martes, 21 de mayo de 2019

LIBERACIÓN O COHABITACIÓN





LIBERACIÓN O COHABITACIÓN
Luis Manuel Aguana

Intervención en la Cátedra Pío Tamayo de la UCV
del 20 de Mayo de 2019

De nuevo mis saludos cordiales a la Cátedra Pio Tamayo, agradeciendo sus siempre bien recibidas invitaciones para debatir el devenir del país. En esta oportunidad la pregunta la pregunta del Foro es particularmente difícil: “El 30A-19: ¿0tro golpe-negociación frustrado? ¿Es así como se pretende derrotar esta dicta-socialista militar-civil?”. Y digo difícil porque en este momento los venezolanos descubrimos duramente al transcurrir de las horas del 30 de abril de 2019 que el plan que tenía la oposición oficial no era la liberación de la tiranía sino la cohabitación con ella.
 
Que lo que entiende el gobierno del Presidente Encargado Juan Guaidó y los principales lideres de la Asamblea Nacional como “Cese de la Usurpación” no es lo mismo que el resto de los venezolanos entienden. Exponiéndolo claramente, los venezolanos entendíamos y seguimos entendiendo como “Cese de la Usurpación” es no solo la salida de Miraflores de Nicolás Maduro Moros y el cese inmediato de su gobierno de facto, sino la terminación de toda la superestructura del castro-chavismo-madurismo en el gobierno porque eso dejó de tener la legitimidad que solo dan los votos de los venezolanos, de acuerdo a la todavía vigente Constitución de 1999, hecho claramente expuesto luego del fraude electoral del 20 de Mayo de 2018.


¿Cómo se le podía vender entonces a los venezolanos que Juan Guaidó gobernara tan siquiera un día con toda la superestructura que sustenta al castro-chavismo-madurismo en el poder, si hubiera tenido éxito ese movimiento del 30 de Abril? ¿Cómo se podría tragar a un Maikel Moreno presidiendo el TSJ, principal responsable de las persecuciones judiciales de la tiranía, o un Vladimir Padrino López como Ministro de la Defensa después de ser el principal responsable material de los crímenes de Lesa Humanidad que se están ventilando ante la Corte Penal Internacional? ¿Ese era el plan de “Cese de la Usurpación”?
 
En lo personal me decepcionó mucho. Pero me decepcionó aún más luego de leer todos los reportes que surgieron posteriormente relatando con más detalle los acontecimientos del antes y el después del movimiento del 30A (ver en el portal Armando.info, La Conjura de los Testaferros, en 
https://armando.info/Reportajes/Details/2556) y las graves denuncias de corrupción que no han sido debidamente explicadas hasta este momento, y respondería al porque ahora se comenzó un nuevo dialogo en Noruega, cuando habían dicho que no habrían más diálogos con Maduro.

Pero más allá de esa decepción y adentrándome en el tema de hoy de la Cátedra, aquí hay un hecho grave que se develó después del 30A: la manera en cómo se concibe la transición después de separado Nicolás Maduro Moros del cargo que ostenta ilegítimamente, y las consecuencias para Venezuela de realizarlo de una u otra manera. Allí es en donde creo que está el obstáculo para que avance el famoso mantra de tres pasos, ya que eso definiría si lo que ocurrió fue un golpe-negociación frustrado y si con eso se puede derrotar a esta “dicta-socialista militar-civil” como acertadamente lo titula la Cátedra Pio Tamayo.


El 30A los venezolanos descubrimos como piensa realmente la oposición oficial resolver el problema político en Venezuela: a) no desean que haya una intervención humanitaria a pesar de los crímenes de Lesa Humanidad que comete  el régimen de Nicolás Maduro Moros y que casi un 90% de los venezolanos, de acuerdo a las encuestas, se los está pidiendo; y b) creen que la salida y la normalización de la situación política del país pasa por una negociación con los delincuentes que manejan el poder de facto en Venezuela. Esas dos verdades reveladas el 30 de Abril crean un enfrentamiento directo de la mayoría de los venezolanos con su clase política opositora. Eso no es base de sustentación para ningún gobierno de la oposición.
 
