sábado, 27 de mayo de 2017
¿CUÁL ES LA DIFERENCIA?
¿CUÁL ES LA DIFERENCIA?
León Moraria
“El Estado es la violencia organizada”.
CARLOS MARX
Casi
a diario la prensa informa de manifestaciones de protesta en Argentina (contra
Macri), en Brasil (contra Temer), en Colombia (contra Santos), en México
(contra Peña Nieto), en Venezuela (contra Maduro). ¿Existe alguna diferencia en
esas manifestaciones de protesta?
Todas
tienen una causa común: la política de negar la plusvalía que le
corresponde al trabajo manual del obrero por producir la mercancía. Sin
importar el discurso que caracterice a los gobiernos, esa política está
dirigida a servir los intereses de la burguesía. Esto es igual en Argentina,
Brasil, Colombia, México o Venezuela. Política que ejecuta de igual manera
Macri, Lula, Dilma, Temer, Santos, Peña Nieto, Chávez o Maduro y es el origen
de las protestas, los paros agrarios, el reclamo de salario en obreros,
maestros, profesores, empleados públicos, en una palabra, la rebelión de las
masas. Protestas que en todos los países son reprimidas por los mismos métodos,
por cuanto obedecen al patrón fijado por la Escuela de las Américas en los
posgrados que realizan militares y policías de cada uno de estos países.
Chávez, por ejemplo, hizo el posgrado en la Escuela de las Américas de
Guatemala.
En cualquier país la represión se
realiza de idéntica manera: bombas lagrimógenas, perdigones, agua, golpes con
bastones y escudos, detenciones, numerosos heridos y nunca falta algún muerto.
Existe alguna diferencia en la represión de las manifestaciones en ¿Buenos
Aires, México, Bogotá, Buenaventura, Chocó, Catatumbo, Rio de Janeiro o Caracas?
El
único ente que genera violencia es el Estado. Los pueblos no generan violencia.
Los pueblos se defienden de la violencia que genera el Estado y ejecuta el
Gobierno. La violencia es prerrogativa del Estado.
Si
la causa de la protesta es idéntica en cualquiera de los países ¿Por qué hablar
de agresiones, intervenciones, invasiones en Venezuela y no, en Colombia,
México, Brasil o Argentina? En Colombia hay guerra, en consecuencia, no hay
democracia. La guerra es la negación de la democracia ¿Será por eso que
Colombia fue invadida y en su territorio existen 7 bases militares gringas?
¿Puede existir la democracia en un país en guerra desde hace sesenta o más años
y, además invadido? De parecida manera, en México existe la guerra
delincuencial entre el gobierno y las mafias de narcos, de trata de seres
humanos (prostitución y migrantes), a lo cual no escapan El Salvador, Honduras
y Guatemala. Si las causas de las protestas populares son las mismas en todos
los países ¿Por qué establecer diferencias con Venezuela? ¿En dónde está la
diferencia si la política económica capitalista del chavismo es idéntica a la
de otros países? ¡Pero fracasada!
La diferencia con Venezuela está en
el discurso procaz, desafiante, del gobierno, que irrespeta resultados
electorales y pretende violar con paralelismos las normas
constitucionales (Alcalde Mayor de Caracas, Asamblea Nacional, gobernadores no
afines al chavismo, tribunales militares, etc.). Además del fracaso en el
manejo de la economía.
¿Se pueden diferenciar las políticas
de Maduro, Macri, Temer, Santos o Peña Nieto? Tal vez el hambre,
desabastecimiento, escasez, carestía, falta de medicina y servicio
hospitalario, así como la ruina y desastre nacional de la economía es lo que
diferencie a Venezuela de los otros países.
Si el “Estado es la violencia
organizada”, sin duda, los daños materiales y hechos luctuosos que ocurren
en las movilizaciones populares son responsabilidad del Estado y de su brazo
ejecutor el Gobierno. ¿Por qué? Porque las protestas son la respuesta legal a
las políticas antipopulares del gobierno, en consecuencia, no pueden ser
criminalizadas. Las muchedumbres son convocadas por el hambre; la falta de
medicinas y hospitales; la inseguridad como consecuencia del fracaso en la
educación, salud y trabajo estable; la ruina y desastre de la economía; el
desabastecimiento, escasez y carestía; la agudización de la crisis económica,
social y política. El gobierno ha demostrado incapacidad para dar solución a la
crisis y en consecuencia es agente de la violencia. Las mayorías nacionales
tienen el derecho a defenderse de la violencia estatal.
Si la tesis chantajista
de la injerencia extranjera que el gobierno anuncia y pregona todos los días,
es cierta, el único responsable de lo que pueda ocurrir es el gobierno. Es
decisión del gobierno evitar daños mayores al país como consecuencia de la
posible invasión y regreso del imperialismo. Ahora bien, no regresa lo que no
se ha ido. El capitalismo no se ha ido por cuanto está presente en la banca, en
la explotación de la Faja del Orinoco, en el Arco Minero, en la presencia rusa y china, en la balanza comercial con Estados Unidos. El presidente Medina
Angarita, prefirió renunciar antes que conservar el poder por medio de un
reguero de sangre. De igual manera, el presidente Marcos Pérez Jiménez,
prefirió renunciar antes que mantenerse en el poder sobre un reguero de sangre.
Años después, Pérez Jiménez regresó montado sobre un caudal de votos, lo cual
dio origen a una enmienda constitucional.
Las contradicciones del gobierno
chavista son tan profundas y la crisis social es de tal magnitud que, para
alargar la agonía, la única alternativa la encontró en la “convocatoria”
de la Asamblea Constituyente Originaria, para utilizarla como subterfugio que
le permita derogar poderes adversos. La primera derogatoria van a ser las
elecciones convocadas para el próximo 10 de diciembre. De esa manera alargar el
mandato por el tiempo que dure la Constituyente ¿Un año, dos años o más?
El
gobierno chavista comenzó a caminar sobre el filo de la navaja, como el
equilibrista sobre la cuerda floja. No hay vuelta atrás. Chivo que se
devuelve se desnuca. La suerte está echada. Si cuando tenían todo a favor
¡fracasaron! Ahora que tienen todo en contra ¿Pueden sacar el país de la ruina
y desastre creados en 18 años? Las mayorías nacionales tienen la última
palabra.
