jueves, 28 de septiembre de 2017

UNIDAD INTEGRAL PARA UN PROGRAMA DE RECONSTRUCCION DE VENEZUELA


UNIDAD INTEGRAL CONDICION NECESARIA PARA EJECUTAR UN PROGRAMA DE RECONSTRUCCION Y DESARROLLO DE VENEZUELA
Genaro Mosquera C.


El desplazamiento del régimen venezolano del poder público es un hecho absolutamente necesario, hay gran concentración de opiniones nacionales e internacionales al respecto, calificando a dicho régimen de dictadura, de proceder de manera antidemocrática, narcotraficante y corrupto cual ninguno en la historia moderna. Este desplazamiento se centra en un gobierno transitorio que aborde la ejecución de una estrategia capaz de definir con claridad un escenario de cambio que canalice las fuerzas en plena rebelión y logre la sinergia necesaria con elementos pragmáticos para implementar un   plan maestro de reconstrucción y desarrollo.

Muchos venezolanos dignos, éticos, y probos pertenecen o asesoran a Innumerables organizaciones democráticas que han sido ignorados expresamente por la oposición formal representada por la MUD los cuales bajo diferentes formas han venido señalando los caminos a transitar dentro de las líneas de la Resistencia y de la Reconstrucción Nacional en la búsqueda de un gobierno de transición que no solo garantice los derechos ciudadanos, sino que aborde sin restricciones un programa de desarrollo sustentable que equilibre al país, lo reconstruya literalmente y lo prepare para el ejercicio democrático.

Lo expresado anteriormente no intenta descalificar a la dirigencia agrupada en la MUD, integrada por directivos de partidos políticos cuya representación se hace evidente en la Asamblea Nacional y en los directorios de los partidos políticos. Se trata, que ellos se han arrogado una representatividad parcial al dejar de lado a importantes sectores organizados, que incluso, olímpicamente desprecian como consecuencia de las denuncias hechas contra el gobierno y muy especialmente del sistema electoral fraudulento usando epítetos descalificadores llamándoles rompe grupo de la unidad y de provocar la abstención o de ser abstencionistas.

La tesis sustentada por esa organización de celebrar elecciones parciales, no generales y el desconocimiento de las parámetros aprobados formalmente en acuerdos que fueron votados popularmente, solo intentan preservar una estrategia unilateral basada las estructuras burocráticas en la Asamblea, Gobernaciones y Alcaldías, lo cual incluso, favorece la postura oficial de ganar tiempo, de desmantelar la rebelión, y realmente como consecuencia estimulan con esas acciones la apreciación publica de colaboración con el régimen surgiendo una matriz de opinión sustentada en la lucha de calle que los margina como dirigentes de un movimiento popular e interpreta su actuación como la intención oculta de preservar los intereses de partidos, intereses personales y de estimular el congelamiento de la lucha de calle de la población que soporta la arremetida del régimen que se lleva vidas, encarcela a ciudadanos por el simple hecho de protestar, envía al exilio a personas de relevancia donde se les acoja en calidad de refugiados, pero que los  limita en el ejercicio de sus actividades y por qué no decirlo, con restricciones importantes que los ponen en condiciones de precariedad. Injustamente voceros oficialistas y de oposición los señalan despectivamente como los “reyes del teclado”, de no estar en el país y en el combate basados en falsas premisas que hacen que se genere una controversia inútil.

No objetamos los planteamientos electorales hechos por los partidos, pero es necesario que sus dirigentes examinen los efectos de su participación en un entorno adecuado y de conveniencia como el hecho de compartir el poder mediante elecciones basadas  en procedimientos fraudulentos Nadie cuestiona que se ocupen de negociar en su propio nombre, pero jamás del pueblo que lo eligió, de conversar todas las veces que quieran con un régimen, pero deben medir exactamente las consecuencias que ello tiene en una comunidad de ciudadanos que sienten en carne propia la represión y la ausencia democrática, entender que podemos y tenemos de manera complementaria  el derecho de organizarnos, dar la cara a las instituciones nacionales y a los organismos internacionales libremente y sin interferencias contradictorias. Estas instituciones se nos presentan regularmente desconcertados por las expresiones de miembros de la MUD ante las intervenciones de personalidades que usan su conocimiento, experiencia y relaciones para explicar la realidad venezolana con otros argumentos.
Hasta cuando hablar hipócritamente de unidad basado en diferencias especialmente electorales. Es hora de la reflexión de lograr la verdadera unidad integral para afrontar un cambio de gobierno, establecer la base de una transición totalmente respaldada constitucionalmente, e ir a elecciones generales de todos los poderes públicos y reconstruir un país.

No es posible traicionar los postulados votados popularmente con absoluta mayoría, y embarcarse con razón o sin razón en elecciones regionales con los argumentos públicos que maneja la MUD lo que probablemente estén en sus estrategias particulares, pero esas acciones son de partido y repito no necesariamente representan el sentir popular. Por otra parte, es necesario medir las consecuencias del fraude electoral en la elección de la Asamblea Nacional Constituyente y asumir un dialogo impopular e interesado fuera de las exigencias aprobadas en consulta nacional cuando se tiene la convicción de su ilegitimidad reconocida nacional e internacionalmente, y que ha servido de argumento válido para descalificar a un régimen como el que tenemos. Así mismo, caer en trampas montadas desde países invasores de nuestra soberanía que despliegan sus mesas situacionales y personal operativo dentro del país solo para preservar sus intereses económicos y de actividades ilegales de orden comunista. Si ello se si hace, tendrá consecuencias funestas legales, constitucionales y políticas, por no decir, traición a un pueblo, y serán corresponsables de la continuación de un régimen que destruye a nuestro país

Tenemos el deber patriótico y constitucional de restaurar el Estado de Derecho por la vía que sea necesaria, a entender el clamor y  la necesidad nacional dentro del valor insustituible de la democracia, la dignidad y la voluntad para preservar la calidad de vida, los derechos humanos, la ética, la decencia, el pluralismo, y la mejor manera de diseñar una estrategia política inteligente y plural, darle forma nacional y regional a una fuerza unitaria verdadera que fortalezca el sistema democrático.

Cientos de organizaciones, ONG, similares o sucedáneos permanentemente intercambian puntos de vista, documentos de fondo suficientemente argumentados técnicamente, hacen planteamientos muy serios y no pueden ser descalificados. Esas organizaciones, grupos, individualidades, etc. claman por un movimiento verdaderamente unitario donde quepan todos sin exclusión, solo que porten la bandera de la democracia.

