domingo, 29 de marzo de 2020

ENTRE VIRUS MORTALES





 ENTRE VIRUS MORTALES
Humberto García Larralde


Se afirma que con el Covid-19 la humanidad enfrenta actualmente la peor crisis en décadas, con un número de muertes en perspectiva verdaderamente aterrador si no se toman rápidamente acciones de contención. No respeta fronteras; tampoco hay dinero, posición social o linaje que evite el contagio. No en balde, país tras país adopta medidas extremas para evitar que se propague y haga colapsar sus servicios sanitarios. Tales cuarentenas representan un duro golpe a la economía, en tanto proscriben todas aquellas actividades que no sean estrictamente necesarias.

La caída en las fuentes de ingresos para millones de personas podrá ser devastador si se prolongan en el tiempo, sobre todo en aquellos países que no cuentan con una seguridad social amplia ni gobiernos con bolsillos profundos. Extremar medidas de contención para reducir muertes o flexibilizarlas para disminuir el daño económico se convierte en una decisión crucial, no sólo en términos políticos y económicos, sino morales y éticos.

Desde esta perspectiva, las medidas anunciadas por Maduro parecerían inobjetables. Al imponer una cuarentena obligatoria, cerrar fronteras y aeropuertos, y decretar compensaciones económicas estaría tomando previsiones para reducir la propagación del virus y proteger los bolsillos del venezolano. Lamentablemente, no todo lo que brilla es oro…

Empecemos por la primera línea de fuego para evitar contagios: permanecer en casa y lavarse las manos reiteradamente, sobre todo al regresar de la calle. No hace falta repetir aquí que la inmensa mayoría de venezolanos se ve obligado a salir de sus casas, día tras día, en busca de comida y de otras provisiones esenciales. Y que, al regresar y suponiendo que consiguió jabón, muchas veces no tienen agua, a menos que logran almacenarla en pipotes. ¿Mascarillas y guantes suficientes, cómo demanda el alcalde de la Guaira a todo el que salga fuera? ¡Qué cínico!

Veamos ahora la situación de los hospitales y centros clínicos. Jorge Rodríguez contabilizó, muy orondo, 24.000 camas en el país, incluyendo hospitales, CDI y clínicas privadas. ¡Venezuela está preparada para afrontar la crisis! Pero, esas son el total de camas disponibles, en instituciones hospitalarias carentes de insumos de todo tipo, desde agua y electricidad permanente hasta equipos de sustento de enfermos graves, antibióticos y otros medicamentos. No son camas en unidades de cuidado intensivo (UCI) equipadas. El presidente (e) Juan Guaidó menciona sólo 84 respiradores disponibles en el país para atender el COVID-19.

La mayoría del personal sanitario carece de la indumentaria de protección adecuada para realizar sus labores. Muchos han migrado, además, desesperados por no poder cubrir su sustento (y de sus familiares dependientes), por la hiperinflación y el desabastecimiento causados por las políticas de Maduro. Y, a pesar de la terrible crisis que ha causado, ¡Maduro sigue negándose a permitir el ingreso de ayuda humanitaria cuya distribución él no pueda controlar (y saquear)!

Para más tragedia, sus esbirros meten preso a periodistas, dirigentes políticos (incluyendo diputados) y médicos que alertan ante las carencias para enfrentar la pandemia. Mantiene a centenares de presos políticos enclaustrados en condiciones deplorables, vulnerables a ser contagiados, sin razón valedera para ello. Y, para hacer cumplir una cuarentena cuyo fin es salvar vidas, colectivos fascistas acribillan en el 23 de Enero a quienes juegan dominó en la calle. Luego, un alcalde loco en un pueblo de oriente prohíbe que los mayores de 50 años puedan comprar comida, ¡dizque para protegerlos!

En materia económica, Maduro anuncia un bono especial a ser canalizado a través del carné de la patria, la distribución de millones de bolsas CLAPs, el financiamiento de la nómina de pequeñas empresas hasta por seis meses, y la suspensión del cobro de alquileres a viviendas y negocios, así como del capital y tasas de interés en los préstamos bancarios. Prohíbe suspender servicios de telecomunicación, así el usuario no los pague. ¿Medidas similares a las del congreso de Estados Unidos --acaba de aprobar $2 billones para evitar un colapso económico por las medidas de contención--, o las aprobadas por Boris Johnson en el Reino Unido o Pedro Sánchez en España?

