viernes, 28 de septiembre de 2018

VENEZUELA POTENCIA



VENEZUELA POTENCIA
Jesús Elorza

En la quinta paila del infierno, los espíritus malignos, de Stalin, Mao, Kim Il Sung, Polt Pot y Hitler, todos ellos miembros del Salón de la Infamia de los Genocidas, decidieron por unanimidad, otorgarle un diploma de reconocimiento al camarada Hugo Chávez, por las políticas aplicadas durante su régimen y que magistralmente fueron continuadas y profundizadas por Nicolás Maduro en su condición de sucesor monárquico.

¿Y qué fue lo que hice para merecer esa distinción? dijo sorprendido el Difunto Eterno.

-¿No estás enterado del informe presentado por esa organización contrarrevolucionaria e imperialista, llamada Amnistía Internacional? le preguntó el camarada Stalin.

No vale, yo no le paro bolas a la propaganda del imperio.

-Bueno, venimos a decirte que, en el referido Informe, titulado “Esto no es vida” reconocen plenamente lo acertado de tus políticas y la continuidad del títere que dejaste encargado, que condujeron a transformar a Venezuela en una Potencia.

No creo que Amnistía haya dicho o escrito eso que ustedes dicen.

-Bueno, ver o leer para creer. El informe, parte de señalar una premisa que te hace merecedor de nuestro reconocimiento: La elevada tasa de homicidios, junto con niveles altos de impunidad y el uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades coloca a Venezuela en una de las peores situaciones de violencia para un país sin guerra, afirmó Amnistía Internacional en su informe.

La cantidad de homicidios desde 2002 ha aumentado de manera constante y a partir de 2010 se convirtió en crítica "porque la tasa de homicidios no ha bajado de 50 personas por cada 100.000 habitantes". En 2017, AI calculó un índice de 89 homicidios por cada 100.000 habitantes, por encima de El Salvador y tres veces más que Brasil.

Como agravante, AI destacó que la impunidad alcanza 92% en los casos de delitos comunes y 98% para los de violaciones a los derechos humanos. El perfil de las víctimas es de hombres entre 16 y 29 años de edad, padres de niños pequeños, responsables del sustento del hogar en las zonas populares de mayor índice de pobreza en las ciudades. El informe acotó que, en Venezuela, país de 30,6 millones de habitantes, había en 2017 cerca de 5,9 millones de armas cortas.

 ¿Y ahora ustedes también me van a criticar con esos argumentos imperialistas? dijo medio arrecho el Difunto Eterno.

-Todo lo contrario, dijo Mao. En el informe, lo que esta expresado es un reconocimiento a tus políticas. Venezuela Potencia, que fue tu principal programa de gobierno, ahora se hace realidad y hasta los enemigos, como es el caso de Amnistía Internacional, tiene que reconocer que “Venezuela es el país más violento del mundo entero”……te imaginas lo que eso significa…..eso es el mayor logro de tu revolución socialista del siglo XXI.

Gracias, gracias dijo orgulloso, el difunto eterno. No lo había entendido de esa manera, pero reconozco que tienen razón….supere a Fidel, Pinochet y a Videla de un solo coñazo.

-Polt Pot, intervino para decir, que también el informe señala que: “El 22% de los homicidios ( equivalente a 4.667 homicidios) los comete el Estado, mediante ejecuciones extrajudiciales ( 8.292 entre 2015 y junio de 2017).…y eso debe ser corregido….debemos acercarnos lo más que podamos al 100%. Si logras superar, y estoy seguro, que tus títeres lo van a lograr sino los tumban, pasaras del diploma a ser miembro principal del Salón de los Genocidas.

- También, el informe señala que: 87% de las personas en Venezuela en situación de pobreza….no te des mala vida por eso, le dijo Kim il Sung. En Corea del Norte una hambruna provocó la muerte de 2.000.000. de personas y todavía estamos mandando monárquicamente…..eso sí, no descuides la represión y las bolsitas de comida….con miedo y hambre no hay quien haga oposición.