Señores de la izquierda
internacional por favor no traten de convencernos que en Venezuela existe un mar
de felicidad. Ustedes han demostrado tener ignorancia supina de la realidad
venezolana. Siguen convencidos que aquí hay una revolución socialista. Pero
resulta que el chavismo no es revolucionario ni bolivariano ni mucho menos
socialista. El chavismo es militarismo inspirado en el nacional socialismo
hitleriano.
24 de mayo del 2017
APUNTES EN TIEMPOS DE LA REBELIÓN
APUNTES EN TIEMPOS DE LA
REBELIÓN
Carlos D. Hermoso Conde
Prever termina siendo relativamente sencillo cuando asumimos de manera
rigurosa el método y la doctrina del marxismo-leninismo. Pero siempre, la
magnitud de los hechos, aun previstos, sorprende. Y es que anunciar el
acontecimiento, ubicados siempre en el análisis de las tendencias, debe ser un
ejercicio frío, desapasionado, propio de las ciencias. Pero vivir el
acontecimiento humano nos toca el corazón, despierta la emoción y los
sentimientos. Nos enerva y conduce a esa sensación contradictoria de apreciar
la belleza de un pueblo reb
Era natural que la política chavista nos llevara a esto. Destruir la
economía para importar, al caer los ingresos por concepto de venta de petróleo,
indefectiblemente conduciría a una catástrofe. Casi tres décadas de esta
política erosiva no puede llevar a otra cosa, de ellas casi dos llevaron la
impronta de la profundización al estilo chavista. Así que era de esperar
consecuencias aún más graves.
Se cumple, una vez más, aquello de que las fuerzas productivas, al
desarrollarse en el marco de relaciones de producción y de cambio caducas, se
ven frenadas. El chirrido de ese freno se convierte en un clamor trepidante que
anuncia la erupción de un volcán cuya lava no es otra que este hermoso y
rebelde movimiento de masas, que deja inevitablemente en el camino esa cuota de
sacrificio de vidas humanas, en su mayoría jóvenes, como siempre, reiterando la
experiencia histórica. Se enluta con su entrega el hogar venezolano. Dramatismo
y rabia que nos disponen aún más a la pelea por un mundo mejor.
Se ha abierto una época de revolución social. El freno es de tal
naturaleza que el hambre ha llegado a los sectores medios de la sociedad. Y qué
decir de lo que viven los pobres de siempre, desempleo, inflación, escasez,
hambre, entre otras calamidades, resumen la traba en la que se han convertido
las relaciones imperantes, sustentadas por una política económica concreta de
ropaje revisionista. Acicate que ha motivado la rebelión. Por lo que no solo se
trata de una catástrofe: más que eso, se ha abierto un período de revolución
social que debe ser realizado en la perspectiva de la liberación de las fuerzas
productivas para el desarrollo nacional y el bienestar de los venezolanos.
LAS MASAS Y LOS DIRIGENTES
También se pone en evidencia, una vez más, quién lleva el protagonismo:
las masas populares. El ascenso de esta rebelión nos resulta una experiencia
única en la historia venezolana. Inédita. Llena de rasgos originales
difícilmente repetibles. Además de no tener antecedente alguno, siquiera en la
más reciente rebelión de 2014, ni en la más lejana, el levantamiento del 27 de
febrero de 1989. Aun cuando es justo señalar que el enfrentamiento de calle,
con los jóvenes haciendo uso de una técnica muy de estos tiempos, es heredada
de la rebelión del 14. Así, el desarrollo de estas formas de lucha, asumidas de
manera generalizada, va acompañado de escenas tan originales como conmovedoras.
Vamos aprendiendo en el duro camino. Nos vamos templando hasta convertirse los
grupos de jóvenes que se lanzan a la pelea en los emblemas más valorados por
las masas en medio de las movilizaciones. Una intifada mucho más desarrollada, contra
fuerzas tan criminales como las israelitas.
La gente ya no tiene miedo de hablar de estos asuntos. Es ya cotidiano
discutir acerca de estos aspectos de la lucha política. Ya habrá tiempo para
estudiar si en la historia hay algún hecho histórico similar en cuantía, al
menos en la modernidad. Es que resulta muy elevado el porcentaje de venezolanos
que se ha movilizado en estas siete semanas. Además de que la participación es
cualitativa en el sentido de los criterios que se expresan en cuanto a las formas
de lucha y la disposición a participar. En eso radica la originalidad de esta
jornada. A su vez, la conciencia apunta a la búsqueda de una perspectiva al
cambio verdadero.
Hay quienes le dan una importancia superlativa al acto heroico o a la
maniobra política individual, o al uso de algún espacio mediático de gran
impacto, capaz de cambiar el rumbo de los acontecimientos. Aunque se trata de
una perspectiva burguesa, que hace pensar que con eso se puede lograr un giro
definitivo al proceso de cambio que vive Venezuela, eso en algunas condiciones
ciertamente puede permitir alguna eficacia política, sobre todo en favor de
alguna individualidad. Pero en ocasiones, hay quien le asigna tal relevancia
que les hace pensar que tal o cual acto puede permitir catapultar una política
hasta alcanzar la meta. Pretenden sustituir la confianza en las masas y en las
leyes del desarrollo natural de la sociedad con el uso eficaz de alguna treta,
o de algún acto heroico.
Sin embargo, es la fuerza de las masas, en su despertar, la fuerza
material capaz de cambiar el rumbo de la historia y superar cualquier escollo
en su camino cuando se decide echar a andar. Es nuestro caso. El despertar
proviene de las condiciones revolucionarias de la sociedad. Es de suponerse que
en la acción, en su realización, está la presencia en la lucha de una suma de
individuos cuyo acto particular puede trascender y destacar. Bien porque se
convierte en ejemplo y acicate, o porque algún percance lo coloca en la
palestra o las estadísticas. Actos heroicos aparecen acá o allá. Es espontáneo.
Se ve estimulado por el furor y conciencia colectiva. Se hace valer una vez más
la tradición de lucha de los venezolanos.
También está en desarrollo la configuración de las personalidades del
momento político. No nos referimos a las personalidades creadas con base en la
acción mass mediática. Nos referimos a esa personalidad que crea la situación
política como resultado de la confrontación. Eso es un asunto que está por
verse, aun cuando la gente reconoce entre sus líderes a quienes se han
comprometido en la primera línea del combate de calles. De eso saben los
políticos, por eso el apresuramiento. Legítimo o controversial, son tiempos en
los cuales cualquier ciudadano se convierte en símbolo de los tiempos.
