viernes, 28 de noviembre de 2014
EN CUALQUIER RINCÓN DEL EMPIRIO
Maracay, 27 de noviembre de 2014
Señor: Omar S. Santaella Yegres (OSSY)
Cualquier rincón del empíreo
Presente:
¡Hola, hermano!, saludos para ti y cuantos te rodean en estos momentos de
crecimiento etéreo; en verdad, ignoramos si en aquellos dominios, los niños recién
iniciados en el tránsito de existencia empírea han adquirido capacidad
necesaria para leer e interpretar mensajes recibidos de parte de los mortales, más
aun cuando faltan 4 meses para tu primer cumpleaños en aquellos dominios de paisajes
azules y blancos, asumiendo como punto de partida, el día de tu imperiosa
despedida del recinto de los mortales.
Como bien recordarás, en nuestra dimensión, el niño suele iniciarse en la
lectura y escritura a partir de los 5 o 6 años de edad como si fuese a la par
con la caída de sus primeros dientes, pero, aun cuando sospechamos que en tu
nuevo hábitat, las cosas relacionadas con el tiempo ocurren diferentes y por
información precisa, sabemos que el transcurrir del tiempo de las edades no es
cuantificado como en la Tierra o simplemente, no existe.
SIEMPRE ES BUENO CONOCER
ALGO DEL RECINTO AL
QUE ESTAMOS OBLIGADOS A
ARRIBAR ALGÚN DÍA
Razón por la cual, durante algunos años, hemos pedido referencias a mamá de
manera reiterada, de cualquier tipo de información relacionada con la dinámica
de aquel mundo etéreo y hasta la fecha, no hemos recibido siquiera, la más
pequeña muestra de ello como tampoco justificación de su silencio al respecto.
Al parecer, conceder ese tipo de información a los mortales es prohibida,
según leyes celestiales. Pero, como tú eres tan avispado, estamos seguros que
en el momento oportuno, nos darás algunas referencias, a no ser que realmente
haya prohibición absoluta de parte de aquellas
autoridades.
¿Cuestión de leyes o normas?, es posible.
¿Cualquier otra cosa?, también lo es, pero, siempre es bueno conocer algo
del recinto al que estamos obligados a arribar algún día.
Nos resulta extraño que se niegue información alguna a familiares de muchos
de aquellos residentes que permanecemos acá, con ganas de conocer algo de la
dinámica de aquellos dominios, más allá de la imaginación; cualquier cosa, por
pequeña fuese, sería extraordinaria.
TRES SUEÑOS EN BUSCA DE
UN MENSAJE
Hermano, si estás en capacidad de entender cuanto decimos y pedimos, queremos
informarte que apenas convertido en recuerdo, dado tu distanciamiento físico, el subconsciente inició la actividad
de los sueños y como cosa rara, el primero de ellos estuvo relacionado con la
noche de tu velorio; raro porque siempre el subconsciente impone sueños para
permitirnos el encuentro con nuestros muertos en un momento de actividad
pasada, compensatoria de la necesidad de permanencia en la presencia de un compartir que pudiera involucrar familiares y
amigos, pero, en esta oportunidad no ocurrió así.
Estabas en la sala fúnebre, soportabas la rigidez de los viajeros a los dominios de nunca volver; la urna,
marrón claro, espaciosa, la “misma” de aquella noche de marzo, pero, no sabemos
por cuál razón, en el sueño permanecía cerrada porque no se permitía mirar tu
rostro y así permanecería el resto de la noche.
Aun así, mientras eso acontecía en el salón velatorio, contemplábamos en
hermético silencio, tu imagen en actitud pasiva, cubierta de luz, dentro de una nube blanca que
evitaba la visión de los asistentes; desde lo alto contemplabas aquel ataúd y tu rigidez, así como a cada uno
de los asistentes esa noche, sin propuesta alguna; creemos haber advertido en ti, una breve
sonrisa como queriendo demostrar ausencia de dolor; había en ti, satisfacción por
tu nuevo estado de vida; por eso nuestra intriga con la vida etérea.
SI LLEGAS A CONOCER LOS
SECRETOS
¡Hermano!, ¿Será que lograrás autorización para conseguir información de
los secretos de aquel mundo o dimensión diferente y dárnosla a conocer?, ¡Inténtalo!
Recordamos que para asegurar la permanencia de la urna cerrada, lograron colocar
sobre la misma, una pesada cruz, casi del largo de la caja mortuoria, y los
brazos de la misma, tan cortos como el ancho de la urna; toda ella, elaborada en
rosas blancas, con olor de azahares y malabares; en ese momento, los miembros
de la familia, lejos de protestar aquella medida de encierro, se abocaron a orar
por tu eterno descanso y felicidad en tu nueva morada.
Oraban todos, sentados en sillas colocadas alrededor del ataúd, tal como
estuvieron distribuidas la noche del velorio; igualmente, pintadas en negro,
pero sus estructuras evocaban cierta época pretérita, eran piezas elaboradas en
bambú o ratán, con dos arcos superpuestos como espaldar y asiento redondo con
maya de mimbre.
BUSCO SABER CUÁL SERÍA
EL MENSAJE
Luego, todo quedaría envuelto en la misma y densa nube blanca; de ella, vimos salir a cada uno
de los asistentes, hasta disiparse la nube y quedar el salón fúnebre iluminado,
con la misma luz blanca de donde tú observabas, que impedía por momentos, ver
hacia el interior del recinto de la capilla que permanecería con las sillas
vacías.
