El hecho de que no nos sorprenda la visita de Mahmud Ahmanideyad a nuestro país, no significa que no debamos comentarla. Muy por el contrario la ocasión es propensa para reflexionar un poco sobre su significado y el alcance de la misma.
Ya en numerosas oportunidades anteriores hemos denunciado cómo este gobierno, lejos de buscar acercamientos, provecho e intercambio económico y cultural con países de primer mundo, respetuosos de derechos humanos, de economías pujantes y de valores similares a nuestra cultura judeocristiana, prefiere aliarse y alinearse con gobiernos que representan el atavismo tiránico de la autocracia.
En efecto, si analizamos quiénes son los líderes con los cuales el supremocomandantepresidente se siente cómodo e identificado, podremos observar, que aún cuando su debilidad es la extrema izquierda comunista, el elemento común a ellos, en la mayoría abrumadora de los casos es que se trata de dictadores, aún cuando los llamen o se hagan llamar presidentes.
Fidel en Cuba, Ortega en Nicaragua, Mugabe en Zimbabwe, Al Bashir en Sudán, Al Assad en Siria, Lukashenko en Bielorrusia, la Libia de Gadaffi, y por supuesto el inefable Mahmud Ahmanideyad en Irán, constituyen hoy por hoy, los principales aliados de Chávez, sin olvidarnos de rusos y chinos.
Por si existiese alguna duda o por si la memoria falla, permítannos señalar quién es el presidente iraní. Mahmud Ahmanideyad es de profesión ingeniero y desde sus inicios en la vida política de su país, se ha caracterizado por su fanatismo religioso y por sus acciones controversiales. Fue instructor de la Organización BasijiMostazafan, en la que niños de hasta 12 años que estaban obligados a defender el régimen se les enseñaba "la gloria del martirio" por lo que se les entrenaba para limpiar los campos minados.
Con una llave de plástico en el cuello, que les aseguraba su entrada en el paraíso, los niños penetraban a los campos y con la explosión de su propia humanidad quedaba asegurado el camino. Dentro de su país, ha contribuido con la discriminación hacia la mujer y el odio a la homosexualidad. Es negador del Holocausto y niega el derecho a existir del estado de Israel, y su nombre se vincula a grupos terroristas a los cuales financia y presta asesoría.
Por supuesto que como persona natural, Chávez puede vincularse y sentir simpatía o asociarse con quien quiera, pero cuando se ostenta el cargo de una máxima magistratura, como lo es ser presidente de un país, se deben anteponer los intereses nacionales y los de los ciudadanos por encima de los personales. Sin embargo, en Venezuela venimos presenciando con mucha preocupación cómo la seguridad de la nación se compromete ante estas alianzas poco afortunadas. Así, desde el punto de vista internacional, la cercanía con Irán, no nos trae ningún beneficio y menos aún, bajo la coyuntura política en que la misma se produce.
El desafío de Irán a todo Occidente, a gran parte del Medio y del Lejano Oriente y en definitiva al Mundo, fundamentalmente en relación a la creación y utilización de energía nuclear y en cuanto al control del Estrecho de Ormuz, de vital valor estratégico ya que es por donde pasa más del 40 por ciento del petróleo que se comercializa en el Planeta, pueden desencadenar situaciones sumamente delicadas que eventualmente desarrollen escenarios bélicos que, ante el apoyo del gobierno venezolano, nos hace preguntarnos qué necesidad tenemos nosotros de participar en ello o dicho de otra forma por qué insistimos en tener velas en un entierro que no es nuestro y que nos coloca en una grave situación de fragilidad.
Las únicas explicaciones que se nos ocurren, aunque parezcan (porque en verdad lo son) una burla al pueblo venezolano, son la primera, que el egocentrismo narcisista del caudillo es de tal magnitud que no le importa cómo ni a costa de cuál precio, requiere siempre quiere llamar la atención y estar en primera plana de todos los medios de comunicación mundiales, y la segunda que la simpatía natural que siente hacia su “homólogo” es real en virtud de que comparten los mismos ideales.
Por otro lado, desde el punto de vista nacional, tampoco se ha obtenido alguna ventaja o provecho de nuestra relación con Irán. La mayoría de los acuerdos son desconocidos, pero incluso los conocidos hasta ahora han fracasado rotundamente, sin que podamos nombrar aunque sea uno que haya sido beneficioso para País, por lo que dudamos que los recién suscritos lo sean, porque además de las razones políticas, de corrupción y de intereses particulares, Irán está tan mal como Venezuela en cuanto a su desarrollo económico, tal como lo establece la reconocida revista londinense “The”Economist” la cual hace apenas unos días, señaló que para el añ0 2011, tristemente, nuestro país ocupó el segundo lugar en el campeonato de la Miseria mientras el oro se lo ganaba Macedonia y el bronce precisamente Irán.
Ahmanideyad llegó, nos puso en jaque en el área internacional y de paso se llevó nuestros recursos. Es inaceptable que los venezolanos sigamos permitiendo que las manías de un solo hombre socaven nuestro futuro como nación.
Jesús Urdaneta Hernández
C.I. 4.391.814
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