Diosdado Cabello, en su carácter de Presidente de la Asamblea
Nacional, es el ungido por el pueblo, en ejercicio de su soberanía, para que
dirija el órgano supremo del Poder Legislativo, y por ende, su desempeño está
sujeto a la Constitución Nacional.
De todos es conocida la previsión tomada por el presidente Hugo Rafael
Chávez Frías, de vislumbrar que podría haber un
hecho "sobrevenido",
como resultado de someterse a una cuarta intervención quirúrgica en la
Habana, Cuba, y dejar claramente entre sus seguidores la manera de enfrentar
los acontecimientos futuros. Es así que previó los hechos que le podían
suceder, incluso el extremo de considerar su fallecimiento, el cual es un
hechos notorio, público y comunicacional,
expresada en cadena nacional el 09 de Diciembre de 2012. (Pero yo quiero
decir algo, quiero decir algo, aunque suene duro, pero yo quiero y debo
decirlo, debo decirlo. Si como dice la
Constitución, cómo es que dice, si se presentara alguna circunstancia sobrevenida,
así dice la Constitución, que a mí me inhabilite, óigaseme bien, para continuar
al frente de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, bien sea
para terminar, en los pocos días que quedan… ¿Cuánto?, ¿un mes? Hoy es… Sí, un
mes, un mes…..Presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello: Treinta y
dos días….. Presidente Chávez Y sobre todo para asumir el nuevo período para el
cual fui electo por ustedes, por la gran mayoría de ustedes, si algo ocurriera,
repito, que me inhabilitara de alguna manera, Nicolás Maduro no sólo en esa
situación debe concluir, como manda la Constitución, el período; sino que mi
opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que
—en ese escenario que obligaría a convocar como manda la Constitución de nuevo
a elecciones presidenciales— ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de
la República Bolivariana de Venezuela. Yo se los pido desde mi corazón. Es uno
de los líderes jóvenes de mayor capacidad para continuar, si es que yo no
pudiera —Dios sabe lo que hace—, si es que yo no pudiera, continuar con su mano
firme, con su mirada, con su corazón de hombre del pueblo, con su don de gente,
con su inteligencia, con el reconocimiento internacional que se ha ganado, con
su liderazgo, al frente de la Presidencia de la República, dirigiendo, junto al
pueblo siempre y subordinado a los intereses del pueblo, los destino de esta
Patria.).
Hay que destacar que Chávez previamente sustituyó a Elías Jaua del
cargo de Vice-Presidente ejecutivo, por Nicolás Maduro, más cercano a su pensamiento
político y ampliamente aceptado por la dirigencia cubana. Dejando clara la
continuación de Maduro como Vice-Presidente hasta el final del período
presidencial que culminó el 10/01/2013. De igual manera, instruyó a su hueste, aceptar a Maduro como su
candidato personal, y votar, en la eventualidad de la elección de un nuevo
presidente de la República, ante la posibilidad cierta, de no poder ejercer la
primera magistratura para el período inmediatamente siguiente a partir del 10
de Enero de 2013, en aceptación a lo contemplado en la Constitución Nacional,
ante la ausencia, no solo temporal, sino definitiva de él. Es decir, Chávez
estaba seguro de no regresar a ejercer la presidencia. En caso de no ir Maduro
a la elección se entendería como el desconocimiento de la voluntad del máximo
líder de la revolución, y un golpe certero a la militancia partidista.
Este hecho de dejar clara su herencia política ante el panorama
incierto, inteligentemente sugerido por la Sala Situacional cubana, nos lleva a
rememorar la costumbre del PRI, mexicano, de dar a conocer. al último momento,
al futuro candidato partidista, hecho conocido como " el gallo tapao'
".
Toda esta "puesta en escena" fue urdida en Cuba, por un
maestro ajedrecista como "Capablanca", ha presentado escollos
insalvables.
1º Está claro que un escollo pareciera que la instrucción dada por
Chávez, en su oportunidad, no estaba alineada por toda la dirigencia chavista y
por las autoridades cubanas, toda vez que planteada por la oposición en la
Asamblea Nacional, la aplicación de la Constitución, prevista por Chávez y
garantizada la continuidad administrativa, fue rechazada de plano por la
mayoría oficialista sin que mediara argumente convincente alguno de su
posición.
2º Diosdado Cabello se niega rotundamente, a dar su movimiento de
"jaque mate", y ejercer su papel de presidente provisional,
argumentando que de hacerlo estaría siendo desleal a su "Comandante
Presidente", y argumenta que , a todo evento, Chávez fue reelecto y en consecuencia,
sigue siendo presidente, no existe ausencia alguna, persiste la continuidad
administrativa, y alternativamente se juramentará ante el máximo Tribunal
Supremo de Justicia, en la ocasión que su salud y estabilidad se lo permita. Y
así lo refrendó la mayoría oficialista en la Asamblea Nacional celebrada el 8
de enero de 2013.
3º Ante la evidencia de la irregular camino tomado por la dirigencia
político, en contradicción de lo ordenado por el Comandante de cumplir con la
Constitución y las Leyes, demandaba la opinión de la Sala Constitucional del
TSJ, y que mejor excusa que la solicitud de interpretación del Artículo 231
Constitucional, hecha con la intención de dar pié a una decisión intencionada a
los intereses partidistas. Oportunamente pronunciada y en línea con lo señalado
por la Asamblea, la Procuraduría, y la Fiscalía.
4º Es cierto que el presidente obtuvo permiso unánime de la Asamblea
Nacional para permanecer en tratamiento de su salud en Cuba. Aun cuando el
permiso no precisaba los días de permanencia en el exterior, su vigencia la
determinaba el vencimiento del período constitucional 2007-2013, es decir,
hasta el 10 de enero de 2013. Chávez, en su manifiesto en cadena nacional la
noche del 8 de diciembre de 2012, estaba claro que le faltaban 32 días para
terminar el período constitucional en curso, y para asumir el "nuevo
período" para el cual fue electo, y que enfatiza que es un "nuevo
período", y de hecho, la no continuación del anterior. Al darle
continuidad el TSJ al período constitucional 2007-2013, no solo está
violentando la Constitución, sino que está desacatando la voluntad expresada
por el presidente de finalización de un período y comienzo otro nuevo,
diferente, sin solución de continuidad. Es evidente que el presidente Chavez
tenía "duda muy razonable" de su ausencia, y/o de su regreso a la
presidencia, en plenitud de condiciones para el ejercicio de la magistratura.
Por lo tanto, mal podría argumentar después el TSJ que el motivo de la ausencia
lo debió haber expresado, bajo formula jurídica de Decreto Presidencial, a
pesar que se deja claro en la declaración comunicacional del 8 de diciembrE.
Persiste en el pueblo la sensación de que el TSJ ha perpetrado un
"golpe de estado" de naturaleza civil (legislativo y judicial) contra
el "Comandante presidente", la Constitución Nacional, la
"Soberanía del Pueblo", y ha colocado al país en
"ingobernabilidad", bajo un nuevo gobierno de facto. Avalado por
otros gobiernos de países receptores de las dádivas del petróleo venezolano,
conocidas como las "viudas de la revolución", que han osado, en el
suelo nacional, inmiscuirse en problemas que solo atañen a los venezolanos,
bajo una real "solidaridad de
compinches". De igual manera, se observa la "solidaridad cómplice por
omisión" de los organismos internacionales, cuestionados frecuentemente
por no aplicar lo contemplado en sus documentos constitucionales, en cuanto a
la rectoría de la democracia.
Los hechos han dejado al desnudo a los poderes públicos nacionales y
cuestionada su independencia. No hay duda de su accionar conjunto y
planificado, en actuación de agavillamiento y sobreestimación de la
inteligencia del pueblo venezolano, y en pleno desconocimiento de las
implicaciones políticas, administrativas, judiciales de su actuación.
La única salida a la actual ingobernabilidad, es que se evidencia la
situación de la salud del "Comandante presidente", y se aplique lo
pautado en la Constitución y las Leyes, que no es otra caso que acatar lo
ordenado por el presidente en su ocasión. Mientras tanto el país permanecerá
bajo un gobierno de facto, sumergido en la incertidumbre, sin un gobernante
surgido de la soberanía popular.
Francisco Sayago y Sergio Sáez
Enero 13, 2013
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