martes, 30 de octubre de 2012
RAFAEL IRIBARREN - LEYENDO EL 07 Y EL 08 DE OCTUBREE
LEYENDO EL 7 Y EL
8 DE OCTUBRE / I
Rafael Iribarren
.-.* PRIMERA PARTE
.-* El año de las mayores movilizaciones
ciudadanas de nuestra historia
Las votaciones presidenciales del pasado domingo 7O constituyeron el cuarto de una secuencia de eventos sin precedentes
en nuestra historia de movilización ciudadana, contra el autoritarismo. El primero, la sorprendente e inesperada
participación masiva en las Primarias de Febrero; el segundo,, la marcha igual espectacular para la inscripción de
la candidatura unitaria de Capriles en el CNE en julio; el tercero, el acto de cierre del 30 de septiembre; sin contar las
decenas de movilizaciones masivas en las regiones durante la campaña; conforman
una secuencia espectacular de movilizaciones ciudadanas, políticas, in-equiparables
en nuestra Venezuela, contra el
autoritarismo; que coronó, el cuarto,,
dentro de la movilización de 16 o mas millones en todo el país en las colas de votación; de los cerca de 7
millones que lo hicieron para votar abiertamente contra Chávez; sin sumar los
otros millones que se abstuvieron ni los que pretendieron hacerlo para no
volver a votar por él; pero que en contra de su voluntad finalmente fueron
remolcados a votar; o hechos aparecer votando virtualmente. El 7O, desmintiendo en la calle los resultados cantados por el CNE, se
dio una expresión viva del rebullir
ciudadano antiautoritario, antichavista, cotidiano que ya desde hace años viene
creciendo en todo el país; y que en la campaña se desató torrencialmente
.-* El chavismo no
iba a votar
La jornada de votación fue como
la campaña. Una abrumadora movilización de la oposición que en todas partes del
país, formó colas para votar desde la madrugada; en contraste con la ostensible
menor participación masiva oficialista cuya presencia en las colas en la mañana
y hasta medio día fue menos notoria y activa que la de la oposición en relación
a como fue en anteriores eventos. La “diana” cuartelaria que se ha decretado como “partida”, y que el mismo
Chávez ordenó a que sonara en los barrios desde media noche para que los
chavistas se movilizaran hacia estar desde las 3 am encabezando las colas; se escuchó fue ya hacia el amanecer y mas que
todo a lo largo de las avenidas recorridas por pequeñas caravanas chavistas con potentes
equipos de sonido que se sentían acercándose cuando pasaban y luego alejándose
y no se escuchaban mas hasta que al rato volvían. En general, como fue a lo
largo de la campaña, y a diferencia de procesos anteriores, el chavismo no se
sintió; siendo tan notorio hasta después de mediodía esa mayor presencia
oposicionista tanto en las colas como en
los alrededores de los centros de votación y en general en la Ciudad , que hay la información, de que antes de ir a
votar el mismo Chávez en persona ordeno telefónicamente a todos sus
gobernadores, jefes regionales de campaña, que como fuera procedieran a
remolcar la gente a los centros de votación.
Desde primeras horas de la tarde las mediciones a boca de urna
mostraban números parejos; unos con Chávez
encima por algún punto; otros con Capriles;
punteando. Y mientras en muchos centros seguía habiendo colas, porque el ritmo de votación estaba siendo deliberada
y notoriamente lentificado, otros se mostraban ya vacíos sin colas. Desde
mediodía las llamadas telefónicas de equipos identificados con entes gubernamentales;
además de las campañas de robots telefónicos; otro tanto hacia la oposición;
llamaban a decenas de miles de electores, con nombre y apellido y datos sacados
de nóminas o directorios y series de planillas, de dichos entes, misiones
ministerios alberges etcétera;
advirtiéndoles que no habían votado todavía y anunciándoles que los
buscarían para que lo hicieran..
A partir de cierta hora de la tarde a muchos centros electorales ya
vacíos fueron llevados y puestos a formar colas, grupo tras grupos de votantes
supuestamente rezagados remolcados por equipos del activismo chavistas, de la “maquinaria
chavista”; muchos en vehículos oficiales indisimuladamente identificados como
tales y hasta con presencia de personal militar y de la milicia armado Nada nuevo ni exclusivo del oficialismo; la
universal “operación remolque”; o “remate” como la llamó el chavismo para
ocultar su compulsividad; aunque a una
escala superior a cualquiera antes conocida, sin disimular el uso y el abuso de
recursos oficiales; y evidentemente haciendo ostentación de la presencia amenazante de militares armados .Como
es legal, formadas entre 5 y 6 pm fuertes colas en las afueras de los centros,
estos se mantuvieron abiertos varias horas adicionales.
Tenemos que creernos entonces,
que entre la media tarde en que se
pulsaba un resultado parejo, y con tendencia al triunfo oposicionista; emparejamiento
que, matemáticamente en total parcial no podía estar por encima de los 11 o 12
millones de votos ya emitidos; o sea en torno a los 6 millones cada candidato;
hasta el cierre total del proceso de votación por el CNE , dos o tres horas
mas tarde, se habrían producido la movilización de ¡entre 2 y 3 millones de
votos!, supuestamente “rezagados”,(o, ¡”aguantados”! según), obviamente
chavistas; y que de hecho voluntariamente
no habían votado ni en la madrugada cuando las dianas y las colas ordenadas
formar por Chávez, ni en la mañana;: habiéndolo hecho finalmente, los que
realmente lo hicieron, solo a partir de los millones de llamadas de la presión
y el compulsivo remolque masivo del fin de la tarde.