Estamos en un torbellino que dejará huellas, entre las cuales una u otra
personalidad resultará emblemática. Si no, veamos el 4 de febrero, cuando una
personalidad mediocre y grotesca resulta con la aureola de héroe. Pero, así
como la sociedad venezolana y mundial hubo de sufrir al personaje en cuestión,
la historia puede gratificarnos con quien resuma los intereses nacionales y
populares. Todo dependerá de la escala alcanzada por la conciencia de las
grandes mayorías. De la correlación de fuerzas políticas. De la eficacia
política alcanzada por las expresiones de las distintas clases, de su
propaganda, agitación y organización. De la incidencia que alcance una u otra
y, por tanto, de sus dirigentes. Por lo pronto, desde la perspectiva
revolucionaria resulta un aporte en su dirección el hecho de que se hayan
entronizado los dos emblemas que guían a las grandes mayorías y que nacen de su
seno: ¡Abajo la dictadura! y ¡Rebelión democrática!
Asimismo, ha calado el programa de reconstrucción nacional. Aunque poco
propagado por el limitado alcance de nuestros medios, resulta una propuesta que
encuentra aceptación por resumir las aspiraciones de los venezolanos. Así,
organización, agitación y propaganda de nuestras consignas y propuestas
programáticas es lo que a fin de cuentas puede contribuir a que Bandera Roja
~como personalidad colectiva~ y sus dirigentes, alcancen tal incidencia y
liderazgo en el movimiento de masas, que sea identificada con capacidad de
guiarlas hacia la meta de salir del chavismo y pugnar por un mundo mejor.
Junto a la confianza en las leyes del desarrollo, y por ende, en las
masas, en su fuerza y protagonismo, se encuentra también la que corresponde a
las posibilidades de crecimiento y consolidación de la vanguardia. Estamos en
presencia de un movimiento de masas que, como nunca en nuestra historia,
ratifica la sentencia de Lenin de que los cuadros están en su seno. Por eso hay
que estar allí donde ellas se encuentran. Contactar a la gente, hablarles,
confiando en la política de vanguardia y exponiendo puntos de vista que ya no
resultan altisonantes, hasta ganar su simpatía y confianza. No reducir la
vinculación a los asuntos de las marchas y las formas de lucha, sino abordar en
paralelo las cuestiones del futuro, de la salida y la perspectiva para
Venezuela, en especial difundir el programa de reconstrucción nacional.
Vinculación que debe permitir apreciar a los más dispuestos, avanzados y
con dotes de dirigente. A eso nos debe llevar conocer gente en medio de la
actividad. Eso lo permite la politización natural producto del conflicto que ha
llevado a millones de venezolanos a participar en las acciones de protesta.
Allí están los cuadros. Hay que tenderles la mano.
Y es que la acción de las masas requiere de una vanguardia. En nuestro
caso, independientemente de que la MUD trace una orientación general y que
convoque semana a semana las acciones a realizarse para mantener viva la
rebelión, eso no debe restar autonomía ni de los sectores de vanguardia ni de
las organizaciones de las masas. Todo sin restar en nada la unidad que demandan
las mayorías para alcanzar la meta de salir del régimen. Tampoco eso debe
restar en la necesaria conducción política del proceso, cuyas carencias deben
ser cubiertas sobre la base de la participación y las definiciones más precisas,
tanto en las cuestiones prácticas de la lucha de calle, como en la organización
y contenido de las asambleas. Hay tendencias al desbordamiento del movimiento
rebelde, por lo que esta orientación adquiere más relevancia. Eso nos puede
permitir seguir e incidir en el ritmo propio de su desarrollo que debe de estar
articulado a la cuestión política, las maniobras, entre otras determinaciones.
HACIA EL CAMBIO
En otro sentido, este episodio histórico, ejemplarizante y lleno de
gloria, valentía y actos heroicos, demanda de un mayor contenido. Luchamos
contra este presente pero debemos delinear un futuro, que no puede ser otro que
un porvenir donde los venezolanos alcancemos verdaderamente la felicidad que es
capaz de brindar el desarrollo y el bienestar. La tarea de reconstruir el país
supone un cambio a favor de quienes más sufren e históricamente más han
sufrido, y no de los beneficiarios de siempre. Por lo que se debe propiciar la
política que lo garantiza.
La salida no puede conducir a la moderna tragedia griega. En Edipo Rey,
no hubo manera de evadir la sentencia del oráculo. En la modernidad, los
griegos tampoco pudieron evadir la propia. Solo que el oráculo no se halla en
Delfos sino en las oficinas del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario
Internacional. Con tanta fuerza como aquélla, se cumple el vaticinio.
La salida no debe centrarse en los favores que recibirán los llamados
empleadores. La salida debe garantizar el desarrollo nacional expresado en
producción venezolana de creciente calidad, capaz de sustituir el producto
importado. Mientras, la mejora real de las condiciones de vida de los
venezolanos debe plasmarse en empleo, mejores salarios, estabilidad laboral y
cada vez mejores servicios públicos.
Y es que, siendo un momento histórico que no deja lugar a dudas acerca
de su carácter revolucionario, el cambio debe ser tal, que permita liberar las
fuerzas productivas hoy frenadas por una política que atenta contra el
desarrollo, el interés nacional y popular, y que está al servicio de la oligarquía
financiera. Política que, aun cuando no fue inventada por el chavismo, este
régimen la elevó a su máximo grado. Iniciada por los adecos en 1989, la heredan
los chavistas, le dan rango constitucional y jurídico, profundizan la
sustitución del producto nacional por productos importados. El cambio debe
suponer sustituir esta política para realizar una orientación que coloque a
Venezuela en la senda del desarrollo. Lo que supone una nueva relación con el
sector externo, con la banca y los acreedores.
LA FUERZA ARMADA
En medio de este escenario y las aspiraciones nacionales, los
integrantes de los componentes de la Fuerza Armada se debaten en la
contradicción que supone el compromiso con el régimen y su área de confort,
unida a la mafia castrense, por un lado, y el clamor y la lucha del pueblo por
el cambio. Es seguro que las contradicciones están en su máximo nivel. Que los
altos mandos comprometidos con el régimen y usufructuarios de sus bondades han
desarrollado mecanismos para contener los brotes rebeldes en sus filas. La
represión a esas expresiones se hace sentir. Sin embargo, lo generalizado de la
crisis hace que el descontento se extienda a cada vez más sectores. La Fuerza
Armada no solo está constituida por oficiales de alta graduación u oficiales.
