Desde hace casi cuatro décadas, pero en especial desde el año 2000, Venezuela es un país que vive en situación de emergencia por distintas razones, a saber:
La infraestructura vial, está en precarias condiciones en más del 50% de las redes troncales interurbanas, rurales y urbanas, a pesar de que el país es poseedor de las mayores reservas mundiales en petróleo de donde se obtiene el asfalto necesario para el mantenimiento de aquella.
El sistema eléctrico nacional está en emergencia desde el año 2001 cuando los expertos en esta materia alertaron al gobierno sobre un posible colapso eléctrico entre el 2009 y el 2011 de no realizarse un plan de inversiones en un plazo de 5 a 10 años, cuyo costo estimado era de 20.000 millones de dólares con lo cual se garantizaría la generación de más de 20.000 Megavatios. Como estas recomendaciones no fueron atendidas, para finales del año 2009 se comenzaron a manifestar las deficiencias por todos conocidas. El gobierno atribuyó esta problemática al “Fenómeno del Niño”, cuestión que quedó descartada porque la represa del Guri recuperó su nivel óptimo para la generación de hidroelectricidad a partir de julio de 2010; no obstante, el suministro del fluido eléctrico continúa con muchas dificultades.
La inseguridad ciudadana, asociada con robos, atracos, hurtos, agresiones personales y homicidios, ha crecido exponencialmente desde 1998. Ciertamente, según las últimas encuestas efectuadas por especialistas en la materia destacan como el principal problema la inseguridad, observándose que entre los años 1999 y lo que va del 2010 la tasa de secuestros creció por encima del 500% y la de homicidios es superior al 450%.
La actual producción agropecuaria no garantiza la soberanía y seguridad alimentaria de Venezuela, toda vez que más de la mitad del presupuesto nacional debe ser destinado a comprar alimentos en el exterior, con el agravante que, por negligencia o ineficacia del gobierno, gran parte de estos alimentos se pudren en los puertos o sitios de almacenamiento. Es pertinente recordar que la “agricultura de puertos” para 1973 era del 55% y en los últimos treinta y cinco años se incrementó a casi un 90%. Conclusión: sólo hay capacidad interna de producción para satisfacer en un 10% la demanda agroalimentaria.
La estabilidad política e institucional de Venezuela se encuentra en emergencia. Por ejemplo, el movimiento campesino ha perdido toda esperanza de acceder a las tierras de vocación agrícola, al mismo tiempo que surgen nuevos terratenientes y latifundistas, obviamente vinculados o favorecidos por el gobierno “Chavezista”. De allí que el descontento popular alcance ya altos niveles de cuestionamiento al sistema político que se intenta imponer a la fuerza, mal llamado “Socialismo del Siglo XXI”, por inepto, corrupto, incompetente, ineficiente e ignorante, razones por las cuales una mayoría significativa de venezolanos ve en el actual gobierno la causa principal de esta gran emergencia nacional.
Para destacar otros aspectos implícitos en esta “Emergencia Permanente” en que ha sumido el gobierno de Chávez a uno de los países más ricos del planeta, requeriría varias cuartillas más, ya que he dejado de mencionar otras emergencias nacionales tan importantes como las antes referidas. No olvidemos que a la emergencia climática actual, que ya contabiliza casi cuarenta víctimas humanas y pérdidas materiales muy importantes que, por ejemplo, deja sin vivienda a más de 60.000 venezolanos, se suman otras emergencias en materia de salud, laboral, libertad de expresión, ecológico-ambiental, servicios básicos de agua potable, aguas servidas, salubridad, transporte público, institucional, económico-financiera, educativa y, quizás la de mayor significación: la ética, particularmente en el ámbito gubernamental.
Con razón el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su último informe sobre Índices de Desarrollo Humano determinados para los países que conforman la Organización de las Naciones Unidas (ONU), presentado el 04-11-2010, ubicó a Venezuela en el lugar 75 después de estar en el puesto 58 hace solo tres años.
¿Hasta cuándo el pueblo venezolano seguirá con esta calamidad? Las respuestas a esta oportuna interrogante están contenidas en los Artículos Nº 1 al 7; 333 y 350 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Edgar Jaimes (*)
Profesor Titular del NURR-ULA, Trujillo, Venezuela. jaimes.5060@gmail.com
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