jueves, 19 de diciembre de 2013
RAFAEL IRIBARREN - 8D: PRIMERA LECTURA
8D: PRIMERA LECTURA
Rafael
Iribarren
.-* Elecciones locales; el verdadero mapa socio-político, de la
gente
Una primera lectura.
No definitiva. Las elecciones locales, a pesar de la idea de que interesan
menos a la gente; en realidad, mejor que las regionales y que las nacionales, reflejan
más concretamente sus verdaderas actitudes políticas; habiendo diferencias, aunque
siempre siendo ese reflejo, entre los resultados para alcaldes y los para
concejales. Los concejales electos, lógicamente, muestran más fielmente la
verdadera composición política de la base ciudadana. La polarización real o
inducida, en la medida de que se da; se
muestra al máximo en las elecciones nacionales, menos en las
regionales, menos aún en las municipales y mínima en las de concejales Una
lectura definitiva de los resultados del 8D, cerniendo el fraude, se podrá cuando se disponga de las
totalizaciones detalladas de los cerca de 2.800 concejales que resultaron
electos entonces.
.-* Las premisas de esta reflexión.
De entrada, preciso
las premisas de que parto para esta primera lectura de los resultados de las
votaciones del 8D: 1.- El CNE-SMARTMATIC,
armadura básica del sistema electoral nacional; es un sistema técnico, operado
a discreción por el chavismo; sin ningún tipo de contraloría; absolutamente cerrado montado y perfeccionado
para el fraude; cualitativa y cuantitativamente, el que sea “necesario”. Hasta
ahora no hay criterio serio para definir límites que tiene para producir los
resultados que se requieran. 2.- La dimensión y la estructura del fraude a
implementar, sería predeterminada condicionadamente a los requerimientos posibilidades y limitaciones políticas y
sociopolíticas en cada evento; y a las metas y prioridades concretas de cada
evento. La tercera fase de la “victoria perfecta” que Chávez programó para
estas elecciones municipales, que iban a ser en febrero pasado; en la situación
actual del chavismo y del país; se hicieron inviables. 3.- La primera prioridad,
por encima de cualquiera otra, para estas elecciones, del madurismo-chavismo
fue la relegitimación del CNE; en función del efecto retroactivo de la
legitimación del 14A y de la suya propia; y de su efecto prospectivo en futuros
eventos. Y, 4.- el cuadro y mapa resultantes del 8D fueron pre-cantados por el
ex-rector Germán Yépez en entrevista al diario “Panorama” de Maracaibo, (N24 /
30.09.13). En la que “previó” y que finalmente fueron, unos resultados
“creíbles y aceptables” tanto por las oposiciones como por los chavismos.
En función de
producir tales resultados “creíbles y aceptables”, obviamente se implementó un
fraude cuidadosamente distribuido y administrado; ajustable sobre la marcha; cuyo
carácter predeterminado, de su estructura y mapeo, se evidencian al establecer
correlaciones entre los resultados variables de las cuatro últimas elecciones.
Entre los de ésta última del 8D y los de
las anteriores del 14A, el 16D y el 8O
pasados. Aparte de que la verdadera cuantificación del que electoralmente sería
el mapa sociopolítico nacional; se lograría aplicándole a los resultados
oficiales del CNE, en definiéndolos, dos factores de corrección: uno de fraude
y otro de la abstención real.
En el contexto que
habría con Chávez vivo, los resultados del domingo pasado habrían sido
cuantitativa y cualitativamente diferentes a los que se van conociendo Habrían
sido similares a los de las
presidenciales del 8O y del 16D, las primeras dos fases de “la victoria
perfecta”; en las que Chávez y el chavismo “arrasaron”. Siendo imposible, increíble y peligroso, que
hoy fuera así; porque no hay ni las condiciones
ni capacidad de entonces para jugársela; entonces, lo que interesa aquí, para ponderar la incidencia
en la dinámica política actual, de los resultados oficiales es, primero,
determinar lo que realmente significan, desde el punto de vista de las
condiciones en que está el chavismo; o, los chavismos en el contexto nacional.
