jueves, 19 de diciembre de 2013

JOSÉ MACHILLANDA - LA CONVOCATORIA DEL 18D




LA CONVOCATORIA DEL 18 D

1.   La Convocatoria

La convocatoria política a un diálogo el 18D -iniciativa del presidente Nicolás Maduro- para reunirse con gobernadores y alcaldes de la Unidad política recién electos el 8D, es una consecuencia del proceso electoral vivido el 14 de Abril cuando se entendió a Maduro ilegitimo y se inicia una impugnación que enrarece el ambiente político real hasta después del 8D.

Consecuencia de lo precedente estimula el crecimiento de la ingobernabilidad que vive el Sistema Político Venezolano, entonces el Poder Ejecutivo asume la responsabilidad de un diálogo para tratar de condicionar a la oposición política pero recibe de esta una respuesta en contrario  ajustada a lo previsto en la Constitución vigente.

 El presidente Nicolás Maduro interpreta que la ingobernabilidad que afecta gravemente al país obliga a conciliar relaciones con la mitad de los venezolanos que se oponen abierta y francamente -después de 19 actos electorales- a su proyecto político. Oposición que comenzara  a tener un peso critico en el ejercicio del poder y ejecutoria de gobierno en áreas de inmensa criticidad como Caracas, Valencia, Barquisimeto, Maracaibo, Mérida, San Cristóbal, San Juan de los Morros y otras importantes ciudades de la geografía venezolana.

 Por su parte, la Unidad política como oposición, aceptó el diálogo y ambos sectores de forma pública comunicacional y notoria, fueron capaces de proponer, discutir y dialogar por cuatro horas y media en una histórica y crítica reunión política que entierra la Perturbación Política Mayor surgida el 8D de 2012 y, crea un Momento Político de Resolución de Gobierno para el país.

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RAFAEL IRIBARREN - 8D: PRIMERA LECTURA




8D: PRIMERA LECTURA
Rafael Iribarren

.-* Elecciones locales; el verdadero mapa socio-político, de la gente

Una primera lectura. No definitiva. Las elecciones locales, a pesar de la idea de que interesan menos a la gente; en realidad, mejor que las regionales y que las nacionales, reflejan más concretamente sus verdaderas actitudes políticas; habiendo diferencias, aunque siempre siendo ese reflejo, entre los resultados para alcaldes y los para concejales. Los concejales electos, lógicamente, muestran más fielmente la verdadera composición política de la base ciudadana. La polarización real o inducida, en la medida de que se da;  se muestra al máximo  en  las elecciones nacionales, menos en las regionales, menos aún en las municipales y mínima en las de concejales Una lectura definitiva de los resultados del 8D, cerniendo el fraude,  se podrá cuando se disponga de las totalizaciones detalladas de los cerca de 2.800 concejales que resultaron electos entonces.    

.-* Las premisas de esta reflexión.

De entrada, preciso las premisas de que parto para esta primera lectura de los resultados de las votaciones del 8D: 1.- El CNE-SMARTMATIC, armadura básica del sistema electoral nacional; es un sistema técnico, operado a discreción por el chavismo; sin ningún tipo de contraloría;  absolutamente cerrado montado y perfeccionado para el fraude; cualitativa y cuantitativamente, el que sea “necesario”. Hasta ahora no hay criterio serio para definir límites que tiene para producir los resultados que se requieran. 2.- La dimensión y la estructura del fraude a implementar, sería predeterminada condicionadamente a los requerimientos  posibilidades y limitaciones políticas y sociopolíticas en cada evento; y a las metas y prioridades concretas de cada evento. La tercera fase de la “victoria perfecta” que Chávez programó para estas elecciones municipales, que iban a ser en febrero pasado; en la situación actual del chavismo y del país; se hicieron inviables. 3.- La primera prioridad, por encima de cualquiera otra, para estas elecciones, del madurismo-chavismo fue la relegitimación del CNE; en función del efecto retroactivo de la legitimación del 14A y de la suya propia; y de su efecto prospectivo en futuros eventos. Y, 4.- el cuadro y mapa resultantes del 8D fueron pre-cantados por el ex-rector Germán Yépez en entrevista al diario “Panorama” de Maracaibo, (N24 / 30.09.13). En la que “previó” y que finalmente fueron, unos resultados “creíbles y aceptables” tanto por las oposiciones como por los chavismos.      

En función de producir tales resultados “creíbles y aceptables”, obviamente se implementó un fraude cuidadosamente distribuido y  administrado; ajustable sobre la marcha; cuyo carácter predeterminado, de su estructura y mapeo, se evidencian al establecer correlaciones entre los resultados variables de las cuatro últimas elecciones. Entre los de  ésta última del 8D y los de las anteriores del 14A,  el 16D y el 8O pasados. Aparte de que la verdadera cuantificación del que electoralmente sería el mapa sociopolítico nacional; se lograría aplicándole a los resultados oficiales del CNE, en definiéndolos, dos factores de corrección: uno de fraude y otro de la abstención real.