Cualesquiera que sean las razones de los diputados de la Asamblea Nacional –corrupción incluida-  para evitar un intervención militar de carácter humanitario, son la causa de que no se haya dado la aprobación de la autorización de la entrada de contingentes armados extranjeros contenida en el Artículo 187, numeral 11 Constitucional. Pero también a la vez están trancando la liberación de Venezuela de los ejércitos cubano, ruso, chino, iraní, hezbolá y demás terroristas paramilitares de ocupación que se encuentran enquistados a lo largo y ancho del territorio nacional, y que se están preparando para expandirse por Latinoamérica y los Estados Unidos.


 
Al haber tomado la trascendental decisión de cohabitar con el régimen, aún sin estar Maduro, el Gobierno del Presidente Encargado Juan Guaidó fracasó sin haber comenzado. Si toda la estructura de poder su gobierno de transición va a depender de los factores enraizados de la narco corrupción del actual régimen, difícilmente se podrán acometer las reformas imprescindibles para el retorno de la institucionalidad democrática del país, comenzando por una reforma a fondo de las Fuerzas Armadas. ¿Cómo se enderezarían las barbaridades que cometieron Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro Moros dentro de esa institución, donde violentaron los principios fundamentales de la institución armada de disciplina, obediencia y subordinación, si quienes están al frente son precisamente aquellos cuyo poder se sustenta en esa distorsión?
 
Es una contradicción hacer una negociación en las que convivan las estructuras antidemocráticas del régimen y sus protagonistas con un pretendido gobierno democrático. Eso es lo que al parecer no alcanzan a entender aquellos que impulsan una “negociación” en la que sobreviva algo de lo que en este momento oprime a todos los venezolanos y es la razón principal de toda esta tragedia humanitaria que vivimos. No fue una negociación frustrada, es que el solo hecho de hacer que funcionen ambas maneras de concebir la transición hace abortar cualquier engendro que se quiera crear.


 
Es como intentar cruzar sin más dos especies diferentes y pretender crear con éxito un ser completamente nuevo, como un caballo volador, cruzando un caballo con un  pájaro. Es como si los Aliados para liberar a Europa del nazismo en la Segunda Guerra, antes de proceder a la fuerza como en efecto hicieron, hubieran buscado primero a Himmler, Eichmann o Goebbels para que cogobernaran con ellos en una transición hacia una nueva etapa, haciendo un gobierno sin Hitler, habiendo sido ellos los principales responsables materiales de los 6 millones de judíos muertos.
 
Si las especies son efectivamente diferentes, entonces son incompatibles ambas maneras de concebir una transición para lo cual el Gobierno del Presidente Encargado Juan Guaidó deberá proceder sin la mayor dilación la liberación de Venezuela tomando las decisiones dentro y fuera del país que conduzcan a la remoción de raíz de las estructuras que hacen posible este estado narco militarizado que nos desgobierna, descartando completamente una negociación con el régimen. Pero si las especies son del mismo tipo, producto ambas de la corrupción, como en efecto lo está comenzando a percibir el país, el engendro creado será peor que la enfermedad, que no solo acabará con él y con la esperanza de los venezolanos, sino que hundirá aun más a Venezuela en la anarquía. Aun están a tiempo de decidir bien.

Muchas gracias…
 
Caracas, 20 de Mayo de 2019
 
Blog: 
http://ticsddhh.blogspot.com/
Email: 
luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

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CASTRO URDIALES, CIUDAD MÁGICA





CASTRO URDIALES, CIUDAD MÁGICA
Héctor Espinoza


Soy mago y practico la magia verdadera, aquella que con el dominio del pensamiento, puede transformar realidades, cambiar vidas y hacer creer que todo lo bueno sea  posible.


Visito muchos lugares del mundo, ayudo en todas las causas nobles, contribuyo a construir un mundo mejor, un mundo de paz, de justicia, de libertad, combato las dictaduras, los gobiernos autoritarios, aquellos que como en Venezuela, mantienen al pueblo, sufriendo una grave crisis humanitaria, la peor que haya vivido un país de América. Divulgo la práctica de la magia y para ello cuento relatos mágicos.

Hoy   escribiré un breve relato de una pequeña ciudad de España, ubicada en la provincia de Cantabria y que lleva en la actualidad el nombre de Castro Urdiales y que en la época del Imperio Romano, se le conoció como Flaviobriga.