.-*Los resultados
del CNE : Fata Morgana; un desconcierto para todos
Fue una jornada tranquila sin incidentes importantes. Solo en algún
momento ya en la tarde se vieron algunos grupos de motorizados embanderados;
sin que llegaran a darse las fuertes e impactantes movilizaciones de varios
cientos recorriendo estruendosa y amenazadoramente las avenidas, de otras
ocasiones.
Hacia el fin del día, ya cerca del cierre de las mesas, la idea y la sensación
general, nacionales, sobre las mediciones hechas y ante la forma masiva y
notoriamente no- oficialista como se habían movilizado los venezolanos para
votar, y no solo en los “territorios” que alguna vez y con solo algún sentido
se consideraban no-chavistas, sino en general , era que Chávez había perdido.
Luego del primer boletín del CNE dando como ganador a Chávez hubo, no
muchos, fuegos artificiales en algunas partes de la ciudad y alguna pequeña caravana
celebrando el triunfo. Pero, si la oposición no celebró, por razone obvias; a
diferencia de ocasiones anteriores, el chavismo tampoco lo hizo. Y, ya hacia la
media noche, no mas de solo algunos pocos miles se congregaron ante el “balcón
del Pueblo” para celebrar y escuchar a Chávez.
De ser verdad los resultados cantados por el CNE; hay que concluir que
todo fue una ilusión óptica,. “Fata Morgana”.
Nada había sido cierto; ni la agitación nacional cotidiana contra el
chavismo y la crisis nacional profunda en que cabalga su gestión, paralizada e
incapaz de responder mínimamente salvo con retórica y demagogia baratas,
reaccionaria antipopular antiobrera; ni habían sido ciertas las espectaculares
movilizaciones antichavistas de oposición de los meses previos a la campaña; ni
tampoco las igual sin precedentes movilizaciones regionales en ella.
Nada; nada había sido tan verdad como había sido visto y sentido en
todas partes; ni la calidad real de la movilización nacional el propio 7O. Ni
era cierto el emparejamiento que pre-electoralmente medían las encuestas
confiables; y que hasta las menos confiables que manipulaban los números pero
dejaban abierta la posibilidad del llamado “empate técnico”; resultando ciertas,
precisamente las predicciones de las encuestadoras notoria e indisimuladamente
pagadas por el chavismo y puestas a su servicio de matriceo, que, según, sí
acertaron; aunque se les había pasado un poco la mano.
El lunes 8 fue como un domingo
malo, de mal tiempo y modorra pesada Las
calles desiertas, la actividad comercial y administrativa oficial y privada cerrada
casi sin transporte superficial la gente en sus casas, o en la acera.o en las
esquinas Nadie celebraba nada. Notoriamente y al contrario de celebrar la gente, toda, estaba verdaderamente
reponiéndose del desconcertante impacto del día anterior; los votantes
antichavistas, reponiéndose de su derrota; y, ¡también!, los votantes
chavistas, reponiéndose de su “triunfo”. .
.-* Una plasta de
victoria; y una derrota esplendorosa.
Los resultados electorales, en relación a las diferencias de calidad política
de las votaciones, chavista y antichavista, diferencias parejas con las de las que se dieron entre las dos campañas, no
tienen comparación. Mientras la votación antichavista, aparte cualquier
especulación sobre una supuesta, y solo relativa, “territorialización clasita de
la polarización”; fue determinantemente voluntaria y espontánea; la chavista
nó; al menos buena parte de ella no lo fue.
Sin contar aquí la parte fraudulenta,; y asumiendo que de la votación
chavista del domingo ciertamente una buena parte fue voluntaria, que fue de
gente que aparte su motivación concreta, otro tema, aparte del clientelismo,
del antipuntofijismo, de la presión, etcétera, votó voluntaria y
espontáneamente, por “el malo conocido…”, otra parte, grande, importante,
históricamente chavista o sociopolíticamente relacionada con él; hasta media
tarde, hasta que fue remolcada o empujada compulsivamente hasta las colas y la
mesa de votación, se estaba absteniendo; se estaba absteniendo conciente y voluntariamente, aceptando al
final ir a votar solo bajo presión acoso chantaje y miedo.
¿Cuantos?, uno o uno y medio, o dos o dos y medio millones, que luego
del acoso telefónico y comunal tuvieron que
ir a votar; a votar realmente o que fueron sustituidos fraudulentamente, por
quienes lo hicieron con sus identificaciones “pret a porter” del SAIME, por
Chávez.. (La leyenda de que todo eso, el
remolque a última hora, fue una estrategia, de “remate”, según, meticulosamente
elaborada y ejecutada; aparte de suponer una capacidad que realmente el
chavismo no tiene y de no concordar con su mengua e incapacidad crecientes de
convocatoria; tapa lo que realmente fue:una respuesta de emergencia, de
vida o muerte; y, con todo; obviamente
incluido el fraude).
Se estaba absteniendo el 20 o
25% o más de quienes real o falsamente luego aparecieron o fueron hechos
aparecer votando por Chávez, haciéndolo finalmente en contra de su voluntad y
de su conciencia, lo que significa que quizás hasta una cuarta parte de quienes aparecieron
como votando por él, aunque rechazan la oposición, y de ninguna forma hubieran votado por ella, también lo rechazan
a él. Dicho en otros términos, buena parte de la votación por Chávez, hoy, ya también
lo rechaza a él.