Pero en Venezuela los reales para ello saldrán de la maquinita que ya echa chispas del Banco Central. ¡Presto! Qué fácil, ¿no? Hiperinflación para rato. Y, ¿cómo habrán de resarcir a quienes no cobrarán alquileres? Con la intermediación financiera prácticamente desaparecida, ¿de qué vivirán los bancos?

Algunos que hayan leído hasta aquí estarán molestos por estas críticas. Atravesamos momentos en que debe dejarse de lado la diatriba política y aunar esfuerzos detrás de quienes puedan tomar medidas, así no simpaticemos con ellos, en bien de la población. Respondo: ¿Existe alguien que crea que a Maduro y su combo militar les importa realmente los padecimientos de la población? Cuando se constata la destrucción de la industria petrolera --no hay gasolina para atender la logística de transporte--, el estado deplorable de los hospitales y de los servicios públicos, la ausencia de medicamentos y equipos para la salud y el encogimiento de la actividad económica a apenas un tercio desde que Maduro ocupa la presidencia, la respuesta es más que obvia.

Y no, no son las sanciones. Sólo fue a partir de agosto, 2017 que se aprobaron restricciones que podían afectar las posibilidades de conseguir financiamiento internacional, pero ya para entonces el país se encontraba en default –por “mérito” propio—, dada el descomunal despilfarro por parte de Chávez y Maduro de la mayor bonanza petrolera que conoció el país. Y, para colmo, Maduro les entrega a militares gorilas como premio a su complicidad, PdVSA, para que en apenas dos años acaben con su capacidad productiva, incluyendo la de las refinerías. El salario mínimo del venezolano es apenas cinco dólares mensuales, por mucho el más bajo de América Latina.

Con tal nivel de destrucción urdido sobre un país considerado alguna vez el más próspero de América Latina, ¿puede esperarse que sus artífices resguarden la vida de los venezolanos frente a la pandemia actual? Su única respuesta ante los padecimientos de la población ha sido el terrorismo de estado y el reparto de dádivas para continuar, sin estorbos, su saqueo del país.

Sí se requiere de cuarentena, de aliviar la situación de quienes se ven afectados económicamente, pero en condiciones en que pueda recuperarse rápidamente la capacidad de respuesta de un sistema sanitario fortalecido por la ayuda internacional, con personal dotado de los recursos requeridos y coordinado por gente especializada en el tratamiento de epidemias. Con una economía que rebote del abismo en que se encuentra y ofrezca medios de vida dignos a las mayorías, con seguridad jurídica y personal, que permitan a cada quien aportar lo suyo. Con libertades que permitan señalar insuficiencias y denunciar irregularidades. ¡Venezuela sí puede salir adelante, pero no bajo estos criminales! Si realmente les interesara la suerte de los venezolanos se habrían ido hace tiempo.

Hasta ahora lo que ha impedido mayores estragos por la pandemia es que Venezuela se encuentra en “cuarentena” desde hace tiempo, aislada del mundo, y –de ser cierto—aquello de que la propagación del virus parece ser menos virulento en climas cálidos. El energúmeno de Cabello, acusando a EE.UU. de haber fabricado el virus, es muestra flagrante de la total falta de seriedad del régimen fascista al abordar el tema. Y temo que pronto evidenciaremos los malabarismos de cifras y mentiras de Maduro buscando esconder la tragedia en ciernes, dada la vulnerabilidad en que ha dejado al país ante el virus.

El Depto. De Justicia de EE.UU. acaba de ponerle precio a las cabezas de la mafia militar y civil, por estar incursa en narcotráfico. De mucha mayor monta son sus crímenes de lesa humanidad perpetrados contra la población. No puede pedírseles que encaren la crisis humanitaria quienes han sido culpables de ella. Si bien el Coronavirus es mortal, muchísimo más lo ha demostrado ser el flagelo cubano-Maduro.


27 marzo 2020
Humberto García Larralde
economista, profesor (j) de la UCV
humgarl@gmail.com
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domingo, 15 de marzo de 2020

CUADRO POLÍTICO ACTUAL

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Rafael Olbinski

CUADRO POLÍTICO ACTUAL
Luis Marín
  
La Cátedra Pío Tamayo y el Centro de Estudios de Historia Actual de la Universidad Central de Venezuela han convocado a un foro, el pasado lunes 9 de marzo, con el fin de esbozar una imagen de la presente situación del país, que para la mayoría resulta completamente incomprensible.