Castro Urdiales es un lugar mágico. Se cuenta que allí vivió El Charlero de Castro, quien es considerado el más importante de los magos, por haber sido el creador de la magia verdadera, aunque él siempre negó esto, afirmando que el creador de la magia verdadera fue El Gran Maestro.

Se dice que El Charlero desapareció misteriosamente. Hay muchas versiones de su destino, unos cuentan que se fue a recorrer el mundo, luchando por la libertad y la justicia, otros cuentan de una misteriosa muerte. Hay quienes afirman que vive en algún lejano lugar y que regresa a Castro en cada primavera, para mantener el encanto mágico de la ciudad.



La tradición cuenta, que en esos días primaverales se viven en Castro bellos atardeceres y que ello se debe a la presencia de El Charlero,  que camina sus playas realizando actos mágicos. Se dice que muchas personas, visitan la pequeña ciudad para encontrar al mago y que han recibido de su magia la solución a sus dificultades.



Son muchas las historias de la magia de Castro, en nuevos escritos las  contaré y les recuerdo, que para que la magia se haga realidad solo hay que creer en ella.


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domingo, 12 de mayo de 2019

LA VENEZUELA DE PUTIN



LA VENEZUELA DE PUTIN
Luis Marín

“La caída de la URSS fue la mayor catástrofe geopolítica de todo el siglo XX”, ha repetido Vladimir Putin en sus sucesivas investiduras como presidente de Rusia, que viene de 1999 y pretende proyectarse hasta el 2024, previa reforma en 2008 que llevó el período de 4 años sin más de una reelección inmediata a 6 años con reelección, algo familiar en estas tierras.
Y este es el error de principio porque más bien fue el establecimiento de la URSS de las mayores catástrofes políticas del siglo XX, que fue prolijo en ellas, un Estado que nunca debió existir y cuya desaparición fue apenas una pequeña corrección histórica.
Por cierto que Putin es inconsecuente con su materialismo vulgar al pretender que la URSS podía ser reformada en lugar de echarla al traste, porque no vale la pena perder el tiempo en eso una vez que, según este criterio, la historia ha dictado ya su veredicto; lo que hace menos plausibles sus esfuerzos por reestablecerla.
El hilo conductor de la conducta política de Putin puede encontrarse en su empeño por retornar a la magnificencia y poderío de la antigua Unión Soviética, al menos como él se la imaginaba desde su oscura posición de teniente coronel del KGB; algo también familiar en estas tierras de tenientes coroneles bregando por recuperar glorias perdidas de un pasado completamente idealizado.
En el orden interno la tarea está ampliamente cumplida: cada vez son más los ciudadanos que sienten encontrarse en la repudiada era del totalitarismo que creían haber superado, por la uniformidad de las informaciones en los medios y la idolatría desembozada a la figura del líder, lo que antaño se llamaba “culto a la personalidad”.
El slogan de Putin no podía ser otro que la “unidad” y su partido “Rusia Unida”, por algo se fundó en el 2001 con los movimientos Unidad, Patria y Toda Rusia. Su ideología es una mezcolanza de nacionalismo, centralismo y conservadurismo ruso, que incluye reivindicar al zarismo y las tradiciones de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
En materia económica la aspiración es convertir a Rusia en una de las cinco economías más grandes del mundo, que justifique su presencia en el Club de las grandes potencias del Consejo de Seguridad de la ONU, del que no forman parte Japón ni Alemania que sería tercero y cuarto detrás de China; pero actualmente solo alcanzaría el tamaño de Texas, uno entre cincuenta Estados de la Unión.
