miércoles, 1 de octubre de 2014
LA MALDICIÓN DE PÍO TAMAYO
LA MALDICIÓN
DE PÍO TAMAYO
Luis Marín
PÍO TAMAYO
UN HOMBRE DESAFORTUNADO
De José Pío Tamayo puede decirse con
toda propiedad que fue un hombre desafortunado. Ninguna de las empresas que
emprendió, fueran económicas, políticas e incluso literarias, arribó a buen
puerto. Todas, sin excepción, naufragaron en las tormentas del camino.
La tiranía militarista bolivariana de
Juan Vicente Gómez lo enterró en vida en el Castillo de Puerto Cabello en 1928
sentenciando que no saldría de allí sino muerto, lo que cumplió a cabalidad
porque sólo tuvo una breve dispensa, precursora de lo que hoy llamarían “casa
por cárcel”, para morir miserablemente en Barquisimeto el 5 de octubre de 1935,
apenas dos meses antes que su verdugo.
En todas las culturas existe un
personaje, a veces maléfico a veces sólo travieso, como el diablo de la
imprenta, un hado o un jorobadito, que tuerce las cosas, trastoca las
señalizaciones de la ruta, se burla de pronósticos, frustra nuestras mejores
intenciones y genera los resultados más inesperados.
En Venezuela, por alguna razón misteriosa,
se prefiere atribuir este papel a una “mano peluda” que siempre está
interfiriendo desde las sombras para desquiciar el curso del destino o quién
sabe si, visto de otro modo, no sea más bien su agente encubierto para lograr
que sea lo que tiene que ser.
NO ERA UN ESTUDIANTE Y POR TANTO TAMPOCO
PERTENECIÓ
A
LA GENERACIÓN DEL 28
En el caso de JPT esto es
particularmente notorio, considerando que él no aparece a la hora de los
homenajes y hasta monumentos conmemorativos de la llamada Generación del 28,
con el argumento casi unánime de que “no era un estudiante”. Extremando el
argumento, ni siquiera era de esa generación porque ya frisaba los treinta años
mientras los demás andaban en sus veinte.
Lo curioso es que ese argumento que
parece plausible para excluirlo de toda mención, no lo fue al momento de la
organización del evento central de la Semana del Estudiante en el Teatro
Municipal, en que Pío Tamayo recitó su famoso “Homenaje y demanda del indio”,
que produjo tanta conmoción y que, al fin y al cabo, le costó la vida.
SIN EMBARGO EN LA SEMANA DEL ESTUDIANTE
FUE QUIEN TOMÓ LA PALABRA EN EL
MUNICIPAL
¿Qué mano peluda puso a JPT allí, en el
centro de la escena, para que dijera lo que dijo? ¿Por qué él y no otro, entre
quienes había tantas plumas finas, como la de Andrés Eloy Blanco?
Cuenta Isabelita Jiménez Arráiz que le
advirtió, cuando le leyó el poema en su casa: “Pío, tú sabes que de allí sales
preso”. Y más tarde en una nota clandestina a la prisión: “fíjate que todos los
demás salieron y tú te quedaste, eso fue lo que ganaste”.
Pero Pío reaccionó muy airadamente al
primer comentario: ¡déjate de veletismo! Y a éste segundo más bien
con cierta melancolía, comparándose con aquellos árboles que echan sus semillas
al viento, sin saber dónde van a retoñar.
Y MURIÓ EN SILENCIO SIN SALVAS,
MANIFIESTOS
O DUELOS PÚBLICOS
“Así he sido yo. No creas que esto se
acaba. Esto, como las flores del samán, va a volar por todo el mundo. Y tú no
supiste comprender que así era mi palabra. La palabra de Pio Tamayo está en
estos momentos volando por el mundo entero. De manera que mi palabra no ha
muerto y va a germinar. Y tú vas a ver que será como el samán que donde menos se
espera salen nuevos samanes.”
Pero JPT murió en silencio, sin salvas,
manifiestos, ni duelos públicos, salvo el de sus antiguos peones que quisieron
cargarlo hasta su última residencia en la tierra.
CUIDADO CON LOS POETAS
El drama es más o menos así: el indio se
lamenta de que le han raptado a su novia y suplica a la Reina Beatriz I que
mande a sus súbditos, los estudiantes, que vayan a buscarla. Su novia se llama…
¡Libertad!
Misteriosamente desde entonces la
sociedad venezolana ha descargado sobre los hombros de los estudiantes esta
tarea. Son los llamados a buscar la libertad y a ser sus custodios, en un país
devastado por sempiternas tiranías militaristas bolivarianas.
Esa situación perdura en nuestros días y
esa dialéctica de prisión y rebeldía parece ser el sino de nuestra historia,
magistralmente simbolizada con su vida y condensada en muy pocas palabras por
José Pío Tamayo, con plena conciencia de su trascendencia.
