jueves, 1 de febrero de 2024

EL LIBELO DEL APARTHEID






EL LIBELO DEL APARTHEID

Luis Marín


El apartheid es una institución sudafricana, concebida y aplicada para abordar situaciones específicas de ese país, tan particular y complejo, que es imposible extrapolarla a otros países o sociedades diferentes; por lo que causa perplejidad el esfuerzo y la tenacidad invertidos por Amnistía Internacional, entre otros, para endosársela a Israel, un país tan diametralmente opuesto que esto tiene tan poco sentido como si quisieran aplicarle su jurisprudencia o sus leyes de tránsito.


Se suelen asociar las leyes del apartheid con el acceso al poder del Partido Nacional Afrikáner, en 1948, que intentó dar forma jurídica a prácticas y relaciones sociales que obviamente ya existían, pero, siendo que el derecho anglosajón se basa en la costumbre, no tenían expresión escrita, positiva; luego, si el fundamento de toda legislación es la historia y la tradición, como predican los británicos, entonces la segregación racial está enraizada en la conciencia del pueblo sudafricano, es parte de su idiosincrasia.


Y este es el meollo del asunto: es erróneo pensar que el apartheid desapareció súbitamente de Sudáfrica con la toma del poder por el Congreso Nacional Africano de Nelson Mandela y consortes, esto es, por un simple cambio de partido en el gobierno, si la sociedad sigue siendo exactamente la misma, con los mismos prejuicios y resentimientos. Dicho más claramente: los negros sudafricanos son tan racistas y segregacionistas como los blancos y no existe ninguna superioridad moral en el supremacismo negro respecto del blanco.


Por ejemplo, el Partido de la Libertad Inkatha, apoya la división territorial por razas porque tiene la provincia (bantustán) Kwa Zulú-Natal para la tribu Zulú. El Partido de Luchadores por la Libertad Económica, clama por la expropiación sin compensación de los granjeros blancos. Su líder, Julius Malema, antiguo jefe de la liga juvenil del CNA,  corea en sus mítines una canción que reza: “Dispara al bóer, mata al blanco”.


El gobierno, para disculparlo, afirma que una canción no es una declaración (Statement); pero, contradiciéndose, presenta en La Haya el video de unos supuestos soldados israelíes cantando una cancioncita guerrera como prueba de intención genocida. 


Mismo partido que propuso al parlamento a fines del año pasado cerrar la embajada de Israel en Pretoria y cortar cualquier relación con este país, lo que fue aprobado por abrumadora mayoría. El gobierno, a su vez, solicitó a la Corte Penal Internacional una orden de arresto contra el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu.


Otro partido en ascenso es “Operación Dudula”, expresión que podría traducirse como “expulsión forzosa”, esta vez contra los inmigrantes de otros países africanos que viven legalmente en Sudáfrica; pero que ellos acusan de casi todos los males que sufre este país, en el que lo único que crece es la corrupción, la criminalidad y el desempleo, productos comprobados de las políticas socialistas, no de los extranjeros.


Y es que el CNA, que lleva treinta años ininterrumpidos en el poder, es socialdemócrata, miembro de la Internacional Socialista y tiene una coalición histórica con el Partido Comunista Sudafricano, con el que se presenta a las elecciones y que ocupa un tercio del gobierno y de la representación parlamentaria.


Esta unión simbiótica se remonta a los años 60 en que Nelson Mandela fundo el brazo armado del CNA que llamó “la lanza de la nación” y no por casualidad se inspiró en la guerra de guerrillas del Che Guevara que entonces ejercía en el Congo y luego en Angola, Mozambique y Guinea Bissau. De aquí provienen los vínculos con la Unión Soviética y sus apadrinados, la OLP y Al Fatah de Yasser Arafat.


De manera que la postura anti israelí del gobierno sudafricano tiene al menos estas dos vertientes: una, ideológica, porque son marxista-leninistas, alineados de antaño con el comunismo internacional (de hecho, el único diputado comunista de la Knesset, Ofer Cassif, saltó a apoyar la demanda de Sudáfrica contra Israel); otra, racista, porque consideran a los judíos como “blancos”, aliados del ancien regime y de algún modo vinculados al imperialismo y colonialismo.


De esta manera tortuosa llegamos de las recurrentes acusaciones contra Israel de ser un “estado de apartheid” a la actual demanda de Sudáfrica acusándolo por ante la Corte Internacional de Justicia de cometer “genocidio” en Gaza, que es otra sorprendente puesta del mundo al revés que los marxistas llaman “inversión dialéctica”.


