miércoles, 20 de febrero de 2019
TRES PARADOJAS Y UN EPÍLOGO
TRES PARADOJAS Y UN EPÍLOGO
Luis Marín
La Cátedra Pío Tamayo y el Centro de Estudios de
Historia Actual de la UCV han propuesto un foro para debatir qué pasará el
próximo 23 de febrero y si esto será el preludio de una guerra mayor. Para
tratar de despejar una situación tan confusa proponemos algunas aporías que
hacen la situación tan incomprensible e intentamos una conclusión.
Primera, la paradoja del público, que por un lado
repudia a la MUD al punto que la da por enterrada; pero por el otro, si no
venera a la Asamblea Nacional, varias veces declarada en mora legislativa, por
lo menos termina siguiendo sus lineamientos, a pesar de ser hija única y
dilecta de la MUD. Si se trata de los mismos personajes haciendo lo mismo. ¿Por
qué habría de resultar algo diferente? ¿Qué cambió en tan corto tiempo?
Esto nos lleva a la segunda, la paradoja interna. No
se ponen de acuerdo para designar a un presidente encargado, aunque invocan al
artículo 233 y hasta pretenden que toda la AN asuma el interinato; por lo que
Juan Guaidó tiene apelar a una suerte de popularis invocation para
juramentarse, se lanza temerariamente solo, para sorpresa de todos.
Luego claman que es sólo por 30 días porque sino
también él sería un usurpador, aunque el artículo que invocan dice
textualmente: “Mientras se elige y toma posesión el nuevo presidente se
encargará…”, lo cual puede ocurrir antes o después, no en 30 días.
Todo para naufragar en un Estatuto que rige la
transición, donde escriben que la AN “podrá ratificar” al presidente encargado
después de los 30 días si no cumple el cometido; pero se deslizan como sin
advertirlo de encargado a provisional, para regir un “Gobierno Provisional de
Unidad Nacional” con un nuevo plazo de doce meses.
A todo evento, no se sabe qué ocurrirá con el “cese de
la usurpación” en todo ese tiempo, porque es evidente que los otros dos
elementos de la hoja de ruta, gobierno de transición y elecciones libres, ya
fueron postergados en ese Estatuto.
En caso de duda, se culmina con una norma residual o
de clausura, el artículo 39, que dice que todo lo no previsto en la normativa
anterior “será resuelto por la Asamblea Nacional”, además de todas las ataduras
que le prodigan al ejercicio del presidente del gobierno provisional, que es un
gobierno de la AN.
En resumen, se opone la línea de “apaciguamiento y
contemporización” de AD, UNT, parte de PJ, AP que son chavistas opositores,
junto al chavismo light, que quieren transición con el régimen, contra parte de
VP, ABP y VV que la quieren saliendo del régimen.
La tercera es la paradoja externa: ninguno de estos
actores vota por Donald Trump, incluso hacen lobby con los demócratas,
archienemigos de DT, que quieren no solo echarlo de la Casa Blanca sino
internarlo en un hospital psiquiátrico.
Mucho menos han visitado a Jair Bolsonaro ni antes ni
después de ser electo. Con mucha más inquina odian a Álvaro Uribe e ignoran
olímpicamente que es el autor de la victoria de Iván Duque contra Juan Manuel
Santos y las FARC.
Estos actores de la MUD son devotos de Obama, como
creían en los llamados diálogos de La Habana y no quieren que se les retrate
con Bolsonaro, el modelo de Henrique Capriles es Lula Da Silva y nunca se ha
arrepentido de esa declaración, en su mayoría están inscritos en la Internacional
Socialista y militan en la “nueva izquierda”.
Irónicamente ahora quieren que “la derecha” les saque
las patas del barro, lo cual no es raro ni es la primera vez que ocurre en la
historia, pero no deja de añadirle un elemento de sarcasmo ver a políticos
taimados en una posición que nunca hubieran querido pero a la que se han visto
arrastrados por imposición de circunstancias que ellos no controlan.
Y esto no lleva al epílogo de la guerra mayor, hoy
denominada “Guerra Híbrida”, que se libra en el ciberespacio, con ejércitos de
hackers, fábricas de noticias falsas y agentes que las divulgan, propaganda,
conciertos de rock como los Rolling Stones en La Habana, información pero sobre
todo mucha desinformación, lo que no impide que al final truenen los cañones
aunque opacados por el ruido de la música.
La cuestión esencial es que siempre rondan elementos
imponderables, desde Maquiavelo que lo llamaba Fortuna al azar que Lenin quería
poner a su favor a fuerza de organización; pero todo puede irse de las manos y
prolongarse en una conflagración de proporciones bíblicas. Y Venezuela,
desafortunadamente, los tiene todos.
Ejércitos públicos y encubiertos, desde los muy
disciplinados soldados y policías cubanos, hasta los menos controlables de las
FARC y el ELN; los estrictos guardias republicanos iraníes, más fanáticos de
Hezbollah, Hamas y otros islamistas; académicos de Podemos con psicópatas de la
ETA y otros independentistas españoles, todos ansiosos de una guerra civil que
realice sus sueños revolucionarios y la ilusión de que ellos “hacen la
Historia”.
Del otro lado nadie sabe, sino ellos, cuáles podrían
ser los planes de El Pentágono para lidiar con estas contingencias.
Para mayor ironía de la Historia, la fecha límite es
el día anterior al referendo aprobatorio la constitución castrista de Cuba: De
te fabula narratur!
Quizás esa es la Constitución que va a regir nuestro
futuro.
20 de febrero del 2019
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