jueves, 10 de febrero de 2022

ROBERTO SÁNCHEZ: ESA SONRISA TUYA




ROBERTO SÁNCHEZ
ESA SONRISA TUYA
in memoriam
Vianco Martínez

 

Indispensable detenerse en este escrito y en este personaje, aunque quien lo lea no conozca ni a quien lo escribe VIANCO MARTÍNEZ, ni a quien va dirigido ROBERTO SÁNCHEZ. Dos figuras singulares de la República Dominicana, espacio que, como en todos nuestros países de esta geografía, han dado inmensas batallas para enfrentar dictadores y similares, con la esperanza de construir un país y una conciencia mayor.

Y este escrito, muy al tono de los que escribe Vianco Martinez, nos entrega algo muy significativo: la semblanza de un ser que se puede definir por dos elementos sustanciales: la entrega a la causa de hacer un mundo mejor, y una acción que permite, a la hora de su paso a otra dimensión, afirmar: "No hemos venido a llorarlo, hemos venido a celebrar su vida y a celebrar su lucha. Hemos venido a inventarle un adiós que no se parezca al adiós de las ausencias, y a decirle a nuestro viejo Robertico, que lo vamos a querer siempre, por encima del tiempo y por encima de todo."

Y sostengo que no hay privilegio mayor -en cualquiera de las circunstancias en las que no toque vivir o sobrevivir- que dejar huellas que puedan generar palabras como las aquí escritas. 



Hoy hemos venido a este lugar a despedir formalmente a Roberto Sánchez, a entregárselo a la brisa y a ponerlo para siempre en manos de la eternidad.

 

No hemos venido a llorarlo, hemos venido a celebrar su vida y a celebrar su lucha. Hemos venido a inventarle un adiós que no se parezca al adiós de las ausencias, y a decirle a nuestro viejo Robertico, que lo vamos a querer siempre, por encima del tiempo y por encima de todo.

 
ROBERTO FUE UN CAMINANTE Y A LOS
CAMINANTES SE LES RECUERDA MIRANDO AL FUTURO


Roberto fue un caminante, y a los caminantes se les recuerda mirando al futuro, que es el lugar donde van a parar todos los sueños. En sus andares, se hizo amigo de la lluvia, y, en sus trayectos, las montañas le contaron sus secretos.

 

Roberto fue un militante, un hombre de partido que no entendía la vida sin un compromiso político y social. Tuvo más de cuarenta años ininterrumpidos de militancia revolucionaria. Y eso ya es un memorable acto de dignidad.

 

Roberto fue, además, un profesional de vanguardia, tan de vanguardia que sus maestros terminaron pareciéndose a él y siendo, respetuosamente, sus discípulos.

 

A su paso, todos se quitaban el sombrero para verlo pasar y como señal de reverencia por la humildad de su sabiduría.

 

Roberto fue un amigo de sus amigos, que hizo de la amistad casi una religión. Todos sabemos que dejaba de comer para que otros comieran y que siempre tenía una palabra de aliento para los demás. Tener un amigo como él fue un lujo inconmensurable y una inapreciable e inmensa distinción.

 

Por encima de todo eso, Roberto fue un caballero de capa y espada, de esos que se pelan por dar la silla a las damas y que no pueden entender la vida sin tender el brazo a quien lo necesite.

 

Su don de gentes y su caballerosidad estaban hechos a prueba de dificultades y estaban situados por encima de todo, incluso de sus propias ideologías.

 

Roberto Sánchez era hijo de la última generación de luchadores que se enfrentó a la dictadura de Joaquín Balaguer y que tuvo que recoger la cosecha de sangre dejada por aquel régimen siniestro que enlutó el país por los cuatro puntos cardinales. Una generación que fue vencida por las desmesuras del poder, pero que nunca entregó sus sueños y nunca se le arrodilló a nadie. Él fue el mejor representante de aquella dignidad acorazada que nos hizo siempre mirar al sol.


LO QUE NOS RECONFORTA
ES SU SONRISA 

Para todos nosotros –sus amigos, sus parientes, sus camaradas- la muerte de Roberto Sánchez es un desastre universal.

 

Se dio a querer tanto, y tanto se hizo presencia entre nosotros, que al irse se apaga una luz que siempre fue demasiado grande y demasiado poderosa.

 

Lo que nos reconforta es su sonrisa, esa sonrisa invencible, que ahora queda en la sonrisa de las flores, en la música de los ríos y en los caminos de las cordilleras.

 

El Roberto que hoy venimos a entregar a la eternidad, es ese, el hombre sin manchas que murió como vivió; el caminante que nunca se detuvo frente a las dificultades del camino; el que nunca flaqueo ni siquiera en los momentos más difíciles y tentadores de la vida; el profesional que dio cátedras de humildad, ética y sabiduría; y el amigo del alma que nunca le falló a nadie.


AQUÍ ESTÁ EL ETERNO MILITANTE DEL ALBA
COMANDANDO LOS SUEÑOS

 

Aquí está Roberto, todo él, con su sonrisa invencible y sus botas de inventar caminos.

 

Aquí está él, eterno militante del alba comandando los sueños.

 

Aquí está el profesional sin fisura que dejó su sonrisa grabada en las arenas del tiempo.

 

Aquí está Robert, el esposo amoroso, el padre comprensivo, el hermano total. Aquí está, sencillamente, nuestro Roberto Sánchez, el amigo de siempre.

 

A partir de ahora, él siempre va a ser futuro y va a ser un lucero naciendo en sus montañas. Y un día, cuando este mundo lastimado por el dolor de la injusticia empiece a cambiar, pero a cambiar de verdad, Roberto va a ser presencia y siempre va a estar en la sonrisa de los militantes.

 

Hoy lo estamos entregando a la brisa para que todas las flores empiecen a decir su nombre y para que un día su nombre esté presente en los poemas y canciones que se vayan a escribir en el futuro.

 

¡Adiós Roberto, amigo del alma! ¡Gracias por la inmensidad de tu presencia!

 

https://acento.com.do/actualidad/esa-sonrisa-tuya-a-roberto-sanchez-in-memoriam-9031037.html

No hay comentarios: