domingo, 16 de octubre de 2016
CHAVOMARXISMO: DOGMA Y FRACASO
CHAVOMARXISMO
DOGMA Y FRACASO
Miguel Aponte
Los marxistas
deberían temer menos una revolución fracasada que una revolución degenerada,
pero desde su comienzo con Lenin y el partido bolchevique nunca fue así; jamás
les importó ser coherentes y menos aún limitarse en su soberbia. ¿Por qué?
¿Todos son necios o algo hay desde la teoría marxista que los “hace” ser así?
Un fracaso es un
evento del cual se puede aprender; pero el problema para el marxista es que
-como sabe cualquier adulto normal- este resultado requiere el reconocimiento
del error propio, lo que, en su caso, jamás ocurre cuando está en el poder.
¿Por qué?
Son una cosa en la
oposición y otra cuando gobiernan. Saben oponerse, no saben gobernar. Ven los
problemas de ejecución del “otro”, son ciegos respecto a los suyos. ¿Por qué?
Consta que no todos
han sido brutos e ignorantes -Lenin no lo era-. La raíz de su problema radica
en la convicción de creer que como su proyecto es “justo y necesario”, se les
debe eximir de la crítica y, a la vez, otorgar un certificado de “superioridad
moral”.
A Rousell preguntaron
una vez si “moriría por sus ideas”. El filósofo respondió: “jamás, podría estar
equivocado”. Así, lo que es obvio para cualquier mortal normal, es imposible
para el marxista ortodoxo incapaz de analizarse a sí mismo. Entonces, en estas
condiciones, ¿cómo evitar que sea capaz hasta de matar en nombre de sus
“teorías”?
Miguel Aponte @DoublePlusUT
16 de octubre del
2016
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