jueves, 31 de marzo de 2011

EDGAR JAIMES - LOS SIETE SABERES PARA LA TRANSFORMACIÓN DE LA EDUCACIÓN (PARTE II)



A continuación presento una síntesis de los primeros cuatro saberes para la transformación de la educación actual y del futuro. En una tercera parte, abordaré el resumen de los otros.

Saber Nº 1: Superar el aislamiento del saber. Para superar ello es necesario adoptar nuevas visiones y teorías más descriptivas y explicativas capaces de generar acciones más coherentes para construir una alternativa de vida más integral y sostenible vinculada con nuestra capacidad de autorrealización y desarrollo humano y social. De allí que una tarea principal de la educación actual es la descubrir las limitaciones, condicionamientos, prejuicios, errores, ilusiones e insuficiencias del conocimiento, a través del pensamiento crítico y autocrítico para poner en claro que una ciencia sin conciencia o un conocimiento sin ética son una aberración para la vida en nuestro planeta y para nuestro propio desarrollo humano individual y social.

Saber Nº 2: Enseñar la totalidad. La esencia de la educación del presente, y la del futuro, es la de encontrar y construir vínculos que puedan reunificar las disciplinas y construir una diversidad de saberes y conocimientos como proceso de interacción social y de construcción colectiva. “Aprender a conocer y aprender a convivir” son las dimensiones inseparables de la educación.  La compartimentación y fragmentación de los saberes son contrarias a este principio.

Saber Nº 3: Enseñar la condición humana. La condición humana solo es posible enseñarla mediante la unidad del conocimiento, integrando todos los conocimientos a partir de un proceso interminable de desarrollo de la conciencia, que en la práctica no es otra cosa que un proceso de desaprendizaje de nuestra propia mentalidad. Y aquí intervienen aquellos ámbitos de la educación corporal-emocional-afectiva y de la educación ética-estética-espiritual que por lo general han sido completamente ignorados por los sistemas educativos formales. Pero al mismo tiempo, exige también un esfuerzo por desarrollar la sensibilidad externa e interna que no es otra cosa que un aprendizaje y un ejercicio permanente de atención, que no sólo es emocional-sensible, sino también lógico-racional en cuanto que está dirigido a crear un espíritu crítico capaz de detectar insuficiencias, diagnosticar disfunciones, darse cuenta de los errores, pensamiento crítico en suma, que también ha estado siempre bastante ausente de nuestras instituciones educativas.

Saber Nº 4: Enseñar la identidad terrena. Es  pertinente  enseñar  la  historia  de  la  era  planetaria  que  comienza con  la  comunicación  de  todos  los  continentes  en  el  siglo  XVI  y mostrar  cómo  se  volvieron  intersolidarias  todas  las  partes  del  mundo sin  por  ello  ocultar  las  opresiones  y  dominaciones  que  han  asolado  a la  humanidad  y  que  aún  no  han  desaparecido. Habrá  que  señalar  la  complejidad  de  la  crisis  planetaria  que  enmarca el  siglo  XX,  mostrando  que  todos  los  humanos,  confrontados  desde ahora  con  los  mismos  problemas  de  vida  y  muerte,  viven  en  una misma  comunidad  de  destino. Esto implica, en primer lugar, un proceso de educación afectiva y amorosa que permita transformar la relación puramente economicista, productivista y consumista que los seres humanos han construido con el planeta que los acoge, alimenta y sustenta. Necesitamos antes que nada aprender a ser sensibles, a estar atentos, de forma que podamos establecer relaciones dialógicas marcadas por el amor, cariño, afecto, sensibilidad, ternura y delicadeza con el otro y con la naturaleza como fuente de toda vida.

En el contexto de este cuarto principio, la Educación Ambiental  constituye el sustento no de un nuevo conocimiento a sumar a la ya larga lista de disciplinas escolares, sino de una nueva actitud que se construye y desarrolla a partir de procesos estéticos, de contemplación, sensibilización, afectividad y cariño, que progresivamente se van configurando y transformando en procesos de responsabilidad personal y social, así como en procesos éticos y políticos.

Edgar Jaimes (*)
Profesor Titular Jubilado del NURR-ULA, Trujillo. jaimes.5060@gmail.com

PD: Mensaje a los estudiantes y trabajadores de Venezuela. Felicitaciones a ambos sectores de la sociedad venezolana por ser ejemplos de dignidad e irreductibilidad demostradas en las últimas huelgas y movilizaciones. En la unidad monolítica de ustedes está la clave del éxito de un proyecto de país democrático-popular, más allá de las salidas inmediatistas, electoralistas, demagogas, politiqueras, oportunistas y fraudulentas, por ser  castradoras de iniciativas liberadoras.

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