viernes, 14 de octubre de 2016
VENEZUELA: TELENOVELA SANGRIENTA
VENEZUELA:
TELENOVELA SANGRIENTA
Pablo Brito-Altamira
"La mejor manera de controlar a la oposición es dirigirla nosotros
mismos"
-Vladimir Lenin
Fiel y meritoria discípula de la KGB, la
Dirección de Inteligencia (G2) cubana aplica las mismas estrategias y
tácticas y sigue, punto por punto, el mismo manual que en su época guiaba las
actuaciones de su mentora, heredera de
la truculenta ‘Cheka’ y similar en sus
principios a la SS y su hermana la Gestapo .
Brazos del estado totalitario, las organizaciones de este tipo sirven
para desarrollar hojas de ruta seguras en el campo minado de los asuntos
internos e internacionales. Una de sus principales armas es el terror, aunque
no la única.
La KGB marcaba pautas en la
actuación de las tropas invasoras en los países de la URSS con una fórmula
sencilla que es la que aún aplica el G2 en Venezuela: mantener al partido en el
poder y eliminar a sus adversarios.
La estructura de este pensamiento es calco de la teoría de la guerra de
Clausewitz y se basa en sistemas de simulación básicos, como el ajedrez, el
juego de Go y otros. Muy conocidas son las destrezas que durante décadas
demostraron los ajedrecistas rusos, quienes ganaron la mayor parte de los
campeonatos mundiales del siglo 20. Cuba
es el único país latinoamericano que ostenta el galardón.
El ajedrez es un juego que requiere de planificación y memoria más que
de inteligencia, como sostenía Edgar Allan Poe * y como prueban los resultados
de las partidas que Big Blue, la computadora de IBM ganó al legendario campeón
ruso Garry Kasparov.
No hace falta ser un genio para jugarlo aceptablemente, pero requiere
atención, retentiva y disciplina, cosas que cualquier burócrata bien entrenado
es capaz de tener. Nada de
extraordinario tiene tampoco aplicar sus trucos y tácticas en la interacción de
fuerzas políticas.
Quien hoy observa las ‘movidas’ que las piezas del régimen, como el TSJ
y el CNE, realizan en el tablero político venezolano, no puede dejar de pensar
que tales jugadas han sido previstas de antemano en una especie de guión que se
cumple paso a paso sin tropiezos y en el que los movimientos del adversario son
anticipados y neutralizados sistemáticamente.
No es preciso recurrir a una teoría de la conspiración** para entender ese juego y darse cuenta de que
todo, o casi todo, funciona de acuerdo al plan de quienes no tienen otro
trabajo que garantizar que el partido siga en el poder y que sus adversarios
desaparezcan, a menos que sirvan para alcanzar el objetivo.
Stalin, que se mantuvo en el poder durante más de 30 años, eliminó a
casi todos sus posibles enemigos y no a todos, porque si vacías el tablero el
juego se acaba y el poder se torna frágil y quebradizo. Este tirano genocida
era aficionado al Gorodki un deporte ancestral parecido al juego de bolos, que
consiste en tumbar todas las piezas colocadas frente al jugador lanzando una
vara de madera. Su placer era ‘barrer’ a
quien pudiera hacerle sombra, pero nunca olvidó que cierta sombra es necesaria
para dormir tranquilo.
De esas prácticas importadas – Venezuela y su vocación de importarlo
todo- viene la farsa que ha reemplazado a la política tradicional de los
partidos, con sus programas, sus idearios y su inevitable aspiración al poder.
Esta última característica es la que primero se elimina en la nueva mutación
del virus del estalinismo que se implantó en el país hace ya casi dos décadas:
la oposición oficial puede ( y debe) combatir, acusar, denunciar, competir en
elecciones y hasta ganar alguna de ellas
pero nunca, nunca, podrá acceder al poder central.
Adaptado a nuestras tradiciones, el escenario se transforma en el set de
una telenovela de infinitos capítulos, todos los cuales terminan con una
incógnita, que puede ser de amenaza o de esperanza, de acuerdo a las
necesidades del guionista.
La frase clásica, que hoy nuevamente aplica a nuestra pobre, falsa y
trise ‘realidad’ política es algo como esto :
¿ Podrá el TSJ burlarse de la
Constitución?
¿ Aprobara el Ejecutivo su presupuesto nacional en contra de la Asamblea
Nacional?
¿ Qué será de la voluntad del Pueblo expresada en las urnas?
No se pierda el próximo capítulo,
etc. etc.
Es obvio, sin embargo, que el
‘episodio’ del presupuesto está pensado para desviar la atención del
hilo argumental del revocatorio, pero ese también es un jaque anunciado que a
nadie puede sorprender y que ya tiene escrito su desenlace, en el que – otra
vez- las jugadas de la oposición oficial forman parte de la trama.
Mientras las cifras de muertos, niños enfermos y presos políticos
aumentan, para que el espectáculo continúe.
Es una telenovela barata, pero sangrienta.
Pablo Brito-Altamira
@Hermeticum
@Xlaconciencia
* Edgar Allan Poe y la diatriba que enriqueció el ajedrez.
** Para aquellos que piensan, para estar a la moda y no salirse del
trend, que las teorías de conspiración son falacias para infantes, baste
recordar que el propio Karl Popper, quien las cuestionó en su demoledora
crítica del marxismo, reconoce que las conspiraciones, como fenómenos sociales,
pueden existir y “cobran importancia siempre que llegan al poder personas que
creen en la teoría de la conspiración” CF La Sociedad Abierta y sus Enemigos.
Pág. 151
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