La tropa, que representa el mayor contingente en todos sus componentes, está
compuesta por jóvenes provenientes de los sectores pobres, hijos de obreros, de
trabajadores desempleados muchos de ellos, a quienes a sus hogares de origen ha
llegado la crisis en toda su extensión. Así, más temprano que tarde, la mayoría
de esos jóvenes ya identificados con la protesta, se prestarán al menos para
dejar que el curso del movimiento alcance su meta, si no es que se convierten
en factor activo en contra del régimen.
En esa dirección, debemos estimular las relaciones entre quienes hoy
estamos en la calle, y los soldados. Así como impulsando asambleas en las
urbanizaciones y barrios, también debemos hacer lo propio con la soldadesca.
Reuniones secretas bien se pueden ir realizando, aun cuando se trate de grupos
pequeños. A la postre, estos pueden convertirse en mensajeros para otros de sus
compañeros. En general, hay que minar positivamente las bases de la institución
castrense por arriba y en sus bases. La idea de que deben voltear sus armas
contra los opresores, tiene que ser acompañada siempre por la idea de un mundo
mejor.
Los tiempos que vivimos demandan de los mayores esfuerzos de quienes
manifiestan una conciencia de compromiso por el cambio. Es hora de brindar grandes
esfuerzos y contribuir con la causa popular. Si hoy día cualquier ciudadano se
dispone al sacrificio, es de suponerse que quienes se asumen integrantes de la
vanguardia manifestarán una mayor disposición a cumplir con su deber y
sacrificio revolucionario. Son tiempos que no esperan. Aceleremos el paso y
pongamos al servicio de esta rebelión democrática lo mejor de cada uno de
quienes propagamos el compromiso por el cambio de verdad.
Carlos Hermoso
Mayo 23, 2017.
viernes, 19 de mayo de 2017
PROPUESTA PARA LA SOLUCIÓN
PROPUESTA PARA LA SOLUCIÓN
Juan Carlos Sosa Azpúrua
Juan Carlos Sosa Azpúrua
Más de cuarenta días tienen los venezolanos en las calles, demostrando una gallardía y convicción libertaria admirables. Es milagroso que una nación con tantos padecimientos y frustraciones esté dispuesta a luchar y manifestar su hastío, a pesar de los riesgos mortales. Estos dieciocho años de tiranía, su desangre migratorio y las tragedias sufridas, no han amilanado el corazón criollo.
Son decenas de compatriotas asesinados y miles apresados arbitrariamente. Cada día que pasa, es un día que muere un joven y sus ilusiones de amanecer en Libertad. Es heroica la gesta de nuestros muchachos de Caracas, Táchira, Mérida, Carabobo, Zulia, y demás rincones de esta tierra de gracia, que hoy llora lágrimas de sangre. También son heroicos todos y cada uno de los que abandonan sus burbujas cotidianas y asumen la calle con todos sus costos.
Pero estas páginas históricas corren el peligro de terminar empastadas en un libro cuyo título es “La frustración de un pueblo desmoralizado”. Ya son casi dos décadas de experiencia que nos deben abrir los ojos para captar las lecciones que nos dicta el pasado, tan rico en marchas y luchas que se desvanecieron.
Padecemos un régimen inescrupuloso, cuyo objetivo es la dominación total. Para lograrlo, solo tiene que destruir lo que tenga valor: la decencia, la educación, el trabajo, los sueños y la Libertad. Por eso las marchas son un arma de doble filo. Si no se articulan dentro de una estrategia política, cónsona con la belleza juvenil que sacrifican, estas concentraciones de calle son vitaminas para un régimen que se nutre del cansancio, la sangre y la miseria.
El tiempo de marchas es tiempo de anarquía, que se desborda. Comercios quiebran, universidades cierran, estudiantes se distraen, profesionales se extravían en nieblas paralizantes, el exilio se dispara, la economía se hunde más, el hampa saca músculos, los hogares tiemblan y lloran las tragedias; los huesos rotos de la nación se hacen polvo.
Para amortiguar o al menos intentar sanar las heridas infligidas por las marchas, y que las páginas se inmortalicen en el libro de la Libertad, la calle debe encuadrarse dentro de una estrategia que, lógicamente, debería accionarla la Asamblea Nacional. No existe razón alguna para no hacerlo y sí todas para abrazar con ahínco la oportunidad de oro que nos brinda el destino, para resolver esta crisis con la limpieza que proporciona la institucionalidad de una Asamblea que representa la voz del pueblo.
La Asamblea Nacional es el único poder público autónomo y legítimo que existe en Venezuela. Su legitimidad cuenta con el respaldo de cerca del noventa por ciento del país. Es momento de asumir esa inmensa responsabilidad y abrazar la historia con fuerza y determinación.
¿Qué debe hacer la AN?:
Es evidente, que los puntos que a continuación se enumerarán, el régimen forajido no los acatará en un primer momento. Al contrario, se burlará y profundizará su represión. Pero en la medida que la nación se pronuncie en favor del nuevo gobierno y así mismo lo hagan las entidades y personalidades internacionales, la realidad irá mutando y lo que luce fantástico se volverá tangible y lo que hoy es real dejará de serlo.
1) Decretar la ilegitimidad del régimen, por estar incurso en crímenes de Lesa Humanidad, públicos y notorios. En este sentido, los funcionarios principales del régimen forajido deben ser desconocidos por la AN. No está de más reiterar, en acto formal, que Venezuela no tiene presidente de la República desde que la misma Asamblea Nacional decretó su falta absoluta (por abandono del cargo -deberes constitucionales-) en enero de este año.
2) Nombrar magistrados del TSJ; Fiscal y nuevos rectores para el CNE.
3) Designar un gobierno de transición (presidente, vicepresidente, ministro de la Defensa y demás funcionarios necesarios para acciones inmediatas). Este gobierno transitorio contará con el aval del nuevo TSJ y será celebrado por los venezolanos en las calles del mundo entero, que se organizarán para que el apoyo sea contundente e innegable.
4) Hacer un llamado formal a las Fuerzas Armadas, para que sepan que obedecer a un régimen forajido implica penas graves, al ser cómplices de criminales de Lesa Humanidad.