Podemos citar cientos de venezolanos con esas características dedicados al esfuerzo de construir un movimiento de movimiento. Ese esfuerzo  es torpedeado por los gatopardos, cada acción se frustra como consecuencia de intereses particulares o simplemente de colaboracionismo con el régimen, por tanto es imprescindible que un ente con suficiente poder ético y moral convoque esta poderosa fuerza, donde se elijan a los más competentes para dar la cara  a organismos nacionales e internacionales, capaz de organizar un procedimiento para la transición y lo más importante, capaz de sumariar un Plan de Reconstrucción y Desarrollo, construido parcialmente por muchos grupos profesionales e individualidades de gran capacidad técnica, para darle coherencia nacional e internacional y estar suficientemente documentado para obtener los recursos de la ayuda internacional y facilitar la recuperación del defalco  multimillonario que ha depredado la corrupción de los partidarios del gobierno.

Creo firmemente que podemos construir una Alianza verdaderamente democrática, sin exclusiones, que los partidos hagan su trabajo, y los venezolanos recuperemos un país que no merece tanta miseria. Vamos de una vez a la transición mencionando sin miedo a sus nuevos dirigentes, a cientos de miles de competentes ciudadanos que deben rescatar hasta la última organización oficial y privada que ha sido secuestrada. Hágamelo con valor y sin miedo, pero especialmente sin egoísmo, la tarea es formidable, es de todos, porque la tarea conlleva a un programa de reconstrucción de enormes proporciones ante la ruina del país, y a un programa de desarrollo sustentando en atender la supervivencia y la democracia dentro de unos parámetros modestos pero satisfactorios para ir a otros estadios del desarrollo,

Considero que hemos perdido mucho tiempo en el diseño de estrategias, muchas de ellas muy buenas, pero con cierto sentido de restricción de la generalidad, creo que debemos tomar la iniciativa de convocar al país político y experimentado. Convoquemos una Asamblea de todos los que quieran, leamos una declaración de principios e iniciemos una escalada que nos conduzca a la transición, activar la calle y recoger las banderas de la rebelión.


Hay muchos que reúnen esas condiciones, unos en el país, otros en el Y exterior, pero a mi juicio todos representan el sentir de cambio, es necesario elegir a unos pocos que sean los voceros ante el país, ante las pocas instituciones nacionales que nos quedan y en los organismos internacionales, y hagan la tarea enorme de rescate y reconstrucción. Solamente para atenderlo no menos de treinta y cinco mil funcionarios de primer nivel se requieren para abordar la tarea, creo que cabemos todos.

Una de las prioridades fundamentales planteadas se refiere a resolver los aspectos socio-económicos donde la población está sujeta a carencias alimenticias, a dificultades extremas para la preservación de la salud, sin ingresos adecuados y ocupaciones estables; y buscar la incorporación a la vida productiva de una juventud que en cifras crecientes anda desesperada ante la ausencia de un futuro adecuado a sus aspiraciones.  

Para alcanzar un urgente crecimiento económico y el desarrollo social sostenible como estrategia de un gobierno de transición que deberá enfrentar un estado de calamidad, tenemos que pensar como pasar de una economía de subsistencia y de emergencia humanitaria como la que actualmente padecemos a una economía comercial, luego a una economía de mercado emergente hasta llegar a una economía basada en la tecnología.

La economía de subsistencia que tenemos está caracterizada por una pobreza generalizada, una renta ridícula, incomparable incluso con los vecinos de otros países de la región, una producción manufacturera y agrícola totalmente marginal, limitada cobertura de los servicios públicos, una infraestructura en ruinas. Ella requiere de la ayuda internacional, pero que, sin representantes válidos, y programas de desarrollo financieramente evaluados y con alcance y resultados económicos sociales no será posible.

En este sentido, hay necesidad de prestar atención al desarrollo del sector rural, de servicios, manufactura y a la red nacional de infraestructura. El recomienzo del país tiene que estar centrado en bases democráticas Sin ellas es imposible proporcionar un entorno favorable para la gestión pública y privada que incluya temas destruidos por el régimen, tal es el sistema monetario, protección a la propiedad privada, la seguridad jurídica, y seguridad social, Un reto adicional se refiere la educación que se masifico sin calidad ninguna donde grandes contingentes de personas adquirieron profesiones sin valor real en un mundo tecnificado y postmoderno.

Planes maestros nacionales y regionales articulados a la geopolítica existen, hagamos que un gobierno de transición construya las bases para un gobierno democrático elegido libremente mediante un sistema electoral realmente transparente y confiable cuya tarea fundamental sea el desarrollo económico sostenible fuente de libertad y bienestar social.
Finalmente, entiendo que se ha hecho un esfuerzo   considerable de crear esa unión integral y un movimiento de movimientos, pero que se aborta cada vez que se plantea, hay un sinnúmero de razones, pero esta vez no podemos esperar.


Sept 24,2017.-



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martes, 26 de septiembre de 2017

ACEITE DE RICINO


ACEITE DE RICINO
José Domingo Blanco
(Mingo)

Recuerdo que, cuando niño, mi abuela contaba que era una práctica muy común en las familias que cada cierto tiempo sus mamás las torturaran con una cucharada de aceite de ricino. Y si por casualidad, el muchacho se quejaba con frecuencia de dolores de barriga, el ricino estaba más que garantizado. Me parece escuchar la voz de mi abuela diciendo: “dale a ese muchacho un purgante” como solución al malestar estomacal. Esas cosas de antes tan caseras; pero, al final, tan efectivas como tantos otros menjurjes a los que se les tenía mucha fe. Sin embargo, aún no justifico esta rutina sanitaria; pero les puedo asegurar que, era tal la cara de repulsión que ponía mi abuela cuando recordaba el aceite de ricino, que no hacía falta más nada para imaginar que su sabor era espantoso.  

Así pasa con algunos remedios: saben mal; pero, hacen bien. Y por qué, se preguntarán ustedes, rememorar una práctica tan nauseabunda, aunque efectiva. Porque, el otro día, luego de ver las noticias y escuchar las declaraciones de algunos dirigentes políticos de las oposiciones y personeros del régimen, apagué el televisor, me tomé unos minutos para digerir las posturas y argumentos que acababa de oír, y lo único que pude imaginar como solución a la grave situación que vivimos los venezolanos es darle al país un poderoso purgante. Uno lo suficientemente fuerte como para que libere a Venezuela de la pandilla de parásitos que la han llevado hasta donde se encuentra en estos días.

