CÁTEDRA PÍO TAMAYO:
PENSAR VENEZUELA
Miguel Aponte
Desde Caracas.- Venezuela, como
país, continúa siendo la tarea pendiente de los venezolanos. Todo, hasta el
fracaso, es una oportunidad de realización. Eso sí, primero, hay que
reconocerlo; segundo, es indispensable que seamos capaces de mirar su historia;
y, tercero, es imprescindible que hagamos algo con esa historia. Se trata de un
esfuerzo indispensable de reflexión crítica y autocrítica, que nos permita
asumir nuestras acciones y nuestros “resultados”; ambos como creaciones propias
y sin falsas excusas que coloquen en otro las responsabilidades que sólo pueden
estar en nosotros mismos.
Si insistimos en
culpar a otro -los conquistadores, la corona española, EE UU, el
imperialismo, el petróleo o cualquier otro- de aquello que es en lo fundamental
hechura nuestra, nunca podremos alcanzar la comprensión y la visión necesarias
para construir un proyecto de país. Por último, sin tal proyecto, ¿hacia dónde
iremos? Es fácil pronosticarlo: seremos para siempre la repetición trágica y
psicótica de nuestros propios errores: un expaís.
Esos errores, sin
embargo, no vienen solos, sino que son expresión de profundas ideas de fondo
que constituyen nuestro “modo de ser” y que dominan nuestro pensamiento y
acción. El fracaso pues está también en nuestro imaginario. Ahora bien, nada de
esto es una fatalidad.
Podemos cambiar aquello
que nos arruina precisamente porque está en nosotros. Entonces, la pregunta que
sigue es ¿cuáles han sido aquellos componentes de nuestro imaginario colectivo
que nos impiden realizarnos como país?
La Cátedra Pío Tamayo,
que justamente cumple 31 años pensando a Venezuela con el profesor Agustín
Blanco Muñoz al frente, lleva a cabo lo que sin duda es uno de los proyectos
más prometedores en este sentido. Está analizando “La historia de los partidos
políticos en Venezuela”, que se realiza, además, con la presencia activa de los
mismos protagonistas.
La pulverización de
los partidos políticos en Venezuela, ahora aparentemente en proceso de dura
reconstrucción, no pudo sólo ser efecto de una sociedad que “decidió”
antipolitizarse, sencillamente porque este fenómeno no puede ser causa sino que
a su vez es efecto de “causas” más complejas. Es esa complejidad profunda la
que se aborda en la cátedra desde diversos ángulos y con la historia como telón
de fondo indispensable. Los aciertos y, sobre todo, los errores son abordados
para producir la reflexión crítica que permite, si se asume, concebir un país
posible y adulto, capaz de hacerse a sí mismo con responsabilidad.
Podemos todos asistir
los lunes a la sala “E” de la UCV, y también participar a través del blog
catedrapiotamayoucv.blogspot.com y su canal en la red YouTube:
Les aseguro que, una u otra, será una visita fértil.
Miguel Aponte
26 de abril del 2015
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