HISTORIAS DEL ENGAÑO EN EL DÍA PATRIO
Cuando reflexionamos acerca de la historia del engaño que es la historia
de Venezuela, hasta transformarse a partir de 1999 en otra nación distinta y
sumida en la vergüenza que bautizamos VENECUBA, podríamos concluir que la
traición y el fraude son características sembradas en lo más íntimo de nuestra
genética, del ser del humano y del denominado humanismo.
No se trata de otra Kakania, evidentemente, aunque el barniz ideológico
idealista-materialista estimula a nuestra pseudo sociedad intelectual y académica
germinada con la Gran Colombia, la de la Capitanía General de Venezuela, para
que celebre con escandalosa ignorancia otra muestra del extremo hasta dónde,
con un patético disfraz, podría reiniciarse otro ciclo de la perversión
fascista y nacional socialista planetaria de la modernidad.
Todos los elementos pestilentes están dispuestos en el escenario, hasta
una Sissi criolla, presentando la máxima contradicción que anunciaría la
profundidad de las patologías que nos muestra el siglo XXI en el “show mundial”
VENECUBA.
Sin embargo, mientras en la sociedad imperial y real Austro Húngara
florecían las artes, las ciencias y la filosofía, en la capitanía siguen
proliferando y extendiéndose todas las variedades de parásitos y perversiones
intelectuales, materiales y sobre todo espirituales.
Si autores actores de aquella época como Karl Krauss tituló su obra de
teatro: “Los últimos días de la naturaleza humana”, ¿cómo podríamos los
venecubanos titular la nuestra si hace un siglo se estrenó aquella?
El centro del éxito de la estrategia del Foro del fascismo de Sao Paulo
y del crimen organizado transnacional castrista, que se encamina con los
recursos financieros y materiales de su colonia hacia la superación de los 70
años de duración de la hecatombe del secuestro del pueblo ruso y sus colonias
soviéticas, estaría fundamentado en la pusilanimidad de nuestra “sociedad”,
representada por las “caras visibles” de los guías espirituales de las diversas
iglesias y de las élites de la academia, las artes y las ciencias, los gremios,
sindicatos y las logias de todo orden seglar y militar, porque políticos y
ciudadanos habrían desaparecido.
Esta tragedia que tiene su foco hoy, aún oscuro, en la republiqueta de
VENECUBA, posee una dimensión global, no sólo la del más puro crimen
organizado mencionado, sino la de las políticas internas e internacionales de
naciones imperiales o con influencia en Hispanoamérica, América y el mundo,
encabezadas por los Estados Unidos de Norteamérica y sus aliados, y
principalmente por el Reino de España.
La inteligencia local, sin espíritu propio y confundida, desvaría sobre
las crisis nacionales e imperiales disimuladas mediante una pantomima de debate
ideológico, así como en la España comprometida con las atrocidades
hispanoamericanas y africanas pretenden promover y continuar aplicando las
mismas terapias de las colonias, como cuando en la evolución del sufragio en la
Venezuela de 1948 se aceptó una elección en segundo grado con el “pañuelo en la
nariz”, en la contemporánea Iberia se exhibirían las contradicciones al señalar
como opción de algún programa ético para ganar las elecciones, que harían lo
opuesto a Kakania: “De lo contrario, el hedor de la papeleta con la que vamos a
votar no se irá de nuestra mano en mucho tiempo”.
Y como si tuviese algún sentido comparar la papeleta en España con la
cibernética electoral y virtual en VENECUBA, promueven y aplican similares
ideas a nuestras patologías tropicales como la de Ángel López García-Molins en
“EL PAÍS” de Madrid (Kakania. 16ABR 2011) según la cual,
Kakania no tendría connotación escatológica alguna, errando por partida doble y
promoviendo la confusión hispanoamericana y planetaria que ha contribuido a
inutilizar las instituciones nacionales e internacionales, mientras el contradictorio
“desengrase” proviene realmente del poder financiero del petróleo “propio”.
Aunque García-Molins atribuye la paternidad del “Imperial-Real” a Robert
Musil, pasa por alto lo que sería familiar para cualquiera habituado con el
lenguaje infantil alemán, que atribuiría a kakania, según el mismo Musil, un
segundo sentido de “excremencia” o “mierdalandia”.
Ese es el mismo sentido que se pretende pasar por alto cuando
venezolanos, historiadores, políticos, músicos, científicos, artistas,
deportistas, académicos y profesionales en general pretenden, pusilánimemente,
resolver la modernización de la letrina vencubana mediante la pantomima
político administrativa judicial y del voto del CNE . La paradoja se
muestra por un lado original, con carácter de noticia mundial: la escasez local
de papel higiénico.
No toleramos, no permitimos el debate ni la tribuna a intelectuales
independientes comparables con José Bernardo Núñez y Antonio Arráiz, para
señalar el escándalo mayor y centro de nuestra vergüenza contemporánea, la
denominada “Asamblea Nacional”, rechazada de manera clara y definitiva por el
colectivo a partir del 4DICIEMBRE2005, como en su crítica y rechazo a aquel
cuerpo legislativo de la “continuidad” de Juan Vicente Gómez y Eleazar López
Contreras disfrazado de “transición”, como un mal mayor, más profundo y
perverso para la nación y para la construcción de una república, para la
formación de las futuras generaciones, que la continuidad de la ocupación del
crimen organizado transnacional disfrazada de dictadura.
La solución seguramente sería variada y múltiple, sin paternidad
individual sino más bien colectiva, pero lo obvio y despreciable, patético, es
seguir flirteando con una margarita de plástico: voto sí, voto no, voto sí,
voto no…
Compatriotas, se trata en efecto de pasión, pero también de razón, y
sobre todo, y primero frente a los beatos ignorantes que sin vergüenza alguna,
más bien con orgullo, se golpean y amoratan sus pechos, de DIGNIDAD.
Rómulo Lares Sánchez.
5JULIO2013
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