viernes, 9 de marzo de 2012

¡AQUÍ TODOS SOMOS CULPABLES!




¡AQUÍ TODOS SOMOS CULPABLES!

Agustín Blanco Muñoz

Las palabras de Pío Tamayo a Zavarce de Lima para explicarle porque se mantiene el régimen gomecista, tienen un profundo sentido crítico y autocrítico: “Todos tenemos la culpa. No hay uno solo de nosotros que no haya tenido, alguna vez, el mal pensamiento de cooperar con la tiranía; lo que pasa es que no se han tomado el trabajo de irnos a comprar,  han equivocado el precio o han dejado pasar el cuarto de hora”…

Y para que  quede clara la idea de la cooperación, de los vendidos o traidores, señala: “Tu verás salir de la cárcel a revolucionarios tremendos que dejan de serlo en cuanto los nombran secretarios generales de un Estado,  o diputados, o simplemente, jefes civiles de algún municipio. El país estaba corrompido, pero Gómez es el único que ha sabido explotar la corrupción. Ha hecho de la delación una virtud; y, traidor él, premia largamente a los traidores cuando él es el beneficiario de la traición. Si no lo es, la castiga y llega hasta el crimen pasando por la tortura.”

Y esto lo hace Gómez  porque “!Todos hemos sido cobardes! Dime, si no ¿qué organización de defensa ha habido entre nosotros para sembrar siquiera las ideas, aunque fuese de una manera subrepticia y secreta?”

¿Sembrar ideas distintas a las que sustenta la tiranía? Eso no lo permitió la cobardía,  la ausencia de formación política e ideológica y de ‘organizaciones de defensa’. Esto quiere decir que Gómez tenía el control total de la situación.

Y por esto para Pío está claro lo que le espera a Venezuela: “Mañana, cuando el Dictador desaparezca, todo el mundo andará desorientado y sin rumbo y mientras se está hablando sin obrar, un nuevo tirano se erguirá, agitando el látigo sobre el rebaño de corderos que somos.”

Estas palabras las dice PT en septiembre de 1935, poco antes de su muerte y aún vivo el Dictador. Y  se irguió un nuevo tirano que dijo mirar hacia la democracia. Pero en 1945 se interrumpe ese proceso con una acción de fuerza que también dice estar inspirada en la idea de democracia.

Sin embargo, en 1948 se instala de nuevo la tiranía que en 1958 dará paso a una democracia de representación hasta 1999 cuando se inicia una revolución pacífico-electoral pero armada. Es el esquema del 45 pero invertido: primero la fase pacífico electoral y, cuando haga falta, la fuerza. Un proceso en el cual se mantiene la culpabilidad de todos.

Y hoy es indispensable la reflexión sobre lo que hemos sido y lo que somos. ¿Tenemos ahora aquí una formación y un comportamiento distinto al exhibido en tiempos de Gómez?

Para decirlo con Pío, Venezuela sigue siendo una suma incoherente de individuos. Predominio de la hegemonía del hombre individual sobre la sociedad. Cada quien actuando por el lado de su voluntad e  intereses. Esta forma de ser se sitúa en el marco de la formación que proviene de la escuela caudillista, autoritaria y mesiánica.

A esta hora, no hemos hecho nada distinto a la tradición de los derrotados. Y por ello seguimos buscando al individuo que asuma la condición y calidad de mito que le convierta en superior, en candidato a vencedor frente al  mito establecido. La lucha por el poder pasa entonces por esta  confrontación entre mito y aspirante para el arrastre colectivo.

Esto quiere decir, que para ganar el espacio mando-poder hay que desplazar  el mito-cáncer que se presenta hoy como la síntesis de los salvadores desde Bolívar en adelante y  clara expresión de una   política que pone el acento en lo mágico-religioso.

Por tanto, para la  ex-MUD, hoy Comando Tricolor, es  esencial  ver crecer su candidato como figura del mito  para que adquiera la talla de político, con posibilidades de trascendencia en este ex país, donde el político mayor es aquel que cuenta con la aureola de los poderes sobre humanos.

Y en el marco de esta idiosincrasia, quien aspire a ocupar el puesto de salvador de la patria debe tener estos rasgos. En foro reciente en la Cátedra Pío Tamayo,  Carlos Hermoso, de la Dirección Nacional de BR señaló que sostuvieron en la ex MUD,  que “si no nos  parecemos a los pobres estamos muertos. Si no tenemos un discurso progresista, de progreso, de desarrollo, estamos muertos.”

Hay que ofrecerle –dice- a la gente una salida de bienestar, trabajo, vivienda. Porque no se les puede pedir simplemente apretarse el cinturón si hay una riqueza difícil de esconder procedente de la renta petrolera.

Finalmente, la hoy ex MUD contrató unos asesores gringos que dieron la misma orientación: que todos y en particular el candidato presidencial debía parecerse a los pobres, porque si no es así no hay vida.

La lucha, por consiguiente, es  por alcanzar la condición de mito con capacidad para seguir engañando la gente con el reparto populista que significa la utilización grosera y politiquera de la renta petrolera.

Y si en tiempos de Gómez todos fueron culpables por acudir con cobardía y cooperación al mantenimiento del régimen, hoy hay que decir que quienes decimos estar enfrentados a esta llamada revolución, también somos culpables, por la misma cobardía y falta de creación para la construcción de otras ideas, otra política y otra organización.

Una Política que lejos de parecerse, enfrente, con sentido y trascendencia, las promovidas por este régimen aferrado a la utilización-manipulación y a la propia destrucción de la gente y de las posibilidades históricas para superar esta condición de  expaís.

¿Hasta cuándo formaremos parte de ese todo de cobardes, cómplices e incapaces? ¡Qué historia amigos! Twitter: @ablancomunoz

El Universal, 09 de marzo del 2012

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