Porque es que el mismo término “genocidio” fue inventado por un abogado judío, Rafael Lemkin, que dedicó toda su vida, hasta la extenuación, para que este tipo penal fuera reconocido como delito internacional, con el propósito de prevenir que un crimen como la Shoah no pudiera ocurrir impunemente nunca jamás. La Convención Para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, aprobada en 1948, a instancias de Lemkin, fue el giro del Derecho Internacional que originó a la Corte Penal Internacional.


Así que resulta repugnante que una resolución que bien pudo llamarse “Convención contra el Holocausto”, concebida para proteger a los judíos y a otros pueblos que ya lo habían sufrido, como los armenios a manos de los turcos, entre 1915 y 1923, se haya retorcido al extremo de acusar precisamente al Estado judío de violarla.


La Corte Internacional de Justicia hizo un pronunciamiento preliminar infortunadamente justo antes del Día Internacional en Conmemoración de las Víctimas del Holocausto, el 27 de enero, en el que si bien no satisface las medidas cautelares pretendidas por Sudáfrica, admitió y le dio curso a la demanda considerando como “plausibles” sus calumnias, algo que no deja de ser un insulto para cualquier amante de la justicia.


Por un lado, viendo de lejos, se puede observar con sonrisa interna que esta es la Corte de El Principito: “Ordena hacer lo que hago y prohíbe lo que, de todas maneras, no hago” y eso son los cinco primeros enunciados. El sexto, de rendir informe a la Corte, es problemático, porque coloca a un Estado soberano bajo su escrutinio, como sub judice.


Y esto da pie a que siga la propaganda enemiga, que busca desesperadamente que alguna institución más o menos respetable avale un discurso atrabiliario, ofensivo, falaz, que eso sería lo de menos si no fuera, éste sí, genocida.


Le sería tan fácil asentar algunas verdades evidentes como, por ejemplo, que Israel no es ninguna “potencia ocupante” de su propio territorio, que los judíos no son “colonos” en su tierra ancestral, que el judío no es un “Estado de apartheid” como sí lo es Sudáfrica, en fin, desautorizar toda esa retórica barata, destructiva, además de inútil.


La actitud de Sudáfrica contra Israel califica como persecución. Basta recordar su diligencia para que la delegación israelí fuera echada en forma deshonrosa de la Cumbre de la Unión Africana, el año pasado, donde tenía la calidad de observador, sin ningún respeto por el sacrosanto principio de la cortesía internacional.


Sudáfrica se alía con Irán en su obsesión por destruir a Israel; pero también es miembro del BRICS, lo que le asocia con Rusia y China, todos grandes enemigos de occidente.


Por donde se hale un cabo, sale la alianza socialista, comunista, fundamentalista islámica, la mayor amenaza de nuestro tiempo.


Luis Marín
01-02-24

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lunes, 18 de diciembre de 2023

¡HACIA EL TRIUNFO ESEQUIBO!






 ¡HACIA EL TRIUNFO ESEQUIBO!
Agustín Blanco Muñoz

 

¡Buenos días Don Antero! Caramba profesor, que buen regalo de navidad que usted caiga en esta bodega de su Maracay nativo, en una hora de muchas cosas que conversar. Y por eso, de una le planteo lo del duro y difícil tema del Esequibo.

 

¿CÓMO VE LA HISTORIA ACTUAL
EL CASO DEL ESEQUIBO?

 

Si, mi querido y respetado amigo, este es un asunto a revisar con mucho cuidado y con el mayor esfuerzo de equilibrio y objetividad. Por eso, precisamente, es que nos interesa su visión de  Historiador de lo Actual para que, en medio de su posición crítica, nos dé su parecer sobre  las medidas tomadas por el gobierno.


SE OLVIDÓ EL PROTOCOLO DE 1966
PARA BUSCAR DIÁLOGO Y PAZ

 

Por nuestra parte consideramos que los anuncios oficiales sobre el problema son acertados. Y esto lo digo sin poner de lado lo que siempre he dicho sobre esta llamada revolución que tiene en la destrucción su mayor objetivo. Pero en este caso no hay que ponerse ciego y lejos del pienso y advertir que en el caso Esequibo, el gobierno no tenía para donde coger, porque la otra parte, Guyana, colocó la materia en situación radical. Olvidó aventureramente  el asunto ese del protocolo de 1966 que pide buscar acuerdos, negociaciones por la vía del diálogo y la paz.

 


SE PREFIRIO VOLVER AL DESPOJO DEL LAUDO ARBITRAL
DE PAÍS DE 1899

 

Prefirió volver al despojo, al mismísimo robo del Laudo Arbitral de París de 1899 y  se lanzó a ocupar la zona en litigio y autoriza y negocia la instalación de la ExxonMobil. De modo que es grande la sacada de gas y petróleo de alta calidad y quien sabe que más estará pasando en ese espacio que tengo entendido cuenta con muchas otras riquezas como oro, diamantes y bauxita.

