jueves, 28 de agosto de 2014
DEL GRILLETE A LA CAPTAHUELLA: LA EVOLUCIÓN DEL AUTORITARISMO
DEL GRILLETE A LA CAPTAHUELLA:
LA EVOLUCIÓN DEL AUTORITARISMO
Alberto Zambrano
Las dictaduras ya no
son tabaco, guayabera, y fusil de repetición,
tuvieron que
evolucionar a bases de datos,
elecciones
controladas, y compra de medios
El
autoritarismo
autoritario, ria.
1. adj. Que se
funda en el principio de autoridad.
2. adj. Partidario
extremado del principio de autoridad. U. t. c. s.
3. adj. Que
tiende a actuar con autoritarismo. U. t. c. s.
4. adj. Dicho
de un régimen o de una organización política: Que ejerce el poder sin
limitaciones.
La forma en la que se ejerce el poder es
objeto de estudio de académicos y universitarios, sus orígenes se remontan a
los albores de la humanidad, y realmente sería muy extenso estudiar el origen
del autoritarismo, sin embargo es recomendada la lectura del libro de Hannah Arendt, “Los
orígenes del totalitarismo”, en la cual se explica de forma extensa
como las sociedades han llevado a gobernantes autoritarios al poder, a su vez,
Karl Popper en su libro, “las sociedades abiertas y cerradas” hace una
excelente exposición sobre el autoritarismo y cómo este crea una sociedad
cerrada, en el caso socialista, un grupo político toma el poder en nombre de un
“proletariado” que no existe para regiar, planificar, monitorear, corregir y decidir
sobre todos los aspectos de la vida del individuo, que queda disuelto en una
amorfa masa llamada “pueblo” y en la cual sus libertades individuales quedan
eliminadas a las del grupo político que esté de turno, entretanto los que están
en el poder, gozan de todas las libertades que no tienen a quienes ellos rigen.
Las dictaduras tuvieron que evolucionar, Andreas Schedler lo explica muy bien
en este artículo, tuvieron que
vestirse de democráticas para evitar las sanciones y presiones internacionales,
los dictadores y sus secuaces tuvieron que ceder en los aspectos más brutales
de la represión, pasando del látigo y el grillete a otros medios, menos
coercitivos pero no menos perversos para imponer a las poblaciones víctimas de
sus mandatos sus abusos de poder. Es simplemente otra forma de ejercer el
látigo.
Los dictadores descubrieron que ya no es necesario utilizar un fusil de
repetición para lograr sus objetivos, con amenazar, y hacer de unos pocos
desafortunados el ejemplo para imponer el miedo a sus gobernados bastaba.
El caso venezolano es
emblemático
La democracia más estable de Latinoamérica
fue sistemáticamente debilitada por una conspiración cívico-militar de más de
30 años de gestación por una logia militar y una cúpula civil, que inspirados
por Fidel Castro y el comunismo mundial llegaron al poder en un momento de la
historia en las cuales las condiciones para que tomaran el poder eran óptimas,
y que no pudieron ocurrir sino en el momento justo en el cual el pueblo
venezolano dejó de confiar en sus gobernantes y en el voto como forma de
resolver sus diferencias.
Se prefirió darle el voto a quienes
mediante el uso de la fuerza bruta, con el asesinato y la coerción (todos
valores inherentes del marxismo leninismo) orquestaron un
golpe de estado para instalar una dictadura del proletariado, porque los
partidos políticos fueron debilitados con el accionar de sus integrantes.
La defenestración de Carlos Andrés Pérez, rebelión
de náufragos políticos , conspiración
política del MAS, la izquierda venezolana y el social cristianismo, que no
pudieron llegar al poder mediante medios convencionales, y siempre buscaron
“atajos” (que paradójicamente hoy critican), tras la aplicación de un modelo
por parte del gabinete de Pérez (mal llamados IESAboys, tecnócratas, etc.) que
buscaban desmontar el clientelismo político que se hizo norma en los primeros
gobiernos de la república civil (mal llamada cuarta república) ya que éste hizo
un estado gigantesco (incomparable con el actual), ineficaz y por demás creaba
una serie de cargas para el avance económico.
