lunes, 11 de mayo de 2015
DOLARIZACIÓN II
Desde Caracas.- Pregunte a los norteamericanos si “euroizarían” su
economía o a los europeos si dolarizarían la suya o haga ambas preguntas a los
japoneses, o al revés: si es que le entienden, ¿qué respuesta cree que
obtendrá? Exacto: un rotundo no. Ahora pregúntese usted por qué. Respuesta:
porque ningún país que se entienda a sí mismo como tal iba a renunciar a
manejar la política monetaria, porque ella, junto con la política fiscal y
otras, configura aquello con lo que se cuenta para realizar su “política
económica”, brazo indispensable de sus políticas públicas; simplemente porque
de eso se trata gobernar sus propios países. Esto debería bastar para
disuadir a los “dolaristas” criollos.
Ahora bien, una
mala política económica es causada por un gobierno pervertido y mediocre y, en
nuestro caso, también por la imposición de un modelo fracasado; cuando, entre
otras cosas, deviene en hiperinflación, destruye completamente el valor del
dinero. Pero, ¿cómo creer que la dolarización resuelve esto? ¿Acaso la política
económica se reduce a eso? ¿Y el modelo
antidemocrático-populista-rentista-autoritario, se corrige así nomás? ¿Sí?
Quien crea que
dolarizando elimina estos problemas, está “vendiendo el sofá”, se equivoca:
sólo los transforma, nada más. Además, si piensa que este anclaje conducirá la
economía automáticamente por el camino del equilibrio y el crecimiento, se
equivoca otra vez. No hay relación funcional obligatoria entre estas variables.
El equilibrio y el crecimiento no son resultados automáticos de causas
“cosificadas” y ajenas a la sociedad. Si no se ha hecho bien, no es cerrando un
ojo que se hará mejor, es con conocimientos, autocrítica seria y reflexión
honesta: aprendiendo y comprendiendo. Progresar, desarrollarse, si es que caben
estos términos, son resultado de visiones, actitudes y conductas complejas que
la economía usa, pero que la trascienden, incluida la ética. La economía aquí
es resultado y no causa.
Ahora, suponga
usted que se decide, a pesar de todo, dolarizar a Venezuela. ¿Podrá hacerse
mañana? Nuevo error, porque ¿a qué tipo de cambio se hará? ¿A 6,30 o a 275? Si
lo hace al primero sobrevaluará la economía, si al segundo, la subvalúa: en
ambos casos espantará los mercados porque no será creíble; y se irán, claro,
luego de saquear los pocos dólares que quedan. ¿Y si se promedia? Igual, porque
la medida sola no será nada si no se hace anticipar y, posteriormente,
acompañar con otras que, en definitiva, son las que importan, ¿no es así? ¿Y
cuáles? ¡Las mismas que hay que adoptar sin necesidad de dolarizar la economía!
Entonces, aquello que habrá salvado la economía será el haber hecho
responsablemente las cosas que había que hacer y jamás este nuevo acto de magia
con el que se confunde aún más a un país ya bastante confundido.
Miguel Aponte
10 de mayo del 2015
Etiquetas:
Dolarización,
Economía,
Miguel Aponte,
Socialismo Siglo XXI
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