 

Y ES GUYANA QUIEN PIDE SOLITARIA A LA ONU
UN DICTAMEN SOBRE EL DIFERENDO

 

Fíjese además, profesor, que es Guyana quien pide solitaria a la ONU un finiquito sobre el diferendo. Y sin siquiera opinión de Venezuela la cosa va a la CIJ. Y todo parece dispuesto para que se favorezca al ilegal demandante.

 

Porque cuando piden que se elimine el referendo consultivo, dispuesto para que la lucha no sea de un gobierno sino de un pueblo, lo que se explica como jugada política, la respuesta de la Corte es negativa, pero establece esta menudencia: Guyana, que “administra y controla” la zona, y Venezuela deben dejar todo como está hasta que ellos resuelvan.

 

ANTE ESTE SESGO EL GOBIERNO SIENTE LA NECESIDAD
DE RESPONDER CONTUNDENTEMENTE

 

 

Ante este evidente sesgo, este gobierno se siente en la obligación y necesidad de responder de manera contundente. Y dígame profesor, en su condición de historiador de lo actual, si tengo o no algo de razón en lo que comento.

 

MIRE, DON ANTERO, HABRÁ QUIEN LO ACUSE
DE CHAVISTA



Mire Don Antero, no faltará que lo acuse de chavista, vendido o traidor en medio del fanatismo  e inclinación polarizada que se ve por todas partes. Hay muchas voces o posiciones que, aunque disimulan sus actitudes, se alegrarían con la pérdida del Esequibo, porque entienden que eso conduciría a la irremisible caída de Maduro y su gobierno, la pérdida de las elecciones 2024 y el fin de la llamada ‘revolución bolivariana-marxista-leninista-fidelista-socialista y comunista’.

 

Y SIN EMBARGO SUSCRIBO, DON ANTERO, SU ANÁLISIS Y AGREGO QUE LA PELEA ES CON LA EXXONMOVIL USA

 

Pero por encima de estas circunstancias, yo suscribo su análisis en todas sus partes. Y agrego: ya la pelea no es exactamente con Guyana sino con la ExxonMobil-EEUU-Guyana. Y con otros intereses inscritos en  este territorio.

  

PAÍSES DE DOBLE JUEGO AHORA ASUMEN
DE NEUTRALES

 

Son países del doble juego, que han recibido de Venezuela todo tipo de ayuda y a esta hora de su reclamación, asumen la posición de neutrales o equilibristas, que les permite, al margen de toda moral, seguir chupando de los dos gajos.

 

MÁS ALLÁ DE LOS FANATISMOS AQUÍ ESTÁ PLANTEADO
EL TRIUNFO CON LA CIUDAD GUAYANA ESEQUIBA

 

Este es el caso, por ejemplo, de los países del CARICÓN, guiados ‘sabiamente’ por Cuba. Y el asunto no queda aquí porque se impone revisar la posición asumida por ‘aliados’ como China o Brasil. Sin embargo, y a pesar de estos intereses y el referido fanatismo, aquí está planteado hoy el triunfo con ciudad Guayana Esequiba al frente de un operativo de decisiva ocupación civil y militar de lo que ha sido y es territorio venezolano.

 

 Y SE LE CONCEDE UN PLAZO DE TRES MESES A LA
EXXONMOBIL PARA ABANDONAR EL TERRITORIO

 

Por esto se concede un plazo de tres meses a la ExxonMobil para que abandone el territorio que ilegalmente ocupa en la actualidad. Indispensable en este sentido tener en cuenta el nuevo mapa de Venezuela. Esta es una posición adoptada teóricamente por los venezolanos y de la cual este gobierno no podrá devolverse, sin el consentimiento de lo que se tiene como soberano.

 



 

¡NO A  LA  FRANJA ESEQUIBA!

 

Indispensable, sin embargo, entender, y actuar en consecuencia, que no es nada conveniente, y estar negado hasta todos los extremos, de llevar la violencia-destrucción a la zona. De contribuir a crear un escenario de dolor, penas y muertes. ¡No a la Franja Esequiba!  Y evitar a toda costa que se cree aquí una nueva Franja Gaza.

 

ESTA LUCHA ESEQUIBA HAY QUE VERLA MÁS ALLÁ
DE LOS LLAMADOS ‘PARAPETOS POLÍTICOS
ELECTORALES’

 

Sancho, ¡Esta hora  de lucha Esequiba tenemos que verla más allá de las llamados ‘parapetos políticos electoralistas’!