Y segundo, identificar las determinantes que impusieron que se armaran así; las claves para administrar, mapear e ir ajustando el fraude
como finalmente se hizo. Esto, sobre
todo, en función de lo que viene.
.-* Resultados predeterminados; prioridad: relegitimar al
CNE-SMARTMATIC
Consciente de su
verdadera situación; de su mengua sociopolítica inercial; de su crisis y agotamiento internos; y en el marco de una
crisis nacional general que no logra
manejar; frente a un rechazo nacional mayoritario; la cúpula del madurismo-chavismo, asumió
limitarse en estas elecciones del 8D, a solo una “victoria semi-perfecta”; enmarcada en unos resultados “creíbles y
aceptables”; a un “mitad y mitad” con la oposición; reconociendo su inocultable
crecimiento, sobre todo del antichavismo; pero exhibiendo, particularmente ante
sus propias bases; alguna mayoría en que
basar seguirse declarando la primera fuerza político-electoral del país; seguirse
declarando, de alguna manera, ganador;
quién conserva “la hegemonía”.(Ver “LO QUE SERA EL 8D” en mi rafaelsiribarrendice.blogspot.com).
Enmarcado en un cuadro de resultados así; sin arrasar ni ser arrasado; sin
mayores riesgos; se lograría el objetivo estratégico central de legitimar al
CNE; a quién ha tocado, toca y seguirá tocando, armar y cantar la base de la
legitimación electoral de su continuidad en el Poder. Con los efectos retroactivos
igual estratégicos, de las legitimaciones, de los resultados del 14A; y, sobre
todo, de la elección de Maduro como presidente. Y, con los efectos en
perspectiva, de pre-legitimar las futuras actuaciones y resultados del CNE, en
el 2015, de las próximas elecciones parlamentarias; y, en tal caso del
referendo revocatorio que eventualmente sea inevitable convocar y realizar en
el 2016.
Desde el 2004; cada
vez más sobradamente, con más pulso y
sofisticamiento, los resultados de casi todas la votaciones, con excepciones
específicas; evidentemente fueron pre-programados. Disponiendo el chavismo,
como dispone, del control y el absoluto
hermetismo de todo el sistema; sin ningún tipo de auditoría consistente en
ninguna fase ni área ni instancia. Y del aval de los técnicos de la oposición.
Ahora para el 8D, como siempre, el CNE simplemente puso en práctica la
estrategia electoral-institucional definida y que se le instruyó; con los resultados
que se van conociendo. Según los que, el chavismo “gana” un 73% de las
alcaldías del país; ello, por cierto, tan creíble como que en diciembre del
2012 el chavismo “ganó” 20 de las 23 gobernaciones.
Pero, según,
contrapesadas con el 22% de ganadas por
la oposición; entre las que están 7 de las 10 principales concentraciones
urbanas del país y las tres mayores. Y los principales municipios urbanos,
capitales de estados, en los que se asienta cerca de las dos terceras partes de la
población nacional. Municipios capitales y centros urbanos; algunos
emblemáticos; reconocidos a la oposición; la mayoría predominante y
crecientemente antichavistas; en los que siéndole ya imposible aparecer ganando;
optó por perderlos, por “entregarlos” aunque “por ñingita”. Resultados tales que,
aparte de ser obviamente aceptados por
la oposición; según, constituyen la
muestra irrefutable de la supuesta imparcialidad del CNE.
Correlacionar los
resultados y sus cambios de una a otra elección, en varias circunscripciones;
proporciona indicios claros de la manipulación discrecional por CNE-SMARTMATIC,
de las votaciones y sus resultados. Se
entiende perfectamente la desencajada negativa de las rectoras
electorales a auditar ni siquiera mínimamente el material electoral del 14A. Cuando
en definitiva, ni un centro electoral, ni una máquina captahuellas, permitieron
auditar realmente.