5) Organizar a las Fuerzas Armadas institucionales, para que formalmente desconozcan las órdenes del alto mando militar que pretenda serle leal al régimen forajido.
6) Comunicar a todas las cancillerías que Venezuela tiene un régimen forajido, que ha sido desconocido por el pueblo; y que la AN ha nombrado un gobierno transitorio, para poner orden y convocar elecciones libres, tan pronto como lo permitan las circunstancias.
7) Hacer una convocatoria a los funcionarios del régimen forajido, incluyendo militares, para que desconozcan a los criminales usurpadores y apoyen al gobierno legítimo de transición.
8) Decretar el desarme de los colectivos, milicias y demás cuerpos delictivos que han sido equipados por el régimen forajido. Enumerar, en un decreto, todas las penas aplicables a todos aquellos que no cumplan con el decreto de desarme.
9) Convocar a los hogares venezolanos a manifestar continuamente su apoyo al gobierno legítimo de transición, a través de acciones puntuales que deben planificarse dentro de una estrategia coherente, y que aminore los riesgos a la vida.
10) El gobierno de transición debe actuar como si el poder del régimen forajido no existiera, emitiendo órdenes a todos los organismos públicos para que actúen en conformidad con la nueva realidad.
11) Solicitar el apoyo de los gobiernos americanos, europeos, asiáticos y africanos, así como de sus organismos de inteligencia y combate antidrogas, para que neutralicen las rutas del narcotráfico y petroleras, que usa el régimen forajido para abastecerse de recursos.
12) Crear una coalición internacional de jefes de Estado en apoyo al gobierno legítimo de transición.
13) Crear una coalición de escritores, periodistas, artistas, y demás personalidades influyentes del planeta para que se pronuncien en favor del gobierno legítimo de transición y condenen al régimen forajido.
14) Emitir comunicados a la INTERPOL y demás organismos pertinentes para que colaboren con las acciones del gobierno legítimo de transición.
15) Emitir comunicados al sistema financiero internacional para que tome las medidas necesarias que bloqueen las acciones del régimen forajido.
16) Nombrar una comisión especial para negociar empréstitos, para que el gobierno legítimo de transición pueda operar sin depender del situado constitucional, mientras éste siga secuestrado por el régimen forajido. Estos préstamos también deberían abarcar las necesidades operativas esenciales de las gobernaciones y alcaldías que decidieren desconocer al régimen forajido.
17) Decretar un estado de emergencia nacional, y solicitar el apoyo militar de las fuerzas nacionales e internacionales que decidan apoyar al gobierno legítimo de transición.
18) Emitir ordenes de libertad a todos los presos políticos y exigir a los organismos pertinentes que cumplan con dichas ordenes, so pena de incurrir en graves delitos, que deberán consagrarse a través de una ley especial, promulgada por la AN.
19) Anunciar al país un cronograma de acciones, que culminen en elecciones presidenciales en un tiempo perentorio.
20) Nombrar una comisión negociadora, que defina los términos de rendición del régimen forajido.
No tiene sentido continuar marchando si no se obtiene una respuesta de este tenor por parte del universo político, representado en la Asamblea Nacional.
El país ha sufrido demasiado y no puede seguir a la deriva, desgastándose indefinidamente en acciones que no cuajan en respuestas definitivas.
Basta de improvisaciones, de esperar que la suerte sonría caprichosamente. Sin menoscabar la lucha que han dado los diputados en las calles, es hora de una política que supere efectismos y consolide finales trascendentes.
La AN tiene el poder constitucional y el apoyo de la sociedad que representa.
“La fortuna favorece al audaz”, dijo el poeta Virgilio. Entonces, que la audacia se demuestre con una respuesta política que esté a la altura de nuestro hermoso y gallardo pueblo de Venezuela.
En Caracas, a los dieciocho días de mayo, 2017.
LLEGÓ LA HORA DE NEGOCIAR TU SALIDA
LLEGÓ LA HORA DE NEGOCIAR TU SALIDA
Humberto García Larralde
Nicolás Maduro, debes
saber que esto se acabó. La “revolución bolivariana”, si alguna vez existió,
murió. Ese menjurje que ustedes llamaron “Socialismo del Siglo XXI” no tiene
viabilidad económica, política ni social. Dependía de la renta petrolera que hoy
se ha encogido irreversiblemente y no volverá a los niveles astronómicos de
antes. Con las nuevas tecnologías de producción (fracking), no es
previsible que el barril de crudo supere los $60. Y, con la destrucción del
tejido económico de la nación, no hay cómo suplir las demandas de la población
ni generar empleo bien remunerado.
Pero sobre todo, tu
permanencia en la Presidencia de la República ha demostrado ser incompatible:
1) Con
el bienestar de los venezolanos porque tus políticas lo que producen es miseria
y hambre, y te niegas a rectificarlas a pesar de los reiterados señalamientos
de valiosos economistas y de otros profesionales sobre las medidas que deberían
implementarse;
2) Con
la soberanía popular, consagrada en el artículo 5° de la Constitución, pues
cerraste la vía electoral para que ella se expresase, cancelando el referendo
revocatorio (art. 72) y las elecciones regionales que debieron haberse
realizado en diciembre del año pasado;
3) Con
la democracia, porque has violentado sistemáticamente los derechos civiles y
políticos que la sustentan, además de abolir las elecciones;
4) Con
la República, pues tu mandato se ampara en la destrucción de la autonomía y el
equilibrio de poderes, base del ordenamiento republicano;
5) Con
la soberanía nacional, porque entregaste a los déspotas cubanos
responsabilidades sensibles a la seguridad del país, y hipotecaste recursos de
la nación a China y a otros intereses foráneos;
6) Con
la decencia y probidad en la conducción de los asuntos públicos, pues has
amparado las corruptelas más grandes que recuerda la historia del país y
deliberadamente proteges a quienes han sido señalados de narcotráfico por la
DEA;
7) Con
la dignidad que debe tener el ejercicio de tan alta magistratura, por tu
ignorancia, tus improvisaciones y tus disparates, minando irremediablemente el
respeto que deberían tener los venezolanos por quien ocupe esa investidura, así
como tu ascendencia ante los tuyos;
8) Con
la venezolanidad, porque has pisoteado sus valores más sentidos: el amor por la
vida, la libertad y la justicia, su convicción democrática y de respeto por los
demás, y su vocación humanitaria;
9) Con
la paz, porque le has declarado la guerra al país, desatando la violencia
militar y paramilitar contra la inmensa mayoría de venezolanos, quienes salen a
protestar porque están hartos de ti;
10) Con
la vida y con los derechos inalienables del ser humano, aupando el asesinato de
decenas de manifestantes desarmados, metiendo presos a opositores con
expedientes falsificados, permitiendo la tortura a muchos detenidos,
violentando los derechos de su defensa y condenando al grueso de la población a
la indefensión ante el hampa, el hambre y el deterioro de los servicios
públicos;
11) Con
el futuro, porque tu proyecto es reaccionario, primitivo y retrógrado. Le
robaste toda esperanza a las nuevas generaciones, razón por la cual la juventud
en pleno se ha alzado en tu contra.
