lunes, 24 de diciembre de 2012

MANUEL RODRÍGUEZ MENA - SALUDO A LA MAYORÍA DECENTE DE NUESTRO PAÍS



 Pablo Picasso

SALUDO A LA MAYORÍA DECENTE 
DE NUESTRO PAÍS

Manuel Rodríguez Mena

Desde febrero de 1999 la mayoritaria Venezuela decente ha venido siendo sumergida, cada vez a mayor hondura, en un sombrío pozo de ignominia, bajo el peso de las más horribles, graves y groseras afrentas contra miles y miles y miles  de ciudadanos de todos los estratos sociales. 

Esos ciudadanos atacados son los mismos que al sentir las reiteradas y cada vez más hirientes agresiones, protestan de manera diversa, según las posibilidades que tienen o buscan tener a su alcance. Son los mismos que llenan diariamente los cada vez mas escasos medios de comunicación social que pueden hacerlo, con sus reclamos, cada quien a su manera.  Son los mismos que diariamente, impelidos por la ferocidad creciente de las embestidas del poder, expresan su queja a lo largo y a lo ancho del país.

Esos ciudadanos violentados son los mismos a quienes el poder opresivo y represivo, con el cinismo y el descaro con  que nos ha inundado durante estos trágicos catorce años, trata de descalificar con epítetos que son deleite para su locución corrompida, como todo lo suyo. Pasan a ser, en consecuencia, los integrantes de la "burguesía", de la "derecha"; son los "apátridas", los "lacayos del imperio",  los "enemigos del pueblo" (o sea ¡enemigos de ellos mismos!).  Tomando uno cualquiera de esos farsantes vocablos, podríamos decir que debemos solazarnos de ser el único país del mundo que tiene la suerte de contar con casi la mitad de su población compuesta por burgueses, que son, conjuntamente con los trabajadores, el sostén fundamental del desarrollo económico integral en un altísimo porcentaje de los países del mundo.  (En el otro extremo, está la ínfima minoría de países totalitarios que son comunistas francos o que se enmascaran de socialistas democráticos, pero que no son otra cosa que residuo agonizante del tipo más antisocial de régimen político, porque no generan sino pobreza, corrupción y represión).

Toda esta desgracia se nos ha inferido en aras del proyecto político más desalmado de nuestra historia, el mismo que conjuntamente con el castrista forman el dúo de proyectos políticos más desalmados de América.
En ejecución de su proyecto, el poder opresivo y represivo le ha venido desgraciando la vida a un número cada vez mayor de ciudadanos, que hoy se cuentan por miles y miles y miles.

Pero todo pueblo --sobre todo si se trata de un pueblo mayoritariamente bueno como el venezolano-- suele tener como rasgo esencial de su gentilicio reservas espirituales y morales para resistir, sostenerse y estar presto para recobrar la postura de ciudadanía integral que le han arrebatado por la fuerza.

No creo ser el único  --al contrario, supongo que somos miles y miles--  que ante la degradación progresiva de la vida social y personal, ha optado por acogerse al amor familiar, al afecto de las buenas amistades y a los valores y principios espirituales y morales, que son, de por sí, el mejor acicate del ánimo de lucha social y de la perseverancia en el combatre cívico. Hasta ahora,  los que son o dicen ser líderes políticos y sociales no se han percatado, o percatándose no se les ha ocurrido activar, la enorme potencialidad combativa encerrada en el hecho de que sean miles y miles y miles  los lesionados, por lo común  gravemente, por este régimen. Ellos llevan 14 años en la expectativa de actuar como una poderosa unión colectiva que luche por un cambio sociopolítico radical.

En esa condición, me animo a desear a todas las miles y miles y miles de víctimas de este régimen desgraciado y desgraciante, el mayor alivio en esta Navidad y que el 2013 sea tiempo de llegada de la unión solidaria  de ese inmenso colectivo para construir el camino hacia un cambio radical de nuestra vida sociopolítica.   

Manuel Rodríguez Mena
24 de diciembre de 2012

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