lunes, 13 de agosto de 2012

RAÚL BARROSO LIMA - DE JORUNGA-MUERTO, A DESPESCUEZADOR…



Para el Prof. A.B.M., con aprecio:

          Me permito saludarlo y hacer referencia a un artículo suyo previo donde hacía mención al “nuevo” (???) rostro del Libertador. Nuestro comentario es entrecortado porque toca varios aspectos y no deseamos fastidiar ni hacernos latosos.

          Puesto que el “Sha” de Venezuela no está en capacidad de dirigir ni resolver los problemas del país, acude al expediente patriotero ya sea para desviar la atención y/o para tratar de impresionar, sin dejar de tomar en cuenta que en el fondo hay la intención no develada de establecer diferenciaciones entre las prácticamente inexistentes “capas” de población, cuestión esta que de lograrla, aunque muy difícil, nos pondría en riesgo de una guerra fratricida carente de sentido.

          En esa dirección, nuestro Sha se dedicó a jorunga-muertos y se ha puesto a escarbar públicamente los restos del Libertador como le ha dado en gana junto con decenas de “especialistas” y es tal su veneración que tanto invoca, la solemnidad del acto y su admiración por el héroe de la Patria, que cuando los vio por primera vez exclamó, en alta clara e inteligible voz: “Ah, pero si son unos huesitos…”, como si fuera necesario ser físicamente monstruoso (como por ejemplo) para realizar una obra de la magnitud alcanzada por Bolívar.

          El otro aspecto es el cambio de cara. Ahora sucede que Bolívar era mestizo ¡oh sorpresa!, gracias a la “creación” de un reconstructor de esqueletos, que al ser entrevistado y preguntado cuanto había cobrado, dijo palabras más, palabras menos, “que le preguntaran al Sha y que había sido una suma módica, dado el trabajo realizado y a la importancia del personaje…”

          Aquí cabe preguntarse ¿quién no es mestizo? Más allá de nuestros abuelos, nadie sabe que hay por allá arriba y los árboles genealógicos no son otra cosa que el deseo de encubrir una supuesta “limpieza de sangre”.

          La cara de Bolívar no es otra que aquella que siempre hemos conocido, puesto que ha trascendido por generaciones y nadie, hasta ahora, había manifestado inconformidad alguna. A título de ejemplo, cabe señalar que en la estatua ecuestre de la Plaza Bolívar los rasgos faciales del Libertador son los comúnmente aceptados y coincidentes con las pinturas de la época correspondiente.

          Nótese que para ejecutar dicha estatua, con fecha de 1874 (Alemania), el escultor tuvo que tener presente una pintura de Bolívar y no la de un Bolívar decadente sino uno en plena vitalidad. Además, para ese momento y fecha, todavía había gente (¡y bastante!) que lo había visto personalmente, sin que persona alguna hubiese levantado su voz para protestar.

          Dicho con otras palabras, a Bolívar lo “despescuezaron” para cambiarle su cara y facciones y acomodárselas según la conveniencia de alguien, que no pudiendo parecerse a él y con profundos complejos, trata de adaptar (previo pago) los rasgos de Bolívar a los propios, además de las intenciones de fondo arriba expresadas.

          A título de curiosidad y de casualidad, en el periódico gubernamental gratuito “CCS”, en su edición del sábado 11 de agosto de los corrientes, se hace referencia a una carta de Bolívar para su hermana María Antonia, donde le dice que un Sr. Guzmán (Antonio Leocadio Guzmán) “te entregará un retrato mío”. ¿Existirá tal retrato o estará escondido? Además hay la foto de un retrato de dicha hermana y si hay algún parecido con la cara del Bolívar “reconstruido”, por favor, háganmelo saber…

Saludos,
          Raúl Barroso Lima
          Correo: rlbarroso@cantv.net

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