Para el Prof. A.B.M., con aprecio:
Me
permito saludarlo y hacer referencia a un artículo suyo previo donde hacía
mención al “nuevo” (???) rostro del
Libertador. Nuestro comentario es entrecortado porque toca varios aspectos y no
deseamos fastidiar ni hacernos latosos.
Puesto
que el “Sha” de Venezuela no está en capacidad de dirigir ni resolver los
problemas del país, acude al expediente patriotero ya sea para desviar la
atención y/o para tratar de impresionar, sin dejar de tomar en cuenta que en el
fondo hay la intención no develada de establecer diferenciaciones entre las
prácticamente inexistentes “capas” de población, cuestión esta que de lograrla,
aunque muy difícil, nos pondría en riesgo de una guerra fratricida carente de
sentido.
En esa
dirección, nuestro Sha se dedicó a jorunga-muertos y se ha puesto a escarbar
públicamente los restos del Libertador como le ha dado en gana junto con
decenas de “especialistas” y es tal su veneración que tanto invoca, la
solemnidad del acto y su admiración por el héroe de la Patria, que cuando los
vio por primera vez exclamó, en alta clara e inteligible voz: “Ah, pero si son unos huesitos…”, como
si fuera necesario ser físicamente monstruoso (como por ejemplo) para realizar
una obra de la magnitud alcanzada por Bolívar.
El
otro aspecto es el cambio de cara. Ahora sucede que Bolívar era mestizo ¡oh
sorpresa!, gracias a la “creación” de un reconstructor de esqueletos, que al
ser entrevistado y preguntado cuanto había cobrado, dijo palabras más, palabras
menos, “que le preguntaran al Sha y que había sido una suma módica, dado el
trabajo realizado y a la importancia del personaje…”
Aquí
cabe preguntarse ¿quién no es mestizo? Más allá de nuestros abuelos, nadie sabe
que hay por allá arriba y los árboles genealógicos no son otra cosa que el
deseo de encubrir una supuesta “limpieza de sangre”.
La
cara de Bolívar no es otra que aquella que siempre hemos conocido, puesto que
ha trascendido por generaciones y nadie, hasta ahora, había manifestado
inconformidad alguna. A título de ejemplo, cabe señalar que en la estatua
ecuestre de la Plaza Bolívar los rasgos faciales del Libertador son los
comúnmente aceptados y coincidentes con las pinturas de la época
correspondiente.
Nótese
que para ejecutar dicha estatua, con fecha de 1874 (Alemania), el escultor tuvo
que tener presente una pintura de Bolívar y no la de un Bolívar decadente sino
uno en plena vitalidad. Además, para ese momento y fecha, todavía había gente (¡y
bastante!) que lo había visto personalmente, sin que persona alguna hubiese
levantado su voz para protestar.
Dicho
con otras palabras, a Bolívar lo “despescuezaron” para cambiarle su cara y
facciones y acomodárselas según la conveniencia de alguien, que no pudiendo
parecerse a él y con profundos complejos, trata de adaptar (previo pago) los
rasgos de Bolívar a los propios, además de las intenciones de fondo arriba
expresadas.
A
título de curiosidad y de casualidad, en el periódico gubernamental gratuito
“CCS”, en su edición del sábado 11 de agosto de los corrientes, se hace
referencia a una carta de Bolívar para su hermana María Antonia, donde le dice
que un Sr. Guzmán (Antonio Leocadio Guzmán) “te entregará un retrato mío”.
¿Existirá tal retrato o estará escondido? Además hay la foto de un retrato de
dicha hermana y si hay algún parecido con la cara del Bolívar “reconstruido”,
por favor, háganmelo saber…
Saludos,
Raúl
Barroso Lima
Correo:
rlbarroso@cantv.net
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