 

@ABlancoMunoz

 17/12/23

 

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sábado, 9 de diciembre de 2023

SOBRE LA REVOLUCION Y EL EMPODERAMIENTO CIUDADANO



 

SOBRE LA REVOLUCIÓN Y EL 
EMPODERAMIENTO CIUDADANO

HUMBERTO GARCÍA LARRALDE

 

Una relectura del libro de Hannah Arendt, Sobre la revolución, ayuda a aclarar mejor las vulnerabilidades que exhibió la democracia venezolana en el pasado, así como elementos que contribuirán a fortalecerla --cuando logremos desplazar a la actual oligarquía criminal del poder--, ante posibles arremetidas dictatoriales a futuro. El libro de la célebre filósofa y politóloga judeo-alemana se centra en el examen de aspectos aleccionadores de las dos revoluciones más emblemáticas en la determinación de la modernidad política en los países avanzados: la revolución francesa y la que emancipó a las 13 colonias de Norteamérica del dominio británico, que ella refiere como revolución “americana”.


Para Arendt el uso de la violencia no es la característica definitoria de una revolución. Ésta se distingue por su propósito central, que es conquistar condiciones para ejercer la libertad. Cónsono con la visión liberal, ésta se asienta en el individuo, pero lo más importante es que, a partir de ahí, fundamenta la acción pública de los integrantes de una comunidad. Abolido el régimen autocrático asentado en privilegios de nacimiento, de derecho divino o en expolios de conquista, la libertad fundamenta su soberanía para abordar los desafíos de la justicia y del bienestar social, conforme a criterios que surgen del debate en su seno. En su libro explica cómo puede comprometerse esta condición básica de libertad cuando se le subordina a la prosecución de una justicia social como fin central de la revolución. 

 

Al comparar Hannah Arendt las revoluciones francesa y americana, señala que la primera terminó secuestrada por la preeminencia de resolver la injusticia social, desbordada como estaba por la marejada de sans-culottes recientemente empoderados por su liberación de las estructuras de sumisión del Ancien Régime. En un escenario de gran efervescencia social, llevó a asumir potestades dictatoriales para atender sus exigencias, desplazando el interés acerca de la nueva arquitectura política que mejor resguardaría la libertad y de cómo debía expresarse en una constitución cuya discusión empezaba.

 

Desembocó, como se sabe, en el reino del terror de Robespierre y, posteriormente, en el régimen imperial napoleónico que, si bien, impuso –a cañonazo limpio--la modernización de las estructuras de poder en buena parte de Europa, no consagró el ambiente de libertad esperado, como la entendemos hoy. Tampoco pudo asegurar la justicia social tan anhelada, siendo que aún no se contaba con el desarrollo tecnológico para ello. A través de este recuento, Arendt acentúa la distinción entre liberación, que frecuentemente involucra el uso de la violencia, y libertad, que es el fin deseado.

 

Para la revolución americana, perpetrada por una población comparativamente menor pero más próspera de colonos, dada la riqueza del Nuevo Mundo, la preocupación central era cómo mantener y fortalecer las libertades asociadas al autogobierno que había surgido gracias a la lejanía del poder monárquico, y sobre las cuales descansaba el ejercicio de la libre iniciativa y las normas de respeto a la propiedad y a las libertades de los demás (salvo los esclavos) como pilares de la sociedad deseada.

 

El reto de erigir un Estado federal a partir de las trece colonias autónomas, que no ahogara la soberanía popular conquistada, lleva a Arendt a argumentar a favor de la permanente participación de la población conjurada en la toma de decisiones políticas, garantía única de que la revolución no fuese secuestrada progresivamente por una casta cada vez más poderosa que decidiera, a distancia, en nombre de la sociedad.

 

Es decir, aparece el problema de la representatividad –necesaria en un país de las dimensiones del que se estaba constituyendo— ante la inviabilidad de ejercer una democracia directa al estilo de las ciudades-estado de la antigüedad clásica. El peligro que observaron algunos “Padres Fundadores” del nuevo estado federal, notablemente Jefferson, era que un poder constituido por una minoría de representantes que decidían “en nombre de”, tendía a propiciar que las mayorías utilizaran su libertad para refugiarse en su esfera privada de intereses, abandonando la política, salvo cuando les tocaba votar. Desaparecía la polis, espacio fundamental para el ejercicio de la libertad.

 

De ahí puede derivarse una noción de revolución centrada en la constitución de un régimen político que asegure la participación activa y directa de los individuos en los asuntos que les conciernen, plasmados en transformaciones institucionales fundamentales. El cambio de manos del poder político a través de proclamadas “revoluciones” que han salpicado tanto nuestra historia no pasaría de ser, en realidad, un golpe de Estado. Fueron revueltas que violentaron los mecanismos aceptados para el traspaso del poder, frecuentemente definidos por el autócrata de turno, pero no se asociaron a vuelcos significativos y duraderos en sus instituciones. Podrán haber sido acciones cruentas, capaces de desplazar a buena parte de la élite existente, pero no fueron revoluciones en el concepto de Arendt.