En primer lugar, se observa la consolidación de una tiranía militar comunista. Se destaca esta última expresión para superar de una vez esa discusión de que es un régimen neoliberal heraldo del capital financiero internacional y el todavía más pintoresco extremo que lo tilda de “fascista”, ¿una filial del régimen castrista asesorada por Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero y Alfredo Serrano Mancilla?

Segundo, el naufragio de las oposiciones oficiales, que se conocen popularmente como “la mesa y la mesita”, cada vez más desacreditadas. Todo esto a través de elecciones, que es lo que piden todos, incluyendo al grupo de contacto que tienen en la Unión Europea. Bien, eso es lo que tendrán en el transcurso del año y sólo discuten qué es lo que van a elegir.
El contexto general se configura con un estimado ochenta por ciento de rechazo al régimen, sin que éste sea capitalizado por las oposiciones. La catástrofe económica: hiperinflación, caída histórica del PIB, dolarización de facto, derrumbe del precio del petróleo, acentuado por la guerra económica entre Rusia y Arabia Saudita, que afecta directamente a países petroleros aliados desde Irán a México.

Caos social, con la movilización forzada de la población, cifras de emigrantes que superan a Siria, oscilando entre 5 con un pronóstico de llegar este año a 7 millones de desplazados, más o menos el 20 por ciento de la población total, como en Cuba.

Se debe estimar otro elemento que podría llamarse “el tercero excluido”: la Resistencia. Pero, ¿existe realmente? ¿Quiénes son? ¿Dónde están? ¿Qué fuerza tienen? ¿Cuándo y cómo se manifestarán?

Por último, lo que parece un pleonasmo, el imprevisto imponderable (Deus ex machina). Puede venir del medio oriente: Irán, que todavía no ha concretado su prometida venganza por el ajusticiamiento de su comandante Soleimani, un asunto pendiente. Y cuando lo haga, ¿cómo reaccionará EEUU? Sobre todo con los partidarios de Irán en su patio trasero. Siria, con su guerra que involucra a Rusia y Turquía, también muy caros aliados del régimen.

El lejano oriente, China, en guerra económica aderezada con su corona virus cuyo análisis nos llevaría demasiado lejos, considerando que aquí ya había una catástrofe humanitaria antes del COVID 19. Corea del Norte, que por su paralelo 38 podría descocerse todo el equilibrio geopolítico mundial.
El cercano occidente, Cuba, sujeta a sanciones cada vez más severas, que ya afectan a unos cuantos miembros conspicuos de la nomenclatura, empezando por Raúl Castro y su familia.

Colombia, con una frontera cada vez más caliente y movible, sometida al acoso de la duplicación de las FARC, política y militar; el ELN, las BACRIM y otros grupos armados asentados en el territorio venezolano con manifiesto apoyo del régimen.

Brasil, que vuelve con ímpetu a recuperar su papel de potencia subregional anticomunista, con la complicación de que en los últimos treinta años ha sido el eje de la subversión continental, un conflicto interno que desborda sus fronteras. De manera que, quiéralo o no, tendrá que jugar un rol fundamental en los acontecimientos de todos sus vecinos del sur, particularmente con quienes comparte fronteras.

En conclusión, ¿cuál podría ser el desenlace? Algunos sueñan con una intervención militar internacional, llámese humanitaria o como sea; leyenda muy útil al régimen que la usa como espantajo, con fines de propaganda, unificación y movilización de sus filas.

Otros predicen una intervención militar interna, de unos supuestos militares institucionales tan elusivos e inasibles que provocan los mismos interrogantes que la Resistencia, con el agravante de que son menos probables.

Si los militares controlan absolutamente todo, incluso la hacienda pública, los recursos naturales, el abastecimiento de combustibles y de alimentos, tienen bancos, empresas de seguros, líneas aéreas, medios de comunicación, intervienen en cualquier comercio lícito e ilícito, tráficos de personas, armas, drogas, ¿contra quién y para qué van a insurgir?