Necesitamos un desparasitante que erradique la plaga que se ha instalado en cada uno de los órdenes que subyacen en la nación. Venezuela está llena de parásitos, unos que se han dedicado a hacer lo que mejor saben hacer: desahuciar al huésped, del que extraen la vitalidad que los fortalece. Nos urge purgar al país porque nuestra tierra se adelgaza y se seca con cada nuevo caso de corrupción o trampas mil millonarias que se descubren y quedan impune. Venezuela está enferma y desnutrida. Nuestro país se muere con cada niñito, cuya piel es apenas un pellejito frágil que deja ver sus huesitos. Muere con cada anciano que, al recibir la pensión, se debate entre comprar algo de comida o parte del tratamiento; pero que sabe de antemano que no puede cubrir los dos. Venezuela está grave. Y su diagnóstico no es alentador mientras sigamos dependiendo de un cogollo mafioso, integrado por ambos bandos, que le hace al honor lo que cualquier burdel le hace a la castidad.

En mi imaginación, luego de esta gran e intensa depuración, con una Venezuela en blanco como un lienzo virgen, comenzamos a trazar el destino digno y lleno de progreso que merecemos todos. En el que fortalecemos, con el ejemplo y con la práctica, el comportamiento ético que nos diferencia de los parásitos. Donde la honestidad, el respeto y la integridad no se imponen porque forman parte de nuestra idiosincrasia. No deseo volver a escuchar que los niños de mi país, cuando sean grandes, quieren ser corruptos, enchufados o malandros porque “esos tienen pistolas, mucho billete y buenos carros”. Tenemos que retorcer este paradigma que le acorta la vida a la nación y la catapulta hacía los sitiales de honor, de los peores rankings mundiales.

Sin embargo, pareciera que en estos momentos hay un sentimiento colectivo, en donde pasamos muy rápidamente de unos días y muchas horas intrépidas, a ser un monólogo de brazos cruzados. Pulula entre nosotros un sentimiento de asfixia. Venezuela se encuentra en una especie de abismo, entre la vida que se lleva y la vida que el país quiere llevar. Requerimos líderes que demuestren que nacieron para cambiar el mundo y no para hacer ruido. Líderes que tengan agallas; pero, no para llenarse los bolsillos.

El Cojo Ilustrado, en la edición de enero de 1896, publicó una elocuente frase de Manuel Vicente Romero García que parece que aún no hemos superado: “Venezuela es el país de las nulidades engreídas y las reputaciones consagradas”. Lamentablemente, tengo que reconocer que esta máxima, después de 116 años, sigue teniendo vigencia. Y me hace recordar a muchos políticos que alguna vez entrevisté y que, luego de un rato, se quitaban la careta y reconocían cuánto les gustaba el poder.

La vocación de servidor público se mancha cuando lo que mueve sus acciones, es el regocijo que provoca anteceder al apellido el poderoso cargo y las ganancias que le dejará.  

¿Pisamos los metros finales de este período de turbulencia socialista -y penosa dictadura- y nos enrumbamos hacia una vigorosa recuperación económica? No, porque para que eso ocurra, antes tenemos que darle al país un cucharón de aceite de ricino.

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lunes, 25 de septiembre de 2017

AVANZAMOS HACIA LA REGRESIÓN CENTRALISTA



AVANZAMOS HACIA LA REGRESIÓN CENTRALISTA
Rafael Iribarren

.-“Aragua en red” apoya la unidad.

Una posición políticamente impecable. Demostrativa de la calidad política; del alto nivel político; en general de las direcciones y liderazgos regionales y locales. Muy superior a los de las burocracias partidistas “nacionales” de las oposiciones que manejan la política; y concretamente la política electoral. ARAGUA EN RED; AR; no estaba de acuerdo con el candidato; había exigido primarias abiertas; y rechazado que los postulados los negociaran y definieran las burocracias “nacionales” y las impusieran a las regiones; como viene siendo. Sin embargo; resuelto aunque turbiamente el impasse entre los partidos que apoyaron a García y a Arias;  decidió sumarse  a la unidad.
   
.-  Sin necesidad de crear falsas expectativas; la unidad es la política.

Pese a lo sobrio y muy precisa de la declaración de AR; justificando estrictamente que su apoyo es a la unidad; sin embargo, cae en la perversión de promover falsas expectativas al justificar ese  apoyo como forma para impedir que “otro Isea u otro Tarek lleguen a la gobernación de Aragua. En un proceso en el que lo que suceda finalmente dependerá de cómo el madurismo resuelva manipular; negociación incluida; su control absoluto del aparato electoral; definir un objetivo  tan preciso  a la unidad, relativiza su sentido real. La unidad es política y político-electoral buena; válida per se; porque potencia el alcance la voluntad de la gente; independientemente de para qué es y hasta de si se alcanza el objetivo.   
 
.-  Con este CNE; imposible que las totalizaciones correspondan con los verdaderos resultados.

En otro contexto; en al que hubiera una institucionalidad básica; la unidad opositora en 22 estados; según lo que se siente y ve en la calle y las mediciones; significaría que el madurismo y el chavismo no llegarían a ninguna gobernación. Es claro que si se cuentan los votos bien; como se contaron en diciembre del 2015; el chavismo pierde todas las gobernaciones.

Los politólogos electorales sostienen que con una buena participación de testigos. las auditorías de las cajas escogidas, según, al azar; y con el control de las actas; no es posible el fraude. Aunque en el 2013, Maduro perdió con Capriles y el CNE lo proclamó y no hubo el reconteo real que se aprobó incluso en UNASUR. Quiere decir que incluso siendo demostrable; y evidente; que el oficialismo pierda; como en el 2013: la manipulación por el CNE de las totalizaciones; y la inexistencia de instancias; además de no tener las oposiciones con qué incidir ni fáctica ni política ni institucionalmente en el proceso;  hacen prever que las totalizaciones finales no corresponderán con los verdaderos resultados concretos 

.- Un cuadro de resultados “creíble” para la comunidad internacional.

