sábado, 21 de abril de 2012

EDUARDO LÓPEZ SANDOVAL - EL MAGISTRADO-MILITAR NO HA DICHO NADA NUEVO

Verioska Velasco entrevista a Eladio Aponte Aponte


Desde Calabozo, desde este medio del Llano, en esta orilla del río Guárico, ha sido difícil no hablar de tan sonado caso. Lo enfrentamos con más interrogantes que otra cosa. Hay más que suficientes preguntas, como agua sobre mojado, más que eso, como lluvia sobre el mar.

El impacto que ha logrado el militar es más que justificado, sentimos que está auto flagelándose un Poder Público de una República, el Poder Judicial.

Y de este Poder Público,  un Magistrado.  

Magistrado, palabra que de oírla ya nos sugiere, cosa grande, magno, regio. Y más aún, no un Magistrado más, hablamos del Presidente de la Sala Penal.

El individuo que entrevistaron desde algún lugar de su libertad en el mundo, es la  República Bolivariana de Venezuela. Él es este expaís.
La periodista Verioska le pregunta: ¿Qué caso recuerda que fue manipulado?

Magistrado: Fueron bastantes. El único que me acuerdo fue un caso en Maracaibo de un diputado que le dicen Mazuco.

Verioska: ¿Cómo fue ese caso?

Magistrado: Bueno el caso fue más o menos un caso que buscaron un preso, lo encapucharon, y lo pusieron como testigo para que dijera que este señor había sido el que dio la orden para que mataran al otro.

Verioska: ¿Y que le habría solicitado la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia?

Magistrado: Bueno eso precisamente. Avalar esa situación. Y al hombre se le pagó dándole la libertad.

No dejamos de observar desde esta tierra llana que se contradice el magistrado-militar cuando sin arrugarse dice de los casos que, “fueron bastantes”, e inmediatamente dice que el “único que me acuerdo…”. Y en el desarrollo nombra otros casos después de este  “único”…

Muchas contradicciones.

El Magistrado dice que obedece las órdenes que recibe de la Presidente del Tribunal Supremo de Justicia. Hay una más que evidente,  monstruosa injusticia. A un humano se le arrebata su libertad por ser disidente al rey. Que se revele, es cuestión que nos parece justo en cuanto verdad.

Pero en la declaración del militar-magistrado, que corroboran secretos a voces de esta Venezuela, hay una verdad no menos monstruosa, dice del testigo que lo buscaron “para que dijera que este señor había sido el que dio la orden para que mataran al otro”.
Me repito todas estas noches: “orden para que mataran al otro”. “orden para que mataran al otro”. “orden para que mataran al otro”. “orden para que mataran al otro”.

Hay un reo injusto, y sus familiares.

Pero también hay un muerto que seguro dejó familia.

Después de estas pertinentes interrogantes, me pregunto, ¿Por qué los conocedores del caso, -del Gobierno o de la Oposición-, no se lo preguntan?

¿O somos impertinentes? 

Una Llanera Digital nos escribe: “Desmenuzar más sus declaraciones es provocar más impertinencias”.

De acuerdo.

Post datum:   Hubo una orden para que mataran al otro. Y a quien lo mató se le pago dándole la libertad. Y a quien no lo mató, la cárcel…

Ahora sí, concluimos: el magistrado-militar no ha dicho nada nuevo.

Autor: Eduardo López Sandoval
eduardolopezsandoval @yahoo.es



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