CHÁVEZ
ESTÁ, PERO NO
Eduardo López Sandoval
En este escrito se intenta
analizar la tormenta de noticias que colisionan en este mar calado de
informaciones, abonados por la cada vez más generalizada red.
Se presentan disímiles
fuentes, cada una con sus particulares conclusiones, acerca de la enfermedad,
¿cáncer?, la muerte, la calidad de la atención médica en Cuba, -vs Brasil y la
propia Venezuela, por ejemplo-, toma de posesión, ¿se comunica?.
Si lo que estamos presenciando
es un teatro, el llevarlo al cine promete el logro mayor de oscares de la
historia. Si es actuación, es excelente, tiene la atención de todos, ver la
prensa nacional, sólo de este cáncer se ocupa. Agrupemos posiciones, 1,
el Gobierno, 2, la Oposición, 3, los presidentes americanos, y 4, el dúo
Marquina-Bocaranda.
Gobierno.- Dice que tiene
cáncer, que está bien, que la operación fue exitosa. Que hablaron con él.
Rezan por el enfermo aunque se declaran comunistas. (Marx dijo que la religión
es el opio del pueblo). Informaron que el Presidente estaba completamente
curado del cáncer de marras, para tomar la responsabilidad de ser candidato y
presidente de este petrolero expaís.
Oposición.- No saben
nada. Sólo manejan la información que les brinda el gobierno, la misma fuente
que recién los engañó en el párrafo anterior. Por, y sobre esa dudosa
información, oran por el enfermo.
Presidentes americanos.-
Correa, delicada operación. Obama, represión y derechos civiles. Fidel, “habrá
que seguir luchando aunque no esté”. Evo, fue para Cuba y no pudo verlo, ha
estado tan cerca del presunto enfermo como Usted, mi caro lector, a través de
la pantalla de su PC. Santos, espera mantener buenas relaciones con su sucesor.
Marquina-Bocaranda.- Operación
quirúrgica fue un fracaso, se muere. Dan información que surge de ojos que
tienen en la cama donde está el enfermo. Como si la seguridad cubana no
existiera. La frecuente y consecuente noticia de primera mano, nos indica que
la inteligencia invicta de la dictadura cubana no sólo ha tenido tiempo para
detener el chorro de información. Además –seguro-, quien hubiera tenido la
temeridad de un agente 007, de infiltrarse en los colmillos del lobo, seguro ya
hubiese sido “paralizado”, por decir lo menos. (Pudimos hacer metáfora con los
dientes del régimen cubano y los músculos maceteros de la cárcel de la Cañada).
Sólo hay una cosa cierta, la
incertidumbre. Hoy ninguno de los grupos puede responder al mundo las preguntas
más elementales, uno, el lugar preciso donde se encuentra el presunto enfermo,
Y dos, ¿realmente tiene cáncer, en qué lugar del cuerpo?
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