- Con el brazo estirado al frente para saludar a los presentes, intervino Hitler para indicar que el informe habla de una de las consecuencias más notables de las violaciones masivas a los derechos humanos y la falta de seguridad ciudadana ha sido el drástico aumento del número de personas que están huyendo hacia otros países, que según la ONU se estima que 2,3 millones de personas desde 2014……y en esta materia debo decir como el cantante “Te pareces tanto a mi” y la diáspora es una duplicado del éxodo judío….si siguen jodiendo los de la oposición, que no te tiemble el pulso para ordenarle a tus títeres el establecimiento de campos de concentración…..y como consigna o saludo revolucionario entre los camaradas, pueden utilizar Heil Maduro.

Así será, gracias por continuar ilustrándome en el ejercicio del poder dictatorial. De inmediato me transformo en pajarito para darle a Nicolás las instrucciones al respecto, dijo el difunto eterno al salir volando de su paila.


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jueves, 27 de septiembre de 2018

LA MALDAD COMO CATEGORÍA POLÍTICA


oswaldo guayasamín



LA MALDAD COMO CATEGORÍA POLÍTICA
Humberto García Larralde

Confieso ser cobarde a la hora de encarar los horrores del régimen de Maduro. La imagen del niño de 12 años con menos de 11 kg. de peso que murió de inanición, la del joven Vallenilla fusilado a sangre fría por un miserable soldado cuando ejercía su derecho a la protesta pacífica, los relatos de torturas y tratos viles a estudiantes presos y tantos más, me aplastan. Trato de evitar los detalles de cada nuevo vejamen. Porque son demasiados, muchísimos. Ahora son los miles de compatriotas que, a diario, huyen del hambre a pie por carreteras de países hermanos, muchas veces con niños, pero siempre sin dinero.

Pero no hay escapatoria de tanto horror, por más que se intente evitar sus imágenes. La inevitable pregunta es, ¿Por qué someter al pueblo a tanto sufrimiento, por qué tanta maldad?

Uno está acostumbrado a ver al crimen y al atropello a los demás como una anomalía, como algo que transgrede la convivencia entre humanos y que, por tanto, la sociedad busca castigar. Pero cuando la maldad se convierte en sistema, escapa de nuestra comprensión. Lo que podía parecer una infantilidad, que el sufrimiento de los venezolanos se debe a gente malvada, se convierte en realidad palpable que clama por su análisis como categoría. Es menester entender que la maldad se manifiesta como resultado de decisiones y acciones de quienes tienen poder sobre los demás. No existe a priori ni ocurre por accidente. ¿En qué condiciones se convierte la maldad en elemento distintivo de un régimen?

Ofrezco tres dimensiones para abordar esta pregunta, de ninguna manera excluyentes entre sí. La primera, sicológica, apunta a traumas personales que se expresan en la forma de resentimientos, odios y sed de venganza que terminan siendo descargados a través de actos de maldad. Es el caso de los sociópatas y sicópatas. Valga la confesión impúdica de Delcy Rodríguez: “la revolución Bolivariana es nuestra venganza personal”. No siendo experto en el tema, no añado comentarios.

La defensa de privilegios basados en injusticias, atropellos y/o despojos que afectan a otros, representa otra dimensión de la maldad. Es la maldad del gánster –o del potentado-- que estamos acostumbrados a ver en películas y series televisivas[1]. El capo y/o sus mafiosos descargan su maldad sobre quienes interfieran con sus fuentes (ilegales) de lucro y posición social, o amenacen con hacerlo. Sin duda que el régimen de expoliación en que se convirtió la Revolución Bolivariana está en la base de extendidas maldades cometidas contra los venezolanos. La negativa a rectificar políticas que claramente han provocado hambre y muerte se debe a que éstas --la intervención discrecional del estado, los controles, expropiaciones y las normas punitivas--, son fuente de riquezas para las mafias militares y civiles que hoy depredan al país. Que ello se exprese en una pavorosa hiperinflación que empobrece drásticamente a las mayorías, que hayan destruido la empresa petrolera y provocado el colapso de servicios públicos básicos, causando gran malestar a la población, les rueda: ¡“El show –el saqueo—debe continuar”!

Y como en todo saqueo lo que amasan unos es necesariamente en detrimento de otro(s), es menester someter como sea a quien se interponga. Los asesinatos cometidos por militares en la región minera de Guayana, en barrios populares con robo frecuente de enseres de la vivienda de la víctima, las confiscaciones de transportistas en aduanas o fronteras, y de negocios de todo tipo, son actos de maldad de este orden. Tales crímenes por parte de la fuerza pública revelaban antes grietas en el Estado de Derecho. Hoy se han convertido en sistema, amparado en la desaparición de todo contrapoder de supervisión y denuncia. Diosdado y El Aissami son figuras emblemáticas de ese sistema.