 

 En Venezuela, la llamada “revolución bolivariana” ha estado muy distante de todo lo planteado. Si bien se caracterizó como ruptura del marco institucional de la democracia representativa adeco-copeyana, lo hizo para entronizar una autocracia que fue acorralando y reprimiendo los ámbitos autónomos de participación y acción política de los venezolanos. Sólo admitía la conformación de espacios para la única expresión de “pueblo” aceptada, aquellos que plasmaran ciegamente la voluntad de Chávez.

 

Bajo su personalismo irresponsable, la “revolución” desembocó en la instalación de un régimen de expoliación militarizado, excluyente, amparado en la represión y en la negación de los derechos constitucionales; un caso claro de involución. Pero, al lado de esta ruptura (para peor) hubo también mucho de continuidad. Potenció enormemente las peores lacras del pasado, notablemente el populismo, el clientelismo y la corrupción asociadas al manejo discrecional de la enorme renta petrolera que pasó por sus manos.

 

De ahí que el desplazamiento de este régimen bien podría entenderse como una revolución de verdad, en los términos Arendtianos, si logra, a la vez que supera definitivamente al rentismo estatista, desarrollar y consolidar una democracia de avanzada basada en la descentralización, la apertura de la gestión de gobierno en todos los niveles al escrutinio público, el libre flujo de la información y, con ello, espacios para la potenciación de la iniciativa y la libertad de los venezolanos.


El concepto clave aquí es el de empoderamiento ciudadano. Nuestro gran reto, más allá de un programa económico coherente y eficaz, capaz de sacar a Venezuela del abismo en que la arrojó la mafia dominante, será forjar una cultura de participación, con su marco institucional correspondiente, que reconozca y potencie las potestades de organismos de base –sindicatos, gremios, asociaciones de vecinos, culturales, de consumidores, ecológicas, etc.—para aportar en la solución de los problemas e inquietudes que les conciernen, como para la vigilancia y llamado de atención activa a las acciones instrumentadas por los distintos niveles de gobierno.

 

Se trata de la crear espacios para lo que, en otro plano, conforma el capital social: la asociatividad, confianza mutua y reconocimiento, para que venezolanos bien informados y conscientes puedan motorizar los cambios y las respuestas requeridas ante los desafíos y oportunidades de la reconstrucción de Venezuela. El ingreso petrolero siempre será bienvenido, pero no debemos depender de él, más cuando, en manos del Estado, refuerza una cultura paternalista que consintió políticas populistas y clientelares que desembocaron en el actual régimen.

 

Estas referencias a una tensión ciudadana por inmiscuirse en los asuntos que le competen, así planteadas, podrían señalarse como una ilusión. Es, claramente, la aspiración de los demócratas a nivel mundial, en contraposición a las autocracias populistas que amenazan hoy las libertades públicas. La propia Hannah Arendt, al final del libro, tantea la idea de una arquitectura política enraizada en órganos de gobierno participativo local –municipios, cabildos, etc.-- sin atreverse a afirmar que sería la solución al problema de cómo reducir la desafectación de la gente por la polís, espacio de participación política de la ciudadanía.

 

Quizás sean, como figura ideal, una ilusión. Pero su conceptualización como referencia a la cual aspirar será un ingrediente permanente para la defensa de las libertades públicas que constituyen la esencia de la democracia. En la educación, la formación ciudadana y la apertura de espacios de participación están las garantías para la democracia futura en Venezuela.

 

 
 
Humberto García Larralde
economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela,
humgarl@gmail.com


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viernes, 8 de diciembre de 2023

GAZA, 7 DE OCTUBRE



GAZA, 7 DE OCTUBRE

Luis Marín

 


 

La Cátedra Pío Tamayo y el Centro de Estudios de Historia Actual de la Universidad Central de Venezuela convocó a un Foro titulado “La Franja de Gaza: ¿Guerra religiosa, político-imperial o por simple espacio?”, que se realizó el miércoles 29 de noviembre, fecha del 76 Aniversario de la aprobación de la Resolución 181 de la Organización de Naciones Unidas, en la que se propuso la partición del territorio del Mandato Británico de Palestina para dos Estados, uno árabe y otro judío. Como es bien sabido, los judíos aceptaron la propuesta y declararon la independencia del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948; pero los árabes la rechazaron e invadieron el naciente Estado judío para impedir su establecimiento.