El problema del capitalismo mafioso impuesto por Putin es lo improductivo que resulta, como no puede ser de otra manera en un sistema no competitivo ni innovador, porque ambas condiciones están reñidas con medrar a la sombra del Estado y poner la obsecuencia política por encima de cualquier consideración estrictamente de mercado. (Decía Gonzalo Barrios que Venezuela era un  país de prósperos empresarios con empresas arruinadas.)
Otro problema no menor es el de la inseguridad jurídica en un país donde no existe la separación e independencia de los poderes públicos y los jueces, si pueden llamarse así, son heraldos de la administración central, léase, agentes de una justicia partisana y corrupta.
Este contubernio de jueces, fiscales, policías, pseudoempresarios, operando en un ambiente donde no hay claras reglas de mercado ni una legislación respetada por todos, constituye  lo que Putin ha dado en llamar “la dictadura de la ley”, un oxímoron con el que pretende hacer digerible lo que en realidad no es más que su tiranía personal, como en los pasados tiempos del comunismo y mucho más antaños del zarismo.
Teóricamente se acepta que una de las diferencias del totalitarismo respecto de la dictadura clásica es que la médula del poder se desplaza de las fuerzas armadas a la policía política, lo que parece muy acorde con la mentalidad de Putin que se apoya en su Servicio Federal de Seguridad (FSB), tan heredero del KGB que hasta tiene su sede en la famosa Lubyanka.
Aunque cuenta con otros servicios secretos para operaciones en el exterior, a los que se señala por espectaculares atentados en diversas partes del mundo y dirigir las numerosas guerras simultáneas en que se encuentra envuelta su administración, desde Chechenia, Georgia, Ucrania, Siria hasta extender sus tentáculos a Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Parece excesivo para una economía exhausta, con caída de los precios del petróleo y el gas, elevadísimos costos operativos, sometida a las sanciones internacionales por sus aventuras expansionistas, que nada ayudan a la activación de un aparato productivo carcomido por la corrupción, lavado de dinero, tráfico de materiales ilícitos peligrosos, como la chatarra nuclear postsoviética. El parasitismo y la depredación no son buenos para la producción.
Meter baza en Venezuela sólo tendría sentido para contar con un peón que sacrificar en una negociación en otra parte del mundo, como el Cáucaso o el Medio Oriente, menos que una ficha como lo fue Cuba durante la crisis de los cohetes de los años 60, cuando si existía la URSS y el comunismo era un proyecto con pretensiones universales. (Se cuenta que la pérdida del territorio Esequivo se debió a la firma de un juez ruso, que debió habernos negociado a cambio de algún interés estratégico al otro lado del mundo.)
Anna Politkovskaya fue una periodista rusa que se hizo popular por su libro “La Rusia de Putin”, como por sus artículos sobre las guerras en Chechenia, en los que denunciaba los abusos y criminalidad del aparato militar, la judicatura y los oligarcas, que son los actores principales del sistema reinante.
Cualquiera que recorra sus páginas no podrá evitar la sensación de que le están hablando de Venezuela, cambiando apenas algunos nombres de personas, direcciones, localidades, sitios geográficos, todo es exactamente lo mismo: impunidad, cinismo, rapacidad, falta de escrúpulos; del otro lado, las víctimas de siempre, la misma apatía y desesperanza.
AP fue asesinada en el edificio de su residencia por un pistolero de cualquiera de aquellos generales, jueces, oligarcas, en un crimen nunca esclarecido, el 06 de octubre de 2006, precisamente el día del 54 cumpleaños de Putin.
Este guiño un tanto macabro dirigido al autor en última instancia de éste y tantos otros crímenes le dejó sin proponérselo una huella imborrable en su carcasa blindada, que habrá de perseguirlo mientras viva e incluso después que deje de hacerlo, para siempre.
Es una de esas ironías de la madre Rusia también familiar en estas tierras.