En el contexto que habría con Chávez vivo, los resultados del domingo pasado habrían sido cuantitativa y cualitativamente diferentes a los que se van conociendo Habrían sido  similares a los de las presidenciales del 8O y del 16D, las primeras dos fases de “la victoria perfecta”; en las que Chávez y el chavismo “arrasaron”.  Siendo imposible, increíble y peligroso, que hoy  fuera así; porque no hay ni las condiciones ni capacidad de entonces para jugársela; entonces, lo  que interesa aquí, para ponderar la incidencia en la dinámica política actual, de los resultados oficiales es, primero, determinar lo que realmente significan, desde el punto de vista de las condiciones en que está el chavismo; o, los chavismos en el contexto nacional. Y segundo, identificar las determinantes que impusieron  que se armaran así;  las claves para  administrar, mapear e ir ajustando el fraude como finalmente  se hizo. Esto, sobre todo, en función de lo que viene. 
     
.-* Resultados predeterminados; prioridad: relegitimar al CNE-SMARTMATIC

Consciente de su verdadera situación; de su mengua sociopolítica inercial; de su crisis  y agotamiento internos; y en el marco de una crisis nacional  general que no logra manejar; frente a un rechazo nacional mayoritario;  la cúpula del madurismo-chavismo, asumió limitarse en estas elecciones del 8D, a solo una “victoria semi-perfecta”; enmarcada en unos resultados “creíbles y aceptables”; a un “mitad y mitad” con la oposición; reconociendo su inocultable crecimiento, sobre todo del antichavismo; pero exhibiendo, particularmente ante sus propias bases; alguna mayoría  en que basar seguirse declarando la primera fuerza político-electoral del país; seguirse  declarando, de alguna manera, ganador; quién conserva “la hegemonía”.(Ver “LO QUE SERA EL 8D” en mi rafaelsiribarrendice.blogspot.com). Enmarcado en un cuadro de resultados así; sin arrasar ni ser arrasado; sin mayores riesgos; se lograría el objetivo estratégico central de legitimar al CNE; a quién ha tocado, toca y seguirá tocando, armar y cantar la base de la legitimación electoral de su continuidad en el Poder. Con los efectos retroactivos igual estratégicos, de las legitimaciones, de los resultados del 14A; y, sobre todo, de la elección de Maduro como presidente. Y, con los efectos en perspectiva, de pre-legitimar las futuras actuaciones y resultados del CNE, en el 2015, de las próximas elecciones parlamentarias; y, en tal caso del referendo revocatorio que eventualmente sea inevitable convocar y realizar en el 2016.

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miércoles, 11 de diciembre de 2013

HUMBERTO GARCÍA LARRALDE - REFLEXIONES SOBRE EL RESULTADO ELECTORAL



REFLEXIONES SOBRE EL RESULTADO ELECTORAL


1.   En primer lugar, es menester abordar los alegatos de triunfo, tanto del oficialismo como de la oposición. Las cifras que anuncia la prensa hoy, martes 10, señalan un total de votos del PSUV y de sus aliados de 5.213.190, equivalente al 48,69% del total de votos válidos. Los que no votaron por el oficialismo fueron 5.494.356, o sea un 51,31%, de los cuales poco más de un 42% (del total de votos válidos) fueron para la Mesa de Unidad Democrática (MUD) y 8% para “otros partidos”. Entre estos últimos estuvo el MAS, que se lanzó por su cuenta y obtuvo 2 alcaldías, así como los candidatos no oficialistas que proliferaron distintos a los de la MUD en municipios como El Hatillo, donde ganó David Smolanski. Si bien no se puede achacar ese 51,31% de los votos no oficialistas a la “MUD y sus aliados” porque 8% correspondió a candidatos fuera de esa plataforma, es evidente que, en un ambiente político tan polarizado como el venezolano y ante el ventajismo desvergonzado desde el Ejecutivo, el acoso y persecución de candidatos opositores y su “invisibilización” mediática, esos votos tampoco fueron “neutrales” o indiferentes.

En realidad el oficialismo fue derrotado en su empeño por imponerse como mayoría, ya que está en la base de su prédica de confrontación aquello de que “quien no está conmigo (y cierre filas en torno al líder), está contra mí”. Triunfó numéricamente, entonces, la pluralidad, la divergencia, la construcción de espacios para la democracia, y salieron perdiendo quienes esgrimen un proyecto totalitario de pensamiento único y no admiten, ni están dispuestos a entenderse con, aquellos que ven las cosas de manera diferente. Quiero pensar, en esta veta, que las fuerzas democráticas salieron airosas; no fueron vencidas.

2.   Dicho lo anterior, también está claro que la idea de un plebiscito contra Maduro fue derrotada. No puede esgrimirse como justificativo lo que el rector Vicente Díaz denominó como la campaña más ventajista de que se tenga memoria en el país, pues ese era un “dato” del contexto en que se hicieron las elecciones. Cabe destacar, sí, el esfuerzo contra todo el peso de un Estado partidizado en su contra, algunas veces de naturaleza verdaderamente heroica, que hicieron millares de defensores del voto por la democracia, de activistas pro MUD. En todo caso, cabe afirmar que el país no se dejó aplastar por el ventajismo desmedidamente abusivo del oficialismo, ni se dejó intimidar por sus manías persecutorias. Pero no se cumplieron las expectativas de desnudar a Maduro como usurpador, poniendo al descubierto la falta de apoyo del oficialismo en votos. ¿Hasta qué punto el ámbito local de estos comicios obró en contra de la idea de un plebiscito nacional contra Maduro? ¿Fue acertado contribuir deliberadamente, desde la orilla de las fuerzas democráticas, a polarizar el electorado?

3.   Si bien las fuerzas democráticas lograron importantes avances en la votación, reconquistando Valencia, Barquisimeto, San Cristóbal y conservando Maracaibo, Mérida y la Alcaldía Metropolitana de Caracas –entre otros- y arrebatándole Barinas a los chavistas, lo cierto es que Nicolás Maduro salió fortalecido de la contienda. Es al menos estéril, sino contraproducente, seguir insistiendo en su ilegitimidad y ausencia de arraigo popular ante estos resultados. ¿Cómo es que, si las encuestas de hace un mes lo retrataban en caída, logró recuperarse?

4.   Mi opinión es que, entre otros factores, resultó exitosa la maniobra, altamente mediatizada y seguramente urdida desde Cuba, de ocupar almacenes y ordenar la baja sustancial de precios de electrodomésticos y de otros artículos. No atribuyo este éxito a la idea de que se “compraron” con ello muchos votos, sino que, al fin, Maduro pudo tomar la iniciativa después de tantos meses de acorralamiento por las fuerzas democráticas, y proyectarse como un presidente dispuesto a tomar decisiones, a “mandar” enérgicamente (manu militari). Logró, ¡al fin!, ocupar el vacío que dejó la desaparición de Chávez, aunque fuese solo momentáneamente, que tanto se le eludió.

5.   Por supuesto existen muchísimos otros aspectos dignos de análisis. Uno, la altísima abstención, ¿A quién favoreció, quién salió más perjudicado? ¿Por qué? Otro, ¿Hasta qué punto privó el liderazgo local en la votación de muchos alcaldes? ¿Le falta arraigo y liderazgo a las fuerzas democráticas en los municipios medianos y pequeños? Un tercero, la aparente “ruralización” del chavismo, triunfante en casi todas las alcaldías pequeñas de provincia, y el predominio de la oposición en las grandes ciudades. ¿Podemos decir que ello es expresión de la modernidad contra el atraso, de la Venezuela de cara al progreso, abierta al mundo, contra la “Venezuela profunda” tan cara a los atavismos nacionalistas? Y un aspecto que, en lo particular, me intriga: ¿Cómo es que haya vuelto a ganar y con tanta ventaja, Jorge Rodríguez en la Alcaldía de Libertador, cuando todo indicaba que su gestión fue bastante mala? ¿Maquinaria electoral? ¿Ventajismo? Seguramente una combinación de ambos, pero también algo más. ¿Cómo es que las fuerzas democráticas no hayan podido rasguñar ese liderazgo?

¿Qué nos espera?

El oficialismo quiere proyectar la imagen de que ganó y de manera contundente, haciendo referencia, sobre todo, a la abrumadora mayoría de alcaldías conquistadas. Las fuerzas democráticas, por su parte, reivindican los avances obtenidos y su consolidación en las grandes urbes. Pero por los resultados, el juego luce trancado, la contienda política parece estancada, sin perspectivas de desenlace favorable para ninguno de los bandos. Todo depende, por tanto, de cómo evolucionarán las cosas.

Ya aparecieron Maduro y los suyos queriendo capitalizar su pretendido triunfo anunciando la continuación de sus “medidas económicas” de control y conminando al país amenazadoramente a someterse al Plan de la Patria, a cuenta que es “ley” (¡!). De ser ésta la tendencia, el futuro será de conflictos crecientes. De empeñarse con la estúpida idea de que la crisis se debe a una “Guerra económica” de los “burgueses apátridas” contra el país, no le quedará más remedio que acentuar la represión, pues por esta vía la situación no tiene solución y sólo podrá empeorar. La fuerte devaluación anticipada para enero, sin entender la necesidad de acompañarla con medidas de ajuste fiscal y monetaria, y en presencia de una política de controles severos, racionamiento y prohibiciones crecientes, hará mes conflictiva y de difícil manejo la situación. Por supuesto, saltarán mercados negros, corruptelas y especulaciones de todo tipo, reforzando el argumento por más “mano dura”. Por ahí se nos termina de ir el país por el desaguadero. La resucitación del quimérico Estado Comunal como paso siguiente de la “ofensiva revolucionaria”, sólo es pensable dentro de un estado totalitario.

Las fuerzas democráticas deben anticiparse a tal eventualidad y evitar que el Ejecutivo cope la iniciativa con base en estos lineamientos. La arena de lucha será la economía. Si en algo obedece a que la oposición no haya podido “cobrar” a su favor el desastre económico desatado por Chávez y Maduro, es por la ausencia de una alternativa clara y convincente de hacia dónde debe ir el país en materia económica. La formulación de una propuesta coherente y consensuada es un desiderátum para la confrontación exitosa con las fuerzas del atraso y el oscurantismo fascista el próximo año. Pero en este escenario, los dados están cargados fuertemente a favor de estas últimas: su hegemonía mediática, que ha “invisibilizado” a dirigentes opositores connotados, incluyendo Henrique Capriles; la repetición incesante de mentiras para proyectar una versión falsa y maniquea de la realidad que “legitime” ante los suyos la represión; su control de un sistema judicial abyecto a sus designios para perseguir e inhabilitarlos; el usufructo discrecional de la renta petrolera a través de una Ley de Presupuesto tramposa, basada en un precio proyectado del barril de crudo que apenas llega a la mitad del precio real; y –para no alargar- la destrucción de las instituciones que resguardan los derechos civiles y políticos, que impiden la participación democrática y contralora del pueblo.