Pueden agregarse unas pinceladas más a un lienzo que ya resulta demasiado complejo; pero de lo expuesto puede inferirse que esto no tiene solución. A lo más que podría aspirarse es pasar a una nueva etapa de conflicto que sea más tolerable para la población, porque es evidente que esto no puede sostenerse a largo, mediano, quizás ni siquiera a corto plazo.
La pregunta ya no es si el régimen podrá resistir semanas, meses o años, sino si podremos soportarlo.

Luis Marín
15-03-20

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martes, 10 de marzo de 2020

EL SILENCIO DE LOS CORDEROS




EL SILENCIO DE LOS CORDEROS
Luis Manuel Aguana

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Intervención en la Cátedra Pío Tamayo de la UCV
del 9 de Marzo de 2020
 

De nuevo agradezco a la Cátedra Pío Tamayo y al Prof. Agustín Blanco Muñoz la invitación para debatir los temas que gravitan sobre el país. En esta oportunidad discutir uno de la magnitud del planteado en esta oportunidad no es de ninguna manera fácil. Responder a una pregunta como esta, “¿NEGOCIACIÓN ELECTORAL PARA MANTENER O PARA DERROTAR “LA USURPACIÓN”? implica de entrada haber asumido un posicionamiento en relación a lo que está realizando la oposición oficial venezolana con el mandato que se le entregó a Juan Guaidó Márquez el 23 de Enero de 2019.

Y en eso mi posición ha sido diáfana desde el mismo momento en que decidieron abandonar el mantra del Cese de la Usurpación en la Asamblea Nacional para ir a elecciones con el régimen, el 1ro de Octubre de 2019, con la aprobación de la famosa Ruta Integral, denominada eufemísticamente “Acuerdo para la ruta política integral planteada al país que permita elecciones libres y transparentes como salida a la crisis que viven los venezolanos y la reinstitucionalización del país” (ver Acuerdo en 
https://twitter.com/AsambleaVE/status/1179138987086286848?s=08). Pueden leer mi nota del 2 de Octubre en mi blog TICs y Derechos Humanos titulada “Última parada, el ejercicio directo de la Soberanía” (ver https://ticsddhh.blogspot.com/2019/10/ultima-parada-el-ejercicio-directo-de.html).

Ese nuevo Acuerdo llevó a la basura el Estatuto que rige la Transición aprobado el 5 de Febrero de 2019, razón por la cual aun me extraña que los venezolanos aun se pregunten si Guaidó y la MUD-Frente Amplio irán o no a elecciones con el régimen. ¡Claro que irán! Eso YA FUE DECIDIDO el 1ro de Octubre de 2019. Ese nuevo Acuerdo que permite elecciones con Maduro en el poder marcó una ruta distinta a la decidida el 23 de Enero de manera oficial. Los partidos mayoritarios de la Asamblea Nacional decidieron ir a elecciones este año con el régimen.

Entonces la pregunta no es si la “negociación electoral es para mantener o para derrotar “la usurpación”. No se derrota “la usurpación” yendo a elecciones con el régimen bajo sus condiciones, como efectivamente está sucediendo desde que montaron la Comisión Preliminar de 11 diputados, integrándola con diputados del PSUV que habían perdido su condición de tales por abandonar sus cargos. La sucesión de eventos posteriores demuestra que la negociación está en pie, continuando con la designación paritaria del Comité de Postulaciones Electorales encargado de nombrar los nuevos Rectores del CNE. Nadie entiende ese 50-50 si la oposición oficial es mayoría en la Asamblea Nacional. La guinda de esa torta la pondrán ambas “Asambleas Nacionales”, la de Parra y la de Guaidó, para designar esos Rectores ya negociados con el régimen de Maduro, con el visto bueno del Presidente Encargado, aunque él siga insistiendo extrañamente que “no irá a elecciones hasta que Maduro se vaya”. No ha negado ni uno solo de los pasos para la conformación de ese CNE negociado por su segundo Vicepresidente, Stalin González.