Por último, están las construcciones ideológicas, maniqueas, del fascismo, que “legitiman” toda acción requerida para aplastar a quienes amenazan las “conquistas” del pueblo. “Verdades” reveladas por la mitología, la Historia (con mayúscula) o por dogmas religiosos cerrados, presagian destinos providenciales que motivan la acción a su favor de sectas diversas. “El fin justifica los medios”. No hay freno moral, ético o, mucho menos, legal, que debe interponerse a su consecución. Más bien, la ética y la moral se determinan a partir de su funcionalidad para con el fin trascendental. Se disuelve toda referencia entre bien y mal, entre lo que es correcto y lo que es incorrecto, que no derive de aquél[2].

Por eso a la moral “revolucionaria” le hace cosquillas la observación de derechos humanos consagrados en la Declaración Universal de las NN.UU., en las legislaturas de la mayoría de los países y en los estatutos de tantas organizaciones internacionales, a pesar de constituir quizás la conquista más importante de la humanidad. Se le atribuye a Stalin haber afirmado que la muerte de un individuo es una tragedia, la de miles, una mera estadística. Las fuerzas inexorables de la Historia no se sujetan a pequeñeces.

Pero los que comandan el régimen de expoliación venezolano no necesitan creer realmente las sandeces que profieren para cometer sus maldades. Éstas cumplen dos propósitos: alimentan el odio y el espíritu de secta de sus seguidores, facilitando su regimentación en bandas violentas; y sirven para absolver conciencias. Cuando Maduro y los suyos niegan que el pueblo padece hambre o que la tragedia de su emigración masiva es un “montaje”, se amparan en un imaginario platónico en el que “el pueblo” no es la gente de carne y hueso que padece sus desatinos, sino un ente idealizado construido con base en clichés y embustes: “su” pueblo. El refugio en esa falsa realidad no solo facilita la evasión del horror que han urdido, sino que “justifica” las maldades cometidas contra los venezolanos.

Por último, como el fin justifica los medios, los sicópatas y sociópatas mencionadas arriba obtienen reconocimiento, siempre que rindan pleitesía a las verdades reveladas en los clichés. Sus perversiones se refuerzan con la absolución ideológica, construyendo un sistema de contravalores que sirve para reclutar a los peores. Los “malos”, que existen en toda sociedad, de pronto son los que mandan.

En Venezuela estas tres fuentes de la maldad se entrelazan y refuerzan entre sí. Maduro, bajo directrices cubanas, ha sembrado una mentalidad de guerra para justificar sus atropellos. De ahí la afinidad de militares inescrupulosos con el régimen, pero, sobre todo, por su complicidad en el saqueo de la nación. La formación militar, basada en la obediencia sin discusión, mandos autoritarios y el uso de la violencia (la muerte) como instrumento de acción, o la amenaza de ella, es fácil presa de embelesos fascistas.

El problema fundamental es cómo derrotar la maldad cuando ésta se convierte en sistema. Los testimonios recogen que Hitler, refugiado en su bunker ante el asedio de tropas soviéticas a las afueras de Berlín, echaba pestes al pueblo alemán porque no había estado “a la altura” de sus designios. Lejos de explorar posibilidades de rendición negociada, manda a reclutar adolescentes y a fusilar en el acto a quién intentase desertar.

Es menester aislar la manzana podrida de la maldad, derrotando los incentivos perversos que le dan beligerancia. La defensa de los derechos humanos y políticos que el régimen neofascista ha conculcado, y su conexión con las aspiraciones de los venezolanos por una vida mejor debe ser siempre el norte. 

Humberto García Larralde
economista, profesor de la UCV
humgarl@gmail.com


[1] En la medida en que acciones de guerra son vistas como respuesta a las injusticias del bando contrario –todo depende del lado desde donde se mire--, entrarían también bajo esta consideración.

[2] De ahí la famosa “banalidad del mal” con que Hannah Arendt acuñó la amoralidad con que Adolf Eichmann envió centenares de miles de judíos a su exterminio.

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viernes, 14 de septiembre de 2018

EL CHARLERO DE CASTRO

La carta mágica de René Magritte




EL CHARLERO DE CASTRO
Héctor Espinoza

La realtà non è mai come la si vede: 
la verità è soprattutto immaginazione.

Renè Magritte


De nuevo Héctor nos sorprende con otro de sus relatos inspiradores. Y con su historia de El Charlero, nos recuerda que la magia está en nosotros, que en nuestras fuerzas interiores están los instrumentos que requerimos para cambiar nuestras vidas, nuestro entorno y hasta esta terrible historia que nos ha tocado vivir en estos tiempos de desvaríos y tanta muerte.


Sigue Héctor, como en cada uno de sus papeles, intentando abrirle boquetes a los muros que nos encierran para que una vez al aire libre podamos cumplir nuestro deber de vida, ante todo con nosotros mismos y con este mundo tan deshabitado de magia y tan desbordado de tristezas.

Héctor nos llama a aprender el ritual de la magia, y pone en nuestras manos un poderoso soplete para comenzar a dejar entrar la luz en nuestros cerrados aposentos. Y se lo agradecemos de corazón. mery sananes


Soy mago, practico la magia verdadera, la magia del pensamiento, la que transforma realidades, la que cambia vidas, la que hace que todo lo bueno sea posible. Los magos verdaderos tenemos muchas tareas para cumplir nuestra misión. La misión de un mago es construir un mundo mejor, un mundo de libertad, de justicia, un mundo de paz, de amor, un mundo sin guerras, un mundo en el cual, el esfuerzo de los gobernantes esté dirigido a lograr el bienestar y la felicidad de sus habitantes.

Una de nuestras tareas es divulgar la práctica de la magia. Para ello realizamos diferentes acciones. Por ejemplo, contamos relatos mágicos. Hoy les contaré el relato del Charlero de Castro.

Se  cuenta que el Charlero llegó a la ciudad de Castro Urdiales en España. Se dice que vino de un país de América del Sur. No se sabe exactamente por qué ni para qué. Lo cierto es que el Charlero  afirmaba ser mago verdadero y contaba relatos mágicos y las personas que no creían sus historias lo llamaron el Charlero de Castro.

Pero a medida que transcurría el tiempo, el Charlero realizó muchas acciones que se consideraron actos mágicos, por lo cual alcanzó gran prestigio como mago. Y  lo más importante, se le considera el creador de la magia verdadera, aunque él siempre afirmó, que el creador de la magia era el Gran Maestro.

Son tantos los actos mágicos que se atribuyen al Charlero y tantas sus historias, que el Gran Maestro  las convirtió en el manual de la magia verdadera y todos los magos deben utilizarlo como guía para la práctica de la magia.

De las muchas historias que se cuentan del Charlero, es importante detenerse  en aquella que habla de su regreso al país de origen.  Se dice que en aquel tiempo ese país vivía una terrible crisis provocada por la ineficiencia de la dictadura que lo gobernaba y que ninguno de los dirigentes, que decían oponerse a la dictadura, había logrado conducir las acciones necesarias para producir el cambio que la mayoría de la población reclamaba.

Entonces el Charlero, utilizó todo el poder de su magia para convencer a esa mayoría de la necesidad de organizar un gran movimiento de unidad con un objetivo estratégico: el cambio. También los convenció de la necesidad de una táctica y la llamó desobediencia no violenta.

Explicó que serían acciones progresivas, de rechazo a las medidas autoritarias de la dictadura y que culminarían con la acción que definió como el verdadero paro y que una vez que se lograra el cambio, se convocara a unas elecciones libres y democráticas para que los ciudadanos decidieran el futuro del país.

Con el poder de su magia el Charlero ejecutó a la perfección todo su plan y su país se liberó de la dictadura y hoy es  una próspera nación que vive en auténtica y verdadera democracia.

Del Charlero nunca más se supo, se habla de una misteriosa muerte. Se dice que con el poder de su magia se transformó en muchos magos para construir su mundo mágico, de paz, amor, libertad y justicia.

Otros dicen que se convirtió en música, poesía y amor para dar alegría y felicidad al espíritu de los seres humanos. Hay también quienes afirman que el Charlero nunca existió. En fin, el Charlero de Castro es uno de los misterios de la magia verdadera y uno de sus muchos relatos mágicos.      

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