ese mismo ejercicio
económico financiero fue de US $ 4.496.000.000, eso quiere decir que la estatal
petrolera venezolana, que no es de los venezolanos sino del cabecilla de la
seudorevolución bolivariana, gastó en la práctica aproximadamente DIEZ (10)
VECES más de su ganancia neta para comprar petróleo en el extranjero, siendo
que su negocio es VENDER PETRÓLEO.
2. De acuerdo a
informaciones obtenidas de especialistas en la materia, PDVSA en el ejercicio
económico financiero 2001 alcanzó una
producción de 3.150.000 barriles/día con
una plantilla de 45.000 trabajadores; para el ejercicio económico financiero
2011, la estatal petrolera, según información dada por el presidente de la
República, alcanzó una producción de 3.000.000 barriles/día pero con 90.000
trabajadores; paralelamente, el
presidente de la estatal petrolera, afirmó que en dicho ejercicio económico
financiero 2011, se produjeron 2.800.000 barriles/día con una plantilla de
90.000 trabajadores, a su vez, información publicada por la OPEP, confirma que
la estatal petrolera venezolana en el ejercicio económico financiero 2011,
produjo 2.300.000 barriles/día con una nómina de 90.000 trabajadores.
3. En cuanto al
endeudamiento de la estatal petrolera venezolana, tenemos lo siguiente: para el
ejercicio económico financiero 2001, PDVSA, se endeudó por un monto de US $
14.500.000.000, este monto para el ejercicio económico financiero 2011, ascendió a
US $ 36.000.000.000
·
Los daños “colaterales no naturales” a los cuales ha sometido y está
sometiendo a la sociedad venezolana. Estas acciones nos afectan negativamente a
todos tanto en lo concerniente a lo individual como al colectivo. Estos efectos
¨colaterales no naturales¨ tienen que
ver con la proliferación del desorden social, de la fractura del núcleo
familiar, de la desesperanza, de la incertidumbre, de la falta de empleo, de la
informalidad del comercio, del hambre, de la miseria, del odio, de la pobreza,
de los asesinatos, de los robos, de los ultrajes y violaciones, de desastres y
calamidades naturales provocadas, de armas en manos de la población, de
accidentes antropogénicos, de las drogas y de sus precursores, de la
degradación del ambiente, de los asesinatos en masa, de la desinversión
extranjera en el país, etc.
El fin último de este trabajo es decirle la verdad al
pueblo venezolano sobre la situación de quiebra real y práctica del país.
Estamos en presencia de la más profunda crisis estructural vivida por país
alguno de la región, su magnitud es aún una incógnita para todos y más grave
aún, los especialistas hablan que las finanzas públicas del país son
inauditables.
En este momento tan aciago para todos los
venezolanos, no nos deben importar los
colores, las ideologías, las religiones, lo que nos debe importar e interesar
es Venezuela como un todo y, para lograr su recuperación, su rescate,
necesitamos de verdaderos líderes y de verdaderos estadistas que enrumben al
país hacia derroteros bien definidos de desarrollo, crecimiento y de niveles
superiores de bienestar y calidad de vida para sus ciudadanos.
No puede haber desarrollo político de ningún tipo si antes no hay crecimiento económico. Dicen
los chinos: “El peor enemigo del hombre no es el hombre sino el hambre”. Antes
de llegar a la democracia pluralista, legítima y estable hay que comer y, esto
no está garantizado en estos momentos en el país. La inestabilidad política
estructural del país propiciada por el mismo pésimo gobierno de Hugo Chávez,
nos está generando enormes y gravísimos problemas sociales.
Necesitamos una sociedad de cómplices en el buen sentido
de su acepción, pero de cómplices para el trabajo que tenemos como gran reto
con Venezuela, nuestra disposición anímica y conductual, debe ser
incondicional. Venezuela, fue el país con las mejores y mayores expectativas positivas para alcanzar su pleno
desarrollo y crecimiento en toda la región. Debemos avanzar hacia una
democracia renovada y enriquecida por la experiencia y vacunada contra los
errores que engendraron la anomalía de la que ahora trata de emanciparse. Aún
cuando este proceso democratizador sea imperfecto e incompleto, debemos
asumirlo con absoluta responsabilidad, determinación y mucha, mucha
inteligencia.
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