De manera que es ese el desafío a enfrentar. ¿Cómo aprovechar los canales todavía existentes, y crear otros, para poner al descubierto que el fracaso económico se debe a las políticas del régimen que, por incompetencia, fanatismo, estulticia, pero sobre todo, por intereses predadores incrustados en el Estado, el Ejecutivo no quiere rectificar? Como correlato, es necesario continuar desenmascarando corruptelas y abusos de todo tipo, y no descansar en la defensa de los derechos humanos. En esto debemos continuar tendiéndole la mano al pueblo chavista.

La razón está de nuestro lado, como las ansias de libertad y justicia que anidan en el corazón de la mayoría. ¿Cómo capitalizar esto? A pesar del aparente atascamiento de la contienda política, las fuerzas democráticas están lejos de haber sido disminuidas. ¡Ahora es cuando! El futuro nos pertenece si sabemos acertar en nuestras acciones, pues el camino escogido por el madurismo es del fracaso seguro.

Humberto García Larralde, economista, profesor de la UCV, humgarl@gmail.com


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JOSÉ MACHILLANDA - ANÁLISIS POST-ELECTORAL 8-D




ANÁLISIS POST-ELECTORAL 8-D
Nuevo Mapa Político


1.-El voto del 8-D
         El voto del 8-D es el momento culminante del proceso electoral administrado por el Consejo Nacional Electoral para la elección del gobierno municipal, léase Alcaldes y Concejales. El voto mostró un valor cuántico, un valor cualitativo y un valor de la abstención que requiere un sesudo y posterior análisis, por parte –en especial- de la oposición política.  Este voto del 8-D, igualmente muestra a un CNE y a un sistema electrónico con un comportamiento y  tardíos resultados, lo cual reafirma su condición de un sistema no confiable.

         Las cantidades de votos del 8-D se describen de la siguiente manera: 5.733.032 para el oficialismo (PSUV y aliados en el Gran Polo Patriótico), 5.085.129 para la Unidad (MUD) y 792.497 para otras organizaciones opositoras (Postulados al margen de la MUD), con lo cual queda demostrado que la sumatoria de los votos de la MUD más el de otras organizaciones constituyen la mayoría. Mayoría que muestra como incierta la pretensión oficialista de declararse como mayoría debido al número de Alcaldías obtenidas, lo cual es erróneo por cuanto lo que importa y procesa el hecho electoral, es el voto.

         El voto constituye la expresión mayoritaria de la elección por selección de parte de un ciudadano, quien entrega su poder comitente o poder natural para que el receptor (Candidato a Alcalde, candidato a Concejal) ejerza la función de gobierno. Por lo tanto, Venezuela una vez reconocida la mayoría de los votos emitidos puede decir que se encuentra frente un Nuevo Mapa Político. Nuevo Mapa Político que generará importantes cambios y reorientaciones en el ambiente político real, tanto en el liderazgo de la oposición como en quienes ejercen el gobierno, habida cuenta la tensa situación política que se vive después del 8-D.  

         El Consejo Nacional Electoral de manera interesada en el único boletín leído y difundido por su Presidenta, Tibisay Lucena, presentó un conjunto de resultados parciales que confundieron a la Nación, a la opinión pública nacional e internacional para que se formara la matriz inicial de que el oficialismo había sido el ganador del hecho electoral del 8-D. Tan burda maniobra ha facilitado que en el portal Aporrea un artículo muestre, en el cual expresa que “quieren venderle una derrota del chavismo como si fuese una victoria.”

         Lo cuantitativo del voto queda claro, la mayoría de los venezolanos rechaza el chavismo. Lo cualitativo es mucho más interesante, explicativo y poderoso en cuanto a su comprensión, ya que la distribución del voto ocurre de una manera marcada, definiendo el voto de la oposición localizado geográficamente en las más importantes ciudades del país, mientras que el voto del chavismo fundamentalmente está localizado en la geografía de áreas rurales. Esto nos permite concluir que el chavismo sufre un agudo y acelerado proceso de ruralización.  

2.-Consecuencias sobre el Sistema Político Venezolano
         El Nuevo Mapa Político como producto del 8-D crea consecuencias inmediatas y de mucho peso en el liderazgo político de la oposición, en el ejercicio del gobierno de Maduro, en el liderazgo político emergente y en la interpretación de una demanda subyacente del cuerpo social venezolano, que debería obligar a un cambio de estrategia tanto al gobierno como a la oposición para evitar que se active el reclamo político a nivel de calle.

