martes, 23 de octubre de 2018

LA PARADOJA BRASILEÑA


LA PARADOJA BRASILEÑA O EL PRINCIPIO DEL FIN DE LAS “IZQUIERDAS Y LOS MARXISMOS” 
EN AMÉRICA LATINA
PABLO HERNÁNDEZ PARRA





Andrés Malamud[1] ante los que “izquierdas y progresistas” del continente califican como  “sorpresivoel  triunfo del fascista Bolsonaro en Brasil, y a su vez los creyentes del anticomunismo y el anti socialismo de Sudamérica, lo calificaron como una victoria histórica [2], escribió en su twitter 

La paradoja brasileña: elegir a un fascista de verdad, creyendo que es de mentira, por miedo a un comunismo de mentira que creen que es de verdad.

Y esta sentencia Malamud resume el drama de las masas idiotizadas y manipuladas por el inmenso aparato mediático del capital, donde derechas, izquierda y “marxistas han  jugado y pretenden seguir jugando un papel de primer orden.[3]

Malamud ha puesto el dedo sobre la llaga al problema principal para el movimiento del trabajo  en sus luchas contra el capital que lo aqueja desde los ascensos de Mussolini, Hitler, Stalin y Roosevelt al poder en el periodo de entre guerra y el dominio del capitalismo de estado: La cuestión de la llamada conciencia de clases del trabajador y la claridad sobre sus objetivos generales.

Hoy este ascenso una vez más de la reacción en América latina, incluyendo en ella la consolidación de la burocracia cubana y su “vuelta al mercado” y del Chavismo y su nuevo modelo productivo basado en la “inversión extranjera productiva y la libre circulación de divisas en el país, plantean de nuevo las preguntas que se hacía Reich[4] ante el ascenso de Hitler al poder en Alemania, y que nos hacemos hoy:

          ¿Por qué en medio del periodo de la mayor  crisis que conoció el capitalismo, que repercutió en calamidades y miseria no solo contra el proletariado, sino  hacia la pequeña burguesía y los campesinos, estos se orientaron hacia el fascismo?

          ¿Por qué no brotó del proletariado la esperada conciencia comunista?

          ¿Por qué la crisis no condujo a la inevitabilidad de la revolución, sino a un mundo de mayores guerras y sufrimiento para las masas?

¿Cómo y por qué había sido derrotada la teoría más revolucionaria de la época precisamente por la ideología más reaccionaria, mística y absurda conocida?

¿Por qué hoy las masas en medio de la crisis tienden hacia formas reaccionarias de la ideología burguesa, como el fundamentalismo religioso, el nacionalismo extremo, el patrioterismo y hasta el mismo fascismo?

          ¿Por qué el populismo y el caudillismo hacen de nuevo estrago en el seno de las masas trabajadoras y semiproletarias?

Y Reich se hacia la pregunta crucial

¿Había fracasado el marxismo?



Y ante la miopía de los estalinistas y marxista vulgares como los llamo Reich, los cuales ante toda situación de derrotas la encubrían  con ilusiones, triunfalismo y sobre todo anunciando como los cristianos, la inevitable llegada del Mesías[5], Reich planteo la reflexión esencial ante la derrota:

Si la concepción marxista fundamental era errónea, se necesitaba entonces una decidida reorientación del movimiento obrero si se quería alcanzar el objetivo del comunismo. Pero, si las dudas eran infundadas, si la concepción sociológica de Marx era correcta en sus fundamentos, entonces se necesitaba un análisis exhaustivo tanto de la derrota del movimiento obrero como del triunfo del fascismo y su carácter de masa.  Había que demostrar lo uno o lo otro[6].

Una vez más La Psicología de Masas del Fascismo, de Wilhelm Reich y sus escritos de la época, nos puede ayudar a intentar resolver esta nueva “crisis” ya no solo en la acción sino en el método de analizar esta nueva realidad del capitalismo a las puertas del Nuevo orden Mundial.

Que ha ocurrido y ocurre en América Latina, donde luego de veinte años de gobiernos de “izquierdas y progresista”, en toda América se desarrolla entre la población trabajadora y excluida por el capital un giro hacia las ideas más  reaccionarias, no solo en lo político, sino en lo religioso y social.

La sentencia de Nicanor Parra, resuena proféticamente:




América latina le ha correspondido el nada grato honor de asistir a la agonía de las llamadas “izquierdas y a las diversas iglesias del marxismo” con sus respectivos sumo sacerdotes[7]. Concluir con su sepultura nos corresponde a quienes desde la defensa del trabajo como creador de la riqueza social, tenemos el reto de enfrentar de nuevo al capital, ahora a nivel de todo el planeta. Y este desafío impone renunciar a la vieja herencia que nos ha dejado ese pensamiento “de la socialdemocracia de izquierda” y un marxismo liberal, que nada tienen que ver con el materialismo y el método de análisis de la historia y la realidad que nos legaran Marx y Engels[8].