 

En esta Resolución se encuentra el origen del mito de los 2 Estados, que conserva una extraña persistencia que se prolonga hasta nuestros días. Todavía se escucha a veces que una solución al conflicto podría ser que Israel volviera a las fronteras de 1967 para abrirle espacio a otro Estado; pero éstas ni son fronteras ni son de 1967, porque más bien se trata de las líneas de armisticio de la Guerra de Independencia de 1948, fijadas ante cinco potencias agresoras: Egipto, Jordania, Líbano, Siria e Irak.

 

Con más propiedad debería hablarse de la “solución de los 22 Estados” porque, en efecto, hay solo un Estado Judío y en cambio veintidós Estados inscritos en la Liga Árabe, incluso uno llamado “Palestina”, cuyo territorio coincide con el de Israel y su capital estaría en Jerusalén. Para advertir la desproporción basta echar una ojeada al mapa del Medio Oriente y norte de África, donde es difícil siquiera divisar el mínimo territorio en disputa.

 

La Organización de Cooperación Islámica agrupa 56 países más uno, “Palestina”, lo que es una anomalía porque se supone que la autoridad palestina es laica, no confesional y garante de todas las religiones por igual en Tierra Santa. La Organización de Países No Alineados reúne a 120 Estados y su presidencia la ostenta Azerbaiyán, miembro de la OCI. Estas estadísticas podrían explicar algunas conductas incomprensibles de la ONU.

 

Así que puede descartarse que estemos ante una mera disputa territorial, de simple espacio; cuando a la tierra se le pone el adjetivo de “Santa” ya la disputa toma un cariz religioso, la lucha por esa tierra se vuelve parte de la Jihad o Guerra Santa, que tiene el objetivo manifiesto de imponer el Dar Al Islam, el dominio musulmán, que implica aniquilar o someter incondicionalmente a los infieles.

 

Aunque para los judíos se trata de la Tierra Prometida, que Dios le concedió primero a Abraham y luego le confirmó a Jacob, en el judaísmo no existe nada equivalente a aquella guerra santa. Como religión no es proselitista, ni concibe la conversión por la fuerza, la aniquilación o sometimiento de infieles, como el Islam. La Milhemet Mitzvah, que podría traducirse como guerra por mandato o mandamiento, es mucho más que el “derecho de defensa” reconocido en occidente, entraña un imperativo, es una defensa obligatoria.

 

Finalmente, es un hecho notorio que dondequiera que se plantee un conflicto en la actualidad, inmediatamente las grandes potencias toman posicionamiento de uno u otro lado. Pero no sólo EEUU, como acostumbra rezar la izquierda al tratar del “imperialismo”, debe incluirse a Rusia como jugador en el tablero mundial, de inmediato a China, como la gran potencia emergente y en el Medio Oriente es imposible ignorar la presencia del Imperio Persa, que no es una potencia emergente sino que siempre ha estado ahí, presionando sobre occidente.

 

Habría que remontarse al primer imperio Aqueménida de Ciro II El Grande, 550 años AC, hasta Dario III, que terminó abatido por Alejandro Magno en el 330 AC. El Sasánida, que caería bajo el Islam en el 651 DC. El Safávida, del 1501 al 1722, convertido al chiísmo. Y el último, Pahlavi, desde 1925 a 1979, derrocado por la revolución islámica. Cabe preguntar si estos ayatolas son legítimos sucesores de aquellas dinastías; pero no podría dudarse que pretendan continuar el Imperio de los arios originarios.

 

Otro gran imperio que gravita sobre esta vasta región es el británico, que tiene la mayor responsabilidad en los desaguisados actuales, no solo porque ostentara el Mandato sobre Palestina después de expulsar al imperio otomano, contribuyera con los acuerdos secretos Sykes-Picot a los conflicto fronterizos entre los países que emergieron del proceso de descolonización, sino por la insidiosa hostilidad que siempre ha manifestado contra Israel y los judíos en general, desde las sucesivas ediciones del Libro Blanco hasta los actuales libelos difamatorios difundidos por la BBC de Londres.

 

Sería demasiado arduo remontarnos a las raíces del antisemitismo británico, siendo el primer país europeo en expulsar a sus judíos mediante un edicto de Eduardo I en 1290; pero es forzoso mencionar algunos datos sueltos que ayuden a entender esta compleja idiosincrasia que no es invención de la BBC o del diario The Guardian, sino que ellos la expresan.

 

La respuesta más fácil es que esta gente respira con la nariz de la Royal Dutch Shell, el gigante petrolero tan familiar en Venezuela y que fuera financista del Partido Nacional Socialista Obrero Alemán y el régimen de Hitler, antes, durante y después de la II Guerra Mundial. O bien de la British Petroleum (BP), antaño Anglo-Persian Oil Company, fundada en Irán en 1908 que, para frustrar su nacionalización, conspiró para el derrocamiento de la República y la restauración del Sha de Persia mediante un golpe de Estado en 1953.