         Todo lo precedente muestra la necesidad de un más estrecho funcionamiento del hiato líder político-ciencia, que en el nuevo ambiente político real permita la definición de estrategias en función de escenarios posibles que le den aliento a las acciones por parte de la oposición, frente a declarada e intransigente conducta del gobierno. Gobierno que ya da muestras de ser incapaz de modificar su actitud al negarse a comprender que la mayoría rechaza su anacronismo político, conduciendo a que Venezuela se muestre como una sociedad dividida. 

         La sociedad dividida constituye una alerta, una alarma, una señal política de inconformidad por parte de los ciudadanos, fatiga en algunos núcleos neurálgicos de instituciones y en un –cada vez menor- límite de tolerancia hacia las conductas equivocadas y tropelías de los gobernantes de turno. Lo señalado anteriormente muestra la enorme responsabilidad que afecta hoy a quienes intentan gobernar al país y a quienes como oposición están obligados a crear una estrategias que canalice, con conocimiento politológico cierto, las grandes tensiones de demócratas consolidados que por más de catorce años, han tenido que tolerar los desafueros, maltratos y desatenciones de los responsables por el ejercicio del gobierno.

         La sociedad dividida muestra que la elección del 8-D no terminó tampoco por cumplir con su objetivo, es decir, alcanzar un cambio de gobierno municipal de manera pacífica, ordenada y constitucional, lo que ata el momento político actual al 14-A. Este hiato apunta a un desarrollo de un ambiente politológico puede producir reacciones impredecibles, no obstante haya finalizado para este momento el fenómeno de perturbación política mayor.

Lo deseable frente a la sociedad dividida, que sigue mostrando polarización de manera más acentuada, es a quienes fungen como líderes del oficialismo y la Unidad se enteren de las señales politológicas que se producen a los interno del sistema con el fin de diseñar vías y acciones políticas que amortigüen las graves pulsiones, que 48 horas después del hecho electoral, perviven en la sociedad venezolana.
a)  Consecuencias en lo económico
         El hecho electoral del 8-D acontece en un ambiente económico de exponencial incertidumbre, con carencia de alimentos básicos fundamentales, inexistencia de medicinas y suministros médicos para la salud. Más que inflación hay expoliación para conseguir materiales de construcción, no se encuentran materiales de ferretería y el país –terminado el hecho electoral- aprecia con profundo desprecio e indignación los asaltos a las tiendas de electrodomésticos, que sí bien es cierto permitieron un precio justo, ello no termina por resolver el problema de la dieta básica, materiales de limpieza y medicinas de uso importante para la sociedad venezolana. Esta situación de carácter económico subyace y crece en el cuerpo social, y no tiene fecha fija para que aflore y genere graves inconvenientes en el ambiente político post-electoral.

3.-Conclusiones
1)   El 8-D muestra una tendencia de franco rechazo por la mayoría de los venezolanos al modelo comunista del chavismo y post-chavismo.

2)   El chavismo y el post-chavismo se orientan hacia un proceso de ruralización como partido anacrónico y primitivo, en el cual es posible que la cooptación sea el instrumento para la elección.

3)   El Nuevo Mapa Político alerta sobre la fragilidad del ambiente político real, habida cuenta las potenciales demandas y la fatiga que demuestra el cuerpo social, que además a gritos llama que el liderazgo de la oposición política redefina la estrategia para contener las arbitrariedades y violencia y empleadas por el post-chavismo, además de que contenga una posible explosión social en el inmediato futuro.

Es original,


Dr. José Machillanda
Director de CEPPRO

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sábado, 7 de diciembre de 2013

JUAN CARLOS SOSA AZPÙRUA - A LOS QUE "NO VOTAMOS"





A LOS QUE NO “VOTAMOS”
JUAN CARLOS SOSA AZPÚRUA

Estaba resuelto a silenciar mis pensamientos, no por algún espíritu de seguidor cliché de las ondas públicas, sino porque a estas alturas de la historia, uno está cansado, agotado de sentirse atrapado en un universo de masoquismo circular, el mundo donde el cuento del gallo pelón cobra vida propia, haciéndose el gigante cuya sombra todo lo arropa. 

Pero algo en las entrañas resuena indignado, cada vez que se entra en contacto con la prensa o las redes sociales, porque el coro es monótono, las voces que se expresan lo hacen siguiendo el mismo guion, cumpliendo a cabalidad el manual del status quo, la cartilla que te hace miembro del club de los que están en algo - los chévere- , y de los que esperan algún día estarlo. 

Y quizás tanta monotonía, predecible por los demás, no se haría tan insufrible si al menos estuviera desprovista del tufito moralizante, esos humos densos que brotan de la humanidad de aquellos que se sienten dueños absolutos de la verdad, escogidos por el destino para ser portadores del Santo Grial de eso que se tiene que hacer, y de lo que ha de evitarse. 

Y lo más tristón, por no decir patético, es que al expresarse siempre lo hacen en términos donde supuestamente es el otro quien se cree ascendido a los cielos, es el otro quien pontifica verdades con barbas blancas y bastones de madera, son los otros, nunca ellos, quienes se creen la Mamá de Tarzán, pese a expresarse con la más insoportable de las condescendencias, y también con improperios, atacándonos con epítetos que van desde el vulgarote “bolsas”, hasta el poco original “tarifados del Madurismo”.