.-* En tal caso, no dos sino
tres países
Según muchos, entre
los que están Capriles su comando y la MUD; sus politólogos y
psico-politólogos; el país está “dividido en dos”, o, “hay dos países”. Según,
los venezolanos estamos polarizados. Sin embargo, ni los números ni los
resultados en cuanto a candidatos electos, dicen eso. Para el momento de
escribir esta nota, y según la vicepresidenta Oblitas el CNE; por el PSUV y la
MUD y sus aliados votaron,
respectivamente, 5,277, y 4,423 millones y algo más; para unos 54% y 44%
respectivamente; el 2% restante habría sido de “otros”. Pero !ojo!: de votantes.
No de los electores. Con respecto a los
19 millones de electores del RE; los 10 millones o menos, que habrían votado el
8D; solo algo más del 50%; el peso porcentual real de las votaciones de los dos
bloques, está solo algo por encima y algo por debajo del 25% de los electores. La
abstención oficial según el CNE está en un 40% de los electores; del RE. Según,
por encima de los votos contabilizados, al PSUV y a la MUD.
De forma que cuando se
haga el análisis, sobre todo, de los
concejales electos; no tanto ya de los alcaldes; con sus identificaciones
político-partidistas concretas aparte las alianzas en que participaron; se verá
que en un porcentaje alto de casos, la identificación con uno u otro polo, no la hubo o fue básica
y circunstancialmente electoral; pragmática, franquiciada. Lo que quiere decir
que si las bases votacionales del oficialismo y de la oposición; en el supuesto
negado de que fueran homogéneas; pueden ser consideradas “dos países”; entonces
Venezuela estaría dividida realmente en
tres; con un tercer país, por cierto mayoritario, superior a los otros dos; igual
de homogéneo y/o heterogéneo; que sería la abstención.
.-*Contra la leyenda negra anti-abstencionista.
Que la abstención;
que 10 millones de venezolanos iguales a todos los demás; entre un tercio y la mitad o más de mayores de 18
años, decidan no votar; sea objeto de todo tipo de descalificación, política,
ética y hasta religiosa; es demostrativo de que “la política” en Venezuela se
pretende que siga siendo dictada desde el Poder; desde los factores de Poder; dictada y hecha por
pretendidas élites, doctas y mesiánicas; por los “liderazgos políticos”. Como
si siguiéramos en el siglo XIX. Se ha hecho en vivo, una leyenda negra sobre la
abstención en Venezuela; tema de manipulación mediática de nuestros politólogos
y psico-politólogos, cuentacuentos activistas de partido, muchos tarifados; o
del “staff”. Y de militantes de a pie, tan buenas-gentes como mediatizados que predican
las letanías anti-abstencionistas que escuchan de aquellos. Leyenda a partir de
la que no se da respuesta; uno, al
hecho de que abstenerse, como votar, es un derecho que se ejerce o no a
voluntad; y que se asume mayormente a conciencia y a partir de una postura
política; tan respetable, y mayormente, tanto o más consistente, o
inconsistente, políticamente, como la de quienes votan. Dos,
a que demostradamente la abstención, salvo situaciones concretas, en nuestra
propia experiencia nacional, afecta, tanto o más a quién está en el poder; que
a la oposición. Como se viene demostrando en las últimas elecciones en las que
ha afectado determinantemente al chavismo. Y tres; a que a contrapelo de la chantajista manipulación mediática
anti-abstencionista; armada a partir de la masiva abstención nacional,
absolutamente consciente, política y explicable; en las parlamentarias del
2005; la asamblea nacional actual electa en el 2010; ganada en votación por la oposición,
pero minoritaria en parlamentarios electos; como grotescamente se está
demostrando; es, tanto o más instrumento de uso discrecional por el
autoritarismo más ramplón, como la electa entonces.