Nicolás Maduro, hoy
representas muerte y desolación. Llegó la hora de que negocies tu salida.
Infelizmente, lo anterior constituye tu mejor carta, pues Venezuela está
demasiado apesadumbrada con tanta matanza de inocentes y con tanta miseria por
tu causa, y está dispuesta a encontrar vías expeditas para que te vayas de
inmediato. ¡Ni un muerto más! Esto no significa impunidad. Lamentablemente, los
juicios en tu contra por crímenes de lesa humanidad tomarán tiempo activarlos.
Con suerte, podrás disfrutar de la fortuna que habrás amasado a expensas
nuestras en Cuba o Zimbabue -mientras sigan vivos los ancianos déspotas que ahí
controlan el poder- o cobijarte bajo el ala de regímenes corruptos como el de
Bielorrusia o el de Putin.
No tienes salida. El
85% o más de la población venezolana te repudia y no descansará hasta verte ir.
Nadie cree ya en tus discursos y tus promesas. Sabes que tu proyecto
“socialista” no obedece a ningún fin redentor -con lo que tanto te gustaba
llenar la boca-, pero se sirve de tal impostura para esquilmar al país. El
problema para ti y tus cómplices, es que también el pueblo se ha dado cuenta de
ello. Y se convenció de que no habrá paz, seguridad, alegría y amor hasta tanto
te vayas, porque es imposible convivir con quien ha demostrado, en el ejercicio
de tan importante magistratura, que no le interesa ni sus vidas ni su
bienestar, y que no está dispuesto a concertar con otras fuerzas las soluciones
para superar los graves problemas en que los has metido. No hay vuelta atrás.
Tienes al país paralizado.
No sigas engañándote
huyendo hacia adelante. Es de necios pensar que una minoría que no pasa del 10%
le impondrá reglas al resto del país a través de tu asamblea constituyente
fascista. No nos lo calaremos. Prorrogar tu decreto írrito de Emergencia
tampoco te ayuda, pues profundiza los mismos errores que llevaron a esta
tragedia. Si quieres salir de un hueco, ¡no sigas cavando!
Sabes, de primera
mano, del descontento de los militares. ¿Hasta cuándo crees que podrás contar
con su anuencia o pasividad sembrando complicidades entre la alta oficialidad?
¿Hasta dónde confiar en que el G2 los tendrá controlados? ¿Hasta cuándo
tolerarán los desmanes de tus colectivos fascistas? Tienen familia y amigos y
no pueden ser indiferentes a lo que está pasando. Y saben que los crímenes de
lesa humanidad no prescriben. Los países del hemisferio te condenan y ni
siquiera tus antiguos compinches de Nicaragua, Bolivia, Ecuador y Cuba se les
oye salir en tu defensa. Has convertido a Venezuela en un país cercado internacionalmente.
Esto representa un problema de seguridad nacional, pues agrava su
vulnerabilidad externa, tema al que no son ajenos los militares.
¿Hasta cuándo crees
que podrás aplacar a tus facciosos comprando voluntades? Nadie te ofrecerá
financiamiento externo mientras no conciertes con la Asamblea Nacional la
autorización para ello y generes las condiciones y garantías económicas que lo
hagan factible. Desgraciadamente, ni la inflación, ni el desabastecimiento, ni
el empobrecimiento de la población, tendrán pausa mientras continúen tus
políticas. Los CLAPs, tampoco alcanzarán. Por demás, son insostenibles si la
renta no crece. Pero la producción petrolera está diezmada y sus precios no
volverán a subir. Más allá de los estamentos corruptos de la fuerza armada y
los malandros que has armado para matar estudiantes, no tienes apoyo.
Nicolás, se te está
cerrando la ventana para tu salida. Tu apoyo se resquebraja. La jauría de
mafiosos con quienes compartes el poder sólo te requieren como pararrayos, pero
ahora que los reales no alcanzan, cada quien buscará salvar su pellejo. ¿Cuánto
más crees que podrás mantenerte? ¿En qué condiciones? ¿Cuántas muertes más
cobrarás en ese intento? ¿No te das cuenta que no puedes triunfar en tu guerra
contra un país entero, que tientas un final como el de Mussolini y Clara
Petacci, o Kadaffi?
Es tiempo que abras
negociaciones con la directiva de la Asamblea Nacional.
Humberto García
Larralde
economista, profesor
de la UCV
PATRIA, SOCIALISMO Y MUERTE
PATRIA, SOCIALISMO Y MUERTE,
MUERTE, MUERTE
Luis Marín
El más de medio centenar de muertos
acumulados en la más reciente ola de protestas escenificadas en Venezuela se
produce sobre el trasfondo de los más de setenta asesinatos por día, que lleva
varios años, y nos acerca a la más alta tasa de homicidios por habitante del
planeta, sin excluir países en guerra como Afganistán e incluso Siria.
Esta industria del asesinato a gran
escala impone una reflexión política considerando que el 99% quedan impunes, lo
que implica responsabilidad del Estado tanto por su acción directa porque la
mayoría de ellos son perpetrados por las policías, fuerzas armadas y grupos
paramilitares, como por omisión de los organismos que se supone deberían
perseguir el crimen.
La respuesta más inmediata es que se
trata de una política de terrorismo de Estado, que tiene como finalidad el
sometimiento de la población, pero también expulsarla del territorio. La cifra
de venezolanos desplazado supera ampliamente los dos millones, que si algunos
se han ido buscando perspectivas económicas que les han sido arrebatadas aquí,
la mayoría lo hace en primer lugar por razones de seguridad.
