martes, 16 de septiembre de 2014
UNA CARTA PARA LA DRA.CECILIA GARCÍA AROCHA
UNA CARTA PARA LA DOCTORA CECILIA GARCÍA
AROCHA, RECTORA DE LA UCV
Vladimir Chelminski
Quiero dirigirme a la rectora, demás autoridades universitarias y a los
integrantes en general del Consejo Universitario de la UCV para plantearles el
caso del cierre de la Cátedra Pío Tamayo.
Ciudadana Rectora, Dra. Cecilia García Arocha, en este país donde la
información y el análisis de su acontecer es cada vez más precario, esta Cátedra
es un faro que la UCV no puede darse el lujo de apagar, sin antes renunciar al
propósito de vencer las sombras que por tanto tiempo y con tanta convicción se
ha exhibido.
Que la Cátedra Pio Tamayo, abierta a todo el que pueda estar interesado,
lleve ya más de 30 años funcionando en sus labores de extensión en la UCV, disciplinadamente
todos los lunes de 6 a 9pm, las más de las veces con varios panelistas expertos
en los temas más acuciantes de cada momento, y con posiciones filosóficas,
políticas y metodológicas distintas, es un servicio y una hazaña que se pierde
de vista en nuestro país.
Y que las autoridades de la UCV, y en particular el Vicerrectorado
Académico a cargo del Dr. Nicolás Bianco, opten por negarle el espacio de la
Sala “E” que siempre ha tenido, es una decisión que parece ajustarse más bien a
las que se toman en las instituciones militares. Algo más propio de la barbarie
o la ignorancia que de una Universidad.
Soy uno de los tantos testigos de excepción que como asiduos asistentes
a la Cátedra vimos cómo se llevó la misma a trabajar a media luz, sin sonido,
sin aire acondicionado, sin grabación, salida al exterior ni posibilidades de
usar recursos audiovisuales. Y estaba presente el 14/07/14 cuando se llegó a la
desgraciada circunstancia de impedir que aún en las condiciones descritas, la
Cátedra pudiera seguir funcionando. El funcionario de seguridad informó que por
orden superior no se permitiría el acceso
a la sala y hasta el presente que yo sepa no ha sido derogado esa
medida.
Por eso, a estas horas me resisto a creer que la rectora, la mayoría de
las autoridades y el Consejo Universitario puedan estar involucrados en una
decisión tan absurda y tan anti-universitaria.
Uno de los argumentos que se ha sacado a relucir para justificar el
cierre, es la imposibilidad de la UCV para pagar horas extras al técnico de la
Sala. Pero esta justificación se revierte cuando los profesores que están al
frente de la Cátedra proponen pagar el costo y se les responde formalmente que
la UCV no puede contratar con un “ente externo”. Y esto no se puede entender sino
como una decisión de cierre.
Para quienes nos beneficiamos del trabajo de la Cátedra Pío Tamayo, es
muy importante hacer los esfuerzos que sea necesario para que no se elimine
esta lámpara que ha estado iluminando por tres décadas en la terrible oscuridad
en que se encuentra la población venezolana.
Un trabajo además por el cual la UCV no le ha dado ningún reconocimiento.
Ni siquiera han respondido las autoridades a la petición que muchos hicimos
para que la nueva sala, contigua a la “vieja sala” Francisco de Miranda,
llevase el nombre de Pío Tamayo. No sabemos cuál es el sentido y propósito de
que ahora haya dos salas con el nombre del Precursor Miranda.
Por tanto, hago valer mi simple derecho de ciudadano para pedirle a la rectora García Arocha que tome cartas en
el asunto y actúe desde su posición de primera autoridad y de no ser así, que
lleve el asunto urgentemente al CU para que se le dé una solución.
Sólo me resta decirle a la ciudadana Rectora y demás Autoridades que
tanto yo, como muchos otros, quedamos a la espera de una respuesta sobre la situación
de cierre que se ha hecho recaer sobre la Cátedra Pío Tamayo.
Atentamente,
Vladimir Chelminski
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1 comentario:
Confio en la rectificación de las autoridades y que el proximo 22 podamos reunirnos, con todos los servicios que la sala tiene y la catedra requiere
Maria Eugenia Gil Beroes
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