Vienen al caso estas
consideraciones en atención a que; en contra de la manipulación electorera que
se hace de ella; la abstención de al menos la mitad de los electores,
mayormente política; maquillada naturalmente y base de manipulación por el CNE; que, aunque incide en la votación
oposicionista; sobre todo, en los últimos eventos electorales, viene tumbando la
chavista.
.-* A pesar de polarización de las cúpulas el proceso no se
polarizó.
Como todo
autoritarismo, o mesianismo, el chavismo se estabilizó en el Poder, induciendo
mediáticamente la polarización; a la que siempre contribuyó continuada y
determinantemente, la oposición. La polarización en cualquier circunstancia se
pauta a cuatro manos. Su punto máximo en
los últimos quince años fue en el 2004; cuando el RR. Desde entonces acá; a
pesar de la de las cúpulas que sí están polarizadas; y a pesar de su inducción
mediática continua, intensa; al nivel concreto de la gente vino reduciéndose;
hasta las últimas circunstancias y eventos electorales; y hasta esta campaña
municipal del 8D, en la que prácticamente no hubo; aunque mediática y
retóricamente se promovió, igual, a cuatro manos.
Las campañas locales
son despolarizadas por naturaleza; en los casos en que hay polarización en ese
contexto, en general porque inducción; se desnaturaliza artificialmente el
sentido concreto que tiene, a ese
nivel, la movilización y formación de criterios de la
gente. Para éste 8D, por parte del chavismo, propiamente del madurismo; se
promovió la idea de que, por encima de cualquier tema e interés, se votaba, según, por “la revolución” y “por
lealtad a Chávez”. Pretendiendo subsumir lo local en “lo estratégico”, en “lo nacional”; en “lo
histórico” A partir de lo que impuso a dedo los candidatos a alcaldías,
especialmente a las más importantes. Capriles por su parte planteó exactamente
lo mismo; aunque, obviamente, en sentido opuesto. El 8D, según, era para
“salvar al país”, etcétera; de forma que lo local había que supeditarlo a ese
objetivo estratégico. concretamente a que él, Capriles, sacara a Maduro del
Poder.
A pesar de la
constante movilización de Capriles por todo el país; y del abuso mediático y la
utilización de todo tipo de recurso de poder o institucional, por parte de
Maduro; la campaña no se polarizó. Aunque hubo los dos bloques candidaturales
principales: el del PSUV-GPP y el la MUD; ambos se conformaron, solo en
términos de alianza exclusivamente electoral; pragmática; sin real coherencia política
concreta ni programática; menos ideológica; ni siquiera en el de los chavismos.
Unas 97 organizaciones vinculadas a ellos, postularon candidatos e hicieron
campaña; sacando, en suma unos 1,2 millones de votos. De más de 16.000 candidatos
inscritos en el CNE, no más de 4.500 fueron del PSUV-GPP y de la MUD; más del
70% eran independientes de ellos.
Aunque, en algún
grado, aún local, el voto siempre tiene o puede tener el contenido de ejercerse en
contra; a pesar de todo y dentro del incremento nacional del antichavismo;
notoriamente los candidatos antichavistas, de oposición, que resultaron
electos; mayormente lo fueron por su calidad como candidatos locales; lo que
dificultó localmente el fraude; además de por serlo de la Unidad; no por que
fueran de Capriles, ni porque él los promoviera. Claro que igual, puede decirse
de los candidatos chavistas; aunque en menor grado; por la incidencia del
factor fraude en su elección; que en buena parte de ellos tiene que haber sido
decisiva.
A pesar de la
estrategia polarizante; y también plebiscitarizante de Maduro; de pretender que
se votaba “por la revolución” y “por lealtad a Chávez”; según, contra la
derecha personificada en “la trilogía del mal”. Estrategia a la que Capriles su
comando electoral y sus socios en trilogía; jugaron igual, polarizantemente, al
pretender que se votaba era “contra el comunismo”, por “salvar la Patria”, etcétera;
que se trataba de un plebiscito. A pesar de ambos impulsos polarizantes; y,
aparte fraude naturalmente; la gente que votó, mayoritariamente lo hizo por
candidatos locales; determinantemente en función de sus problemas concretos;
aunque a conciencia de su contextualización en la crisis nacional total
nacional actual
.-*Chavismo políticamente el gran perdedor; doblemente perdedor.
