domingo, 16 de agosto de 2015
HOMENAJE A HEINZ SONNTAG
MI
HOMENAJE A LA MEMORIA INSIGNE DE HEINZ SONNTAG, EMINENTE COMPAÑERO
ACADÉMICO Y SUMAMENTE ESTIMADO AMIGO UNIVERSITARIO Y PERSONAL -
ÍNTEGRO EN TODO
A
los 75 años de edad, cuando todavía tenía capacidad y voluntad para
darle a Venezuela aún más de la mucha excelencia intelectual,
académica y profesional que ya le había dado, falleció Heinz
Sonntag, a quien llegué a considerar y a quien
recordaré siempre como la muestra más especial de lo
mejor, lo más sublime y lo más excelso del gentilicio alemán.
Asímismo
lo recordaré como el más enérgico e incansable defensor de la
venezolanidad de alta estirpe, permanente actitud que lo calificaba como uno de
los más consecuentes y combativos venezolanos de estos tiempos.
Adolfo
Hitler y su horroroso nazismo insuflaron subliminalmente en la mente de los
pueblos la errónea noción de que el típico modo de hablar enérgico y
enfático del pueblo alemán era el propio para dar
órdenes y proferir amenazas de ejecución con efectos terribles.
Nuestro
muy apreciado y muy querido Heinz, con su ejemplar comportamiento entre
nosotros, hizo añicos tal errónea noción, y por el contrario, con su
trato y comunicación de gentileza, desprendimiento, cortesía
y nobleza de ánimo nos insufló firmemente la noción más
positiva y favorable de la idiosincrasia del pueblo alemán, que por
intermedio de él pudimos inferir y colegir como de muy altas dignidad y
nobleza.
Nos hizo
grata y simpática su forma de hablar y actuar porque era enérgica y enfática
para expresar y demostrar seriedad y responsabilidad académica y profesional, y
su estricto apego a la reponsabilidad social y a la recia militancia cívica y
democrática que nos impone nuestra condición de profesionales universitarios.
Por
todo eso fue capaz de generar un permanente y consistente
ámbito de respeto, aprecio y afecto en derredor de su incansable y fructífero
quehacer universitario. Por lo que he dicho aquí, la noticia
de su fallecimiento generó en mí un aplastante pensamiento de
pérdida de un eminente compañero académico y generó también un doloroso
sentimiento de ausencia repentina y definitiva
de un inefable amigo universitario y personal.
Tales
mortificantes sensaciones fueron agravadas por la dura tristeza de
que mi lamentable estado fisiológico (consecuencia del ACV casi mortal que me
atacó en reciente pasado hiciera que el día del velatorio y el día
del sepelio yo no pudiera estar presente en el altamente merecido homenaje de
despedida a Heinz Sonntag,uno de los más dignos y nobles integrantes de nuestra
también muy digna y noble familia universitaria.
Termino
diciendo que estoy seguro de que su alma descansará en paz porque él se
lo ganó prodigando su inmensa y afable bonhomía por donde quiera que pasó o
anduvo.
Con
toda mi alma,
Manuel
Rodríguez Mena.
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Heinz Sonntag,
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