POLÍTICA ECONÓMICA REVOLUCIONARIA (¿?)
Una política
económica, ha de entenderse como la estrategia que formula un gobierno para
conducir la economía del país, en función de mejorar la distribución de la renta para procurar satisfacer las
necesidades colectivas, mediante la elevación
de los niveles de consumo y
bienestar social; a la luz de un desarrollo económico-social y de una
producción nacional generada por intermedio de la productividad del trabajo. Para tal propósito, emplea ciertas
herramientas básicas (se refuerzan mutuamente) tales como las políticas fiscal,
monetaria, cambiaria, de precios, y de gasto público (a sabiendas que una
inelasticidad de la oferta doméstica, se traduce en una elevación de la
inflación y de las importaciones ante el incremento de la demanda agregada
impulsada por dicho gasto).
Sin duda
alguna, el tipo de “política económica
revolucionaria”(complementada con una indefinición sobre el verdadero papel
del Estado y el de la actividad económica privada), nos muestra en la
Venezuela del presente (y su sistema
productivo), un escenario de inestabilidad, de incertidumbre y de explosión,
todo lo cual, obviamente, atenta contra
su crecimiento económico y perpetua su condición actual de Estado Rentista.
Desde el
inicio del “proceso revolucionario” (magnificado a partir del 2002), y bajo la filosofía de un socialismo petrolero,
es cierto que el PIB (valor de todos los bienes y servicios finales producidos
dentro de una Nación en un período determinado) ha crecido en un 45% (1,45 veces); pero al propio tiempo y en el
mismo lapso, las importaciones por
habitante crecieron en un 175% (pasaron de 13,0 millardos de dólares en
2003 a más de 56,3 millardos de dólares
en 2012) hasta llegar a representar un
40% del PIB (el triple de lo importado en 1998); la liquidez monetaria pasó de Bs. 10.600 millones a Bs. 678.307
millones, es decir, se incrementó en
6.700%!!!; y la deuda externa
creció en 2,85 veces (10 veces mayor que
en 2003!!!).
La deuda
venezolana (titularizada y no titularizada) para finales de 2012, se estima en 364 mil millones de dólares (58% del
PIB calculado a 4,30 Bs/$), monto que equivale
a cerca del 67% del tamaño de la economía nacional. La deuda titularizada
(respaldada con títulos valores) se sitúa en unos 186 mil millones de dólares;
mientras que la deuda no titularizada (sin respaldo de títulos valores) se
ubica en unos 78 mil millones de dólares, estructurada con: Fondo
Chino (a quien debe pagarse con entrega de petróleo a precios de
descuentos) por un monto aproximado de 25 mil millones de dólares (se tiene previsto acordar para 2013 una
tercera línea de crédito, hecho que afectará aún más el flujo de caja de Pdvsa);
las nacionalizaciones (expropiaciones
no canceladas) por un monto de 20 mil millones de dólares; y la deuda con Pdvsa cercana a los 33 mil
millones de dólares.
Mención
aparte merece el Fondo Simón Bolívar
para la Reconstrucción, el cual materializó una deuda indirecta en 2012
(mediante la emisión de títulos) por un monto de 20.071 millones de bolívares,
en aras de financiar (con obvias intenciones soterradas) la construcción de
viviendas, con dinero inorgánico.
El pago de
la deuda en 2013 (capital e intereses) se estima en $ 12.000 millones (21% del presupuesto nacional). En tal
escenario, la deuda interna se ubicó
para 2012 en $ 57.400 millones (246.781
millones de bolívares), para un
incremento de 60,1% con respecto al 2011. La deuda del gobierno central (como ya señalamos), se situó para finales de 2012
en 100.964 millones de dólares (25% del
PIB), lo cual representó un incremento de 27,3% con relación al 2011.
Es de
resaltar, (como reflexión no como
recomendación), que la deuda interna que obviamente debe pagarse en
bolívares, puede, de forma perversa,
hacerse emitiendo más dinero inorgánico (acción
muy común en esta “Revolución”) con consecuencial efecto sobre el nivel de masa
monetaria, la inflación y el déficit fiscal (desequilibrio entre ingresos y
egresos).
Por su
parte, para 2013 el servicio de la deuda
externa se estima en $ 11,5 millardos para un total de deuda 2012 de unos $
100 mil millones (similar al 2011, ya que en 2012 no hubo emisión).
Jesús Alexis González
Economista.
11/01/2013
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