Es difícil de imaginar que un grupo en el poder; el madurismo en este caso; que ha manipulado y manipula indisimulada y obscenamente todo lo electoral en función de encallejonar a la oposición: controlando todo el sistema electoral; al final,  cuente los votos para ponerse a perder todas las gobernaciones. Como se dice”Tanto nadar para ahogarse en la orilla” es inimaginable. Lo serio previsible es que el conteo madurista-CNE sea una variante del que aplicaron para el 30J para la ANC. Con un cuadro de gobernadores resultante y relativamente  equilibrado entre oposicionistas y oficialistas. Que por lo demás; y según lo que corre; sería lo que se está negociando entre algunas oposiciones y el oficialismo. Y una de las bases de la bipartidización a la juegan esas oposiciones y el madurismo.

Con la circunstancia y vale destacarlo; de que un cuadro de resultados más o menos equilibrados; cantados por el CNE; aceptado por al menos algunas oposiciones; aunque el proceso sea objeto de cuestionamientos denuncias y se pidan reconteos etcéteras; puede ser presentado como creíble sobre todo a la comunidad internacional  

.- La gente va a votar como sea y masivamente.

No se trata de desanimar a los posibles votantes y promover la abstención. Hay suficiente  consciencia y alto nivel político en los venezolanos; demostrados; como para prever una participación masiva  pese a las manipulaciones y trampas y fraudes de los que la mayoría esta convencida; y de su cuestionamiento a las oposiciones. El 16-J fue una manifestación masiva, histórica de la consciencia y disposición políticas de los venezolanos a participar incluso en las peores circunstancias. Y hasta sin objetivo  electoral concreto; con un sentido absolutamente político

En general  quienes, pese a todo, se disponen a votar el 15-O; aunque siempre con alguna expectativa;  lo hacen; en la mayoría de los casos; no porque se identifiquen con los candidatos; ni porque tengan  la certeza de que la unidad puede ganar; ni porque en ganando el madurismo-CNE reconocerá su  derrota; sino porque lo considera políticamente correcto. Porque votar es lo que toca y la gente asume.

Aparte la tendencia histórica; circunstancialmente la abstención crece; sube; más por lo oscuro de las manipulaciones y las trampas entre las oposiciones  mismas; que por cualquier estrategia oficialista; o mismo oposicionista; que la promueva.

En todo caso, la misma presencia masiva previsible de la gente; espontanea;  en las colas en los centros y la calle; como fue el 16-J; y como previsiblemente será el 15-O; en fuerte contraste con el corre-corre  y acarreo chavista; será  indicativa de la verdadera correlación sociopolítica concreta; electoral. Independiente las totalizaciones finales del CNE.

.- Las elecciones locales que  vienen serán igual desciudadanizadas y desregionalizadas.

Pero el hecho es que no  se trata de solo estas elecciones regionales. Independientemente de lo que resulte y como ahora el 15-O; en perspectiva de corto plazo, para el primer trimestre  de 2018, están previstas las locales de legisladores, alcaldes y concejales. Que previsiblemente se acometerán con el mismo patrón  desciudadanizado y desregionalizado; de que todos los candidatos al cargo y el nivel que sea serán designados por las burocracias “nacionales” de los 22 partidos habilitados.

Quiere decir que esas burocracias partidistas asumirán; como lo han hecho hasta ahora; la desciudadanización y desregionalización que implica el sistema electoral, madurista; diseñado para garantizarse la reelección mediante un sistema de votación de segundo grado; en el que, el control de los entes legislativos locales será clave.

La política en general; y concretamente la regional y local están y seguirán negadas a  la gente; al ciudadano; al que solo le quedará; como ya está siendo; votar por los candidatos postulados por las burocracias. Con la circunstancia de que las concesiones del madurismo en función de que el CNE produzca ahora en las regionales ese cuadro creíble de resultados; no tendrá que hacerlas ni las hará, ni cuantitativa ni cualitativamente a nivel de las elecciones locales.

.-  Todos madurismo y oposiciones en la línea de la regresión centralista.

Aparte la descalificación, oportunista siempre, de que “participar es legitimar a Maduro”;  y de la contraria, igual oportunista, de que abstenerse también es hacerle el juego;  la desregionalización y la desciudadanización de la política que conlleva el sistema electoral madurista es lo determinante para la estrategia de centralización total, perfecta, que él  se propone. De tal forma que por la via de dejarse entrampar las burocracias oposicionistas e involucrarse acríticamente como ha sido hasta ahora; no se avanzará ni un mínimo en la dirección de salir de la crisis; ni la de cambiar las correlaciones de Poder. Al contrario; se le seguirá aportando al centralismo total, perfecto,  en la dirección de la regresión centralista que es la base del Plan de La Patria.

Caracas septiembre 2017.


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martes, 19 de septiembre de 2017

COGOBIERNO Y CORRESPONSABILIDAD


COGOBIERNO Y CORRESPONSABILIDAD
Luis Marín

Los llamados “espacios” pueden traducirse literalmente como nómina, cargos, presupuesto, contratos, o sea, lo que necesitan los partidos tradicionales para mantener a su clientela y, en consecuencia, un partido que no pueda ofrecer siquiera una expectativa razonable de que va a tener acceso a ellos se debería extinguir, como un ser vivo fuera de su atmósfera.

Pero no es sólo eso, la llamada “ayuda internacional” dejaría de fluir, porque las agencias, comités, fundaciones que las canalizan no pueden entender que se pidan fondos para algo que no sean unas elecciones, por lo que participar en ellas se convierte en otro factor de supervivencia de los partidos reducidos a simples maquinarias electorales.

No vale la pena insistir otra vez en que las elecciones son un complejo mercado en que pululan multitud de negocios de propaganda, comunicación, impresión, textiles, transporte, en fin, todo el espectro productivo; también una fauna de estrategas, asesores, consejeros, creativos, sastres, peluqueros y maquilladores; sin entrar al submundo de la guerra sucia, sabotaje, dispersión de rumores, información y desinformación, que son tanto o más caros.

De manera que basta que el régimen pronuncie la palabra mágica “elecciones” para que estalle una conflagración de intereses a ver quién mete baza de primero en la feria y por supuesto, todo el que pretenda contener la estampida queda en desventaja automática sino, menos que profeta, loco, insensato o alguien que “no entiende las realidades políticas”.