Nosotros, contemplativos como si también estuviésemos en la dimensión
etérea, paralelos a tu ubicación en aquel escenario.
Allí permanecimos por tiempo imponderado, en actitud pasiva, inmóviles, sin
pronunciar palabras, sin interrogantes por aquel vacío repentino.
¡De pronto!
Nos percatamos de la realidad:
Tú continuabas en el lugar asignado, con la misma rigidez impuesta.
No sabemos cuántos minutos de sueño hubimos vivido.
Fue necesario reiterar el momento
Tú continuabas contemplativo, observando tu rígido cuerpo.
Simplemente, despertamos.
Una interrogante inundó el consciente:
¿Cuál sería el mensaje?
DE LA MEMORIA DEL PASADO
A LA INVENCIÓN DEL FUTURO
Durante otra noche de sueños, el subconsciente como máquina del tiempo, nos
trasladaría a un momento pasado e incluso, superando la intencionalidad u
objetivo de aquella subconsciencia, pudiera permitirnos viajar al futuro de las
edades, convirtiendo en magia los sueños, más allá de la imaginación consciente.
En esta oportunidad contemplamos un lavadero rústico, de pueblo o barrio, rodeado
de matas con flores blancas, sembradas en porrones de barro; tal vez, era el
año 1944, comienzos de la familia, contemplamos a mamá joven, se nos ocurre
suponer, estaría por cumplir 34 años de
edad; entonces, atiende al pequeño Omar, su sexto hijo, de unos 4 meses de edad
aproximadamente, a quien cambia el pañal, un trozo de tela blanco de unos 50cm por lado, elaborado
en tela de algodón; aun no se piensa en desechables; lavado previamente en agua
caliente para esterilizarlo y evitar dañar la piel del niño y su salud en general.
Mientras mamá realiza dicha operación, yo, con poco más de siete años
cumplidos, pantalones cortos y
alpargatas negras, con suelas de caucho vehicular, río en mis adentros tu
desnudez; recostado a la puerta que comunica la cocina con aquel lavadero,
contemplo una de las tareas cotidianas de las madres; el silencio de nuestra
parte es absoluto como siempre, mientras tú respondes al lavado con el llanto
de los bebés, una nalgada suave te hace guardar un largo silencio. Es el
instante preciso para despertar.
Cuando hayas alcanzado edad suficiente, de ser requisito en aquellos dominios,
para comprender el cambio de vida alcanzado, habrás de interpretar en su justo
valor uno de los sueños que estamos seguros, será de tu mayor agrado:
DE LA MUERTE A LA
INFANCIA Y FINALMENTE A LA MADUREZ
¿QUÉ INTERPRETAS,
HERMANO?
Íbamos sin rumbo determinado en un carro de paseo, por una carretera
bastante estrecha, dicho carro era ancho, color negro, cuya marca y modelo no
fue revelado; no obstante, pudimos reconocer un viejo modelo de los años cincuenta
del siglo pasado, deducción a partir del tamaño “descomunal” del volante
elaborado con adornos de nácar.
Yo conducía, a mi lado, una hermosa mujer de ojos claros, color azul cielo, reflejos de la tranquilidad de las
aguas en lagos de montaña; no estamos seguros, pero, creo recordar el color
rubio-dorado de su pelo rosando mi cara con largos crespos y el olor penetrante
de los pinos de aquella larga y sinuosa carretera.
Mientras evitamos no topar con los bordes de la misma, ella dice cosas a mi
oído que no sabría recordar y cuando miro a través del retrovisor, tú, sentado al
centro de la butaca trasera, pareces orientar la acción de tres bellísimas
mujeres que te asaltan con besos y caricias como queriendo ocultarte de la
noche que vuela en busca de la madrugada.
Más allá de ese momento que se repite quién sabe cuántas veces como
queriendo corregir algo del sueño mismo, recordamos haber recorrido largo
trecho de la vía en la misma situación; creemos que la repetición consistía en
iniciar el viaje, recorriendo la misma ruta; jamás salimos de esa vía, nunca
arribamos a sitio alguno, hasta llegado el instante del despertar.
Son 3 sueños puntuales, 3 momentos de vida diferentes, comenzando por el
momento de la muerte, lo último ocurrido; el viaje hacia el tiempo pretérito, comienzo
de nuestras edades, y finalmente, la adultez. ¿No sabemos que interpretarás de
esto?, tú me dirás cuando nos comuniquemos.
ESTARÍAS CUMPLIENDO 72
AÑOS Y DE SEGURO LO
CELEBRAREMOS
Quisiéramos que recordaras que acá entre los mortales, estarías cumpliendo
72 años y es probable que tu mujer y tus hijos, particularmente, Omar Karim y
José Gregorio, junto a nuestras hermanas: Maritza, Mirna, Raquel, Francia y el cuñado Gerardo, sin nombrar los sobrinos
y nietos, acudan a la iglesia para celebrar una misa en tu nombre.
Por supuesto, no descartamos que esta noche haya celebración por tu
aniversario, tal como lo hubieses querido porque como reiteraras siempre, la
vida continúa y debe disfrutarse.
Saluda a los miembros de la familia y a todo conocido que veas, un abrazo a
papá que debe ser uno de los más contentos con tu arribo, no vayas a molestar a
Dady, ahora, es mayor que tú.
Hasta la próxima.
Tu hermano: RSY.
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