Paradójicamente, a pesar de los dos
golpes de estado, las presiones de la prensa, las telenovelas anti-gobierno, el
gobierno de CAP termina con buenas cifras económicas, sin embargo, tras su
defenestración llegó la crisis del Banco
Latino, de la que muy pocos se acuerdan, que supuso un intervencionismo
estatal en la banca y que le dio enorme poder a una serie
de banqueros que luego serían prófugos de la justicia por sus amistades con los
gobernantes del momento y que sembraría el campo para que banqueros como Eligio
Cedeño, Juan Carlos Escotet, y Victor Vargas aparecieran en la quinta república
con flamantes bancos y prácticas financieras que aprendieran de gente como
Abreu, Salvatierra, Orlando
Castro.
Sumado a la crisis bancaria, Rafael Caldera, hombre que para vengarse de
CAP en sus ansias de poder destruyó a su partido COPEI para formar
Convergencia, partido de centro izquierda preconizador de la justicia social (punto
8 de este link) junto con lo que se llamó el
“chiripero”, lo más rancio de la izquierda revolucionaria venezolana, que le
aportarían 754.169 votos adicionales a los que sacaría junto con Convergencia
(956.553) para un total de 1.710.722. Lo cual representaba un 30.5% de los votos.
Esto quería decir que Caldera, sumando
todos los votos de los que perdieron gobernaba con más del 69.4% de los
votantes en contra. Sumado al hecho de que la
abstención en ese proceso electoral rondaba el 40%, una vez más sostengo
mi tesis de que desde el 27 de febrero de 1989, los venezolanos dejaron de
creer en el voto como un arma para resolver sus conflictos, sino para
profundizarlos.
La Agenda Venezuela del doctor Caldera, cuyo lema era “privatizar para crecer”
(lema bastante liberal), paradójicamente era llevada adelante por Teodoro
Petkoff (guerrillero marxista) quien puso a miembros del MAS y de la izquierda
revolucionaria del MBR-200 (los golpistas del 4F) en puestos clave para el
desarrollo de dichas políticas que buscaban aligerar la carga gubernamental al
hacer recortes en el aparato estatal. Destacó el hecho de que cuando Caldera
decretó el aumento de la gasolina mucho más de lo que lo hizo CAP, no hubo
estallido social, ya que para el 89, este y los pillos que lo acompañaron al
gobierno formaban parte de la conspiración para acabar con el Gobierno de Pérez,
que no fue menos represor que el de Caldera a la hora de mitigar
manifestaciones. Con la diferencia de que el 27F fueron saqueos programados, y
a Caldera le protestaban ancianos reclamando las pensiones. Mientras uno usaba
al ejército para restituir el orden público nacional, otro usaba a la Policía
Metropolitana para caerle a rolazos a los que reclamaban el cheque sin fondos
que el estado benefactor ofreció pagarles, lo que Mauricio
Rojas llamó el fraude del estado de bienestar.
El
autoritarismo debía evolucionar hacia medios menos coercitivos: la Captahuella
Así como la protesta ha sido
criminalizada en Venezuela de forma sistemática desde siempre, como lo expone Agustín
Blanco Muñoz en sus libros de estudios sobre la
Violencia en Venezuela, (las masacres de Yumare, Cantaura, El Amparo y los
sucesos acaecidos entre el 27F-10M-1989 son ejemplos de autoritarismo
independientemente de la tendencia ideológica de víctimas y perpetradores) el
máximo nivel de autoritarismo, lo podemos observar y hemos estado viviendo en
estos tres lustros de Revolución Bolivariana, y en especial desde el día en que
Venezuela cambió para siempre, cuando a los
Venezolanos se les convenció que ya no es necesario contar los votos, sino que
hay que usar una computadora de una empresa estatal regentada por miembros del
partido de gobierno, para contar los votos, y que esta computadora estuviera
relacionada con un aparato en el cual los venezolanos pondrían su dedo pulgar,
serían identificados, biométricamente, en una base de datos diseñada por ingenieros
cubanos y chinos, y administrada por miembros del
partido de gobierno, la creación de dicha base de datos, junto con las firmas
de los solicantes del petitorio de referéndum revocatorio, la sistemática
exclusión de los venezolanos firmantes y opositores de las instituciones
gubernamentales, despidos injustificados, licitaciones de contratos negadas y
pare usted de contar fueron la punta del iceberg para la creación de un sistema
hegemónico de una dictadura revolucionaria comunista, de un socialismo real que
se transformaba tecnológicamente para oprimir las libertades individuales,
integrarlas a una masa llamada pueblo, colectivo en el cual reina el
pensamiento único, y en el cual el Estado total, controla, rige, planifica, y
es monitor de todos los ciudadanos.
