En horas en que trascendentes acontecimientos están por ocurrir en Egipto, en plena mañana sabatina del 29 de enero, no es temerario afirmar que el mundo será testigo de la huída del segundo correlón del norte de Africa. A pocos dias del carrerón de Ben Alí en Tunez, parece que hoy sábado veremos la partida de otro “aguerrido” correlón, Mubarak, espantado por la Furia Popular.
Los acontecimientos del “Tsunami Libertad” barriendo el noreste africano, aun cuando generan una esperanza en el sometido pueblo venezolano, para tranquilidad de la “secta roja” que aplasta la institucionalidad democrática en Venezuela, triste y humildemente, pienso que ese tsunami no llegará a la orilla de nuestras costas, por ahora!. Pues la gran diferencia entre esos paises del noreste africano y el caso venezolano la marca el tipo de régimen que gobierna.
Efectivamente, por aquellos lares los déspotas, aun cuando tambien someten a sus pueblos con el temor que deriva del uso de la secuestrada fuerza de seguridad del Estado, el modelo de toma, desarrollo y consolidación del poder totalitario, tiene solo algunas cosas en común con el tirano criollo. Así, por ejemplo, en Egipto Mubarak lleva mas de 30 años en el poder a punta de ganar procesos electorales “transparentes”, lo cual lo iguala al caso venezolano en cuanto estrategia para barnizar de democracia el acto de aplastar y someter al pueblo con la fuerza de las armas y secuestro de la estructura de institucionalidad democrática. Pero el meollo o gran diferencia entre el caso norafricano y el venezolano radica en la ideología del “modelo secta” que se nos ha impuesto a los venezolanos.
En efecto, mientras los valientes correlones de Egipto y Tunez pertenecen al típico modelo autocrático que conocemos en lationamerica, Trujillo, Perez Jimenez, Pinochet, etc., el tirano del socilismo del siglo 21, ha impuesto un modelo distinto que consiste en sembrar “minas de violencia” para evitar la pérdida del poder. De allí la gran diferencia entre los déspotas del Africa que hoy pegaron la carrera y la secta roja que somete a Venezuela.
Y que significa la siembra de “minas de violencia” como cruel modelo para la preservación del poder de la secta roja? Muy simple. Mediante una diabólica estrategia de manipulación mediática, la secta roja, liderada por un autentico desequilibrado mental ( hay que estar verdaderamente desequilibrado para imponer este criminal modelo), logró posicionar en el imaginario colectivo del pueblo humilde y sufrido por años, la falsa percepción líder-pueblo.
Luego de sembrar en el imaginario colectivo la percepción líder-pueblo, el jefe de secta obtuvo una especie de “licencia popular” para hacer su voluntad a plenitud, sin restricción alguna. Lograda la estrategia de posicionamiento mediático,el paso siguiente consistió en la siembra de “minas de violencia”.Cada rincón de la geografía nacional, incluyendo la estructura de poder, ha sido sembrado de minas de violencia para preservar el poder en caso de que ocurra un despertar de “furia popular” como en el norte africano.
De allí nuestra gran diferencia con los africanos. Además de que nuestro pueblo se encuentra fuertemente adormecido por efecto de la burrundanga del posicionamiento de la estrategia líder-pueblo, la mayoría de los barrios, ciudadades y estructuras gubernamentales, han sido sembradas de armas como medida defensiva para defender el poder del socialism del siglo 21, en caso de que la grave situación de gobernabilidad presente en el país dada la gran incompetencia, corrupción, destrucción, vicios y abusos revolucionarios, haga pasar el “efecto burrundanga” y se produzca un repentino despertar de la “furia popular”, esa misma que cuando despierta no cree ni en tiranos, ni tanques ni fuerza armada. La tv nos trae de egipto lo que la “furia popular” hace frente a los tanques de las revoluciones armadas, los me… con la tropa adentro!.
He alli entonces la gran diferencia entre los tiranos del Africa que hoy huyen despavoridos de la furia popular y el ambicioso desequilibrado mental que aplasta la tranquilidad y convivencia de los venezolanos. Mientras aquellos huyeron causando el menor número de bajas a sus pueblos, el nuestro ha sembrado el camino para que Venezuela se tiña de sangre mientras el huye a Cuba. Vaya que tragedia Padre Celestial!
Por esa razón, es que en mis anteriores escritos advierto sobre la inutilidad de seguir prestandose al jueguito democrático electoral de embuste que impone la mente hipertrofiada que ha planificado un baño de sangre en Venezuela como estrategia final de sobrevivencia. Las consecuencias de triunfar en el juego electoral amañado de los rojos no se han hecho esperar. Frente a la derrota de la roja rojita, pues la habilitante para crear por la fuerza lo que negaron los votos. Frente al triunfo de alcaldes y gobernadores “unitarios”, la imposición de estructuras de poder paralelas para confiscar el mandato de gobierno que emana de la voluntad popular.
Frente al triunfo de diputados opositores, la habilitante abusiva y la órden de triturar. Alguien puede imaginar lo que ocurriría a cualquiera de los que hoy asoman competir por la carrera presidencial del 2012 en el supuesto negado(Chavez esta listo para el evento) de resultar ganador? Allí se activarán las “minas de violencia”. Desde PDVSA para abajo. Ya tenemos ejemplos de las bandas armadas disparando a inocentes desde ministerios y oficinas públicas lideradas por cubanos. Alguien pudiera desmentirme?
Todo acontecimiento de impacto social viene acompañado de eventos. Los eventos son partes de un proceso. Cuando ese proceso se cumpla, en Venezuela llegará la hora de las definiciones. En ese momento, los liderazgos virtuales (internet, micrófono y tv) y los oportunistas insepultos jugando a controlar las vias de poder, quedarán como han quedado los soldados dentro de los tanques armados egipcios: sometidos por la “desarmada” furia popular. Momento de los autenticos líderes!. Aquellos que surgen cuando la “necesidad los llama” pasando por encima de oportunistas e incapaces cuidando su pedazo de torta, tambien disfrazados de democracia. Bendita sea la Divina Providencia!
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