Creo que algunos en Venezuela nos vemos como la agente Clarice Starling en la extraordinaria película “El silencio de los corderos”, mejor conocida como el “El silencio de los inocentes” en Hispanoamérica, protagonizada por Anthony Hopkins y Jodie Foster (original en inglés “The silence of de lambs”). Para los que recuerden esa extraordinaria película de 1991, el personaje protagonizado por Foster, la Agente Starling, relata que de niña oye a los corderos de la granja de su tío llorar y al acercarse nota que los están sacrificando. En un intento de salvarlos le abrió las puertas para que escaparan y ellos no se movieron, y continuaron llorando, congelados llenos de miedo. Ella en su desesperación decide al menos salvar uno y sale corriendo con él hasta que la atrapan. Eso es exactamente lo que está pasando con los venezolanos hasta el día de hoy. Vamos una y otra vez al matadero electoral, y aunque alguien nos abra la puerta nos quedamos allí esperando que nos degüellen. Y hasta que la manada se mueva, seguiremos oyendo llorar a los corderos hasta que esta pesadilla se acabe.

En estos términos la respuesta de la Cátedra es obvia: la negociación es para mantener la famosa usurpación del mantra. Pero eso no nos resuelve el problema. La pregunta debería ser porque los venezolanos, y los políticos como consecuencia, continúan pensando que una negociación electorera con el régimen cambiará el gravísimo estado de cosas del país, en el que todo el planeta coincide que existe un régimen narco-criminal en el poder que ha corrompido los espacios opositores al punto que algunos pensamos que hay que convocar a la soberanía popular para que se decida lo que hay que hacer con él.

Los venezolanos rechazamos la confrontación. Y recordando un análisis que realicé después de las elecciones regionales de Diciembre de 2013, ese síndrome de la “no confrontación” que alguna vez expliqué, en relación con los estudios de Elena Granell en el IESA (ver Palabreo de la condición perdida 
http://ticsddhh.blogspot.com/2013/03/palabreo-de-la-condicion-perdida.html), el venezolano evitaba a todo evento la confrontación, con la tendencia a escurrir el bulto, a no entrarle de frente a los problemas, a pensar que no hacer nada es una decisión. Y de hecho lo es. No hacer nada frente a los problemas es en efecto una decisión. Sin embargo, la experiencia indica que la mayoría de las veces resulta ser la peor decisión.

Efectivamente no nos gusta confrontar. Citando a Granell, “Nuestra cultura tiende a no enseñar ni reforzar la asertividad, es decir el derecho que tiene y debe ejercer la gente para exponer su punto de vista, sin irrespetar el del oponente. Ser asertivo significa decir lo que se piensa con seguridad, sin agresividad y con gran respeto por la opinión de otro que pueda ser contraria, y no inhibirse de dar la respuesta apropiada aún cuando creamos que ella no va a ser bien recibida”.[1]

En una cultura donde los liderazgos hacen uso de esa condición de la población para su beneficio, es claro que el país entero se comportará como los corderos de la agente Starling. Me llamó mucho la atención que de eso también se dio cuenta la ex senadora colombiana, Piedad Córdova en un controvertido programa de televisión en su país, y que reseñe en una nota que publiqué hace pocos días, donde ella confiesa lo siguiente: “Ese es un equipo muy sólido (refiriéndose a Maduro y su gente), muy venezolano siento que están muy contentos trabajando con la oposición. La oposición tiene una gran oportunidad. ¿Sabes que es lo más importante? Que no se matan. Es muy distinto a lo de nosotros…” (ver Entrevista a Piedad Córdoba, en 
https://youtu.be/lLLkyKOADxY, min 14:30)”.

En esa confesión de la colaboradora del régimen se expone con crudeza la realidad de los que nos pasa. Un régimen delincuente muy contento con trabajar con sus colaboracionistas y una oposición oficial muy contenta que se le de la oportunidad para hacerlo. Cualquier otro pueblo se estuviera matando con las barbaridades que están sucediendo en Venezuela.

Pero asumiendo que esa condición del venezolano es positiva, y que creemos en la solución de los conflictos de una manera pacífica, yo me preguntaría ¿por qué no usar más bien eso a nuestro favor y no para coincidir con quien nos somete por la fuerza? ¿Porqué entrar en un terreno en el que el régimen, no solo nos lleva una ventaja porque están armados y ellos si están dispuestos a usar esas armas en nuestra contra, sino porque siendo mayoría podríamos lograr cambiar el curso de los eventos políticos a nuestro favor.