Quiere decir que, sobre una derrota, resultado al menos en parte del
fraude; sobre una derrota honrosa, brillante, de millones que asumieron
voluntaria y hasta valientemente, aunque bajo presión de la polarización, votar
por la oposición; el “triunfo” chavista, oscuro y resultado, del ventajismo y
el abuso del Poder, de las mas sucias manipulaciones y operativos de chantaje
miedo tráfico y compra, y del fraude, es indiscutiblemente “una plasta” de triunfo. O, dicho en lenguaje coloquial,
política ética y si se quiere ideológica y “revolucionariamente”, el triunfo
electoral de Chávez, no sobre Capriles y Oposición que han sido
circunstanciales; sino sobre la gente sobre los venezolanos y sobre su propia
gente, es una cagada de triunfo.
.-* No importa el
fraude; sino que no se hable de él
A partir del 2005 cuando se abstuvo mas de dos tercios del electorado;
una actitud política bién respetable, comprensible y éticamente justa; con la Asamblea Nacional 100% chavista que resultó de los comicios de
ese año, en la oposición las cúpulas puntofijistas y “politólogos” articulistas
y partidos; y mas recientemente en la MUD y el CV, se estableció, “ex cátedra” la línea de que del fraude y de su evidente manejo por
el CNE no se habla; aunque nunca se ha demostrado consistentemente de donde
sale la votación chavista; y aunque resultados de pasados procesos luego de
años no han sido publicados; se rechaza y condena, hasta la histeria,
descalificándola como “antipolítica” cualquier referencia al respecto.
El país conoce de las controversias que dentro de la oposición ha
habido en ese tema; y de su disposición sin relativismos, en concreto de la MUD y el Comando Venezuela (CV), reiterada hasta
impertinentemente, a reconocer los resultados que produjera el CNE Y también igual
lo conocen Chávez y el chavismo. Sin embargo, el eje de su ofensiva
política, junto a presentar a Capriles como el candidato de la burguesía y los
empresarios, de la derecha y del Imperio; etcétera, del puntofijismo y como
neoliberal, fue acusar a la oposición de un “Plan B”, para desconocer al
“arbitro” como él llama al CNE , y de estar montando las condiciones y los operativos
para desconocer en la calle el “triunfo popular”, el suyo, cuando ese ente
informara los resultados de que ganaba la reelección. Hasta que avanzada la campaña la MUD y el CV inexplicablemente y con una dudosa
motivación, y sin justificación, aceptaron el chantaje de firmar, y lo
hicieron, el compromiso de que reconocerían, a nombre de la oposición y del
candidato, “fueran cuales fueran”, los resultados que el “arbitro” cantara
luego del conteo de votos del 7 de octubre.
Resultados, por cierto, que él, Chávez, cantó, varias veces; aunque con
un “margen de error” de no mas del un 4% desde el inicio de la campaña Sin embargote ello, y solo bajando la
frecuencia, Chávez y los chavistas, no pasó día sin que insistieran en el
supuesto “Plan B” de “un sector de la Oposición , del Imperio”, de denunciar los resultados
que cantaría el “arbitro”, producir violencia “desestabilizar y ensangrentar al
país; advirtiendo que “si se les ocurre y de lanzarse a una aventura, serían,
etcétera, etcétera…”.
Así, además de la ya vieja y
reiterada declaración oposicionista de que el sistema electoral es confiable y
de que el secreto del voto está garantizado, aunque denunciando el ventajismo;
toda ella, encabezada por la
MUD y el CV y Capriles, se convirtió en la mas
importante y radical defensores del CNE
descalificando hasta la histeria de “antipoilítica” y hasta de “hacerle el
juego al chavismo”, cualquier cuestionamiento sobre su absoluta falta de
transparencia y el manejo arbitrario, sin contraloría de ningún tipo, que se
hace de la estructura del sistema. Anatematizar cualquier cuestionamieno o duda
sobre el sistema y el CNE ,
fuera cual fuera su soporte y a pesar de la evidencia que fuera, se impuso como
línea política a acatar por encima de todo. La cuestión dejó de ser, si hay o
no fraude; sino que sea lo que sea ni siquiera se le mencione.
.-* El candidato
perdedor legitima al “arbitro”; y avala moralmente Chávez
A no mas de dos horas del primer boletín del CNE con los resultados todavía parciales, Capriles,
desentendido absolutamente de las opiniones de la pluralidad oposicionsista a
la que le debe su condición de candidato unitario; y de las de los millones que
votaron contra Chávez, por ella; declaró que los aceptaba reconocía el triunfo
de Chávez; y, firmemente lo felicitó. A “su” gente, la consoló con la idea de
que ellos no habían perdido, que realmente fue su triunfo de ellos; y que el
único y verdadero perdedor era él; que así lo asumía con humildad pero que
seguía, que no había sido sino el comienzo, que tenía 40 años; y que siguieran
contando con él. En declaraciones posteriores y en la circunstancia de reasumir
la gobernación de Miranda; reiteró lo dicho en el primer momento; insistiendo
en advertir contra “la antipolítica” y “los radicalismos”.
Al felicitar a Chávez por su
triunfo, sin relativismos ni puntos suspensivos, aparte la referencia al
“ventajismo”,avaló reconociéndolas no solo todas las actuaciones del “arbitro”
sino también el obsceno manejo de todos los recursos del Poder del que sin
límites ni escrúpulos hizo uso a lo largo de su campaña.
