domingo, 27 de septiembre de 2015
¿CÓMO EL CHAVISMO FUE POSIBLE?
¿CÓMO EL CHAVISMO FUE POSIBLE?
Miguel Aponte
La
respuesta está pendiente; esto sin apelar a los complejos de siempre. Decir que
todo se explica porque somos “sudacas”, es racista y ridículo. Allí está
precisamente España, país “desarrollado”, por dar un sólo ejemplo, con sus
chavistas de “casa”. Entonces, ¿los sudacas son ellos? El asunto va más allá de
decir que alguien (¿Chávez?) engañó a la democracia y al “pueblo”, con el
preciso sentido de traicionar ambos y ahora una banda en Miraflores se aprovecha
de aquello.
Estos argumentos pueden considerarse
pero para ser rechazados, pues de lo contrario, jamás será posible hacer una
reflexión importante. Somos como somos, sí, pero tendría que haber más que
decir desde la sociología, la psicología social y la historia; así que dejemos
de lado los lugares comunes y preguntemos cómo es posible que el chavismo en
sus diversos empaques fuera posible.
El asunto tiene que ver con la historia
de las ideologías y algunas antipáticas preguntas: ¿por qué el liberalismo
deriva hacia el marxismo y, peor, por qué éste lo hace hacia el totalitarismo?
¿Por qué dejan a la democracia de lado? Y, otro peor, ¿por qué liberalismo y
marxismo se “casan”, como en China, o configuran sociedades zombis tipo Orwell
donde lo mejor que se ofrece es la insignificancia de un consumo sin sentido?
El chavismo buscó siempre su engarce
ideológico en la herencia marxista. Esto, aunque avergüence cada vez más a los
comunistas serios, si es que aún hay. Así, si alguien creyó que luego del siglo
XX habría esterilidad y anquilosamiento de las ideologías comunistas de
“liberación social” se equivocó de plano: la cosa más bien se degradó hasta lo
impensable y emergió el chavismo.
En el deslave intelectual del “todo
vale” contemporáneo el chavismo se combinó con las “ideas” más peregrinas, que
van desde la teología de la liberación y el tercermundismo hasta la religión,
los mitos de la redención y los libros de autoayuda, para terminar –que nadie
se sorprenda– en el arrase de la democracia y la ruina económica.
Todo lo mismo que ya ocurriera el siglo
pasado, pero -como si cupiera- con mucho menos dignidad y mucha más estupidez.
Hasta aquí cuestiones para los
“intelectuales” que lo avalaron, ¿tendrán algo serio que decir?
Pero para el resto de nosotros las
preguntas siguen: ¿por qué las democracias representativas pierden la adhesión
del ciudadano? ¿Cómo ese edificio tan rígido del liberal-marxismo degenera en
una cosa tan difusa y vagabunda como el chavismo? ¿Hay en el núcleo del
liberalismo algo que anuncia desde su misma formulación teórica la muerte de la
democracia y la libertad en manos de su supuesto adversario, el marxismo? ¿Son
adversarios? ¿Cómo ambos tienden a la “insignificancia” o a las máximas de
Goebbels y nunca hacia la libertad que supuestamente los inspiró?
27 de septiembre del 2015
Etiquetas:
Chavismo,
Liberalismo,
Marxismo,
Miguel Aponte,
Socialismo Siglo XXI
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