No les importa haberse equivocado tantas veces, que la historia una y otra vez les escupa en la cara con la saliva de una realidad contraria a todas sus expectativas y promesas, opuesta en 180 grados a todo lo pontificado, analizado, debatido y calculado…la más cruda realidad jamás será lección de nada para estos cerebros programados, para los amos y señores de la ética y lo correcto, que siempre ponen la coletilla que lo suyo no es ahondar en asuntos éticos ni de lo correcto, porque ellos son pragmáticos, sabiondos de la política de los pelo en pecho, magníficos sabelotodos de las soluciones aplicables, porque ellos tienen la respuesta, que pese a ser siempre la misma, pese a ser siempre la equivocada, continúan convencidos de su certeza.

Y hoy no deseo otra cosa que hablarte a ti, que como yo, no tienes ningunas intenciones de ser utilería cómplice de un nuevo circo electorero, rey o reina del baile de disfraces de una dictadura que ya lleva quince años, a los que ha llegado en gran medida gracias a sus métodos de cocina lenta, la fórmula de la rana durmiéndose en la hornilla, mientras se sancocha viva hasta morir en silencio, ignorante de su propia aniquilación.

Este país perdió la coherencia, hoy es un manicomio donde todo es posible, donde se hacen fraudes que nunca lo son, y que cuando se cantan luego se olvidan, para seguir mordiendo espacios inertes, metros de espejismos democráticos en un cementerio donde se entierra la libertad y danzan los espectros comunistas. 

Nada ni nadie me convencerá sobre las virtudes de seguir engrasando la maquinaria de mi destrucción, el instrumento que viene sistemáticamente borrando el destino de mi vida, el futuro de mis hijos y la dignidad de mi tierra, de la nación donde están sepultados mis muertos. 

Nada ni nadie podrá convencerme que un antro de hampones, con máquinas controladas por ellos, con centenares de mesas sin testigos, con un registro de millones de fantasmas, con sistemas capta identidades, un voto que de secreto no tiene ni la mentira de su enunciación, con pruebas fidedignas de sus farsas, que llegan hasta el cielo, pero que han sido silenciadas por los mismos que insisten en  que se sigan acumulando, a través de la repetición de los mismos vicios, una y otra vez como en la maldición de Sísifo; nada ni nadie me convencerá que unos alcahuetas del fraude son los que marcan el camino de la libertad.

Y no podrán convencerme por la sencilla razón que la historia no es nueva, es el pueril “rewind” de la película trillada que ya cansa, cuyo final se conoce y da náuseas. 

Aquí hay una única salida, la única que ya demostró que es la salida. Se burlan de ella los apóstoles del voto, con su risita tan abundante en sorna como carente de brillo. Afirman que si Pinochet esto, que si Nicaragua lo otro, que si Ucrania aquí, que si eso allá. Del sombrero sacan los mismos conejos muertos de infelicidad, los trucos repetidos que tienen nombres de abstención de 2005 o de diciembre de 2012, que si Carmona o cualquier otra cartica bajo la manga, para manipular emociones incautas, con medias verdades que no soportan un análisis medianamente serio, que solamente se sostienen porque cuelgan de la frivolidad, de la levedad de un público que aplaude bobalicón, teniendo por neuronas los adornos de navidad y CADIVI con sus dólares mágicos.  

Hoy te hablo a ti, que no votarás porque sabes que eso no es votar, que acudir a semejante circo no es otra cosa que maquillar, ser el estilista de un tirano, la compota que se come el secuestrador de Venezuela para seguir  siendo el bebé consentido de los idiotas, de aquellos que se aferran a las formas porque no tienen las agallas de tocar el fondo, porque saben que ese fondo no es bonito, implica riesgos que son reales y no de tarima teatral, que son peligrosos porque son de verdad, precisamente su peligro radica en su efectividad, porque de llegar a activarse allí sí estaríamos hablando de un camino hacia la libertad.

Y ahora vendrán los pontífices a gritar su indignación, dándole “play” a su disco de clichés: “¿Tú saldrás con la pistola?”, “¿tú serás el primero en marchar a Miraflores y poner el pecho para que te disparen los facinerosos?”, y cantares como esos que ya todos conocemos.

No me extenderé más porque no tiene sentido hacerlo. Los que no votamos sabemos muy bien por qué lo hacemos…son aquellos que votan, y especialmente sus apóstoles más envalentonados, lo que recurren a intelectualizaciones exasperantes para justificar lo injustificable, para seguir asumiendo que el circo es serio, que la mentira es verdad, y que el disfraz es el cuerpo desnudo…

Nada más patético que pretender que sea la maquinaria del régimen que ahoga todo lo valioso, la que determine qué somos, si mayoría, minoría, marcianos o terrícolas…Imaginar hacer de eso un plebiscito, si no fuera tan desoladoramente irresponsable, provocaría la más auténtica de las carcajadas (las risas del régimen sí están aseguradas).

Nada más triste, más vulgar, menos lógico y totalmente inaceptable, que después de quince años, que tras la patética reivindicación de Hugo el destructor, aquel inolvidable siete de octubre, y todo lo sucedido después, que tras tantos años de caretas caídas, costuras visibles y esqueletos fuera del closet, todavía haya un solo venezolano que pueda aceptar en la soledad de su conciencia que asistiendo a la fiesta de disfraces montada por el CNE de Castro y sus compinches, aquí pasará algo diferente a lo que ya hemos experimentado con las venas abiertas, no una sino cien mil veces.

Amigo, hermano venezolano que no “votas”, que no acudirás a la fiesta de disfraces de un dictador; la fiesta donde los esclavos juegan a ser libres solamente para seguir siendo esclavos, pero con la conciencia limpia, con la sobrada prepotencia del que se cree sus propias sandeces; a ti te hablo hoy para aplaudirte, para darte las gracias por existir, por estar allí con tu coherencia intacta, recibiendo las críticas de los apóstoles del manicomio, los profetas de una vil dictadura a la que sostienen jugando a la democracia.  

Caracas, a tres días de la fiesta de disfraces.
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domingo, 1 de diciembre de 2013

LUIS MARÍN - ERIC - EL BLANCO



La Cátedra Pío Tamayo/Centro de Estudios de Historia Actual de la Universidad Central de Venezuela dedico su sesión del lunes 25 de noviembre a realizar un sentido homenaje a Eric Ekvall, un venezolano por vocación que seguramente sin proponérselo entró a formar parte de nuestra convulsionada historia contemporánea.

El día que me tocaba conocerlo personalmente, no fui a la cita. Enredado en el diabólico tráfico caraqueño, se me impuso el dilema de llegar tarde a clases en la Universidad, por lo que desistí de verlo y luego no hubo segunda oportunidad.

Pero hoy aprovecho esa infeliz circunstancia para intentar verlo a la distancia, para determinar qué es lo esencial de su presencia. Los promotores de mi fallida entrevista me lo dijeron con muy pocas palabras: “Este señor elevó el tema del fraude electoral a dónde nosotros no hemos podido en años y lo puso en la agenda política del día”.

Nosotros somos fáciles de ignorar; pero él no. ¿Por qué? Porque tenía acceso a la casta política, después de treinta años de asesorar con éxito campañas electorales, desde Jaime Lusinchi en 1982 pasando por Manuel Rosales en el 2006, quien ganó y cobró. De manera que sabía con quienes y de qué estaba hablando.

En Venezuela, donde tradicionalmente ha imperado un régimen de castas, no importa tanto lo que se dice sino quien lo dice. Eric Ekvall forzó a la dirigencia opositora oficial a oír algo de lo que los denunciantes del fraude tenían que decir, con abrumadores elementos técnicos e investigación empírica; sólo para tropezar con un muro de silencio, con unos demócratas que sólo se escuchan a sí mismos, como suele ocurrirles a los demócratas.


Entonces se dio cuenta de que la dirigencia opositora oficial no ignora nada de lo que ocurría, sino al contrario: estaba perfectamente al tanto y conteste con el sistema fraudulento que se había instalado en Venezuela desde el 2004. Las respuestas de los dirigentes es siempre la misma: “Esos son unos técnicos y académicos locos que no saben nada de política”.

Aquí aparece por primera vez la “disonancia cognitiva”, ese contraste entre lo que se ve, se siente y lo que le dicen a uno. Cuando buscó y no encontró a nadie que pudiera y quisiera tomar la voz cantante de la denuncia, decidió hacerla él mismo, sacrificando su carrera de asesor tras bastidores para llevar su dossier por todo el mundo.


La casta política conviene en no permitir que ningún extraño transite los pasillos del poder porque lo que ve puede repugnarle y lo peor es que decida encender la luz, haciendo buena aquella máxima bíblica: “Lo que haces en la oscuridad, será pregonado en la plaza pública”. Así, rompió la ley del silencio: dice quienes son, dónde están, lo que hacen, lo que dicen, pero mejor, lo que pactan. Lo que afuera sólo puede sospecharse, lo revela con conocimiento de causa: la puerta trasera de Miraflores, los pagos secretos, los acuerdos tácitos. Que sí sabían lo que oyeron sin escuchar.

DRAMATIS PERSONAE

Teodoro Petkoff es un hombre de izquierda obsesionado por la derecha. Cada vez que en una reunión se menciona el tema del fraude, truena: “Eso viene de la derecha, de SUMATE, y no es creíble”. Pone todo el peso de su autoridad e influencia contra el más mínimo reparo a los manejos fraudulentos del CNE. Su representante personal en el Directorio, Vicente Díaz, declara contra toda lógica que el fraude “es imposible”.

Para hablar de fraude “hay que tener pruebas”, como si fuera poco que luego del fraude del revocatorio de 2004, en las elecciones parlamentarias de 2005 desaparecieron las colas de los centros de votación y se abstuvo conservadoramente el 80% del electorado. Pero la casta política prefirió descalificar esa gesta cívica como “un gran error”.

Luis Vicente León, que decía que Chávez era un titán, que de solo oírlo se le caían las medias, recomienda a la oposición no atacarlo en absoluto. Cualquier ataque a Chávez sería “un desastre”. Evidentemente no tiene ninguna autoridad moral ni política para llamarse de oposición.

A Omar Barboza le dice: “Tú formas parte del problema; estás metido en el fraude”. El fraude electoral no sería posible sin otro componente, el fraude político de una oposición que avala, encubre e incluso sale a celebrar lo bien que perdieron.

