El país en general y la comunidad internacional repudian la campaña de cierta gente atada al comunismo insepulto, que lanza improperios con motivo de otro aniversario del 23 de enero, ajenos a la evolución de la historia, bajo el pretexto de luchar contra la inequidad y la injusticia mientras ignoran que estamos atados a los genes que establecen la desigualdad entre los individuos.
Han fracasado en aportar soluciones, como lo demuestra la caída estrepitosa del régimen soviético; siempre golpeando a la “derecha” con la” izquierda”, términos obsoletos, buenos para la picaresca pero abusivos en estos tiempos, sujetos incapaces de percibir que esta civilización necesita, en medio del vértigo de la tecnología, aquietar los ánimos, marchar con pausas en el centro de la vía en búsqueda de horizontes para corregir la inequidad y garantizar las libertades en procura de justicia y paz, tal como comienza a evidenciarse en la socialdemocracia de algunos países europeos.
Al bajar del árbol toma forma el Pitecantropus erectus, Homo que aprovechó su posición bípeda y desarrollo mental para recorrer Africa, tarea que luego el Homo sapiens prosiguió hasta los confines del planeta y una vez llegado al paraíso de islas griegas se hizo lugareño desarrollando la reflexión, madre del pensamiento filosófico con Sócrates, Platón y Aristóteles que se asomaron al balcón de la libertad, la cual obtuvo fisonomía propia con la Revolución Francesa y poder jurídico al triunfar la Democracia en la Segunda Guerra Mundial.
El vocabulario confuso de los izquierdistas, la forma errática de asumir hechos y creencias, como esa de atacar desde el gobierno lo que defendieron en la oposición, nos llevan a pensar que esta raza de “intelectuales”, aún no ha bajado del árbol.
Sin pudor desconocen la valentía de la juventud y del pueblo venezolano en general en fechas sobresalientes, como en 1812, la Victoria, en 1928, en 1936, en 1958; para ellos es “barbaridad” el Pacto de Punto Fijo, cátedra política en universidades a nivel mundial, que nos llevó a ser vitrina de la democracia en América por cuarenta años, y fórmula que sirvió a los chilenos para abatir a Pinochet y preservar la democracia.
Debemos acallar su mofa constante a la democracia venezolana, el desconocimiento de héroes y mártires que la hicieron posible y desgraciadamente ahora la estamos añorando, reconocemos la obra material del general Marcos Pérez, pero nos duele el martirio del pueblo venezolano por su cruel violación de los derechos humanos.
Es deplorable utilizar al protestatario filósofo francés Jacques Derrida para incluirlo en el drama venezolano actual, apantallando a incautos con una enrevesada fraseología simulando academicismo incomprensible para el común de la gente, actitud que contradice el carácter “socialista” de estos “revolucionarios de izquierda”.
La Democracia suscita odio en su interior rencoroso, sabemos que ella jamás será perfecta, pero es perfectible, la mejor doctrina política que hasta ahora ha encontrado la humanidad para administrarse. Estos “izquierdistas” del pensamiento único son adversarios de la cultura occidental. 28-1-11
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