Luis Marín
08-05-19


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viernes, 3 de mayo de 2019

MAFIAS CON IDEOLOGÍA


Rafael Olbinski


MAFIAS CON IDEOLOGÍA
Humberto García Larralde


Quienes hoy ejercen el poder de facto en Venezuela conforman una mafia dedicada a expoliar al país. No producen, depredan lo producido por sus víctimas. Han saqueado por años las cuentas públicas, embolsillándose las partidas para el mantenimiento de la infraestructura y los servicios, para inversiones, y las destinadas a compras y contrataciones. Lo mismo con empresas y fundos confiscadas, hoy totalmente desahuciadas de sus capacidades productivas por el despojo a que fueron sometidas. Continúan rematando las riquezas del subsuelo a cambio de jugosas comisiones, como revelan los escándalos que se destapan en la banca mundial.

Por si fuera poco, algunos se han convertido en garantes y cómplices del tráfico internacional de drogas a través de territorio venezolano. Ahora, además, secuestran para sí el oro de las bóvedas del BCV. Llevaron al país al borde de la expiración, pero siguen pegados como sanguijuelas para extraerle sus últimos fluidos vitales.

Las mafias las cohesiona la lealtad absoluta con sus jefes. Quienes son admitidos en el expolio cumplen sin miramientos las órdenes impartidas: no hay escrúpulos ni moral que se interpongan. De ahí su crueldad y recurrencia a la violencia. Observan ritos y profesan votos de lealtad, encerrándose sobre si mismos para reforzar su espíritu de cuerpo y asegurar la unidad de mando. Preservan, con ello, la eficacia y contundencia de sus pillerías. La Cosa Nostra, por encima de todo. La complicidad en las fechorías blinda a la mafia contra deserciones y/o traiciones. Avenirse con ella para que se aparte del delito, alegando el respeto a la ley y/u otras consideraciones referentes al bien social, no es posible.

El hecho de que Maduro y sus cómplices sigan atrincherados en el poder, sin admitir las ofertas para que su inevitable e irremediable salida sea menos traumática, sólo se explica reconociéndolos como mafia. Su comportamiento criminal se afianza aún más por disponer de una construcción ideológica que refuerza su apego a una colectividad perversa. Los aísla de tener que entenderse con una realidad que le es cada vez más adversa. Cuentan, además, con esbirros cubanos como demiurgo diabólico capaz de asegurar --hasta ahora-- que no se salgan del libreto. Con la repetición incesante de mitos de la vieja izquierda y su imbricación con resabios patrioteros alimentados por el culto a Bolívar, la mafia inculca a los suyos que son “revolucionarios”, luchadores por los intereses más nobles de la humanidad.

Es irrelevante si se lo creen o no; lo importante es alimentar su convicción de que el país les pertenece por ser los únicos y auténticos representantes del Pueblo o de la Patria. Esta razón no se refuta por estar reducidos a una exigua minoría: es de naturaleza cualitativa. Si la mayoría se opone, mal por la mayoría: pierde toda legitimidad como expresión del pueblo y, por tanto, no es “pueblo”. Todo les resbala, porque, aun con las barbaridades que cometen, la Historia (con mayúscula) los absolverá. Su ideología sirve de amparo, proveyéndoles de una burbuja anti acústica como refugio. Disuelve todo criterio moral con que pueda juzgarse su accionar, porque el fin siempre justificará los medios.

Es muy agradable, muy cómodo, poder gastarse millones para el usufructo personal, importar lujos que hace tiempo desaparecieron del país, contratar camiones cisterna cuando falla el agua, tener plantas eléctricas particulares y contar con una plantilla de guardaespaldas bien armados para resguardar tu seguridad, la de tu familia y tus caudales. ¿Qué importan los sufrimientos causados con esta malversación si se cuenta, cual bálsamo que alivia culpabilidades, con una narrativa que remite la causalidad de los horrores padecidos al accionar de enemigos que conspiran contra la “revolución” y contra los intereses de la Patria?

Por ello, este universo paralelo discurre felizmente, hasta el punto de promover “Estudios Avanzados, Hugo Chávez Constituyente” (¡!) y lograr manifiestos de solidaridad de cierta “izquierda” (¿?) en otros países. Mientras puedan seguir disfrutando su jauja particular y blindarse contra el mundo real, repitiendo incesantemente embustes con los cuales inmunizarse contra su responsabilidad en la destrucción del país, los mafiosos van a continuar aferrados al poder. No habrá terreno común de entendimiento, alegando el interés y bienestar de los venezolanos.

Lo argumentado apunta a la irracionalidad de la presente situación. Cualquiera pensaría que, ante las muestras abrumadoras de repudio, el colapso notorio de su gestión, la presión nacional e internacional, el efecto de las sanciones impuestas y la amenaza, muy creíble, de que serán redobladas, los integrantes de la mafia --entre los cuales destacan militares corruptos--, entrarían en razón sobre la necesidad de negociar su salida, sobre todo cuando todavía tienen agarrado la sartén por el mango. ¿Cómo es posible que alguien tan bruto, ignorante e incompetente, que tan aviesamente ha destruido al país, no lo hayan removido sus propios partidarios? ¡¡Cómo es que sigue todavía ahí!!

La perversidad del fascismo criollo desafía todo intento de superación de la situación planteada con base en criterios racionales. La imagen que viene a la mente es la de Hitler en su bunker en la película “La Caída”, incapaz de enfrentarse con la realidad de su derrota, invocando ante sus generales batallones fantasmas para lanzarlos contra los rusos que están a las puertas de Berlín, para suicidarse al  final, denostando de su pueblo --los alemanes-- por no haber estado a la altura de sus designios. ¡La ideología, en sus versiones extremas, es locura pura!