SU CÁRCEL FUE EJECUTIVA SIN LA CHARADA
DE UN JUICIO
Su cárcel fue ejecutiva, sin la charada
de un juicio con acusaciones rebuscadas como estilan los militares de hoy en
día, sino que fue encerrado arbitrariamente y punto, bajo vagos señalamientos
de ser comunista, agente de alguna fuerza antinacional y el todavía más
indemostrable de haber traído las huelgas a este país.
Pero simultáneamente era repudiado por
los comunistas, que entonces todavía abrigaban la pretenciosa idea de contar
con una concepción científica de la sociedad y el Estado, por lo que lo
despacharon como un iluso idealista.
CONDENADO A MUERTE POR COMUNISTA SE
DECLARÓ A
SÍ MISMO MILITANTE DE LA IDEALIDAD
AVANZADA
Sólo muy tardíamente trataron de reivindicarlo
como una suerte de precursor del socialismo, basándose sobre todo en sus clases
en el Castillo Libertador; pero lo cierto es que él no se definía a sí mismo
como comunista sino de “idealidad avanzada”, lo que, por supuesto, era un
anatema.
Desde los orígenes del pensamiento
occidental, los poetas han sido considerados siempre como poco confiables en
política, en particular porque privilegian los sentimientos en detrimento de la
razón, que es el eje de la acción política.
Nada puede estar más alejado del cálculo
frío, de la pretensión de un “comunismo científico”; ni igualmente equidistante
de la mezquindad acomodaticia de los corifeos del gomecismo. El sino de Pio
Tamayo es, pues, la incomodidad, la molesta inquietud que causan aquellos que no
pueden encasillarse fácilmente.
JAMÁS SE GANÓ UN PREMIO NI FUE OBJETO DE
RECONOCIMIENTOS
JPT nunca se ganó un premio literario,
no fue objeto de homenajes ni reconocimientos, aún en la actualidad, en que la
más reciente tiranía militar bolivariana quiso elevarlo de forma oportunista a
las honras del Panteón Nacional, con la manifiesta oposición de sus
familiares y amigos, este propósito se extravió en los vericuetos de la
burocracia oficial.
Igual suerte corrió la solicitud de
darle su nombre a la nueva Sala E de la Biblioteca Central de la UCV, donde su
Cátedra ha funcionado por más de treinta años. Las autoridades de esta ilustre
casa de estudios prefirieron darle el nombre de Francisco de Miranda, esto a
pesar de que la antigua Sala E ya se llamaba así, con lo que hay dos salas
homónimas y sin contar que así se llama el Estado Federal lindante con la
Universidad, la principal avenida central de Caracas y ser éste un militar sin
ningún vínculo conocido con la Universidad.
Y LA CÁTEDRA QUE LLEVA SU NOMBRE ES EXPULSADA
HOY
POR MOTIVOS DE OPINIÓN
Ora por presiones del gobierno o quejas
de la oposición oficial, las autoridades fueron más allá declarando a la Cátedra
Pío Tamayo como un “ente externo” a la UCV, para desembarazarse de la
incomodidad que causan las opiniones que allí se ventilan.
Debe ser el único caso en la historia
universitaria en que toda una Cátedra es expulsada de una Universidad por
motivos de opinión.
Así que cercano a los 80 años de su
muerte, la nube negra sigue gravitando sobre la cabeza de JPT y por lo que se
ve, de cualquiera que se le acerque o invoque su nombre.
EL ALA LUMINOSA
Otro aspecto incomodo que trae el caso
de JPT es constatar que aún bajo las tiranías más abyectas hay gente que la
pasa estupendamente bien. Aunque haya que reconocer que no sólo bajo el
gomecismo existía un ala luminosa, es seguro que puede rastrearse una cáfila de
privilegiados a la sombra de cualquier tiranía que haya padecido este país,
incluyendo la actual tiranía filo castrista.
El más sobresaliente fue por supuesto
Arturo Uslar Pietri, que sí era de la generación del 28, pero al contrario de
sus compañeros que se debatían entre la cárcel y el exilio, estaba cómodamente
en París junto a la legación gomecista y su familia, que vivía en Maracay en la
vecindad del tirano, tenía con él una relación intima, más que amistosa.
Pero también estaba José Gil Fortoul,
paisano de Pío Tamayo, de cuyas diligencias a su favor no existen evidencias y
no parece que hayan mejorado su situación en cautiverio sino todo lo
contrario, al parecer las empeoró.
Son famosos Laureano Vallenilla Lanz,
Pedro Manuel Arcaya; pero sería arduo e injusto tratar de nombrarlos a todos
porque siempre quedan muchos fuera y además la cuestión central es desbaratar
el mito de que las tiranías militares no gozan de apoyos ilustres e incluso de
fervor popular.
EL VIVO CONTRASTE ENTRE EL MARTIRIO Y LA
EXUBERANCIA
Lo cual crea una eterna controversia de
carácter moral, porque no se sabe quién tiene al final la razón, si unos u
otros: ¿Qué hubiera pasado si JPT hubiera leído un panegírico de JVG como
hacían tantos? ¿Hubiera sido más inteligente de su parte? ¿Le hubieran premiado
con una beca al exterior en lugar de la feroz persecución que le tocó sufrir?