Quizás deba repetirse que en Venezuela no existen elecciones desde hace años, en cualquier sentido que se le atribuya a esa palabra, sin necesidad de añadirle el adjetivo “auténticas” que es el argumento de los técnicos para decir que no se elige realmente porque no se cuentan los votos, al menos desde 2004, que no hay registro electoral, que éstos caen en el vacío cibernético volviendo al sistema inescrutable, inauditable y un larguísimo etcétera.

Con las inhabilitaciones no se pueden promover candidatos que tengan un discurso esclarecedor porque ni siquiera les permiten participar aunque les roben la elección al final o si “ganan” les desmantelan el cargo, los dejen sin sede ni presupuesto para que no puedan ejercerlo y si se ponen muy tercos los destituyen, encarcelan y que den paso a las mujeres.

En lo que sí se debe insistir, porque no se enfatiza lo suficiente, es que tras los inhabilitados se encubren los “habilitados”, aquellos que le hacen la tarea al régimen. Es un insulto predicar que si inhabilitan a uno se pone otro en su lugar porque por ese camino los únicos participantes serían los seleccionados por el régimen de ocupación.

Así son las “elecciones” en Cuba e Irán, que son los modelos que este régimen copia, donde los candidatos deben ser aprobados previamente por un Consejo Revolucionario que decide quien es elegible y quien no, según sus credenciales revolucionarias, a juicio exclusivo de los ayatolas respectivos.

El elector no cuenta ni elige en absoluto, pasa de un sistema electivo a otro convalidatorio, en que confirma las decisiones impuestas por otro y aquí llegamos al quid de la cuestión: ¿Cómo se puede participar en un mecanismo de opresión y acorralamiento de la población en que la obligan a hacer lo que nunca haría si pudiera tomar decisiones libres, sin hacerse responsables de las consecuencias jurídicas, políticas, morales y por qué no decirlo, administrativas y penales correspectivas?

AD coopera con la pretensión de volver al bipartidismo; pero para los comunistas la táctica es la de “pelar una cebolla” eliminando a los elementos más radicales desplazándose hacia el centro hasta llegar a un sistema de partido único como en Cuba o, en su defecto, de partidos amaestrados como existieron en la RDA bajo la ocupación soviética.

Se necesitaron casi 20 años para admitir que esto es una tiranía bajo ocupación comunista cubana: ¿Harán falta otros 20 para reconocer que AD es el partido de cogobierno, en concurso con Primero Justicia?

Aunque AD dejó de ser un partido político stricto sensu para convertirse en una suerte de Agencia De Colocaciones propiedad privada de Henry Ramos Allup & Flia., cuya actividad principal se centra en los negocios familiares más que en la política como servicio público.

Tiene su fracción en el TSJ, CNE, universidades, ministerios, pero más importante, en las FFAA. ¿Qué han hecho en el equivalente a cuatro períodos presidenciales del antiguo régimen? Lo mismo que hacían; pero pretendiendo no pagar costos políticos ni de otro tipo.

¿Cuántos oficiales adecos estarían allí arrellanados aplaudiendo a Chávez cuando ordenó cerrar RCTV, por poner un ejemplo entre miles posibles? ¿Cuántos burócratas participan en el diseño y ejecución de programas, planes, misiones, incluso de represión y exterminio? ¿Cuántos guardan la camiseta de “institucional” en el fondo del closet para ponérsela cuando esto pase, si es que pasa? Porque si no, pueden seguir ahí, medrando tranquilazos.

HRA dice que la sedicente Asamblea Nacional no designa los rectores del CNE para no  repetir la trágica escena de los supuestos Magistrados del TSJ, huyendo en desbandada; la pregunta es: ¿Cómo es posible que éstos sean perseguidos pero no quienes los nombraron?

Se opone tenazmente a las sanciones de EEUU porque “afectaran al pueblo y Maduro seguirá comiendo sabroso”. Y él,  ¿cómo comerá? ¿Cómo en los últimos 20 años y los 20 anteriores? ¿O será en prevención de que afecten, entre otros, a Derwick Associates?

Ya no es cuestión de complicidad, sino de coautoría.

 Luis Marín,
 17-09-17.

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lunes, 18 de septiembre de 2017

LA NATURALEZA DEL RÉGIMEN



LA NATURALEZA DEL RÉGIMEN
José Domingo Blanco
Mingo

Hubo una vez un Hermann Escarrá que fue opositor. Sí, un Escarrá que denigraba del régimen y denunciaba sus actuaciones sin importarle que, en ese bando, se encontraba su hermano. De eso, hace una década más o menos. En el año 2007, si mi memoria no falla, Escarrá era, incluso, un vocero de la oposición. Más de una vez lo entrevisté y, con esa formalidad tan suya, decía –y me permito citarlo: “este es un régimen caracterizado por el maridaje inmoral entre la casta política que se ha entronizado en el poder y el usufructo de los dineros públicos. Por eso, uno los ve por ahí comprando casas en Miami, comprando casas en las principales urbanizaciones. Los mejores y más importantes vehículos, son ellos quienes los tienen; es decir, se trata de una nueva casta política, una nueva casta económica, que se ha montado sobre la corrupción y se ha enseñoriado sobre toda la nación. Eso es lo que hay que enfrentar. Y por eso es que nosotros decimos que nuestra lucha no es solo enfrentar el proyecto de destrucción de la República sino reconstruir la restauración ética y moral de Venezuela”.

Increíble ¿no? Es el mismo Hermann Escarrá que hoy tiene prohibida la entrada a EEUU porque al gobierno americano le huelen muy mal las lujosas propiedades y negocios que tiene en Florida.

Esa ambigüedad, esos saltos de talanquera, los cambios de opinión, no sé a qué atribuírselos; pero, lo que sí puedo asegurarles es que, en aquel entonces, cuando conversábamos con él, enfatizaba lo que teníamos que hacer para salir de este régimen. Cuando lo consultábamos aseguraba que “el gran problema que tenemos en la oposición, el enorme problema que tiene el liderazgo opositor, es que desconoce la naturaleza del régimen”.

Y además señalaba que nos faltaba organización ciudadana. Que teníamos que desconocer al régimen y apoyarnos en la Constitución. Que no era sólo convocar a una marcha, sino permanecer en la calle, sin retorno, hasta que el régimen cayera. ¡Qué nosotros, la sociedad civil, la ciudadanía, teníamos que acorralar al régimen! Sin embargo, el régimen del que despotricaba y calificaba con los más horrendos epítetos, lo sedujo. Tanto lo atrajo, que fue una pieza clave para que Nicolás y sus secuaces consumaran su fraude Constituyente, que Escarrá avala como asambleísta.  