La
Captahuella como solución socialista a los problemas de escasez
Los sistemas de controles de precios
instaurados por Hugo Chávez y sus planificadores centrales, acabaron el aparato
productivo del país, una serie de expropiaciones de empresas privadas, puestas
en manos del estado, con su consecuente reducción en producción, eficiencia e
ineficacia contrajo la capacidad del empresariado venezolano de producir,
sumado al férreo control de cambios que prohibe la adquisición de divisas
extranjeras en un país que no produce sino que importa, en donde para poder
producir localmente, hay que combatir en un mercado de productos extranjeros
subsidiados fue poniendo una soga en el cuello de un empresariado coaccionado
por controles de precios.
Se buscó legislar a favor de los trabajadores reduciendo la jornada laboral,
otorgándoles derechos de los cuales no son merecedores y fomentando la flojera,
el ausentismo laboral y la mediocridad, en detrimento de la competitividad y
excelencia. Luego, la dictadura revolucionaria buscó hacerse con el monopolio
de la producción de alimentos y enseres de uso diario, generando unos niveles
de escasez inusitados, nunca antes vistos por los venezolanos. La disponibilidad
de marcas, de variedad, se ha reducido drásticamente y con ello la calidad de
los bienes y servicios ofrecidos.
Gracias a sus ridículos controles de
precios, Venezuela pasó a ser el
hazmerreír del mundo por los niveles de escasez en productos
básicos, la prensa internacional reseñó la escasez de forma amplia, mientras
los gobernantes rojo rojitos, atribuían a una ficticia guerra económica contra
los venezolanos los resultados de sus políticas. Arreciaron las expropiaciones,
arreciaron los controles y mientras importaban lo que la gente quería porque
como no tienen acceso a los órdenes de preferencias de todos los individuos,
insisten en la arrogancia intelectual constituyente del marxismo que supone
planificar las economías en vez de dejar que el mercado fluya solo.
La oposición oficial
se tomó la captahuella como una guachafita
Desde 2004, en el día en el cual
Venezuela cambió para siempre “Chávez dixit”, se han usado captahuellas y
tecnología biometrica para controlar y monitorear las actividades de los
venezolanos. Es de hacer notar que quien recomendó el uso de captahuellas en el
referéndum revocatorio de 2004 hoy día milita en la oposición. Se han colocado
captahuellas en aeropuertos y ahora que pretenden racionar los alimentos,
siguiendo el modelo cubano castro comunista. Mientras en Cuba buscan salir del
racionamiento, en Venezuela lo imponen. Y la oposición oficial lo toma como
juego, llamando “papahuella” a un perverso intento de control. Pero que
podríamos esperar de quienes criminalizaron la protesta, que mandaron a poner
salsa cuando les robaron las elecciones, que quieren que quien robó las
elecciones no renuncie, sino que gobierne “bien”, son los mismos que se toman
como una guachafita la captahuella. ¿Acaso ese perverso aparato es bueno para
votar pero malo para comprar? ¿O es que creen que la gente es gafa?
Mientras piden poner captahuellas en la
Comisión de Administración de Divisas, en el Banco Central de Venezuela y el
Fondo Chino (Ledezma dixit) el gobierno no retrocede en sus totalitarias
pretensiones de restarnos libertades individuales. El hecho de que la
captahuella sea voluntaria la hace más perversa ya que cumple la función de hacerle
perder el miedo a los ciudadanos, para irlos sometiendo lentamente a los
controles propios de una dictadura. Como los grilletes eran muy pesados, las
bases de datos electrónicas pasan a cumplir su función. Igual de efectiva, y
más perversa.
Por su parte, no he leído ni un solo
comentario de un mandato igual de perverso que la implementación de
captahuellas, como lo es la Ley de Registro y Alistamiento para la Defensa
Integral de la Nación (LERADIN) la cual literalmente le niega el derecho de
existir jurídicamente a los venezolanos que no se alisten como conscriptos para
“defender al país”.
La oposición oficial no tiene rumbo, se encuentra sacando cuentas para llenar
maquetas de circuitos electorales “papaya” en los que pretenden lanzar para
ocupar curules a las que después no van a ir, y en el entretanto, aumentan las
pretensiones totalitarias de un régimen que necesita realizar elecciones
controladas con una oposición servil que no lo confronte y se acomode ante sus
tropelías.
@AlbertoZambrano
Etiquetas:
Alberto Zambrano,
Venezuela 2014. Captahuella
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