domingo, 6 de septiembre de 2015
¿FRANJA DE TACHIGAZA?
¿FRANJA DE TACHIGAZA?
Luis Marín
Es imposible no conmoverse ante la dantesca situación
del Estado Táchira; pero la conmoción pasa a desconcierto al asociarla mediante
el neologismo “Tachigaza”, con la Franja de Gaza, conflicto que remonta medio
siglo y que le sirvió de pretexto a Chávez para romper relaciones con Israel,
echar a su embajador y terminar maldiciendo al Estado Judío en cadena nacional.
“La realidad (…) es que en esa franja (…) se ha
desatado una flagrante violación de derechos humanos rayando en el genocidio
contra sus habitantes, quienes han sido obligados a desplazarse del lugar donde
construyeron una vida familiar y laboral, dejando atrás sus recuerdos,
pertenencias y humildes viviendas, marcadas, saqueadas y derrumbadas al más
puro estilo nazi.”
Esto no lo dijo Chávez, el párrafo alude a la zona
fronteriza con Colombia pero, en virtud de la equiparación, mutatis mutandi,
podría tomarse como una descripción de la situación en la Franja de Gaza. El
papel de Hamas lo representarían los guerrilleros o paramilitares, según la
posición del observador; pero el papel del Estado venecubano sin duda lo
representa Israel que es quien bloquea la Franja materialmente, no en forma
imaginaria como en el llamado “bloqueo” a Cuba.
La comparación resulta irritante porque honestamente,
¿qué carajo tendrá que ver Israel con un conflicto fronterizo entre Colombia y
Venezuela, tanto menos si el causante de la controversia ni siquiera tiene
relaciones con él y es un régimen abiertamente antisemita por lo que no puede
asimilarse ni de lejos con el Estado Judío?
Este es el quid de la cuestión: Un conflicto
cualquiera, en que Israel no tiene arte ni parte, se convierte en una
oportunidad para atizar los prejuicios cotidianos sobre el conflicto árabe
israelí, presentar una visión sesgada de la confrontación en Gaza y de paso
decir que el Estado Judío actúa “al más puro estilo nazi”.
Por este camino enrevesado termina Israel como
arquetipo del mal, modelo de tropelías, incluso de las que hacen regímenes
declaradamente antisemitas; en cambio: Cuba ni se menciona, ni el régimen
castrista viola derechos humanos, ni los comunistas hacen deportaciones
masivas, aunque sean históricas las de Stalin, Mao y Pol Pot.
Esto es lo que vuelve chocante incluso la actitud de
un caricaturista colombiano que dibuja un soldado con una esvástica deportando
a sus compatriotas. ¿Por qué no lo viste de rojo con una hoz y un martillo,
como sería más apropiado? Porque en Colombia también impera la prohibición de
denunciar al comunismo, que tiene defensores incluso armados, en cambio es más
cómodo acusar a los nazis que no tienen defensores.
En Venecuba la oposición oficial no apoya a Israel ni
siquiera una fracción de lo que el gobierno lo ataca; al contrario, hay
evidencias inocultables de antijudaísmo opositor. Por ejemplo, la caricaturista
Rayma, dibuja una estampita de Navidad en la que se representan niños del mundo
durmiendo bajo la estrella de Belén; pero cuando le toca al “niño palestino” lo
que se ve sobre su cabeza es un misil con la estrella de David.
Esta ocurrencia de Rayma daría para un artículo
aparte, baste decir por el momento que ignora los millares de misiles Kasam que
Hamas arroja en forma previa a las acciones israelíes, sin mediar provocación
alguna, a propósito contra población civil, matando y mutilando niños judíos
igualmente ignorados.
Esto llevó al también ingenioso primer ministro
Benjamín Netanyahu a declarar que: “Ciertamente nosotros usamos misiles para
defender a nuestra población civil, pero Hamas usa a la población civil para
defender sus misiles”.
Es forzoso encarar el hecho embarazoso de que hay un
antijudaísmo católico estimulado por las prédicas de la Iglesia que se basa,
entre otras cosas, en que los judíos no reconocen a Jesús como el Mesías; pero
es que los islamistas tampoco y los comunistas rechazan no sólo al Hijo sino
también al Padre y al Espíritu Santo, no obstante, nadie proclama su
disposición a “borrar a Irán del mapa”, ni a “exterminar a los comunistas,
dondequiera que estén”.
Al contrario, para el padre s.j. Luis Ugalde “el
peligro actual de Latinoamérica no es el comunismo” y en su oportunidad condenó
la profanación de la Sinagoga de Maripérez diciendo que se oponía a “toda forma
de xenofobia”. Para buen entendedor, cataloga a los judíos como extranjeros.
A veces el peor daño se inflige inconscientemente;
pero siempre es saludable un sincero examen de conciencia.