En la nutrida rueda de prensa de
Capríles aceptando los resultados una reconocida luchadora social y política,
muy respetada y ajena a “radicalismo” o “antipolítica”; promotora de una
pequeña organización que lo apoyó bien activamente en Guayana; en el lapso de
preguntas, la planteó la posibilidad legal de solicitar el recuento de los
votos; ante lo que él, al mas puro estilo chavista, la descalificó y, como a
todo el que coincidiera con tal actitud, la puso en tres y dos: Sin que sea
textual, le espetó,: Dejémonos de cómicas;…;no permitamos que regrese la
“antipolítica”, la atajó; “aquí” no hay lugar para “radicalismos”…”radicales”
fuera….
El CNE y el SAIME son cajas negras bajo total control político y
técnico de personal chavista de absoluta confianza; son entes cerrados a cuyas
estructuras no hay acceso libre ni son objeto de ningún tipo de contraloría ni
supervisión externo no-oficialista. Que se sepa y a menos que se esté mal
informado, en ellos sucede solo y todo lo que el alto chavismo, Chávez, decide;
incluso y obviamente a nivel de su directiva La oposición y los entes que han
sostenido que no hay inconsistencia ni fraude lo han hecho, bien
cuestionablemente, solo con base a
auditorias específicas sobre muestras aleatorias, del REP las máquinas de
votación las captahuellas, de los equipos de rechequeo diseñadas técnico-institucionalmente sobre
normativas y programas del mismo CNE.
No hay, como tendría que ser, presencia no-chavista permanente con pleno derecho y libre acceso a todas las
áreas y fases internas de los procesos. Hoy, repito, que se sepa, nadie tiene
conocimiento ni manejo exhaustivo de toda la estructura medulares ni del CNE ni del SAIME, bases procesales y técnico-jurídicas
del sistema electoral venezolano; por lo que nadie seria y honesta, e
inteligentemente, puede afirmar terminantemente que en esos entes no hay
posibilidad de fraude, que no es posible y que no lo hubo .Quienes lo hacen, lo
hacen ambigua y acotadamente, y sobre un pragmatismo electoralista rayano en la
ingenuidad y/o la deshonestidad; en cualquier caso lo hcen irresponsablemente.
Puede entenderse, aunque es bien discutible, que se asuma por
conveniencia ”política” pragmática-electoral, no mencionar el fraude por que
“no puede probarse”; pero negarlo, sin poder probar que no lo hay, como lo han
hecho en la oposición la MUD el CV, y Capriles, es irresponsable. Obviamente, la
prueba contra la idea de que sí hay fraude; sería la demostración incontestable
de que no puede haberlo; con una contraloría independiente técnico-ciudadana
exhaustiva y permanente del CNE y el SAIME; o si estos entes fueran
transparentes y absolutamente abiertos a la vista de la gente.
Lo que no es así. Por lo que, y mientras tanto, es éticamente una
obligación, políticamente acertado y respetuoso de la inteligencia del
venezolano; apuntar a que, si el fraude
sí es posible y esos entes electorales y de identificación son controlados por
un Chávez sin escrúpulos; en necesitándolo para su mesiánico “proyecto
histórico”, para disponer de mayores y mas cómodos márgenes electorales y sobre
todo en situaciones críticas; no cabe la
menos duda de que lo hace hizo y hará; cada vez que lo considere necesario.
,.* SEGUNDA PARTE
.-* De la unidad
al liderazgo; al fin, nuestro David contra Goliat
Las campañas de Chávez y Capriles, fueron, inversas a como se esperaba
o se supondría que fueran cada una con respecto a la otra. La de aquel, según, gran
líder mundial, de la “participación”, de que “la calle es del pueblo” de “la
inclusión”, etcétera, fue determinante y omnipresentemente mediática casi sin
actos ni vínculo real directo espontáneo con la gente. Mientras los actos que hubo fueron
remolcados tarifados y fríos; pesados. La de Capriles, relativa y se diría que hasta calculadamente
con muy poca presencia mediática; aunque con muchos recursos; fue de contacto y
comunicación directa con la gente; desde en los “casa a casa” en los “pueblo a
pueblo” hasta en las decenas de actos regionales
sorprendentemente masivos. La calle fue de la oposición, de la gente; la
penetrante convocatoria unitaria antichavista la ocupó espontánea masiva y
entusiastamente.
No hubo debate sobre nada; fue una campaña vacía; y aunque
supuestamente para unos y para otros, todo, absolutamente todo, “la Patria ” y “el Futuro” estaba en juego; fue una
campaña sin planteamientos de fondo y obviando temas tan sensibles como el
militarismo y la corrupción. Chávez con evasivas
impertinentes no se atrevió, rehuyó el debate que la oposición y Capriles
insistentemente propusieron. Pero, realmente, nadie promovió el debate real
sobre nada; desde ningún lado a ningún nivel de ninguna de las dinámicas de
campaña Los candidatos manejaron solo slogans y discursos.
Discursos que se relacionaban el uno con el otro; solo en una relación
de “paralaje”; solo candidaturalmente se referían mutuamente. El de Chávez metapolítico, épico, referido
al Universo a la
Utopía al Género Humano; etcétera; al capitalismo y
el imperio; a la
Patria ; supuestamente socialista, revolucionario;
supuestamente de izquierda; exaltado; con la gestualidad el gesticular y la
expresión corporal del discurso de Fidel
cuando Bahía de Cochinos; pero sin nada que ver con nada, ni de la coyuntura
real ni de la realidad concreta ni de la
crisis profunda en que vivimos, y.sobre la que su régimen cabalga El de Capriles, siempre sustentado en cifras
precisas y referencias vivas en sitio, sin dimensión, siempre sobre a los
problemas concretos locales y nacionales, que el mal gobierno chavista profundizó
y no resuelve ni podría resolver; y que, según, él y el buen gobierno que
haría, sí resolvería.