En mi escrito, “8D LA
SANGRE NO LLEGARÁ AL RIO”, (rafaelsiribarrendice.blogspot.com),
de antes del 8D; en el que predije el
cuadro resultante de un “mitad y mitad”; decía que no habría ganador ni
perdedor; lo que junto al resto de las predicciones expuestas en él, resultó
cierto. Aunque hay que precisar que nadie, “ganó” ni ‘’perdió”, neto; encomillado,
al tratarse, reitero, de una gran manipulación electoral hecha ejecutar por el
CNE; de la que los resultados no muestran la verdadera voluntad de la gente.
Electoralmente, en los
números del CNE, el chavismo “ganó”; terminó con más votos y con más alcaldías.
Cierto. Pero político-electoralmente fue el perdedor absoluto; y, doblemente
perdedor. Primero, porque aunque terminó
con más alcaldías; las más importantes fueron “ganadas” por la oposición. Como
arriba señalo; con 5,3 millones de votos
el chavismo; y menos de 4,5 la oposición;
luego de 15 años en el Poder, de 10 de las misiones y los últimos 3 de
clientelismo desaforado; además de haberse llamado a votar “por lealtad a
Chávez”. Que su base sociopolítica concreta, electoral; a pesar del ventajismo
y el fraude; y de haber tenido que ser remolcada bajo chantaje; no llegue a un
20% de la población nacional; quiere decir que, aunque aún mantengan el poder
fáctico; los chavismos están en su fase terminal. Que, además; hayan tenido que ceder los, principales
centros urbanos, de mayor peso e importancia, política, económica,
demográfica; cuando un año antes, y, según, había “ganado” 20 de las 23 gobernaciones del país;
”perdiendo” las otras tres, según, solo “por ñingita”; es estar entrampado en su
propio fraude. Y es que sus propios números fraudulentos gruesos, radiografían
ese entrampamiento. Pues, y sin entrar a discutirlos: que con esos cinco
millones de votos y algo más, el chavismo tenga 247 alcaldías; que corresponden
al 40 o 45% de la población; mientras que
la oposición, con cuatro millones y medio; siempre según el CNE-SMARTMATIC; no tenga ni 80 alcaldías; pero en las que
está el 55 o 60 % de la población urbana nacional; fotografían, tales números
oficiales, aparte el malabarismo retórico que sea; el verdadero mapa de la distribución socio-política
real actual del país.
Segundo; y más de
fondo; la clave; el chavismo es el gran perdedor político; porque, estando
contra la pared; se vio forzado a pre-determinar, el “mitad y mitad”. A descartar
que el CNE-SMARTMATIC produjera la tercera fase de la “victoria perfecta”. Que a sabiendas de que hubiera sido un resultado increíble
e inaceptable nacional e internacionalmente; optara por no correr el riesgo de una reacción de rechazo total que le iba a
resultar muy, demasiado costosa; y casi imposible de confrontar; es la muestra
de la fase terminal en que políticamente está.
.-*Capriles y el caprilismo, perdedores; enemigos
perfectos de Maduro y el madurismo.
Pero, que el chavismo
sea políticamente el gran perdedor; no implica que la oposición, la MUD haya
ganado. Igual en dos sentidos. El uno de fondo; el otro de circunstancia.
De
fondo.
