sábado, 6 de junio de 2020
LA QUEMA DE LA BIBLIOTECA DE LA UDO
LA QUEMA DE LA BIBLIOTECA DE LA UDO
Rafael Rattia
Cuando
observé, -con tristeza y estupor- la fotografía de la quema de la biblioteca
central de la UDO-Cumaná totalmente convertida en escombros no pude contener
las lágrimas y rompí en un llanto quedo e interior pero no menos doloroso que
el que cualquiera puede sentir ante una vomitiva barbarie como la que se
cometió contra ese patrimonio cultural, artístico y científico-tecnológico del
país. Un libro que me marcó una huella indeleble mi insaciable espíritu de
lector insobornable es: “Historia universal de la destrucción de los libros”.
(De las tablillas creto-micénicas al libro electrónico) del poeta y ensayista
venezolano Fernando Báez. En sus páginas leí que “ahí donde se queman libros,
pronto se quemarán hombres”. No cabe un ápice de dudas; pues los libros son una
extensión del hombre en toda la íntegra expresión del ser. Todo lo que puede
pensarse se puede, en consecuencia, ponerse en un libro por escrito en los
formatos de papel físico o de papel y tinta electrónica para solaz y beneficio
espiritual de la humanidad.
El
latinajo lo dice asaz bien: “verba volant escrip manent”; esto es, el verbo
vuela a raudales y las palabras se las lleva el viento; mas lo escrito está y
queda permanente para beneficio de las futuras generaciones de hombres y
mujeres que inexorablemente vendrán en camino a recoger el testigo que portamos
nosotros, simples o complejos lectores y obsecuentes o eventuales escritores.
Lo
ocurrido en la biblioteca central de la Universidad de Oriente del núcleo
Cumaná, no tiene otro nombre; se trata de un auténtico bibliocausto, es decir
una inmensa pira hecha con libros de todos los tipos y tamaños que tratan sobre
los más disímiles y extraños temas del saber humano. Muchos de ellos verdaderas
joyas y reliquias bibliográficas que atesoraba la Casa más Alta del Oriente
venezolano donde se ha formado grandes inteligencias científicas y
profesionales de primerísima línea que han puesto el nombre de Venezuela en un
privilegiado sitial de honor en el mundo.
Ejemplares
únicos que no se volverían a imprimir más; libros incunables o manuscritos
raros que alguna vez fueron hojeados, acariciados, leídos y fichados por docentes,
investigadores y estudiantes a lo largo de su proceso formativo, hoy forman
pilas de cenizas como viva expresión del odio más cerril contra el saber
académico universitario. La quema de la biblioteca central de la UDO tiene un
oprobioso antecedente histórico y es la quema con alevosía y sevicia del
Instituto Oceanográfico de la misma casa de estudios superiores. Ya antes de la
comisión de todas atrocidades y salvajadas contra la UDO, hordas bárbaras
habían incursionado en sus sagradas instalaciones y habían perpetrado desmanes
y desafueros (iniquidades) en laboratorios, oficinas y baños rompiendo y
desvalijando lavamanos, espejos y pocetas que luego “aparecían” como por arte
de magia en las ventas del mercado secundario de los bachaqueros en Cumaná.
04/06/20
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