Esta explicación es consistente con la
teoría y práctica del socialismo porque, por ejemplo, Lenin repudiaba el
terrorismo de los anarquistas al que descalificaba como acciones
individualistas, aisladas; pero en cambio lo justificaba plenamente como parte
de las tareas de un ejército en operaciones.
En verdad esta es la política que
siempre han aplicado los ejércitos de ocupación sobre la población nativa desde
que existe la conquista territorial, el nacionalsocialismo la usó en la Europa ocupada,
así como el ejército rojo, los socialistas serbios en los Balcanes, los
comunistas cubanos y sus aliados en África.
La segunda reflexión que se impone es
filosófica y ya se planteó con motivo del Holocausto (Shoá): ¿Cómo es posible?
La barrera que impide la aniquilación de seres de la misma especie, instintiva
en cualquier animal porque atiende a su supervivencia, parece dejar de
funcionar y en el caso particular de la especie humana, los escrúpulos de
conciencia pierden su eficacia.
Nuestro problema es la falta de conexión
de los perpetradores con su acción criminal. Por ejemplo, unos sujetos que
están en un bar secuestran a los de la mesa de al lado, los llevan a casa,
saquean, ruletean, asesinan y echan los cuerpos en un botadero de basura; luego
vuelven y se sientan en la misma mesa como si nada hubiera pasado, convencidos
de que nada les ocurrirá y dispuestos a hacerlo de nuevo.
La convicción de los autores materiales
es que conservarán el anonimato y nadie podrá conectarlos jamás con sus propios
actos. Causa perplejidad lo fácil que resulta matar y como algunos sujetos
incluso encuentran cierto placer morboso al hacerlo, dejando a un lado la
repugnante cobardía de ocultarse para eludir su responsabilidad.
Pero hay autores intelectuales, pongamos
por ejemplo el célebre tweet del mayor Francisco Ameliach, ordenando a las
“Unidades de Batalla Bolívar-Chávez, a prepararse para el contra ataque
fulminante. Diosdado dará la orden. Gringos y fascistas, respeten”. Pero quien
resultó abatida fue la reina de belleza Génesis Carmona, además de una docena
de escolares abaleados; más tantos otros asesinados en aquellos acontecimientos
de febrero de 2014.
Si alguien preguntara: ¿Y dónde están
los gringos y fascistas? Habría que responderle: En ninguna parte, salvo en la
cabeza de FA, que esa es la fantasía encubridora que les permite creer que
están librando otra Batalla de Carabobo contra un imperio formidable, mientras
en el mundo real están atropellando unas amas de casa desesperadas y matando a
sus hijos indefensos.
Los autores materiales se equivocan,
porque siempre es posible reconstruir la secuencia de los crímenes y nadie
tiene la impunidad garantizada, siempre hay testigos, desde ellos mismos hasta
sus secuaces que pueden traicionarse mutuamente.
Los autores intelectuales también se
equivocan, porque los hechos siempre terminan imponiéndose por encima de las
mamparas ideológicas.
Y no hay nada más convincente que
montones de cadáveres apilados.
EL ESTADO COMUNAL
“Últimamente las palabras dictadura
del proletariado han vuelto a sumir en santo horror al filisteo
socialdemócrata. Pues bien, caballeros, ¿queréis saber qué faz presenta esta
dictadura? Mirad a la Comuna de París: ¡he ahí la dictadura del proletariado!”
Escribía F. Engels el 18 de marzo de 1891, en el vigésimo aniversario de la
Comuna.
La llamada Constituyente Comunal
convocada recientemente en Venezuela es un experimento en sentido estricto,
político, jurídico, social y desde cualquier otro punto de vista, porque no
existe ni ha existido nunca ningún “Estado Comunal”, ni siquiera en Cuba
o Corea del Norte; su único referente es teórico, lo que Carlos Marx quiso ver
en el episodio de la Comuna de 1871 y que describió a su manera pintoresca como
una puesta en escena de su concepción clasista de la historia universal.
Desgraciada o felizmente Marx no
desarrolló ninguna teoría de la dictadura, de hecho, después de su Guerra
Civil en Francia no se ocupó de la política sino que dirigió todos sus
esfuerzos a lo que le parecía más importante, su crítica a la economía política
puesto que para él la economía determinaba todo lo demás en cada sociedad
histórico concreta.
Los que se vieron obligados a abordar
esta tarea fueron sus seguidores, como Lenin con El Estado y la
Revolución y Stalin con la edificación del socialismo en un solo país,
a contrapelo de sus padres fundadores del marxismo clásico que predicaban la
extinción del Estado y el socialismo internacional.
Sólo existen dos tipos de Estado: Federal
y Centralista, con las diversas combinaciones que puedan hacerse con ellos,
sean repúblicas o monarquías, que era la división tradicional hasta que todos
se hicieron constitucionales.
El Estado soviético pretendió ser
comunal al principio, de allí la consigna leninista “¡Todo el poder para los
soviets!” Pero eso duro menos que la vida de Lenin, la consigna de Stalin es
“todo el poder para el partido” y es la que prevalece hasta el día de hoy,
incluso en Cuba y Corea del Norte, que son los únicos regímenes estalinistas
que sobreviven después del derribo del muro de Berlín.
Así que el llamado Estado Comunal es un
recurso de prestidigitador a exhibir hacia el exterior para aparentar que aquí
se está haciendo una verdadera revolución y concitar el apoyo de los
nostálgicos del comunismo dispersos no sólo por Latinoamérica sino sobre todo
en Estados Unidos y Europa.
La situación puede describirse así: un
régimen inviable política, económica y socialmente, pero con la firme
determinación de impedir que surja cualquier fuerza capaz de sustituirlo en el
poder. Por el otro, una oposición con todas las alternativas posibles, pero
impotente para desplazar al régimen por vías pacíficas, constitucionales,
democráticas, electorales, etcétera, según la camisa de fuerza que se ha
autoimpuesto.
Y ese no es su único problema. Frente al
desafío de la Constituyente Comunal saltan a decir que esa es una propuesta de
“Estado Fascista”, es decir, exactamente lo que no es. El Fascista es un Estado
Corporativo, integrado por estamentos profesionales donde los empresarios,
terratenientes, comerciantes, gremios, sindicatos, tienen un rol esencial; de
hecho, la palabra “comuna” ni siquiera aparece en el discurso político de
Mussolini.