Seguimos sin conocer la naturaleza del régimen. Un régimen al que hemos logrado arrinconar en varias ocasiones y que, de la mano de algunas de las oposiciones -que reculan en la estrategia- se oxigena y recupera las fuerzas. Ya en 2007 Escarrá nos decía lo que teníamos que hacer para salir de este desgobierno, y no lo hicimos. Ahora, el narcoestado corrigió sus debilidades y se fortalece. Gobierno y oposiciones se han burlado del diálogo, en todas las oportunidades habidas y por haber.

 La MUD dijo “no más diálogo hasta que se cumplan todas las condiciones”, y mintió. La MUD dijo “no iremos a elecciones porque el fin es salir de Maduro este año y rápido” y mintió. La MUD dijo “hay que promulgar el abandono del cargo y restaurar todos los poderes públicos” y mintió. La MUD dijo “la calle es la salida y los muertos son héroes” y mintió. La MUD dijo “no negociaremos con el régimen” y mintió. El régimen dice “esta revolución cada día se fortalece más. Hasta el 2030 y más” y no miente. Porque, en estos momentos, cualquier diálogo fortalece a la narcomafia que gobierna.

Nicolás Maduro le ratifica al mundo que en Venezuela hay diálogo entre el gobierno y la oposición. Se jacta de ello. Y sus secuaces y los cómplices no tardan en refrendarlo. Ese diálogo, con elecciones, hará que el mundo reconozca a Nicolás y a su Constituyente Corporativa. Permite que Maduro logre reconocimiento y legitimidad. Y no es que me niegue al diálogo; pero, caramba, ya está bueno de engaños. Para dialogar hay que saber, con reglas del juego claras y que se cumplan, quienes son los contendores.

Los gobiernos democráticos del mundo se conmueven cuando hasta el más sangriento dictador anuncia diálogo. Y eso ha sido así históricamente. Los países no se resisten a las salidas democráticas aun cuando estén teñidas de corrupción y teatro. Le conceden el beneficio de la duda a la intención de enmendar pacíficamente los errores. Este nuevo acercamiento entre el régimen y personeros de la MUD, detendrá las sanciones a la narcomafia. Frenará las actuaciones contra sus crímenes de lesa humanidad. ¿Para eso es el diálogo? ¿Para que el narcorégimen no reciba los castigos que le esperan?

Diego Arria aseguraba que “es un hecho sin precedente en el mundo que narcos y criminales estén en pleno control de una nación”. Ante esto, solo nos queda la civilidad y la ciudadanía como estrategia. La protesta sin retorno era la propuesta de aquel Escarrá opositor cuando todavía no había ayudado a blindar la dictadura jurídicamente, y cuando el partido militar aún no estaba tan consolidado ni tan armado como está ahora.

Una de las últimas entrevistas que hice en Puntos de Vista, antes de que cerraran la emisora, fue al profesor Agustín Blanco Muñoz quien dijo que, cuando la revolución advirtió que no tenía cómo ganar elecciones, promovió la violencia. Y el TSJ se encargó de montar las trampas. Esa es la naturaleza de este régimen. Es perverso como aquel que un día descubre que es más fácil –y más rentable- unírsele que combatirlo.

@mingo_1
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REVISIONISMO ENGAÑA CON SANCIONES DE TRUMP


REVISIONISMO ENGAÑA CON SANCIONES DE TRUMP
Carlos Hermoso


Sobre las sanciones de Trump contra el Estado venezolano, hay dos cuestiones que deben ser abordadas con la precisión y la fuerza que ameritan por su importancia política. En primer lugar, lo atinente al revisionismo, que no ha sido tomado en cuenta por unos y otros. Nos resulta sorprendente que —muy a pesar de que el revisionismo, el discurso socialista, ha tenido tanta eficacia política— no se maneje con la profusión del caso para desenmascarar al régimen. Lo que refleja una inconsecuencia con el principio leninista según el cual hay que enfrentarlo en todas sus variantes.

Le brinda más vigencia a este asunto el pliegue que hace el gobierno incorporando a Venezuela, en condición de satélite, claro está, al bloque imperialista liderado por China —imperialismo en el que impera un revisionismo añejo— y Rusia, cada día más identificado con un discurso similar, seguramente, a sabiendas de la eficacia que ofrece para sus planes hegemónicos. Todo en medio de una creciente pugnacidad interimperialista.

En segundo lugar, otro asunto que ha sido subestimado por unos y otros —aunque el gobierno no ha dejado de ventilarlo como parte de su fortaleza— se refiere a los efectos políticos de la presencia imperialista en el conflicto venezolano. Dejan claramente establecida su idea de que el imperialismo yanqui es agresivo, mientras que chinos y rusos son amigos de nuestro pueblo, dispuestos a defendernos desinteresadamente.

Pero, en la oposición en general, este asunto no ha sido atendido con la rigurosidad o amplitud del caso, para pedir lo menos. Como mínimo han debido dar cuenta de algo de lo que sucede en el chavismo a partir de las circunstancias que se han abierto. Lo que ha llevado a manifestaciones claras de subjetivismo, sobre todo en relación con las debilidades del régimen por el acoso de la comunidad internacional, a la cual siempre presentan como algo homogéneo, cuando en realidad no existe tal comunidad internacional, sino bloques imperialistas.

Su relación en las actuales condiciones es fundamental no solo para la comprensión de lo que sucede en Venezuela y en buena parte del mundo, sino también para la definición de políticas en momentos en que se vive un reflujo significativo del movimiento de masas, luego de la gesta que representó la rebelión democrática de buena parte del pueblo venezolano contra la dictadura. Decaimiento que puede ser conducido a una “paz” que permita favorecer al régimen de manera importante en camino a su eventual recuperación. Cuenta esta perspectiva no solamente con las determinaciones antes señaladas, sino con los favores que le brindan sectores opositores por la respuesta política que dan, entre otras, frente a las medidas tomadas por el presidente estadounidense.