La campaña chavista, incoherente y errática, pesada, inicialmente
desdeñosa y subestimante de Capriles, descalificándolo y pretendiendo
desconocerlo como retador válido a su nivel; sin embargo, ante la sistemática y
bien precisa e impactante confrontación de éste, tuvo que pasar a un plano reactivo,
a ponerse a la defensiva; de tal forma que “puesto contra las
cuerdas”, se vio forzado a responder diariamente, compulsiva errática y hasta
lastimeramente a los cuestionamientos relativos a los problemas nacionales
puestos en la agenda electoral diaria que, Capriles sin mayor esfuerzo le
impuso hasta el final.
Aunque sin profundidad ni concreción sobre la solución a los problemas, ni sobre la base teórica o
conceptual de la que sería su gestión ante ellos; la campaña de Capriles “milimétricamente”
diseñada programada y ejecutada, se sustentó en aprovechar al máximo sus
ventajas personales y políticas, como candidato, apuntando a la relación de la crisis nacional continuada y
profundizada por Chávez y su gobierno agotado e incapaz; incoherente con su
pretensión reeleccionista; incoherencia
puesta de bulto, con la actuación y el discurso electoral, repetitivo y cansón;
hasta lastimero, de un candidato agotado emocional y psicosomáticamente;
enfermo; que como respuesta al cuestionamiento opositor, no alcanzaba mas allá
de seguir invocando y anunciando misiones; y a hacer referencias elípticas
inconcretas, a la “consolidación de la revolucíón” “anticapitalista” que,
según, avanzaría con su Plan 2013-2019.
La agilidad cobertura y alcance con que Capriles recorrió varias veces
el país, en los tres meses de campaña, aprovechando tales buenas condiciones
físicas un eficiente calendario y los recursos de que dispuso; aunque sobre
todo y siempre a partir del carismático carácter unitario originario de su candidatura;
aunque enmarcada en la inexplicable y
mas que dudosa validación del CNE y del proceso, según en función de crear la expectativa de un triunfo seguro; produjeron
la exitosa convocatoria plural y la
movilización nacionales en suma de los varios millones del antichavismo; a tales
niveles y con calidades políticas
imposibles hoy para el chavismo; ni siquiera imaginarlo.
Como derivación de ello, a
partir de esos muy buenos resultados de
la movilización iniciales por el país,
el carácter y el contenido unitarios de
la campaña fueron siendo desdibujados destacándose crecientemente su carácter
personal; de ser él, Capríles, quién
derrotaría a Chávez, ya no la unidad ni la gente; sino él; y que él sería quién resolvería los
problemas; hasta hacer axial y permanente la idea de que se trataba de “David”
que derribaría a Goliat; la vieja y profundamente reacccionaria y antihistórica
idea de que para sacar a Chávez se necesitaba otro Chávez; de que “solo con
otro líder” saldríamos de él; fue puesta como eje de la campaña..
El carácter unitario originario
de su candidatura, y su esencia unitaria, fue siendo hecha desparecer casi
totalmente a partir de inciada la campaña formal; y con el pretexto o la
justificación de “no tener nada que ver con el pasado”; el resto de las
organizaciones y las bases políticas y partidistas protagonistas de las
Primarias, diferentes a su partido PJ y a su nuevo Comando Venezuela,
desentendido del Comando Tricolor con que había ganado la candidatura única,
fueron excluidas de su campaña; que se redujo a una campaña presidecialista a la
Presidencia. Nada
nuevo por lo demás. Negar la “tarjeta única” que potenciaba la unidad, fue
consistente con la sectarización de la candidatura...
.-* Las “agendas
ocultas” y la opción por “el malo
conocido”
El discurso electoral de Capriles se armó sobre la idea de que los
problemas del país son resultado de que el chavista es un gobierno incapaz y
malo; y en que él los resolvería, todos y hasta en lapsos cantidades precisos,
con un gobierno bueno que él iba a hacer. En ese discurso, reconocía las principales ejecutoria chavistas en función de
lo social, sobretodo de las misiones, que, según, conservaría y mejoraría,
haciéndolas mas incluyentes pero despartidizándolas.
Y, aunque nunca se refirió a
cambiar la propiedad estatal de PDVSA de las empresas básicas y de las
privatizadas CANTV y EDC, siempre sin mayores precisiones sobre cuales sí y
cuales nó, reiteraba que detendría revisaría y hasta, según, revertiría las expropiaciones, de que respetaría la
propiedad privada, igual sin específicar; y que con el sector privado y la
inversión extranjera crearía millones de empleos y reactivaría la producción
nacional; pero de tal forma expuestas esas posturas, que era evidente su
sintonía con lo medio-dicho ambigua y dejado en suspensivos; siempre seguido de la advertencia de “lo difícil
y duro que era lo que venía; la reconstrucción de lo que Chávez había, y seguía
destruyendo” “ la durísima transición que venía”; que declaraban algunos de los
principales especialistas tecnócratas y burócratas de sus equipos de campaña y
programa, y que, presumiblemente estarían en su gobierno.