Hay una analogía entre la situación planteada y el análisis de John Maynard Keynes sobre la gran depresión de los ’30 del siglo pasado. Como se recordará, la fuerte caída en la actividad económica se prolongó por años, desafiando la idea prevaleciente de que la economía poseía fuerzas correctivas que restablecerían automáticamente un equilibrio de pleno empleo. Keynes argumentó la posibilidad de que la economía se atascara en un equilibrio de profundo subempleo de recursos y de mano de obra, si las expectativas de los inversionistas eran adversas. No invertirían, por lo que se retroalimentaría las condiciones que generaban la depresión, perpetuando las expectativas adversas. Recomendó que un agente externo, el Estado, ampliara la demanda agregada a través de un mayor gasto público para insuflar en los empresarios una perspectiva positiva de rentabilidad. La racionalidad implícita en las fuerzas correctivas, autónomas, del mercado, estaban ausentes.

Al igual que la gran depresión, Venezuela corre el peligro de estancarse en un “equilibrio malo”, uno en el cual no se logra desalojar a los mafiosos por mecanismos racionales y en que, a pesar del colapso visible del país en todas sus dimensiones, encuentren todavía posible sobrevivir para continuar depredando lo poco que queda.. La idea que recobra cierta fuerza ahora, de negociar elecciones con Maduro todavía en el poder, empantanaría al país en un tremedal sin salida. Desmoralizaría las fuerzas opositoras y otorgaría al usurpador, totalmente insensible a las desgracias provocadas por su gestión, un respiro contra el implacable acoso de “los enemigos de la revolución” (¡!), sin garantía alguna de elecciones legítimas.

La prolongación del impasse implicaría una tragedia aun mayor que la vivida hasta ahora. Al igual que la prescripción keynesiana, no puede confiarse en que la racionalidad habrá de prevalecer para arribar a la solución deseada. Hace falta el empujoncito para que, aun tras su burbuja alienante, los delincuentes sientan irremediable su evacuación. ¿Qué cosa logrará que una mafia ideologizada y tan perversa entre en entendimiento? No hay fórmula sino seguir aumentando la presión. Muchas opciones están sobre la mesa y, lamentablemente, ante la insania perversa, no puede descartarse la aplicación de ninguna.

27 abril 2019

Humberto García Larralde
Economista, profesor de la UCV



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LOS MÁGICOS ATARDECERES DE URDIALES






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FÍSICA POLÍTICA


René Magritte


FÍSICA POLÍTICA
Luis Marín

Tres vectores de fuerzas presionan sobre el régimen: déficit financiero, aumentado por las sanciones internacionales; ausencia de apoyo popular, nueve de cada diez venezolanos lo rechazan; falta de reconocimiento, decenas de gobiernos desconocen su legitimidad.

Tanto más importantes porque apuntan a los factores con los que usualmente se explicaba la vigencia del chavismo: la llamada petrochequera, el supuesto carisma popular de Chávez y una pretendida legitimidad de origen justificada en elección tras elección.

Visto así el régimen debería haber caído hace tiempo; no obstante, es evidente que sigue ahí sin aparentes señales de que pretenda moverse en ningún sentido, lo cual lleva a pensar que deben estar interviniendo otros vectores de fuerzas que lo sostienen.

La maquinaria de represión e intimidación comunista cubana se sustenta en un andamiaje de complicidad internacional. Cada vez resulta más claro que este régimen es sólo un engranaje de un dispositivo mucho mayor cuyo eje gira en un primer nivel en La Habana y en otro más alto en Moscú; pero sus redes de apoyo se extienden por todo el globo.

Desde su concepción teórica hasta su fundación práctica el socialismo siempre fue concebido como un movimiento internacional que sólo podría fructificar a plenitud una vez que se hubiera realizado universalmente, nunca ocultó su pretensión de dominio mundial.

De hecho, el incumplimiento de sus promesas redentoras para las masas oprimidas, donde quiera que se han impuesto, siempre lo justifican diciendo que es consecuencia de las conspiraciones y el cerco de las potencias capitalistas imperialistas; pero una vez que éstas sean derrotadas, entonces si se apreciará la realización del socialismo en todo su esplendor.

