Nota
Dejamos muy en claro desde la RIC
que la única resistencia que apoyamos es la pacífica,
no violenta, de un colectivo organizado y consciente
portador de una nueva política para la construccion
de una historia distinta a la padecida hasta hoy
en este expaís
El día de la votación es el acto final
de una obra continuada, en un teatro que se llama “FARSA”.
La escenografía se expone en este teatro
de trucos, sobre una tarima de cartón llamada “Democracia venezolana”.
El teatro posee las máquinas, más
fáciles de manipular que hacer una llamada telefónica; usando un registro
repleto de fantasmas y mismos sujetos multiplicados a la n potencia, rompiendo
la lógica matemática; auditorías inexistentes y rectores, los magos del
cuento, que hacen su magia para un solo público, el contrario.
Como guinda de la torta, el candidato
del régimen -el conejo del amo de la historia- es ilegítimo, sus manchas y
fétidos olores trascienden la atmósfera terrestre.
Sabemos que los testigos nunca son
suficientes y que en demasiados lugares -mesas itinerantes-están las grietas
por las que se cuela una mano peluda, las garras enguantadas del gran mago,
niéguenlo mil veces, pero esta es la verdad.
El siete de octubre; la fecha perfecta
para haber apagado la música y prendido las luces, levantándole el velo a la
farsa, exigiendo una historia real; fue el día del espanto, y el teatro
ganó aplausos, su obra aclamada y felicitada por un hombre que ese día también
se hizo conejo, el marsupial que no salió ese día del sombrero, tú HCR .
A partir del siete de octubre, se
glorificó el mito del conejo de la suerte, el que sí sacó el mago del sombrero,
el único que puede salir de allí, él -hoy fallecido- y sus retoños -vivitos y
coleando-.
El Tiburón 1 alcanzó el nivel de “padre
nuestro” y su mitología -la religión de “san comandante”- no ha hecho sino
crecer, crecer y crecer, rezada por quienes deberían ser los primeros en
destruirla, enterrarla y meter su memoria en el congelador del infierno.
En enero, y otra vez en marzo, se
acataron sentencias que explotaron bombas atómicas sobre la justicia.
Se avaló que un usurpador del poder, se
quedase como el pirata al timón de este barco que se hunde; y además fuera
candidato, para tener el chance, dentro de pocos días, de salir del sombrero
mágico, un conejo feliz hecho todo un demócrata, elegido por su pueblo.
Y semejante ilusionismo es posible
porque el teatro tiene público, tanto que la gente hace colas para entrar a la
obra.
La esperanza es conmovedora, pero está
depositada en una persona que ya dejó muy mal la posibilidad de transformarla
en algo distinto a la frustración.
Pero ahora, tienes otra vez al país
entero -gente buena y decente- ilusionado de que harás este domingo lo que no
hiciste el siete de octubre; lo que tenías la obligación de haber hecho -y
ninguna excusa es válida-.
Yo no voy a “votar” por ti ni por nadie.
No me sentiré un tonto útil dos veces y no avalaré con mi presencia una obra
que repudio por mentirosa y fraudulenta, la farsa total.
Ojalá la mía hubiera sido la postura de
todos, pero no es así, y la fiesta, la obra mágica, se dará en el gran teatro
de los trucos.
Esta fiesta, que tú has montado y
avivado con pasión, ha dado espacio para las percepciones distorsionadas de la
tragedia que sufrimos, haces que el mundo vea democracia cuando tendría que
estar presenciando el horror de una tiranía.
Pero ya las cartas están echadas… otra
vez, como en la maldición de Sísifo, como en el cuento del gallo pelón.
Escribo estas líneas para recordarte a
ti, HCR , que la farsa es todo, y como tal trasciende el día de la votación.
Este domingo 14 es, en principio, la
“noche de gala” de la mentira, el gran brindis final de los magos y sus trucos.
Pero también es la fecha que la historia
te ha regalado para que tengas una segunda oportunidad de hacer lo correcto, lo
que debiste haber hecho el siete de octubre, lo que solo para empezar hubiera
dificultado la creación de la religión de “san comandante”, algo que es ahora
mucho más difícil de poner en su justo lugar, bajo la alcantarilla que le
corresponde.
Pero si este domingo 14 lo haces, si
deslegitimas la farsa y abrazas la resistencia nacional, en ese momento te
ganarás el respeto que muchos te perdimos el siete de octubre, te
aplaudiré y apoyaré en todo lo que sea necesario para que esa resistencia se
transforme en el gran movimiento de consciencia mundial que está destinado a
ser, con impacto en los cinco continentes, y la posibilidad muy cierta de darle
la libertad a nuestra nación, llevándonos al renacimiento.
Este domingo 14, no es el día para
contar los conejos del sombrero de los trucos, esa obra ya la conocemos.
Este domingo 14 es el día para decir “YA
BASTA”, para desmontar el teatro y salir del laberinto de la esclavitud;
abriéndole la puerta a la libertad, dentro de un país de verdad, y no uno de
cartón…rompe el encanto del Déjà vu.
Si así lo haces, bienvenido a la
resistencia, a este mundo real de los radicales, aquí serás el líder
indiscutible de la libertad, y que Dios nos acompañe…nada nos detendrá hasta
lograr lo que los venezolanos merecemos desde hace ya demasiado tiempo.
Hoy es 11 de abril, once años de
infamia… es hora de decirle adiós para siempre a las tinieblas…
… ¿no lo crees?…
…es tiempo de hacer lo correcto.
Suerte…
… y ver para creer, porque antes creí y
no vi.
abril 11, 2013 7:24 pm
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