Forzado el chavismo a no imponer la tercera fase de la “victoria perfecta”;
asumió a cambio, lograr el objetivo estratégico de la legitimación del
CNE-SMARTMATIC; con las implicaciones, clave, retroactivas y prospectivas que
ello tiene; y a las que arriba se hace referencia. Hoy el CNE, siendo el mismo
desde el 2004; peor; sin embargo, relancinamente; y en cualquier contexto,
nacional e internacional, luego de este 8D, está absolutamente legitimado. De
entrada, al la oposición aceptar participar, a pesar del 14A, sin
cuestionamientos de fondo, en la campaña electoral local bajo su rectoría; de
hecho legitimó sus actuaciones previas. Y ahora, concluida, al aceptar y avalar
sin más los resultados dados, tan
trampeados como los anteriores; “creíbles y aceptables”, como fueron
pre-determinados; lo legitima en términos absolutos. Obviamente de la
legitimación del “arbitro” como lo llamaba Chávez; con todo lo que ello
implica; retrospectiva y prospectivamente; la clave era, y ahora, luego del 8D
fue, precisamente, su aceptación por la oposición en general y concretamente
por la MUD.
Y en lo circunstancial post-electoral. ”La
oposición”, específicamente la MUD, su cúpula, excluyente y sectarizada;
descaradamente anti-unitaria; y Capriles, su comando y equipos electorales; y
su partido; resultaron también derrotados, tanto electoral como políticamente.
Con los efectos negativos; lo verdaderamente lamentable; que ello conlleva para
la oposición y el antichavismo en general; en términos, si no de retroceso; sí
de pérdida, de desperdicio, de las posibilidades de haber avanzado muchísimo más, en este proceso
local; en el marco de la crisis del chavismo; si no se hubiera jugado a la
polarización..
Capriles, apoyado por
la cúpula reducida de la MUD, por su partido y los factores de poder que
impulsan su proyecto candidatural de mediano plazo; a pesar de tratarse de unas elecciones
locales; asumieron convertirlas, desnaturalizándolas al menos mediáticamente,
en la prolongación de las presidenciales, del 14A, y del 8O. Convertirla en
otra campaña de él, de Capriles; y de hecho, reduciendo a los candidato de
oposición a alcaldes, en candidatos
suyos; que en tal caso serían electos, con sus votos de él; que, según, él
había producido en abril y octubre anteriores. Se autonombró jefe de las
campañas de los 335 municipios; se dedicó a recorrer el país; y declaró que el
8D era para sacar a Maduro a partir de él enfrentarlo. Que se trataba de un
plebiscito. El proyecto del caprilismo; no pasó de la dimensión
mediática. Sus recorridos, en competencia cerrada, con los de López y Machado,
se proyectaron diariamente como la noticia principal de campaña en cualquier
parte del país; en general en los medios impresos y televisivos; pero,
significativamente, también en los oficialistas.
Evidentemente el
mayor acierto de la campaña de Maduro y los chavismos; fue, precisamente,
polarizar con Capriles; con lo que
proyectó una imagen caprilizada de toda la
oposición; de toda. Sin embargo el verdadero alcance y aporte, de la estrategia polarizante,
por parte, de Capriles mismo de caprilizar la campaña; se mostró el 23 de
noviembre cuando él, y en presencia de solo parte de la cúpula de la MUD; asumió
anunciar el cierre nacional de campaña; convocando, él, a 335 concentraciones
simultáneas en todo el país; con lo que, según, se mostraría la verdadera voluntad
nacional contra Maduro. Un fracaso. En Caracas, una de las pocas ciudades en
que se concretó algo; con su participación; no llegó a haber 3.000 personas. Lo
que motivó a la corresponsal de la BBC aquí; luego de comentar que tiene en
Twiter el doble de seguidores que Maduro; a titular su nota preguntándose,
“Capriles, ¿Dónde están los votos, en las redes o en la calle ”.
La oposición tenía la
ventaja de que, mayormente, sus candidatos fueron escogidos en primarias;
aunque a casi dos años; en febrero del 2012; y, aunque luego de ese tiempo,
muchas candidaturas habían perdido calidad; terminando muchas desconocidas y
derrotadas. Pero, a pesar de eso; la calidad electoral y política, insuperable
por el chavismo, en general de las candidaturas de oposición; estaba en que
eran locales, realmente vinculadas a la gente a su vida y problemas concretos;
precisamente en un proceso electoral, local. Local. Calidad político-electoral,
ventaja sobre las candidaturas chavistas en general; que sin embargo no se activó;
al contrario se desperdició y puso en segundo plano; cuando Capriles,
equiparándose y polarizando con Maduro; promovió que la campaña de la oposición
era nacional; como la del chavismo o madurismo. No local.