Capriles y la MUD y el CV rechazaron terminantemente y denunciaron que
se trataba de una componenda, los documentos difundidos hacia el final de la
campaña, que mostraban una clara
orientación neoliberal. Y aunque eran evidentemente manipulados y editados, y que
no habían sido oficialmente asumidos; igual
era claro que sí habían sido hechos y manejados por algunos de los equipos de
programa-. La idea simplista y evasiva de que “las etiquetas no tienen sentido”,
de que, según, “es obsoleto hablar de neoliberalismo, de izquierdas y
derechas”; no disipó el efecto concreto que
el ataque central chavista, de neoliberal de que revisaría y reprivatizaría lo expropiado;
y sobre todo de duda sobre que eliminaría las misiones, tuvo en sus varios millones
de beneficiarios; y hasta en la buena parte de los ya distantes del chavismo y
que mostraban tendencia a abstenerse. Entre la afirmación chavista de que
mantendría las misiones crearía más y las profundizaría; sobre todo teniendo la capacidad concreta de hacerlo; y
la idea de Capriles de que no las eliminaría sino que las revisaría y
mejoraría; la lógica que por lo visto prevaleció, al menos en algunos sectores,
fue la de “malo conocido preferible que bueno por conocer”.
La ilimitada deshonestidad de Chávez no le quita veracidad a su
denuncia, repetida día a día por sus títeres, de que Capriles, y, si no la MUD o el CV, su eventual equipo de gobierno,
teníau una “agenda oculta”; oculta a la opinión general, pero manejada por los
factores de poder que lo apoyaron, y que en sus elementos básicos y líneas
generales eran mostrados en los medios por sus tecnócratas polítologos y
voceros aparentemente mas cercanos. Pero, con la circunstancia, de que,
exactamente igual y con igual opacidad, Chávez en su Plan 2013-2019, realmente desconocido
por la gente y al que él se refiere genéricamente como “continuar la
construcción del socialismo” o “profundizarlo”, etcétera; lo que hay, igual, es
una agenda oculta; que no se atreve a mostrar; en cuanto a “el ariete” sobre la
sociedad en qué consiste realmente “el
Estado Comunal” al que se refiere ese plan.
Que aquella sea calificada de “neoliberal” o “capitalista”, siéndolo
realmente; y esta de “socialista” sin que realmente no sea sino el proyecto de “capitalismo
de estado” soportado en un control reticulado de toda la sociedad; y aparte de que sea irrealizable;
no las diferencia, en cuanto que, agendas ocultas ambas; se sustentan en una concepción mesiánica delirante y autoritaria
del poder y de una acción pública por encima y negadora de la soberanía
ciudadana; que hoy por hoy es, precisamente, el punto deslindante entre lo
regresivo y lo progresivo, entre las posiciones de izquierda y las de derecha;
ante los problemas de la sociedad y del ejercicio del poder.
-* Sustituir un “gobierno
malo” por “uno bueno”/ La“política” y la “antipolítica”
La idea de que de lo que se trata era de “gobernar bien”, sacando a Chávez
que gobierna mal, además de lo
teóricamente inconsistente que es; obvia varios aspectos concretos de las
vivencias y visiones de la gente en general. Uno, se refiere a la visión de los beneficiarios del gobierno
chavista, “malo” para la oposición y Capriles; pero que para esos clientelajes
que todavía son una buena parte del país, y explicablemente, el de Chávez ha
sido el mejor gobierno que han conocido. Otro
se refiere a que si ciertamente el actual es un gobierno malo, el peor
conocido; que no resuelve, igualmente los anteriores puntofijistas fueron malos
y permitieron un acumulado de deterioro y exclusión de la que fue víctima y todavía
lo recuerda y tiene conciencia y vivencia propias, concretas, buena parte de los
venezolanos mayores de 30 años.
Y, un tercero, que va mas
allá de la idea de que se requiere “un buen gobierno”, aunque Capriles se
desentiende del pasado y de la vieja política, los dirigentes y cuadros que lo
acompañaron y que estarían en su gobierno; y él mismo; aunque no hayan estado muchos de ellos personalmente en gobiernos
anteriores, muchos sí vienen del partidismo y la tecnocracia puntofijista y/o
multilateral, y reproducen concepciones y estilos de la vieja política,
sustentada en la representatividad liberal-burguesa en el autoritarismo y el
mesianismo, civiles y tecnocráticos; y en el partidismo; en los que ellos
sustentan su agresivo deslinde entre lo que califican como “política” y lo que
descalifican como “antipolítica”
Pero el cuestionamiento mas de
fondo a la idea de que los problemas nacionales se solucionarían, saliendo
Chávez, claro, y, con un buen gobierno; es que la crisis nacional, los
problemas el acumulado de deterioro de décadas, y la respuesta a ellos no es,
sino circunstancial e instrumentalmente una cuestión de mal o buen gobierno, de
una buena gestión pública; porque es una cuestión de poder; la cuestión de,
quién, sobre cuales relaciones fácticas y subjetivas, y en función de qué
expectativas e intereses concretos, se ejerce el poder, se define y activa lo
público y se formulan las decisiones sobre él. No entrando en materia sino yendo
directa y solo referencialmente al epicentro del asunto: no es con Chávez que
la economía venezolana se convierte en rentista; desde Gómez ha sido así; y
tampoco es ahora que la política es clientelar; desde los años cincuenta ha
sido así; y no es con Chávez que se inicia el desmantelamiento institucional
del Estado Venezolano, y se disparan la inflación la paridad cambiaria y el
endeudamiento; sino que fue en la década de los 70 y 80. Con Chávez se ha
continuado y profundizado el deterioro de todo en Venezuela; pero no fue con él
que se inició. Y eso lo sabe la gente, lo sabe el país. .