Y eso me lleva a las otras preguntas de la Cátedra: “¿Qué se busca con este posible proyecto de medición de fuerzas? ¿Una marcha de las oposiciones por el centro de Caracas en plena dictadura-usurpación?” Respuesta: Buscan lo mismo que el 2014 en un nuevo intento de desatar “algo” en un pueblo que estructuralmente no confronta, cuando esa solución, que se dio el 2002 sin confrontar, ellos mismos no supieron que hacer con eso cuando los militares si tuvieron la decencia de expulsar del poder a un asesino. No ocurrirá con esas Fuerzas Armadas que ya no son lo mismo y manejadas por extranjeros, y menos aún con 5 millones de personas ausentes en nuestro haber.

Si la oposición oficial en realidad buscara desalojar a Maduro del poder y no convivir con su régimen, las acciones serían otras. Tengo la desagradable impresión que Guaidó le oculta algo al país con su llamado a ciegas a las calles. Y ese llamado es exactamente el mismo caso de llevar corderos a un matadero sin decirles que pasará. Está jugando con la línea dura de la confrontación, confiando en que tal vez eso desate eventos que lleven al régimen a su salida abrupta del poder. Me gustaría creer que tiene las garantías para eso, pero en política esas garantías no existen. Vuelve a lo mismo del 2014 cuando Leopoldo López y María Corina Machado llamaron a “La Salida” pero ahora con menos fuerza en las calles. López y Guaidó aun siguen creyendo en ese cuento que nos sigue costando vidas.


Hace falta que los políticos que están a cargo sean políticos de verdad. Lamentablemente no aprendieron nada más después de dejar el Movimiento Estudiantil, cuando cayeron en las manos de lo más rancio y descompuesto de la oposición oficial tradicional, acostumbrados a hacer un uso irresponsable de la responsabilidad que tienen. Necesitamos desesperadamente Estadistas, con “E” mayúscula, conductores de pueblos, que puedan utilizar ese músculo político de una sociedad hastiada de tanta corrupción opositora y vejámenes del régimen, combinada con la fuerza formal que se le pueda sacar a la Comunidad Internacional. Existe un condicionamiento para utilizar la fuerza de las naciones para desalojar un régimen como el que oprime a Venezuela. ¿Se ha recorrido ese camino? ¿Se se ha reunido Juan Guaido y su gobierno interino en una Fórmula Arria para discutir el uso probable de una fuerza multinacional en Venezuela con el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas? Obviamente que no, aun habiéndoselo propuesto el mismo inventor de esa Fórmula, el ex embajador Diego Arria, en su reciente visita a los Estados Unidos.

Desde ANCO hemos propuesto usar la voz del pueblo de Venezuela en Consulta como detonante para recorrer ese camino del uso formal de la fuerza en contra de estos delincuentes que azotan nuestro país. Eso no puede considerarse una “invasión militar” como se etiqueta incorrectamente esa acción, es el uso de una prerrogativa que tenemos los venezolanos y que internacionalmente se llama Autodeterminación de los Pueblos. Y no es “una esperanza” como reza una de la preguntas para el día de hoy de esta Cátedra. Sería una realidad si se trabajara seriamente por eso, no sacando a la gente a la calle para que la sigan matando. Los políticos en Venezuela tienen la realidad histórica cambiada. No fue que el pueblo salió a las calles para sacar al dictador Pérez Jiménez. El pueblo salió a celebrar las calles después –no antes- y luego que quienes tenían que hacer su trabajo efectivamente lo hicieran. Les corresponde a los políticos esa responsabilidad y nosotros a apoyarlos, no al revés.

A las preguntas de la Cátedra: “¿Se impondrá entonces y en definitiva, la vía “pacífico-electoral’ o seguirá con vida la línea de acabar con la usurpación por la vía de la fuerza como se vio el 2019? ¿Se aplicará el mismo esquema 2019 de la “guerra humanitaria”, el intento de golpe, la utilización de miembros de las FANB para fines subversivos?”, hay una respuesta: La vía electoral o el intento de utilización golpista de las FANB se impondrán mientras la sociedad civil siga su plan de corderos en el matadero y no le imponga cívicamente una nueva ruta a quienes conducen el proceso. No puede seguir en el plan de simple espectadora. Seguiremos en lo mismo mientras los corderos sigan en silencio porque ya los mataron…

Muchas gracias…
Caracas, 9 de Marzo de 2020

[1] “Éxito Gerencial y Cultura: Retos y oportunidades para Venezuela”, Granell, Garaway y Malpica, Ediciones IESA 1997, Págs. 86-87.


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