viernes, 16 de noviembre de 2012
GUILLERMO SALAS - LEOPOLDO: ¿TESTIGOS O MIRONES DE PALO?
Leopoldo,
entiendo que tu misión en las pasadas elecciones del 7-O fue crear un ejército
de testigos para impedir que se produjese un fraude electrónico.
Los
testigos no podían impedir el voto de los múltiple cedulados, tampoco los
efectos perversos y mayúsculos del voto bajo coacción a causa del SAI
y mucho menos podían evitar el voto bajo engaño, que hizo que cerca de 360.000
electores que pulsaron en el tarjetón electoral recuadros con la cara Capriles,
terminaran votando nulo o por Reina Sequera (recuerda que en el tarjetón
electoral la opción del voto nulo no existía, y sin embargo aparecieron 287.325
de estos votos). Por eso entiendo que cuando decías, “donde tengamos testigos
no habrá fraude”, te referías exclusivamente a que no habría fraude
electrónico.
Ciertamente
el proceso de votación incluía dos procesos de verificación que de haberse
hecho, hubiesen minimizado la posibilidad de que se fraguara un fraude
electrónico indetectable.
El
primer de ellos que debió haberse hecho en todas y cada una de las mesas de
votación, consistía en cotejar el total de votos que reportaron las máquinas de
votación (en las Actas de Resultados), contra el número de votantes que
firmaron el cuaderno de votación. Esto hubiese impedido el voto virtual.
Los
miembros de las mesas electorales, debieron haber dejado constancia de estas
verificaciones en las Actas de Resultados, anotando en ellas, a mano, el número
de votantes que asistió a cada mesa electoral según los cuadernos de votación.
La
segunda de estas verificaciones, fue la que debió hacérsele a los resultados del
54% de las máquinas de votación (escogidas por sorteo). Esta consistía en
contar (escrutar) las papeletas de votación, para ver si los números de votos a
favor de cada candidato según las papeletas, coincidían o no con los números
reportados por las máquinas de votación y que el numero total de votantes
consignados en el Acta emitida por la maquina, era el mismo numero de las
boletas de votación consignadas en la urna electoral. Esto hubiera impedido que
se “metieran” electrónicamente votos adicionales a favor de un candidato y,
asimismo, esta verificación hubiese impedido el trasiego electrónico
indetectado de votos de un candidato a otro.
De
haberse realizado estas verificaciones, los miembros de las mesas, debieron
haber dejado testimonio de estos resultados en las Constancias de Verificación
Ciudadana.
Del
hecho de que al entrar a www.hayuncamino.com y
ver que en la inmensa mayoría de las Actas de Resultados la casilla “Votantes:
En el cuaderno. NRO.” está absolutamente vacía, resulta evidente que la primera
de estas verificaciones no se hizo.
Y
en cuanto la segunda hay muchas historias, falta la presentación de esas actas
de auditoria de cierre o verificación ciudadana. Lo cierto es que el ciudadano
común no tiene ninguna evidencia de que estas se hayan hecho. Hasta ahora nadie
ha presentado y mucho menos publicado las Constancias de Verificación
Ciudadana. Y cuando uno pregunta ¿Donde están las Constancias? no obtiene
respuesta.
En
la mayoría de los casos los testigos no dejaron evidencias de si se hicieron o
no estas verificaciones. Se limitaron a recoger las Actas de Resultados hechas
por las máquinas SmartMatic.
Pese
al entusiasmo y a la evidente buena voluntad de nuestra gente, debido a las
graves fallas en el protocolo para su adiestramiento, nunca tuvimos un ejército
de testigos; tuvimos sólo una multitud de bienintencionados mirones de palo.
Los
resultados del 7-O son un dictamen del sistema SmartMatic exentos de toda
verificación ciudadanía.
Los
demócratas de este país exigimos una explicación.
16
Noviembre, 2012
@gasalas
Etiquetas:
7-O,
Guillermo Salas
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