Oxígeno y algo más al revisionismo…

Hemos señalado de manera clara que enfrentamos un régimen revisionista. Socialista solo de palabra. Que impera en Venezuela una forma de dominación despótica que se disfraza de socialista. Lo que supone un esfuerzo por labrar la mayor comprensión de lo que ello significa, y los efectos que puede traer una respuesta inapropiada. Y es que no hay manera distinta al análisis radical de lo que acontece en Venezuela para definir posturas políticas que contribuyan con la unidad contra el oprobioso régimen chavista. Sobre todo ahora cuando el chavismo cuenta con la iniciativa política, mientras las masas ven pasar el reflujo en medio de una rabia que nuevamente será combustible para la lucha por el cambio político.

Las sanciones de Trump permiten que el chavismo en buena medida se unifique y encuentre argumentos para colocar la cuestión militar en el centro de la política. Le permite afianzar la militarización de la sociedad toda vez que es en el sector castrense donde descansaría la defensa del país frente a una eventual agresión del imperialismo yanqui. Además, lo más importante, el país pasa de manera más clara a formar parte del bloque imperialista encabezado por el revisionismo chino, el más competitivo del planeta. En cualquier caso, son mayores los beneficios que los costos para el régimen chavista.

Sin embargo, la respuesta del imperialismo estadounidense expresada en esas medidas era de esperarse y se corresponde con la agresividad que expresa Estados Unidos ante la pérdida de hegemonía a escala planetaria. Independientemente de que resultan contraproducentes, EEUU está obligado a mostrar su agresividad y espíritu belicista frente a China y Rusia. Es la única salida que le queda, pues es en este sector, el militar, donde encuentra más capacidad competitiva. Con todo y que en áreas sensibles —a saber, aeroespacial, aérea y blindados— ha sido superado por Rusia y en telecomunicaciones por China. Y qué decir en producción energética.

Como hemos indicado, estas sanciones no afectan al chavismo en la magnitud que muchos esperan desde el punto de vista económico. Eso sí, afianzan una tendencia iniciada más de una década atrás, que parece colocar al mundo al borde de una guerra por el reparto del mundo. Si EEUU fuese el acreedor de otros tiempos, ciertamente las cosas fuesen diferentes. Pero China es el principal prestamista mundial muy por encima del Fondo Monetario Internacional. Además, cuenta China con la tenencia de papeles de deuda estadounidense por encima de los 1,3 billones de dólares. De tal manera que el asunto es más político que económico.

La respuesta de Maduro, al anunciar medidas económicas para supuestamente atender la crisis, dejan claramente establecido que la dinámica imperialista, sus pugnas, encuentra en Venezuela, en este régimen, un punto focal que hace época y anuncia el desarrollo de una tendencia de consecuencias inconfesables. Recordemos que una de las razones por las cuales EEUU aceleró la invasión a Irak fue la decisión del gobierno de Saddam Hussein de tranzar con euros con Alemania y la sustitución del dólar como moneda de reserva.

Por su parte, China tiene pospuesta su decisión de convertir al yuan en la principal moneda de cambio y de reserva. Pero esta decisión del gobierno de Venezuela sienta un precedente de significación, aun cuando la economía venezolana no tiene significación desde el punto de vista financiero, circunstancia que se afianza producto de la crisis por la que atraviesa. Su importancia radica en el hecho de que se convierte en una declaración de alineamiento en torno del bloque chino-ruso. Es un mensaje al mundo de una gran connotación política.

Este resultado es ciertamente temprano. Desde que se desarrolla la tendencia al pliegue de Venezuela al bloque chino hasta esta declaración ha pasado muy poco tiempo. Así como ha sido acelerada la entronización de la hegemonía china a escala planetaria, cuestión que todavía no logran asimilar muchos analistas, ni qué decir de talentosos dirigentes políticos que ni siquiera se han percatado de este fenómeno.

Sus efectos en la política venezolana no terminan de ser asimilados. Es más, no se percibe que este asunto sea atendido por buena parte de las fuerzas opositoras. Seguramente es reflejo del poco juicio o la poca profundidad que reina en su dirigencia. Esto hace más urgente profundizar en el análisis de esta determinación inscrita dentro de una estrategia para desplazar el régimen.

Son medidas imperialistas

Ahora, bien, independientemente de la circunstancia venezolana, de la necesidad de hacer uso de todo lo que pueda debilitar al chavismo, debemos ubicar que las contradicciones interimperialistas suponen un mero asunto de pillaje. Que, dentro de esas contradicciones, el imperialismo estadounidense es el más agresivo, por estar en franca desventaja frente al avance de los imperialismos chino y ruso y el bloque que han logrado configurar. Que, siendo el más agresivo, atiza cualquier conflicto hasta convertirlo en posibilidad de guerra, en parte del reparto. De allí que resulta, por decir lo menos, un riesgo importante comprometerse con alguna cuestión que a la postre represente un costo político demasiado costoso para las fuerzas del cambio que demanda Venezuela.

Debemos ubicar que ciertamente las contradicciones interimperialistas resumen una reserva estratégica para los procesos políticos en todo el mundo. Lo que no supone actuar de manera olímpica con tal de alcanzar un objetivo. Se corre el peligro, por ejemplo, de estimular una guerra de rapiña imperialista en el propio país. O, bien, actuar de una manera que conduce a un costo político tan grande que le llevamos agua al molino de quien queremos derrotar. Ése es el caso que nos ocupa. Esto es, convertirnos en reserva estratégica indirecta a los intereses del imperialismo estadounidense. En vez de sacar provecho de las contradicciones interimperialistas, terminamos en lo contrario.

Nos puede excusar el hecho de que los procesos adelantados por el imperialismo son el resultado de su naturaleza. Por ejemplo, las sanciones impuestas por Trump, a todas luces contraproducentes del punto de vista político, son el producto de sus demandas imperialistas. Son independientes de nuestra voluntad. Se podría sacar algún provecho si ello debilitara al régimen, pero no es el caso.

Un buen ejemplo al respecto lo resumen las sanciones contra Rusia que, a la larga, han beneficiado el desarrollo del imperialismo ruso en varias ramas, estratégicas y subalternas, que lo afianza en su perspectiva de competir por la hegemonía mundial.

Además, debemos ubicar que estas contradicciones sintetizan una reserva estratégica que va más allá de la coyuntura venezolana. Son varios los escenarios en el planeta de la misma significación. En todos los casos debemos levantar la condena de que se trata de guerras atizadas por el imperialismo. Ni por asomo debemos brindar el más mínimo apoyo a tales empresas, muchas veces adornadas por fraseología humanitaria, así como los revisionistas la disfrazan de nobleza progresista. Así se trate de guerras contra gobiernos amigos del chavismo.