Pero esto es apenas un síntoma de la
enfermedad ideológica de la oposición oficial, que es tolerada precisamente
porque adopta la misma “visión del mundo” del régimen y todos sus prejuicios,
así que comparten idéntico lenguaje, se autodefinen “de izquierda” y decir que
alguien es “de derecha” es una descalificación cuando no un insulto.
Un alcalde opositor que ha sido
secuestrado, citado numerosas veces a organismos de seguridad, sufrido pintas
amenazantes en su propia casa, víctima de acoso, persecución e intentos de
intimidación acusa al régimen de comportarse ¡como el general Pinochet!
Sería demasiado arduo y repetitivo
insistir en las coincidencias que exhibe la oposición oficial con un régimen
del que en realidad es complementaria y que limita la lucha a ampliar su zona
de influencia, tratando de convencerlo de las virtudes de la alternatividad
frente al continuismo, punto en que los comunistas nunca transigirán so pena de
dejar de ser marxista-leninistas.
Así se retorna a la contienda entre el
absolutismo bolchevique y el oportunismo menchevique: reforma o revolución.
El partido de la libertad está
completamente afuera de este juego.
ALMAGRO, AL PAREDÓN
“La justicia militar es a la Justicia lo
que la música militar es a la Música”, se dice con frecuencia en Venezuela; con
el agravante de que jueces y fiscales siguen atados con sus votos de obediencia
y disciplina por lo que la justicia militar es, sin que haya nada peyorativo en
ello, una justicia subordinada.
Un principio generalmente aceptado reza
que los jueces deben ser imparciales, objetivos y no deben estar sometidos a
más constricción que la de su conciencia.
El problema es que los comunistas no
creen en ninguno de estos valores: son partisanos por excelencia, su concepción
de buena conducta se reduce a seguir la línea del partido. La objetividad es un
prejuicio pequeño burgués, porque toda acción supone una toma de posición, a
favor o en contra. Si se apela a la conciencia responden que “el ser social
determina a la conciencia”, así que solo hay “conciencia de clase”.
No es extraño que el epicentro del
conflicto de Almagro sea su vocación por la Justicia por un lado y su fidelidad
a la revolución por el otro. Su propuesta es fácil de formular e imposible de
cumplir: ser crítico del régimen títere de Maduro y no obstante seguir formando
parte del submundo de la izquierda.
Tomemos como ejemplo su más reciente
discurso sobre el pase a la justicia militar de manifestantes civiles para
observar algunas dificultades de esta posición tan incómoda.
Dice que “los colectivos armados (son)
una suerte de camisas negras del fascismo”, asimismo, las acusaciones del
gobierno “forman parte de un discurso reaccionario”. Pero lo que uno ve en la
realidad es que esos colectivos visten unas franelas rojas estampadas con la
imagen del Che Guevara, la misma que exhibe Almagro en su oficina en
Washington. Llamar “fascista” a este régimen es mentir deliberadamente.
Almagro no nos dispensa de llamar
“bolivariana” a la República, además de a otras organizaciones delictivas a las
que denuncia por cometer crímenes atroces, aunque no nos facilita ninguna
explicación medianamente jurídica de cómo puede ser una República
“bolivariana”, o “islámica” por mencionar otro caso que conoce muy bien.
El itinerario de Almagro arranca del
Movimiento de Participación Popular integrante, junto al Partido Comunista, al
Socialista y otra veintena de organizaciones, del Frente Amplio del Uruguay,
organización fachada del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaro, de Raúl
Sendic (padre), Pepe Mujica, Tabaré Vázquez y Elbio Rosselli, presidente pro
tempore del Consejo de Seguridad de la ONU, quien declaró recién que “el caso
de Venezuela no está en la agenda, ni debe estarlo”. ¿Es necesario agregar que
son miembros del Foro de Sao Paulo?
Fue embajador en Irán de 1991 a 1996, en
la UNESCO en 1998, China de 2007 a 2010 y canciller de Pepe Mujica durante todo
su período de 2010 al 2015. Sus actos más destacados son haber gestionado el
traslado de prisioneros de Guantánamo al Uruguay, así como un puente para traer
refugiados sirios. Fue facilitador del diálogo USA-Cuba que condujo a la
apertura de Obama. Pero lo que nos atañe más directamente es que fraguó el
ingreso de Chávez al Mercosur.
Le tendió una alfombra roja a Castro
para que reingresara a la OEA, oferta que éste rechazó, a pesar de su curiosa
declaración de que “la OEA debe entonar un mea culpa por haber
excluido a Cuba”. Castro no tiene que pedir perdón por nada, al contrario, si
para él la OEA es “el ministerio de colonias de los EEUU”, entonces fatalmente
Almagro es su ministro de colonias.
Es de los políticos y diplomáticos
capaces de hablar durante horas y escribir cientos de páginas haciendo la
radiografía más detallada de la tiranía que devasta a Venezuela sin mencionar
ni una vez a Cuba, ni la palabra “comunismo”, siquiera por equivocación, lo
cual no deja de ser una especie de proeza aunque no tenga nada de admirable.
La ruptura del MPP, PC y PS con Almagro
viene de sus tiempos de canciller en 2012, por no acompañar una
declaración contra el “genocidio” de Israel en Gaza, entonces dijo que no fue
consultado, ni debía la cancillería pronunciarse sobre asuntos de partido, sin
contar que la declaración no se corresponde con el concepto que el abogado
judío y diplomático honorario Rafael Lemkin logró que adoptara la ONU, que
equivale a banalizar el término e Israel responde al ataque de miles de cohetes
que dispara Hamas desde la franja contra su población civil, por lo que sus
actos son en legítima defensa, como se dice, “conforme a Derecho”.
Este tipo de cuestiones pero sobre todo
su actuación en la OEA frente al régimen títere de Venezuela son las que
llevaron a Pepe Mujica a definirlo como “un abogado, esclavo del Derecho”, como
si no entendiera los apremios políticos, por lo que le escribió una carta que
concluye diciendo: “Por eso formalmente te digo adiós y me despido”.
El frente interno de Almagro se
desintegra y sus aspiraciones que quizás fueran a la Presidencia de Uruguay
naufragaron, como en su momento las del también socialista José Miguel Insulza
a la de Chile y por razones diametralmente opuestas.
Sigue siendo cierto que no se puede
servir sino a un solo Dios y entre la Justicia y la Revolución, pues, hay que
elegir.
Luis Marín
19-05-17
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