 

Otra respuesta más difícil sería admitir que todo el dinero de Catar, antigua colonia británica y principal financista de Hamás, no bastaría para comprar el odio sincero que destilan ciertos presentadores de la BBC, como una que le espetó a Naftalí Bennett, quien fuera Primer Ministro de Israel, que las fuerzas israelíes “son felices matando niños”. El punto no es lo mucho que esa mujer debe haber acariciado esa frase antes de escupírsela a Bennett, sino la plácida acogida que tuvo en la directiva del canal y en el público, porque nadie protestó, por más que esa señora no pueda tener evidencia alguna de esa felicidad que le imputa a las FDI; pero todos ven a los árabes celebrando, danzando y repartiendo dulces cada vez que asesinan a un judío, sea hombre, mujer o niño.

 

En RU no existe sanción social al antisemitismo. Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista, ha ensayado con cierto éxito el antisemitismo político, fue jefe de la oposición y candidato a Primer Ministro. Roger Waters, airea su antisemitismo como un estandarte en sus conciertos para regocijo del público. Y no es inadvertencia: Apenas el teatro alemán le revocó un premio a la dramaturga Caryl Churchill por su militancia antiisraelí, decenas de intelectuales y artistas firmaron una carta pública para respaldarla. La solidaridad con el pueblo “palestino” es el barniz con que la aristocracia británica da lustre a un odio ancestral para hacerlo plausible, como si se pudiera ser antisemita y conservar la nobleza.

 

Quizás no se ha subrayado lo suficiente que no hay tirano que no sea antisemita o que este reproche no le calza a ningún liberal.

 

Luis Marín

07-12--23

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lunes, 27 de noviembre de 2023

LA FRANJA DE GAZA ¿GUERRA RELIGIOSA, POLÍTICO-IMPERIAL O POR UN SIMPLE ESPACIO? ¿DE LA FRANJA DE GAZA A LA FRANJA ESEQUIBA?

              CATEDRA  PIO

     TAMAYO

                              CENTRO DE ESTUDIOS

                              DE HISTORIA ACTUAL

 

 

LA CPTAMAYO 40 AÑOS DESPUÉS, SIGUE ACTUANDO… 

Y HOY CONVOCA ESTE DEBATE:



 


LA FRANJA DE GAZA

¿GUERRA RELIGIOSA, POLÍTICO-IMPERIAL O POR UN SIMPLE ESPACIO?

¿DE LA FRANJA DE GAZA A LA FRANJA ESEQUIBA?

 

La guerra sigue en el orden del día de los grandes padecimientos de este mundo, que encuentra vigente hoy, en su totalidad, el Estado de la violencia, la propiedad y la desigualdad, en el marco de la más estricta legalidad. Y la mayor expresión de estas instituciones constituye los imperios que han caracterizado la historia de los siglos de historia regida por los dueños y señores.

 


  

EL IMPERIO DOMINANTE ACTUAL USA

LUCE DEBILITADO

 

Nos referimos a lo que se ha considerado como la sucesión de imperios que ha regido, controlado y sometido a sus intereses lo que se ha tenido como humanidad violentada, pisoteada y sometida a todo tipo de vejamen. Y en esta larga lucha de imperios, nos encontramos ahora con una situación que llega a ser leída hasta como terminante. El imperio dominante actual, el norteamericano, luce con muchas cargas agrietadas.

 


 

¿UNA ACCIÓN ARMAMENTISTA PARA REAFIRMAR

SU BOLETO DE PERMANENCIA?

 

Tiene instituciones, estructuras que han tomado el camino de la problematización y que se vea como una salida deseable y confiable un cuadro de guerra mundial controlable por su inmensa industria de la guerra. Una experiencia que podría servir a la vez para reafirmar su fuerza imperial y, en consecuencia, su boleto de permanencia como máxima potencia.

 

Este es el escenario que explica la participación del Imperio del Norte en la guerra Ucrania-Rusia o Árabe-Israelí. Y a esta hora se crea las condiciones para una participación del mismo imperio en una eventual guerra Guyana-Venezuela por lo que hasta ahora ha sido la zona en reclamación del Esequibo.



 ¿ESTAMOS ANTE UNA GUERRA PERMITIDA?

 

En esta dirección nos encontramos con una guerra que hemos calificado en otra oportunidad como permitida, por considerar que esta permisibilidad determinaba la aparición de un cuadro en el cual se pudiera avanzar en la defensa de una agresión. Una actuación que nadie puede poner límites ni duración.