.-* Maduro máximo beneficiario de la polarizar con Capriles
Ni exageración ni
especulación, señalar que en la consolidación del liderazgo interno de Maduro;
y en hacer creíbles los resultados dados por el CNE; polarizar a cuatro manos
con Capriles, fue determinante. Si hasta entonces no tenía ni tiene fuerza propia
en el chavismo; hoy, son maduristas buena parte de los alcaldes electos el 8D.
Todos puestos a dedo por él, y/o, negociados en la cúpula del PSUV; muchos,
militares retirados y muchos, sacados expresamente del cuerpo diplomático, en
el que eran sus subalternos; para ser impuestos como candidatos. Maduro y la
cúpula psuvista, volvieron a negarse; ahora sin el brujuleo de cuando Chávez; a hacer primarias,
internas y del GPP. En el marco de la crisis nacional; hasta, precisamente hoy
luego del 8D; el problema político más difícil que ha tenido que manejar; como
llegó a ser para Chávez; es el interno; de los chavismos. Problema que se
activó, incluso más que en la oposición, a raíz de la cuestión de las
candidaturas a alcaldías y concejalías. La disidencia candidatural chavista fue
tanta o mayor que la oposicionista. Inevitablemente, porque en ambos casos se
activó la contradicción entre las bases, locales y regionales; y las cúpulas y
burocracias nacionales y regionales. Entre los liderazgos locales vinculados
concretamente a los problemas de la gente; y los burócratas y/o sus adláteres,
paracaidistas, puestos a dedo; sin nada que ver con la entidad en que fueron
candidateados.
.-* Efectivamente, la sangre no llegó al rio. Hay son chavismos
y oposiciones
Como asenté en mis
reflexiones previas, el 8d “la sangre no llegó al rio”. No pasó nada de lo que
se pretendía que sucedería. No hubo arrase, ni plebiscito ni afirmación de
hegemonía. Ni polarización. Ni golpe. Se perfiló más aún el rechazo de la
inmensa mayoría de los venezolanos al autoritarismo en cualquiera de sus
variantes; en ejercicio y en lista de espera. Se expresó el rechazo nacional al
chavismo; pero igual al puntofijismo. La dinámica política se horizontalizó a
pesar del protagonismo de ambas cúpulas. Propiamente, siguió
horizontalizándose; la gente desentendiéndose, sacudiéndose de cúpulas y
vanguardias, de élites de liderazgos y mesías por consagración o designación;
se mueve hacia promover nuevas relaciones con el poder.
Y al sostener que
tampoco la oposición, fue la triunfadora; aunque le haya ganado espacio político; me refiero a
que, así como el chavismo no existe ya; sino que lo que hay son chavismos.
Tampoco existe la, oposición; que por lo demás, realmente nunca ha llegado a
existir; a pesar de sus recientes logros unitarios; la MUD inicial, las
primarias. Lo que hay, igual, son, oposiciones. Un mosaico de grupos y
liderazgos circunscritos; que se
personifican en los alcaldes y concejales no chavistas electos ahora el 8D; diversidad
y pluralidad nacional; muy fluida y sin
estructuras nacionales; sino en tal caso locales y regionales. Cuadro que aunque
ni tan visible ni tal fluido; es similar
en los chavismos. Bueno para el país; muy bueno; lo mejor; que ni en los
chavismos ni en las oposiciones, hoy hay líderes “nacionales”. Ni puede
haberlos ni tiene porque pretenderse que los haya; que en tal caso sería, como
está siendo, a punta de billete y manipulación mediática.
Rafael Iribarren
Caracas diciembre
2013
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Rafael iribarren
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