A 200 del nacimiento de Marx y 100 años de la revolución “socialista” rusa”, los hechos han emitido su sentencia final. Las pretendidas “vanguardias históricas” auto depositarias de la “conciencia de clases del proletariado”  han sido sepultadas por el capital, quien se expande sin oposición seria por todo el mundo impulsando su Nuevo Orden Mundial. Por lo que estos iluminados y profetas del mal llamado socialismo, ya tienen su epitafio para la posteridad.: El muerto que vos matáis, goza de muy buena salud. Y sobre todo la historia no perdona y tampoco los absolverá.
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Nuestra derrota fue a todas luces inevitable, pero el abandono de la lucha no es opción para quienes seguimos pensando que el poder social del trabajo colectivo ha creado las condiciones técnica, científica y materialmente para la construcción de una sociedad que supere definitivamente la desigualdad social.

 Hoy como ayer esa posibilidad, no es una cuestión de producción, sino un problema de distribución, como lo han demostrado el trabajo, la técnica y la ciencia en los últimos 250 años.

 Levantar el programa de la globalización del trabajo contra el capital y del salario contra los intereses, es hoy una cuestión de alcance mundial. Las luchas de los trabajadores, desplazados, endeudados, refugiados y excluidos de la humanidad en el sur  está indisolublemente ligada a los “colegas” del norte en Europa, Asia y EEUU que sufren las consecuencias de la usuras, estafas, fraudes y manipulaciones del enemigo común: El capital financiero, las grandes compañías transnacionales y los súper poderosos Fondos de inversión como Black Rock.

Ante este neomaltusianismo en marcha, los ideólogos y voceros de este nuevo imperio mundial con absoluto cinismo proclaman:



La lucha de clases, ante el genocidio programado de la elite mundial contra las 4/5 partes de la humanidad se hace obligatoriamente  internacional.

Hoy esta política la vemos desarrollarse a diario en Venezuela bajo la dirección de un ejército, aliado a un lumpen proletario de derecha e izquierda. En medio de este asesinato selectivo Venezuela una región con inmensos recursos energéticos, minerales, biodiversidad, agua y turísticos está siendo  convertida en un nuevo paraíso fiscal.

Si el ciclo político de América latina en el siglo XX transcurrió entre dictaduras-democracia-dictaduras, hoy el capital financiero mundial pretende con esta caricatura de “guerra fría”, repartirse el planeta apelando al chantaje nuclear, al poder militar y un nuevo disfraz de  “izquierda-derecha- izquierda[9] o simplemente como dice el señor Kissinger


Una vez más los pueblos y países del sur[10] son los peones sacrificables del tablero mundial, donde el capital anglosajón juega cínicamente  papel de defensor de los DDHH y la democracia, mientras que los capitales chinos, rusos o islámicos hacen el papel de países “amigos”, sostenedores de las nuevas víctimas a desplumar tal como ocurre hoy en Venezuela. Y pensar que todos los tentáculos del capital terminan en Wall Street y la City de Londres. ¡Vaya ironía y vaya paradoja!


Pablo Hernández Parra
14/10/2018


Anexo: Del proyecto 170 años de derrotas: Del manifiesto Comunista al Nuevo Orden Mundial




[1] Andrés Malamud es politólogo, graduado en la Universidad de Buenos Aires, doctorado en Ciencias Políticas del Instituto Universitario Europeo e investigador de la Universidad de Lisboa (Portugal), ciudad en la que está radicado.
[2]  El propio  BOLSONARO, ha declarado la  muerte y extinción del foro de Sao Paulo y el socialismo,
[3] Es evidente que 170 años de derrotas, muchas de ellas lideradas por representantes del MARXISMO, tienen mucho que ver con esta situación que hoy vive el movimiento de los trabajadores y asalariados del mundo. Analizar este periodo es un proyecto común y obligatorio a todo aquel convencido que lo importante nos es explicar el mundo, sino intentar transformarlo junto al trabajo y en función de los intereses del trabjadador sin distingo de fronteras, de oficio, profesión y sobre todo manual o intelectual. La lucha de hoy del trabajo contra el capital una a la humanidad pensante con la humanidad sufriente y a ella las une la humanidad endeudada, desplazada, refugiada y emigrada contra un mismo enemigo la elite mundial del capital financiero.
[4] Ya en los años 30 Marcuse se preguntaba: “¿Qué hay en la constitución antropológica del hombre que le lleve a reprimir su necesidad de libertad y a perseguir satisfacciones dictadas por el poder?”  Citado por a. Gorz en “El Viejo Topo” nº 37, octubre 79, pág. 37.
[5] Total el nuevo profeta llamado Lenin había anunciado la fase final del capitalismo, la agonía del mismo y su inevitable derrumbe
[6] W. Reich en “Psicología de Masas del Fascismo”,
[7] Comenzando por esos caballos de Troya llamados Fidel Castro y Hugo Chávez, ambos  se declaran “marxista-leninista” el primero, y socialista el segundo, LUEGO ASUMEN EL GOBIERNO..
[9] En Chile, donde con Pinochet la globalización del capital enseña las fauces y garras, este ciclo se ha puesto en marcha.
[10] Es evidente que hoy este destino ahora es común a las mayorías de la población, trabajadora nacional junto a la población obligada a emigrar o refugiarse en los países del norte.

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