-* Una
polarización solo electoral La gente votó en contra
Desde el 2006 cuando todavía se mantenía la polarización general del país
inducida mediáticamente por ambos sectores; ella vino cediendo, a nivel de la
gente, hasta casi no existir hoy; aún cuando se sigue manejando, manipulando,
en los discursos y a nivel mediático. Obvio, en procesos eleccionarios la polarización
mediática se dimensiona circunstancialmente en la gente; aunque ya sin la intensidad violencia y agresividad, de antes y
de luego del RR del 2004 Hoy el
venezolano de a pié no está polarizado; aunque mayoritaria y crecientemente
rechaza al chavismo; a contrapelo de lo polarizadas que sí están las figuras
mediáticas partidistas intelectuales empresariales, religiosas de ambas partes.
En la campaña, naturalmente, la
gente fue requerida y presionada para votar por Chávez o por Capriles Pero con
la circunstancia, que siempre se da como una condicionante mas, y que aquí fue
lo determinante; de que realmente la gente, mayoritaria y mayormente, no voto por
Chávez ni por Capriles; sino en contra; en contra de Capriles del puntofijismo de la derecha y el Imperio; de
que “te van a quitar las misiones”; la
mayoría de quienes votaron Chávez; y, en contra de Chávez, un porcentaje
probablemente mayor, contra la inseguridad, la destrucción del país, el
comunismo, los militares etcétera. En
mediciones hechas a mediados de campaña, se determinaba que el
porcentaje de quiénes votaron por Capriles, propiamente por él, andaba por el
10%; el mayor peso porcentual era el del carácter unitario de su candidatura. Y
aunque no había información precisa sobre la motivación para votar por Chávez,
seguramente que el porcentaje de quienes lo hacían en concreto por él, debía
ser inferior al 20%,.si acaso; siendo el
de mayor porciento, probablemente, el temor a que quitaran las misiones.
A pesar de la retórica pseudorevolucionaria
socialista; y a pesar del Plan Bolívar 2013-2019, supuestamente “un proyecto de
país”; y a pesar también del discurso pragmático aunque con resonancias
milenaristas, de “hay un camino” y del
Programa de la
MUD y el CV, igual, supuestamente “un proyecto de
país”; el cuadro de motivación electoral fue preciso y cerradamente polarizado;
de votar en contra. No se votó por ninguno de los “proyectos”; ni se voto por
la izquierda ni por la derecha Para votar eficientemente y por lo que fuera contra
Chávez, no se podía sino votar por Capriles; y para votar eficientemente y por
lo que fuera contra Capriles, no podía sino votar por Chávez.
.-* Capriles, el
candidato de una derecha; no de toda
.A la candidatura de Capriles apostaban las cúpulas partidistas y
empresariales, nacionales, y religiosas; algunas no abiertamente; y, no todas;
ni siquiera las mas de mas poder como la bancaria; junto a los factores
políticos y de poder conservadores internacionales Sin que pueda decirse que era
el candidato de “el capitalismo y el Imperio” de “la derecha”; sino de algunos
sectores del capital mundial del “Imperio” que están en contra Chávez; y que no son sus socios comerciales o
industriales. Es cierto igualmente que Capriles
personal y político-partidistamente tiene un origen y una trayectoria de
centro-derecha; salió de COPEI; y
PJ partido del que es cofundador se ha
identificado con el PP español y con el PAN mexicano; con el uribismo; y hasta
con los republicanos de EEUU Y es cierto
igual que su campaña que se soportó y arrancó inicialmente en la condición y el
contenido unitario de su candidatura; fue siendo llevada a pulso,
concientemente y él conciente, hacia la deriva sectaria y reaccionaria de ser “el
otro Chávez”; de ser el “David” que derribaría a Goliat; deriva oscura
antiunitaria de la que resultó la conciente y voluntaria exclusión por el CV de
la pluralidad partidista y organizacional que, aparte su real dimensión y
alcance, su peso real y vigencia, fue la que determinantemente conformó las Primarias;.
Pero ello no significa que la candidatura fuera de derecha, aunque si lo fuera de
la derecha, de la derecha nacional y de parte, solo de parte, de la
internacional Otra parte jugó fue a Chávez.
Junto a que, tema aparte, la motivación de medio país, que se expresó
votando por él, no es de derecha; ni siquiera y a pesar de todo, es
anticomunista, sino muy minoritaria y superficialmente; sino que rechaza la
concentración de Poder el autoritarismo; que es lo mas de derecha que puede darse
hoy por hoy en cualquier contexto; y rechaza el estancamiento y la regresión
del país, el desmantelamiento de sus estructuras productivas y sociales
históricas nacionales; por lo demás inevitablemente “capitalistas” “burguesas”.De
tal forma que, motivacionalmente, el voto por Capriles no era por un candidato
de derecha; ni, menos un voto de derecha. Como el voto por Chávez no era ni un
voto por la izquierda ni un voto de izquierda.
Por lo demás, la candidatura de Chávez, y su “proyecto” no tiene nada de
izquierda; mas allá de la retórica y de lo que digan sus planes; y del
clientelismo hacia los sectores “C” y “D”.Centenares de trasnacionales de todo
el Mundo; por mencionar solo algunas, las navieras ferrocarrileras y
telefónicas españolas; las grandes agroindustriales metalúrgicas de
construcción brasileiras y argentinas; las chinas las rusas las italianas,
etcétera, las centroamericanas; las petroleras de todo y las fabricantes de
aviones y trenes del Mundo, francesas brasileñas españolas; tienen a Chávez
entre de sus principales socios comerciales.