En cualquier caso —como lo señala Stalin en Los fundamentos del leninismo, refiriéndose a las reservas indirectas—, a sabiendas de que su significación no siempre está clara, su valoración debe ser muy bien atendida. Se trata de contradicciones imperialistas en torno de las riquezas de Venezuela, por lo que en ningún caso debemos plegarnos a favor de uno u otro imperialismo, además de que la agravación de las penurias del pueblo no debe formar parte de políticas para supuestamente debilitar al régimen.

Desenmascarar y enfrentar el revisionismo

Sin duda alguna, la determinación más importante de las actuales circunstancias obedece a la política chavista. Hemos indicado en varios escritos que una cosa es aprovechar las contradicciones inter imperialistas en favor del desarrollo soberano e independiente de un país y otra muy distinta plegarse a un imperialismo para enfrentar otro. Aprovechar la reserva estratégica que suponen las contradicciones inter imperialistas no niega en ningún caso condenar el injerencismo y su naturaleza.

Por ello hay que ser cuidadosos en el tratamiento de estos asuntos, pues las tesis revisionistas van más allá de la declaración pedestre acerca del  ”socialismo del siglo XXI” a la cubana, a la chilena, a la árabe, entre otros. Recordemos que el socialismo, si no es científico, no es. Pero va más allá. Abarca cuestiones concretas en todos los aspectos de la vida. El revisionismo asume la defensa de los derechos humanos, mientras los viola de manera flagrante, como se demostró en Venezuela con el asesinato de decenas de jóvenes durante la reciente rebelión democrática. Dicen asumir la defensa de la soberanía, mientras la entregan a una potencia imperialista que practica exactamente los mismos principios así sea disfrazados de solidaridad. Hasta se arrogan la condición de ser los más grandes defensores de la llamada sexo diversidad: propician el matrimonio gay y lo presentan como parte de las reivindicaciones que son capaces de realizar, mientras cercena los derechos humanos, el derecho al trabajo y auspicia el incremento de la explotación.

Porque es la mejor manera de atender las crisis revolucionarias, la burguesía y el bloque imperialista en torno de China y Rusia recrean formas revisionistas muy diversas. Siempre ha sido así. En las actuales condiciones podemos observar cómo los rusos cada vez más reivindican el pasado socialista y se aproximan a una fraseología del pasado revisionismo desde Jruschov hasta Breznev.

Esa psicología revisionista ha terminado por convertirse en inextricable para quienes encabezan la oposición venezolana. No logran atinar en políticas para enfrentar al régimen. Pues no solo se trata de enfrentar el revisionismo sino el bloque en el cual se apoya que viene adquiriendo cada vez más perfiles en esa dirección. Ahora se suma India, fundadora del Movimiento de los Países No Alineados, suerte de espacio que fue labrando desde hace décadas y que hoy día da los frutos esperados.

El MPNA, a su vez, se articula a la teoría maoísta de los tres mundos, lo que la engarza con una forma revisionista más clara. Por lo que resulta risible decir que el gobierno de Venezuela tiene en contra la “comunidad Internacional”, cuando hace apenas un año Maduro presidió la Conferencia en la isla de Margarita. En sus maniobras, los opositores no logran ver la naturaleza de sus acciones. Por lo regular son subestimadas las respuestas chavistas a cada situación concreta. Son analizadas de tal forma que su condena está de antemano llevada al fracaso. Sumemos que siempre han contado con que la respuesta de las mayorías será a su favor.

En este orden de ideas, una de las cuestiones que no logran ver los opositores que dirigen la principal instancia unitaria es que el anticomunismo no cuenta con eficacia política como no sea para satisfacer los oídos de un reducido sector social y político, principalmente radicado en el exterior, y al imperialismo estadounidense. Sigue soñando el chavismo con seguir siendo acusado de comunista y revolucionario. Le sigue brindando beneficios importantes.

Entendemos que llegar a la raíz de estos asuntos supone la realización de un método y una perspectiva de análisis que son ajenos a la ideología burguesa, en cualquiera de sus expresiones. Además, por los intereses específicos que representan en el momento, las expresiones políticas burguesas tradicionales no son capaces de decir las cosas tal cual son. Chocan verdades con intereses en juego, a lo que se le suma la perspectiva estadounidense.

Sin embargo, hay quienes todavía se achicopalan por las oleadas anticomunistas. Tienen cabida en reducidos sectores de la burguesía y la pequeña burguesía, pero no llegan con la misma fuerza a los sectores populares, más cuando las capas medias han sido tan afectadas como resultado de la crisis que ya se encuentran entre quienes nada tienen que perder.

Trump, por su parte, está obligado a profundizar en su ofensiva contra el gobierno chavista. Muchos ven sus respuestas, las del presidente estadounidense, como resultado de sus intemperancias. No se percatan de que son decisiones del imperialismo yanqui que busca afianzar una política de rescate de espacios perdidos. En las actuales circunstancias el imperialismo estadounidense es el más agresivo.

Es una tendencia que todo país imperialista —en medio del desarrollo desigual y la tendencia a la nivelación— pugne por un reparto del mundo donde resulte favorecido. Entretanto, en la búsqueda de una tasa de ganancia competitiva, se hace de un espacio acá o allá como mercado, o como fuente de materias primas, o por el simple desgaste del oponente.

El desarrollo capitalista conduce de manera indefectible a un desarrollo desigual signado por el comportamiento de la cuota media de la ganancia. Donde ella sea más elevada que la media, allí se concentrarán los capitales. Durante décadas China fue imán de los capitales a escala planetaria. Estados Unidos desplazó sus capitales al país asiático. La historia ha sido breve, pero contundente. China se convierte en la mayor potencia financiada por el resto de naciones imperialistas.

Venezuela se convierte así en uno de los focos más importantes de la disputa imperialista. Junto a Corea del Norte, centran la atención en este sentido. Corea por el reto a EEUU en su sentido bélico y de irrespeto a la menguante hegemonía yanqui. Venezuela por plegarse de manera clara y genuflexa al imperialismo chino. Más bien al bloque imperialista conformado por China y Rusia.

Carlos Hermoso
Septiembre de 2017
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