NEGACIONISMO DE IZQUIERDA
Uno de los hechos más inquietantes de nuestro tiempo
es que las banderas del anti judaísmo que tradicionalmente habían sido
patrimonio de la ultra derecha ahora son desplegadas por la ultra izquierda,
con idénticos argumentos, sin quitarles ni una coma e incluso conservando a los
autores originales.
Podría servir como ejemplo la reedición de los
Protocolos de los Sabios de Sión, un libelo difamatorio cuya redacción y
orígenes han sido mil veces rastreados y demostrada su falsedad hasta el punto
de que el mismísimo Adolfo Hitler llegó a afirmar que “no importa que sean
falsos si al fin y al cabo revelaban las intenciones de los judíos”; pero que
hoy son divulgados como una revelación por la Radio Nacional de Venezuela y
convertidos en libro de texto en las escuelas de los llamados “territorios
palestinos”.
Pero quizás sea peor el relanzamiento del
negacionismo, esto es, esa revulsiva tendencia a negar el Holocausto como algo
que nunca ocurrió y fue inventado por el discurso sionista. En algunos países
directamente involucrados en el genocidio como Alemania, Austria y Polonia esta
propaganda está tipificada como delito; pero no así en Rusia, Francia o España,
donde el negacionismo ha adquirido nivel académico.
Es algo completamente extraordinario que en un expaís
como Venezuela, donde nunca ha sido motivo de controversia el tema del
Holocausto por razones obvias de distancia, ignorancia e indiferencia, se haya
levantado con tanta fuerza este leitmotiv y de parte de quienes menos se
hubiera esperado, esto es, de la ultra izquierda neocomunista.
El origen de este despropósito puede rastrearse en el
alineamiento de la internacional comunista en el conflicto del medioriente a
favor de los árabes y en contra de Israel a quien denuncian como punta de lanza
del imperialismo; pero substancialmente en el malentendido según el cual el
origen del Estado Judío se justificaría en virtud del Holocausto, por lo que,
si éste no existiera, la creación de Israel carecería de fundamento. En este
momento es innecesario refutar esta falacia.
Lo más aterrador es que los neocomunistas no tengan
escrúpulo alguno en documentar su propaganda en testimonios de nazis convictos
y confesos como la señora Úrsula Haverbeck-Wetzel, viuda de Werner Georg
Haverbeck, militantes nazis con larguísimo prontuario de conspiración y
sedición contra la República Federal Alemana, por lo que han pagado prisión,
multas y los movimientos que han fundado han sido proscritos, como su “sociedad
para la rehabilitación de los perseguidos por refutar el Holocausto”, fundada
el 9 de noviembre de 2003, para conmemorar el 65 aniversario del Kristallnacht
que, según la lógica de esta señora y sus seguidores, tampoco debió haber
ocurrido.
Otro héroe inexplicable del negacionismo de izquierda
es Mahmud Ahmadineyad, que no requiere presentación en Venecuba, por ser un
aliado sempiterno de Hugo Chávez, sin que eso contraríe su devota fidelidad
religiosa a los Ayatolas fundamentalistas islámicos que regentan la tiranía
teocrática de Irán.
Es realmente extenuante tratar de explicarse este
contubernio indigerible entre la izquierda radical neocomunista, el nazismo
emergente en Europa y el fundamentalismo islámico; pero parece inevitable al
menos intentarlo, sobre todo si se observa que un delincuente político de la
calaña de Pablo Iglesias es simultáneamente el abanderado del neocomunismo y
del neoantisemitismo ¡en el Parlamento Europeo!
En efecto, con la más perfecta cara de tabla Pablo
Iglesias increpó a la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, para
suspender el acuerdo de asociación UE/Israel y condenar la “ocupación palestina
por parte del Estado Sionista” (doble sic).
Sin inmutarse de ser tan ampliamente conocido en
Venecuba, junto a su carnal Juan Carlos Monedero, por recibir millones de euros
del régimen para financiar a su partido Podemos a través de organizaciones
fachada como el Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) o el Centro
Internacional Miranda, tampoco le inmuta ser ancla de la estación de televisión
iraní Hispan TV.
Lo que sí es desconcertante es que las autoridades
europeas no adviertan que estos sujetos reciben millones en financiamiento,
pero cuando atajan un cargamento de nueve toneladas de droga en un buque
proveniente de Venecuba, miran para otro lado; o bien que luego de reunirse con
altos cargos de ETA en el gobierno, llegan a España diciendo que el problema de
ETA es político y amerita soluciones políticas y no antiterroristas.
Pablo Iglesias suscribió la versión oficial del
régimen castrista sobre el asesinato de Oswaldo Payá, acusó abiertamente al
español Ángel Carromero, no tuvo la más mínima palabra de condolencia para su
viuda ni para su hija, Rosa María Payá, sino que se dedicó a atizar el odio
contra lo que llama la derecha mediática para defender a Castro.
¿Qué puede tener de extraño que Pablo Iglesias explote
el antisemitismo de “izquierda” que reina en España y en casi toda Europa con
fines electorales?