El derrumbamiento de la Unión Soviética y el desmantelamiento del bloque oriental no se han traducido en la desaparición del socialismo como promesa y alternativa política sino todo lo contrario, los grandes partidos políticos comunistas de occidente han mutado en otras organizaciones autodenominadas democráticas, con banderas que van desde el ecologismo, el feminismo hasta la llamada ideología de género.

En verdad, cualquier discurso es propicio para llevar adelante una agenda anticapitalista y antiliberal, que es el mínimo común denominador del aquelarre de la nueva izquierda que acapara el espacio público con mucha más agresividad que durante la era soviética.

Este comunismo subterráneo ha aprendido a moverse en la arena internacional y aprovecha las experiencias de las antiguas potencias comunistas para tomar el control de la burocracia de las instituciones internacionales, de medios de comunicación e instituciones culturales, incluyendo las universidades.

La alianza rojiverde, de comunistas y fundamentalistas islámicos, controlan la aplastante mayoría de los países agrupados en la ONU, además de contar con sus organizaciones propias, como el Movimiento de Países No Alineados, la Organización de  la Conferencia Islámica, la Liga Árabe, la Internacional Socialista y el Foro de Sao Paulo, que es una organización con más de un centenar de partidos y organizaciones de extrema izquierda, algunas de ellas armadas.

El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, es miembro del Partido Socialista de Portugal desde 1974 y lo preside en 1992; primero Vicepresidente hasta el 99 y luego Presidente hasta el 2005 de la Internacional Socialista.

La Presidente de la Asamblea General, María Fernanda Espinosa, fue canciller de Rafael Correa en 2007 y Ministro de Defensa de 2012 al 2014, de allí Representante Permanente del Ecuador en la ONU, en su perfil aparece como credencial su defensa del caso de Julian Assange en 2016 en el debate sobre detención arbitraria. Nuevamente canciller de Lenín Moreno, desde el 5 de julio de 2018 es electa en su cargo actual, visita oficialmente a Cuba para agradecer su gran contribución a un mundo multipolar y condenar el “injusto bloqueo” de los EEUU. El partido gobernante en Ecuador, Alianza País, es del Foro de Sao Paulo.

Los casos de Federica Mogherini, en la UE, Michelle Bachelet, en la Comisión de DDHH de la ONU y de Fatou Bensouda en la CPI, son tan conocidos que ya resulta aburrido citarlos, salvo que ésta última fue sancionada por EEUU por sus actividades antiamericanas mientras todavía se espera que mueva un dedo en vista de las miles de causas que reposan en su Fiscalía contra el régimen de Venezuela.

Nicolás Maduro sigue ocupando la presidencia pro tempore del Movimiento de Países No Alineados y hasta ahora no existe la menor señal de que vaya a dejar de hacerlo, como tampoco la condición por la que lo hace, esto es, para ellos, presidente de Venezuela.

Estados Unidos y algunos de sus aliados, dentro de los que no se puede contar a la Unión Europea, que más bien actúa como su rival en varios escenarios, son la mayor potencia económica y militar del mundo, pero no hace mayoría en ninguna institución internacional, al punto de que se ha visto obligado a retirarse de la UNESCO y litigarse con la Corte Penal Internacional de la que no forma parte y cuya jurisdicción no reconoce.

Los partidos y movimientos de izquierda causan disturbios donde no son gobierno para ejercer presión a favor de Cuba y su estrategia de expandir el comunismo en todo el mundo, en particular en Latinoamérica pero también en los EEUU, donde el partido demócrata ha sido completamente colonizado por la alianza rojiverde, de comunistas y musulmanes.

Esta madeja es la que sostiene a los regímenes de Castro, Ortega, Maduro y Evo Morales; es la red que se entrevera con el crimen organizado internacional, corrupción, lavado de dinero, terrorismo, narco y otros tráficos, en una alianza de negocios compartidos.

En Venezuela la mayoría de los partidos de la oposición oficial son miembros de la Internacional Socialista y cubren todo el espectro, de la ultraizquierda al socialcristianismo.

Este es el tamaño del desafío que enfrentamos los venezolanos. Solos, no podemos; pero menos en tan malas compañías.


Luis Marin

28 abril 2019





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