¿Cuál sería hoy su imagen? ¿Qué partidarios tendría?
La sola mención de Pío Tamayo vuelve a
plantear ese doloroso dilema: pensemos en los privilegiados de la actual
tiranía. Los mismos que persiguen hoy la memoria de JPT, que quisieran borrarlo
de todo recuerdo son los que advierten la herida social que representa, el vivo
contraste entre el martirio y la exuberancia.
JPT desafió a la tiranía de JVG no con
las armas, como había sido la costumbre hasta ese momento, sino con la palabra,
con el verbo encendido, un enemigo nuevo que incomodaba al régimen y contra el
que no estaba preparado para luchar.
Esto fue una ruptura con las montoneras
propias del siglo XIX, con las intentonas cuartelarías y las invasiones que
eran las formas de acción tradicionales, para dar inicio a una nueva concepción
de la lucha política, no militarista sino civilizada. Venezuela entraba sin
retorno al siglo XX.
“SOY UN INDIO TOCUYO, YO”
Pero hay otra cuestión embarazosa.
Cuando Pío Tamayo tiene la osadía de pararse en el medio del escenario
del Teatro Municipal para decir: “Soy un indio tocuyo, yo”; estaba desafiando
también a la buena sociedad, que no era exactamente una aristocracia, pero
tenía pretensiones de ascenso, lo que desencajaba con ese discurso.
Y este es otro problema de Venezuela, el
de una sociedad de castas que no termina de asimilar los valores democráticos,
por lo que las relaciones se enredan en hipocresía, impostura y simulación. Las
élites no han cedido nada, solo se llevan sus prejuicios racistas a la alcoba y
no los ventilan en público para conservar la corrección política.
La gran ventaja de Pío Tamayo es que
nunca podrá ser el centro de ninguna escuela, ni política ni literaria, las
élites no podrán sacarle provecho porque no está dado para el éxito sino para
el fracaso, no para el oropel sino para la fría oscuridad del calabozo.
ÚTILES PARA SACRIFICARSE, INÚTILES PARA
TRIUNFAR
“¿Somos simplemente unos líricos, los
últimos románticos quizás o somos los revolucionarios sanos de conciencia e
infantiles de corazón que necesitan los pueblos, útiles para sacrificarse,
inútiles para triunfar, pero indispensables siempre para la mejoría de la
humanidad?”
EL HIJO DE DIOS RESULTA SER NO EL HOMBRE
EXALTADO
SINO EL ESCARNECIDO
Una vez más los hijos de apellidos de
mucho lustre y abolengo, que abusan del inmenso poder de que disponen para
perpetrar el feo vicio del auto-homenaje, le niegan el más mínimo espacio a los
“humillados y ofendidos”; no es solo que nieguen el derecho de petición, sino
que ni siquiera responden, así sea negativamente, lo que los asemeja más al
gobierno títere, que tanto repudian.
Misteriosamente, el hijo de Dios resulta
ser no el hombre exaltado sino el escarnecido.
Luis Marín
01/10/14
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CPT cierre julio 2014,
Luis Marín,
Pío Tamayo
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4 comentarios:
Profesor Marín: muy lúcido su análisis sobre la maldición que se lanza sobre Pío Tamayo. Una maldición con muchos interesados en mantenerla viva. Como las autoridades universitarias que se atreven "malditamente" a cerrar la Cátedra contrra la maldición arrojada contra PT.
José Luís Calzadilla
Muuy bieen! Que de valores ocultos, sumergidos en los mas profundos abismos de la memoria, pero de una profunda huella, en la historia, que la gran mayoria desconocemos al detalle y que hace tanta falta. Es una de nuestras grandes deudas con poblaciones y culturas desaparecidas por no pertenecer a los grupos dominantes,por ser dominados,conquistados! Sin embargo viven en los genes y como fantasmas deambulan esperando que los encontremos para darnos las respuestas que nos permitan identificar el aliento,reconocerlo y no dejarlo ir en vano y construir nuestra historia. Es dificil,en culquier lugar de esta geografia, no sentir la intangibilidad de esa presencia de nuestros ancestros! Donde estan,por donde andan los curitas? Sera que esa no era su pelea? Pido disculpas!
lpavon
Cuesta trabajo creer lo leído en este trabajo sobre unas supuestas autoridades que se han atrevido a cerrar la Cátedra Pío Tamayo por razones de opinión.
Y si la UCV era de lo poco que nos quedaba en medio de tanta miseria, qué vamos a esperar del malandraje que ejerce el gobierno. Nunca llegué a pensar que esa querida universidad conseguiría enterradores de esta laya.
Y me pregunto finalmente, ¿quedan reservas éticas universitarias en la UCV o todo el mundo aprueba esta barbaridad?
José Pinto Agreda
Dr Marín, lo que usted plantea es muy grave: la tiranía de Juan Vicente Gómez y hoy la tiranía de las autoridades de la UCV encabezadas por la Dra. Cecilia García Arocha persiguen a quien califican de maldito. Que chiquita es la historia...
Rosa Josefina Uzcátegui
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