BOICOT, DESINVERSIÓN, SANCIONES
Lo primero que salta a la vista en esas siglas BDS
es su malevolencia: no hay nada en ninguna de esas palabras que sugiera
convivencia, solidaridad, tolerancia. Su esencia es incitar a causar daño,
perjudicar, injuriar a otros, es decir, lo más contrario al espíritu
fundamental del Derecho que pone como base de la convivencia social el neminem
laedere, el no dañar a otros.
Lo extraño, lo curioso es que un tipo de organización
como ésta, que explícitamente pone como fundamento de su actuación el animus
injuriandi, haya adquirido carta de ciudadanía en occidente y reciba el
apoyo entusiasta de personas e instituciones supuestamente defensoras de derechos
humanos.
Aunque no puedan mostrar el más mínimo rastro de que
quieran ayudar a alguien, muy por el contrario, es un hecho comprobado que el
boicot contra las empresas israelíes asentadas en territorios que se consideran
en disputa no ha perjudicado sino a los árabes palestinos que se han quedado
sin trabajo, cuando no obligados a recorrer largas distancias para seguir sus
fuentes de empleo a nuevos asentamientos que juzguen satisfactorios los
inquisidores del siglo XXI.
Y este es el punto nodal de los autonombrados censores
europeos de la industria israelí: ellos deciden según su real saber y entender
qué territorio es “palestino”, en qué lugar son ilegales los asentamientos
económicos, quién puede producir qué y dónde, sin juicio o procedimiento previo
ni apelación posible.
Han institucionalizado la palabra “colono” para
referirse a los judíos en oposición a los árabes, que según ellos sí tendrían
un derecho inmanente a ocupar las tierras de Judea y Samaria e incluso
Jerusalén, derecho terriblemente problemático porque todo el buenismo europeo
no alcanza para explicar porqué un hipotético estado árabe palestino tiene que
ser judenrein, esto es, libre de judíos, en el cual éstos
no pueden vivir ni tener propiedades, algo tanto más incomprensible considerando
que los árabes sí viven y tienen propiedades en Israel, no sólo en las zonas en
disputa.
No hay que ser ningún experto en comercio mundial para
intuir que las actividades promovidas por organizaciones como BDS son
contrarias a los esfuerzos de otras como la Organización Mundial del Comercio o
cualquiera que promueva la libre competencia, la circulación de bienes y
servicios, la economía de mercado.
Un inconveniente es que habría que demandar
pronunciamientos previos para luego exigir la ilegalización de estas prácticas
como contrarias a las leyes internacionales y a los principios que las
inspiran; otro, menos confesable, es que estas acciones son dirigidas
exclusivamente contra Israel, con lo cual aparentemente aprovecharían a algunos
competidores desleales, aunque la práctica demuestre lo contraproducente que
resulta la unfair competition.
Mientras tanto el movimiento BDS sigue viento en popa.
Su más reciente escándalo fue contra el rapero conocido como Matisyahu, vetado
en un festival de rap en España, a condición de firmar una carta o un video a
favor del “Estado Palestino” lo que consideró inaceptable. El detalle es que
Matisyahu es norteamericano y no se ve cómo conectarlo con Israel, salvo por
ser judío practicante, así que los responsables del festival tuvieron que
retractarse.
Pero no así el inefable Pablo Iglesias, que declara
que si Matisyahu no firma la carta es porque apoya lo que él ya sentenció como
“políticas racistas”, con lo que revela la verdadera intención del boicot: que
al adherirlo se asuma todo ese discurso demonizador contra Israel de ser Estado
colonialista, genocida, que practica el apartheid, etcétera.
Más preocupante podría ser el llamado boicot
académico, que últimamente consiguió la adhesión del famoso cosmólogo Stephen
Hawking. Quizás primero se descubra la consistencia de la teoría del Big-bang
antes que las razones (y presiones) que llevaron a la oficina de SH a tomar una
decisión de esta magnitud; pero lo que pone de manifiesto es el poder que
ostentan los enemigos que luchan por convertir a Israel en un estado paria,
según lo que ellos mismos declaran como objetivo.
Europa ha sido escenario de los mayores crímenes de
que tenga memoria la humanidad y su inconcebible maldad es causa de la mayoría
de las tragedias que enfrentamos en la actualidad, incluyendo el comunismo y el
nacionalsocialismo, productos europeos, como el racismo y el clasismo.
Es inaceptable que algunos europeos pretendan conjurar
su culpa proyectándola sobre el solitario y diminuto Estado de los judíos, cuya
historia trágica no podría contarse prescindiendo de la ferocidad y crueldad
europeas desde el imperio romano, pasando por las cruzadas, la expulsión de
España, las guerras mundiales, hasta el día de hoy.
La buena nueva es que la persecución enseño a los
judíos a defenderse y, a pesar de las fuerzas oscuras, Israel prevalecerá.
Luis Marín
06-09-15
Etiquetas:
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