lunes, 15 de junio de 2015
MARXISTAS Y LIBERALES ¿DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA?
MARXISTAS
Y LIBERALES
¿DOS
CARAS DE LA MISMA MONEDA?
Miguel
Aponte
Averigüe usted el
comportamiento histórico del empleo, el salario mínimo y su alcance, la cesta
básica, la inflación y el tipo de cambio de una nación, y tendrá una
perspectiva de su situación económica; eso sí, siempre que ese país no
haya tenido la desgracia de haber caído en los mecanismos artificiales del
control económico: control de precios, control cambiario, control de
importaciones, control de la producción, control de la distribución y el
consumo, etcétera. El control es la enfermedad incurable de los marxistas
ortodoxos y sus peores derivaciones. En el caso del chavismo, como todo lo
suyo, el asunto es de psiquiatras. En Venezuela, sin embargo, la idea del
control se ha impuesto en el imaginario de todos. Los políticos, siempre tan
pendientes de las encuestas y abandonando la verdadera política, accedieron al
mismo vicio.
¿Por qué lo decimos?
Pues pregunte a casi cualquier venezolano si cree que hay que controlar los
precios de casi cualquier cosa; le aseguro que casi todos le responderán que
sí. Y esto es particularmente indicativo en Venezuela hoy, cuando precisamente
la apoteosis del populismo-autoritarismo-caudillismo mezclado de positivismo
económico nos llevó hasta el foso en el que estamos. ¿No lo cree? Haga la
prueba. ¿Y los políticos?
Basta con recordar que
desde la promulgación de la constitución de 1961 las libertades económicas
fueron anuladas y que no fue el chavismo el que inventó las oficinas de control
de precios o el precio fijo para la gasolina interna o para el dólar; o revise
los programas de gobierno de los partidos, viejos y nuevos, cuando los tienen: son
manuales de control y anulación de toda autonomía individual y colectiva,
programas de liquidación de la democracia: misiones, dádivas y control del
Estado sobre los ciudadanos: pura esclavitud. No debe ser fácil el asunto que
hasta la FAO premia al absurdo régimen venezolano, ¿no? ¿O se trata de pura
vagabundería? No creemos.
El control es el
resultado inevitable del positivismo y está en el núcleo del pensamiento
económico liberal-marxista. Se creyeron el cuento de los economistas: que la
economía mantiene una relación fiel entre causas y efectos y que, por si fuera
poco, a partir de ella se consigue la democracia. Indigencia teórica en su
máxima expresión. ¿Por qué creyeron? Porque es más fácil que pensar y articular
la complejidad social. Smith, Ricardo o Marx quizá no se hubieran quedado allí;
pero sus seguidores dijeron: “todo está dicho, apliquemos los manuales”. Así,
marxistas y liberales se quedaron en el determinismo económico y en un vulgar
materialismo, sin querer ver que la realidad humana es mucho más compleja que
aquellos cuentos de los economistas. ¿Es acaso que escogieron ser para siempre
las dos caras de la misma moneda?
14 de junio del 2015
Etiquetas:
Miguel Aponte - Marxistas y liberales
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