También hay otros asesores, menos expuestos públicamente, pero que él conoce de los pasillos, como Roberto Picón, a quien le dedica una carta memorable, que acompaña con las evidencias de intimidación y chantaje contra el doctor Alberto Zambrano. Juan Mijares, la Comisión Técnica de la MUD: Mario Torre, Enrique Márquez, Vicente Bello, y al que llama “el truhán mayor de la pandilla”, Félix Arroyo.

En un extremo, Instituciones como el Instituto de Investigaciones Sociales de la UCAB, Ojo Electoral, luego, Observatorio Electoral Venezolano. Por el otro extremo el inefable grupo La Colina, en la Universidad Metropolitana. La Asamblea de Educación trocada en autoridad electoral, algo totalmente ajeno a su objeto social, salvo su adscripción política e ideológica.

En este punto es donde las teorías conspirativistas encuentran su átomo de plausibilidad. Ciertamente, la sinceridad nunca ha figurado entre las virtudes políticas, como sí, por ejemplo, la astucia. Pero hay una línea que separa las triquiñuelas comprensibles de los políticos de los francos delitos; las mentiras blancas, que dice Petkoff, del engaño planificado; la venta de ilusiones y promesas incumplidas del fraude sistemático; lo que puede ser aceptable de lo completamente inaceptable.

Es imposible que alguien se asocie con organizaciones criminales sin convertirse él mismo en criminal. Esta es la magia de la guerrilla y el narcotráfico: que quienes los combaten se pueden involucrar a tal punto en sus actividades que terminan como ellos, mezclados en el mismo saco. Así les pasó a los militares antisubversivos venezolanos, que ahora son subversivos; los políticos opositores, ahora oficialistas, socialistas y bolivarianos.

Pero está demostrado que ninguna sociedad se compone sólo de corruptos y traidores, por muy extendido que esté el mal, siempre aparece algún hombre

virtuoso, un grupo de justos gracias a los cuales revive la esperanza y Dios no destruye a la humanidad.

JUICIO FINAL

Algunos comentaristas no dudan en calificar la salida de Eric Ekvall de Venezuela como una huída. A raíz de la detención de su amigo coterráneo Timothy Tracy y conocerse el horror de su paso por las cárceles venezolanas, largamente de las peores del mundo, Eric confeso lo que era su temor más acuciante: “Yo no puedo caer preso”.

En Venezuela, donde cualquier persona puede ser acusada por el gobierno de cualquier cosa y sin fórmula de juicio encerrada en prisión indefinidamente, este es un temor bien fundado. Sus amigos más cercanos le recomendaron que se fuera, porque nadie podía garantizarle nada.

Luego vino el acoso de la enfermedad, cáncer de páncreas con metástasis en el hígado. El periplo tuvo algo de fulminante: Miami, las Antillas, México, para terminar en el estado de Oregon al conocerse su fallecimiento, el jueves 21 de noviembre pasado.

Siempre que muere un hombre nos asalta la pregunta: ¿Cuánto se ha perdido con él? ¿Cuántas cosas se lleva que nunca sabremos?

La humanidad perdió mucho cuando abandonó la creencia en el Juicio Final, que nuestras acciones buenas y malas serían sopesadas por un Juez inexorable; perdió otro tanto cuando también dejó de temer al Juicio de la Historia.

La promesa de Milan Kundera a sus camaradas comunistas no es una broma, es una catástrofe moral: “La mayoría de la gente se engaña mediante una doble creencia errónea: cree en el eterno recuerdo (de la gente, de las cosas, de los actos, de las naciones) y en la posibilidad de reparación (de los actos, de los errores, de los pecados, de las injusticias). Ambas creencias son falsas. La realidad es precisamente lo contrario: todo será olvidado y nada será reparado. El papel de la reparación (de la venganza y del perdón) lo lleva a cabo el olvido. Nadie reparará las injusticias que se cometieron, pero todas las injusticias serán olvidadas”.

No tenemos evidencia de que Eric fuera budista, como sí se definía su hija, Eva; pero sí de que tenía ciertas inclinaciones místicas, algo de bohemio y mucho de espíritu libre. Un alma pura, con una ingenuidad casi infantil, completamente inapropiada para un analista y asesor político. Es este conflicto interior lo que lo vuelve tan singular y explica su giro prometeico al abandonar la casta a la que había servido para ponerse a favor de la gente inocente.

El budismo deja claro que son las acciones las que definen a los hombres: la mentira le vuelve mentiroso; el robo, ladrón; el homicidio, asesino. No es necesario que ningún juez condene, no se necesitan testigos, nadie puede escapar a su acción malvada y ésta lo perseguirá donde quiera que vaya, como un karma.Eric decidió hacer lo correcto, consciente de que eso costaba el ostracismo y que lo convirtieran en otro no-existente, alguien que no se puede ni mencionar.

Desde entonces me gusta llamarlo Eric, el blanco; por oposición al otro, el rojo, que es su violenta contrafigura.

Un escandinavo errante que tocó estas tierras por casualidad y se sembró entre nosotros para siempre.

Luis Marín

01/12/13
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