 

En este caso, el plan previo contempla -hablamos a nivel de hipótesis- que una vez recibida la excusa, lo que se pone en marcha es la propia destrucción de las ‘sedes del agresor’, de la destrucción de la Franja de Gaza.

 

Como es sabido, ‘el 07 de octubre Hamás produce el peor ataque que recibe el Estado de Israel desde su fundación en 1948’, mientras se realizaba la fiesta de Sucot. Y se señaló que hubo más de 1000 muertos y 240 secuestrados.

 

Y horas después del ataque ya en la madrugada del 07 la Seguridad Israelí-Norteamericana decide la destrucción de las capacidades militares y toda posibilidad de gobernabilidad de Hamás y la Yi hab  Islámico-Palestina. A su vez, la corporación eléctrica corta la luz en la Franja de Gaza para una más fácil incursión y la ejecución de los planes previamente establecidos.


 


 

MIN DEFENSA ISRAELÍ ANUNCIA

TRES FACES DE LA GUERRA

 

Por su parte el Min Defensa Yoad Galant anuncia tres faces de la guerra que pone en marcha: ataques aéreos y maniobras terrestres para destruir los agentes y dañar la infraestructura para avanzar en la derrota y destrucción de Hámas. Se pasa de inmediato a eliminar todo foco de resistencia, a la vez que se crea un nuevo régimen de seguridad en la Franja de Gaza y sus alrededores.

 

Todo apunta hacia un plan de destrucción que, no se improvisa la noche del 07 de octubre.

 


  

ELI COHEN MIN DE ASUNTOS EXTERIORES DECLARA QUE EL TERRITORIO GAZA QUEDARÁ DISMINUIDO

 

Finalmente, vale la pena exhibir el testimonio del ministro de Asuntos Exteriores Eli Cohen quien declara: el territorio De Gaza disminuirá con esta guerra y parte suya serán anexadas a Israel. La búsqueda de la destrucción es cada vez más clara e impresionante.

 

Y a este respecto el Min Defensa anuncia el 09/10 que harán un bloqueo total de Gaza, que cortaría la electricidad y bloquearía toda entrada de alimentos y combustibles. Y esto se hace porque estamos luchando contra animales humanos.

 

¿HAY UN TERRORISTA MÁS ANIMAL QUE EL OTRO?

 

Unos “animales humanos” son atacados vía destrucción, al parecer, por otros “animales humanos” que actúan en consecuencia. La pregunta entonces es inevitable: ¿Quién es el terrorista? ¿Un ‘terrorista animal’ o más de uno?

  

 


 ¿CONTIENDA RELIGIOSA O ENFRENTAMIENTO IMPERIAL?

 

¿Y qué hay en el fondo de este proceso de destrucción? ¿Es una contienda religiosa por la pertenencia de un simple espacio tenido como lugar sagrado? ¿Es este un enfrentamiento impulsado por la política imperial, llamada a crear focos que puedan convocar ‘defensores’ de la parte tenida como enemiga y de esa forma avanzar en una acción de armas?

 

¿Y se trata, en definitiva, de un proyecto pocas veces visto de acabar directamente con una infraestructura y todo el hábitat que forme parte de este trágico escenario? ¿Franja de Gaza o Franja de sangre y dolor? ¿Franja en la que recaen hoy todas las miserias de todo plan de destrucción?

 

 


 

 ¿ESTÁ PLANTEADO HOY EN ESTE EX PAÍS TOMAR EL CAMINO DE LAS ARMAS TIPO FRANJA DE GAZA?

 

¿Y hoy en este ex país tenemos planteado un cuadro que podría tomar el camino de las armas? Los representantes de los intereses presentes en esta ‘zona en reclamación’ no coinciden en sus posiciones. Guyana avanzó e izó su bandera en el lugar para significar una toma de posesión. Venezuela sigue llamando a un arreglo con base en el Acuerdo de Ginebra de 1966.

 

Pero la acción guyanesa es ofensivo-desafiante. ¿Una evidente declaración de la guerra que apetecen los EEUU? Un adiós terminante a toda posibilidad de acuerdos con miras a los lineamientos de la paz y el entendimiento.

 

¿VAMOS HACIA UNA FRAJA ESEQUIBA?

 

Procede entonces preguntar por algo que quisiéramos no llegara a ocurrir: ¿Vamos hacia una Franja Esequiba?

 

 

PONENTES

 ELIE HABALIAN

LUIS MARÍN

MARIO NASSI

 

Moderador

Agustín Blanco Muñoz

 

Miércoles 29 de noviembre del 2023

Sala ‘C’ de la Biblioteca Central

UCV - 3pm

 



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