La escena política de este ex país sigue dominada por dos minorías polarizadas, cada una empeñada en obtener el control de una mayoría no dispuesta a plegarse.
En ese enfrentamiento, la minoría oficialista cuenta con una clientela politiquera, dignamente tarifada para que cumpla un papel ‘militante’ al mejor estilo acciondemocratista.
A esto se agrega el factor burocracia, la inmensa legión de beneficiados con todo tipo de préstamos y ayudas, un capital bancario-financiero con cada vez mayores ganancias, un CNE y una Fuerza Armada a su total disposición.
Es el completo dominio de las instituciones, con lo cual la minoría adquiere condición de mayoría, comprada y mantenida, pero democrática.
La minoría de las oposiciones evidencia muchas carencias. La más significativa es la ausencia de objetivos. No sabe hacia donde va.
Difícil entonces pensar que, en medio de su dispersión y escasez de recursos propios, se pueda plantear como meta la toma del poder.
A esta hora no disponen de un programa que les permita diseñar una nueva política. Es una fuerza sin pegada ni trascendencia ni recursos para una política de tarifa y populismo.
Pero lo importante es percibir los puntos en común de estos dos bloques: obligar a las mayorías a seguirlos o a correr las consecuencias de recibir el desplazamiento mayor o el propio aplastamiento.
Ambos polos minoritarios requieren, para su subsistencia, convencer a las mayorías que si no se pliegan, no llegarán a parte alguna.
Estamos ante un expaís, en consecuencia, con las patas pa’ arriba y la cabeza contra el suelo.
Una situación al revés, impuesta como normalidad, que ha llegado a los extremos de determinar que Venezuela ya no existe en términos de país-nación.
Ambas minorías acometen la perfecta acción que sirve para que el proyecto de la confederación de dos revoluciones en una: Venecuba, adquiera cada vez mayor piso y fundamento.
Una realidad firme y estable que sólo puede ser enfrentada por una fuerza social organizada con capacidad de lucha para incorporar las grandes mayorías al obligado combate por la conformación de otra Venezuela.
Hasta hoy aquí prevalece la realidad de hace 200 años, una Venezuela pata pa´arriba que parece ir indefectible y lamentablemente hacia un desenlace profundamente violento. Sancho, vayamos tras la historia de acción-pie y cabeza-pensamiento. T:@ablancomunoz
Últimas Noticias, 13 de agosto del 2011.
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