Si la cosa se limitara a una lucha para quitarnos de encima este desmadre revolucionario, bolivariano, zamorano, marxista-leninista, stalinista, fidel-guevarista y socialista del siglo XXI, tal vez sería fácil de manejar.
Pero el asunto se complica porque aquí hay una buena cantidad de desmadrados que promueven todo tipo de pugnas y enfrentamientos destinados a adquirir cuotas de poder y sus respectivos beneficios.
Nuestro desmadre, entendido como ausencia de organización, planificación y perspectivas creadoras, nos ubica en territorios de la mayor sobredescomposición. Y de allí no nos desplazamos.
¿Pero de dónde proviene tanta miseria? En sentido general debemos admitir que somos hijos del desmadre.
Procedemos de una invasión, con la cual no hemos roto, pasamos por algo que se llamó independencia o por repúblicas tenidas como democráticas o dictatoriales que no han sido más que dos maneras de mantener una misma mentira.
De modo que a lo largo de nuestro proceso social ha estado planteada la usurpación como arma fundamental para el acopio de poder y beneficios para los propietarios y de miseria y terror para los desheredados.
Y esta herencia no parece romperse. De allí que hoy esta ex república esté atrapada por dos minorías del desmadre que por más que jueguen a percibirse como opuestas siempre estén dispuestas a llegar a acuerdos.
Y en este sentido hay que registrar que quienes estuvieron en las aureolas del poder los 40 años del punto-fijismo luchan por volver y los que disfrutan hoy del socialismo del siglo XXI hacen la guerra por permanecer. Triste y calamitosa historia.
Y por estas vías está garantizada la permanencia del desmadre. ¿Y cómo avanzar para salir de este estadio de destrucción? ¿Este ex país y sus ex ciudadanos saldremos en forma progresiva y pacífica de esta situación y bajo el control del aparato del gran espectáculo electoral?.
Ya a esta hora el golpista-presidente convirtió todos sus actos en campaña proselitista. Agro Venezuela, Vivienda Venezuela, la Pobreza Refugiada , las interpelaciones en la AN , los Consejos Comunales, las Comunas, Milicias, Misiones militares (china, rusa, cubana, bielorrusa) forman parte del paquete de objetivos que se utilizan para amarrar votantes.
Se intenta así atar el sufragio a lo que se recibe a cambio o a la intimidación que se adelanta por medio de los instrumentos coercitivos de que puede hacer gala una revolución pacífica pero armada por su propia cuenta y con la ayuda de contingentes ya instalados en este ex país.
Lo importante es hacer sentir el gran y creciente poder de la revolución para decidirlo todo a sus anchas. De allí que situaciones tan graves como la que se presentó con la explosión de CAVIM reciba base por bola para que no ocurra nada.
A esta hora se señala públicamente que “había un supuesto mercado negro de armas en esos depósitos con precios de 2 millones para los fusiles y un millón por cada granada.” (EU, 15/02/11, p.1/4) ¿Hubo incidentes entre los comerciantes respectivos que pudiera haber incidido en lo ocurrido?
Y lo más grave: en este contexto de posibles enfrentamientos se produce la declaración del GP sobre la presencia en la escena castrense venezolana de militares extranjeros.
Y aún ante situaciones tan comprometedoras, las oposiciones siguen en la ruta electoral trazada por el régimen como si no estuviera pasando nada. Lo electoral se pone por encima de toda la tragedia que se padece en la totalidad del cuadro histórico de la Venezuela Actual.
De allí se puede ver con claridad que el camino del desmadre se presenta cada vez más como irreversible.
Algo de lo cual no se podrá salir, lamentablemente, por las vías del voto-elecciones democrático-republicano libre y transparente. El régimen se ha cansado de asegurar que una revolución no se pierde o entrega por elecciones, y que cuenta no sólo con todas las instituciones, sino además con la complicidad de negociantes para los pactos-acuerdos necesarios.
El desmadre para esta hora es profundo, imparable, terrible. La situación económica es cada vez más angustiante para el colectivo. Y por ello nuestro cuadro histórico adquiere cada vez una mayor dimensión de tragedia.
¿Será inevitable entonces un tiempo y condiciones de la más abierta y terminante violencia? ¿Tendremos capacidad de parar tan terrible y desmadrado monstruo? T: ablancomunoz@
El Universal, 18 de febrero del 2011.
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