Por otra parte, si podía visualizarse el que sería el gabinete de Capriles
como conformado por tecnócratas vinculados al sector empresarial y a los
multilaterales y con experiencia, currículum y orientación neoliberal; en
contraste con la chapusería desrprofesionalizante y militarizante
característica de los gabinetes de Chávez; sin nada que ver con “socialismo” ni
izquierda ni revolución; sino con la chapucería y la negación absoluta de la
inteligencia; pero que se reivindican como “revolucionarios” e “izquierdistas”;
y sin entrar en el tema de la calidad y el contenido real que han tenido sus
ejecutorias; no hay sino que atender a quienes serán, designados a dedo, sus
gobernadores a partir del 16D; nuevos y viejos; que en general y aparte de
algún matiz que se pueda observar en uno que otro; todos, aparte de incapaces y
corruptos, son reaccionarios de derecha y hasta fascistas; sin nada que ver con
izquierda ni posiciones progresistas. La conclusión es bien clara; el voto por
Chávez fue un voto por un régimen
reaccionario, de derecha.
.-* Chávez en su
verdadera pequeñez
De estas presidenciales queda un
Chávez desmitificado, sin prepotencia, reducido a su real estatura y dimensión;
frágil hasta el llanto; y que fue puesto y mantenido “contra las cuerdas”, por un retador que
aparte la condición unitaria de su candidatura, tampoco tenía mucho con qué,
salvo su juventud y las muy buenas condiciones físicas que tiene, de su entrenamiento
de maratonista y montañista,; y que con un discurso primario y directo referido
sin dimensión ni densidad al caos del día a día de los venezolanos; y a la
responsabilidad de Chávez, en su profundización; terminó imponiéndole la agenda
diaria en todo evento aunque no fuera o no debiera ser electoral
TERCERA PARTE
.-.* Lo que no podía ser y no fue; el Flautista de Hamelín no estuvo aquí
El 7O, felizmente, no fue nada de lo que ambas partes anunciaron que
sería. Ni fue realmente el inicio de “la última gran batalla de La Patria ”; ni fue “el primer día de El Futuro”; según la amenaza fuera del chavismo,
según fuera de la oposición. El “huracán revolucionario, bolivariano, etcétera,
no se dio, o no pasó por aquí. Aunque sí hubo, culminó, la gran avalancha ciudadana antichavista
antiautoritaria que comenzó a formarse y crecer desde el inicio del año.
A Chávez ni al CNE le
fueron suficientes ni los votos reales voluntarios que todavía tiene ni
siquiera sumando los de los abstencionistas remolcados; para producir al menos
el efecto de que había “ventiado”; teniendo que echar mano de los votantes
“pret a porter” del SAIME, procesados y computados por el CNE hasta los totales cantados. Fue la primera de las
tres jornadas de la “Victoria Perfecta”
decretada; una “victoria” electoral, ciertamente gracias al SAIME y al CNE ; mas que a “la maquinaria”; y, “perfecta”, sí,
estando avalada por la oposición; pero de mierda; una victoria vergonzosa,
hedionda.
Mientras que la avalancha ciudadana antichavista, espontánea
voluntaria, de votos, sí la hubo; y, a por encima de todo, y también de la oposición, fue espectacular sin precedentes. Porque fue de
la gente, nada que ver con la pretensión
de que fue provocada por una suerte de “Flautista de Hamlín” que con su embrujo
nos sacaría de la pesadilla chavista y nos llevaría, siempre él con su flauta,
al Futuro. Y, claro que hubo los votos para “ganar” si hubiera habido un
verdadero “arbitro”; en vez de un CNE que simplemente leyó los números que
desde meses atrás Chávez mismo había cantado como resultados mínimos aceptable.
Fue una derrota electoral espectacular, brillante; de la gente, de los
venezolanos; frente a la sucia y vergonzosa “victoria” chavista sobre el país
todo. Una derrota con la que no comenzó “El Futuro” imaginado por la MUD y el CV, al que llevarían el país de la mano;
aunque si, mas allá de lo obvio, el inicio sí, de todo lo que viene e
inevitablemente sucederá, mas allá y a pesar de la perversión
institucional-electoral chavista, que ya monta el segundo y el tercer evento de
su “Vitoria Perfecta”. Como ha venido siendo, la avalancha ciudadana, seguirá
creciendo hasta sepultar el autoritarismo.
Seguro que en el corto tiempo se verá que el “triunfo” chavista del 7O
no significará la pretendida gran batalla por “La Patria ”, supuestamente haciendo “irreversible” el
proyecto autoritario. La gente, incluida la gente cuyo voto de la manera que
haya sido, fue computado para Chávez; lo enfrentará; como ya desde hace años
viene enfrentándolo. Igual que tampoco hubiera sido el inicio del lanzamiento a
“El Futuro” según la agenda real de la MUD y el CV; en el escenario imposible de que el CNE hubiera el triunfo de Carriles.
Ninguna pretendida elite, ni
cúpula ni articulación de factores de poder, ni autonombrada “vanguadia”; ninguna estirpe ni ningún
mesianismo ni tecnocratismo; está en capacidad hoy; por eso ocultan sus
agendas; de imponerle a la gente, en nuestro caso, a los venezolanos, su
proyecto su modelo; sea cual sea su orientación
sea cual sea su alcance, ideológico doctrinario teórico. El aspecto
común, igualante aunque hubiera algún matiz, de ambas votaciones chavista y de oposición,
fue su constitución “policlasista”; la pluralidad en todos los aspectos. Mas
allá de que realmente la subjetividad nacional esté hoy escindida; y de lo que
puede indicar cierta emocionalidad y alieamiento; y una polarización
circunstancial, los venezolanos de ambas votaciones, realmente están
mayoritariamente contra la concentración de Poder contra el autocratismo. Por
eso la agenda real de Chávez, era y es una agenda oculta; tanto como era
la de la MUD y el
CV.
Caracas octubre 2012
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Rafael iribarren
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